Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XXXI


—Necesito que vengas a casa, Ethan— hablé en voz baja sujetando el teléfono con mi hombro mientras que trataba de no moverme pues en mis piernas dormía un cachorrito.

Llevábamos unos días hablando de acoger a un perrito un tiempo para darle cariño y cuidarlo como se merece, lo que en mi idioma significaba adoptarlo para consentirlo y mimarlo. Entonces esta mañana, que no tenía que ir a trabajar, decidí acercarme a una protectora que tenía un puesto informativo en pleno centro de Zaragoza, e informarme sobre el tema.

Una vez que me explicaron cómo funcionan, no le di más vueltas y decidí adoptar a un perrito. La chica que me atendió me ayudó un montón y poniéndose en contacto con lo que llaman casas de acogida –casas de voluntarios que acogen a los perritos para que estén bien cuidados - y me llevó a conocer a una camada que había nacido hacía un par de meses.

En cuanto llegamos a la casa de acogida una estampida de cachorros fueron a por mí, y cómo buena amante de las criaturas que tenía delante, me agaché a darles todo el amor que pudiera en ese momento.

No tenía idea de si quería macho o hembra, no me importaba realmente, pero lo tuve claro en cuanto vi a una perrita negra, mejor dicho cuando ella decidió actuar. No tuvo la misma reacción que los demás en cuanto entré por la puerta, ella simplemente me observó, se acercó y me mordió. Segundos después volvió hacia mí para lamerme y ahí fue cuando lo tuve claro.

«Ese carácter de mierda tengo que domarlo yo» me dije a mi misma mientras que me acercaba a la perrita y la cogía en brazos. Tras firmar unos papeles, pude llevármela y así he llegado a mi situación actual.

— ¿Qué ha pasado?— preguntó y sentí como la preocupación teñía su voz. Oí sonar su silla arrastrada por el suelo, por lo que supuse que se habría levantado de ella de golpe — ¿Estás bien?— volvió a preguntar al no obtener respuesta.

En cuanto abrí la boca para contestar él se me adelantó.

—No importa, dame diez minutos y estaré ahí— y tras pronunciar aquellas palabras me colgó.

Seguí mirando al pequeño bicho en mis piernas, acariciando su pelo con cuidado de no despertarle mientras que me sentía feliz de que estuviera aquí.




Pasaron exactamente diez minutos cuando oí a Ethan meter la llave en la cerradura. Y mientras que el luchaba nervioso por abrir la puerta y finalmente acabar con la intriga que rodeaba esta situación, yo seguí en el suelo, al lado de la bola de pelo que me hacía sentir importante ¿Cómo puede lograr eso un perrito? No lo sé pero podía y amaba que lo hiciera.

— ¿Abril? —Gritó con cierta desesperación Ethan mientras que atravesaba el pasillo — ¿Dónde estás?— prosiguió mientras que me seguía buscando.

—No grites, estoy en la habitación— contesté y justo en ese instante lo vi entrar por la puerta. Parecía tenso, nervioso y exhausto y no entendía porque.

—Menos mal, pensé que te había pasado algo— oí como soltaba todo el aire de sus pulmones y se acercaba a mí para después darme un casto beso. — ¿Y este quién es?— se sentó a mi lado con cuidado mientras que la bola de pelo seguía con los ojos cerrados.

—Esta es Nuki, y desde hace una hora es mía—contesté como todo una madre orgullosa. La mano de Ethan se acercó al cachorrito logrando que esta abriera los ojos y lo olfatease.

—Hola Nuki— la saludó con una enorme sonrisa en sus labios mientras que le acarició con cuidado la cabeza. La perrita no hizo nada más, volvió a quedarse dormida dejándome a solas con el hombre trajeado que estaba a mi lado.

—Me había preocupado por ti.

— ¿Por qué?— pregunté confusa esperando que el aclarase mis dudas.

— Porque me dijiste que me necesitabas en casa. Y ahora que lo pienso, es la primera vez que no le dices tu casa, sino simplemente casa— sus ojos se posaron en los míos mirándome fijamente casi como si trata de decirme algo, casi como si estuvieran desvelándome el mayor de los secretos. Pero debía de ser idiota porque no lo estaba entendiendo.

— ¿Y qué diferencia hay?— volví a preguntar y entonces el pequeño brillo de sus ojos, aquel que aparecía en momentos puntuales sin un patrón establecido, se esfumó.

—Ninguna.


(...)





— ¿Qué te parece si esta noche vamos al concierto de Aiden D'Angelo? —En cuanto pronuncié aquellas palabras los ojos de Abril se tornaron con un brillo especial. Sabía lo mucho que le gustaba su música, por lo que en cuanto el famoso cantautor entró a mi despacho para llegar a un acuerdo sobre su futuro plan de marketing, supe que era una señal. Era un tipo de lo más reservado, a veces lucía incluso ausente en las presentaciones y a veces ni siquiera se presentaba. Pero a pesar de ello logré entablar una buena relación con él, lo suficientemente buena como para poder considerarlo un gran amigo.

Así que en cuanto le pedí un par de entradas para su próximo concierto en Zaragoza, no dudó ni un instante en regalarme un par de entradas VIP.

Esto iba a conseguir que Abril se volviera totalmente loca.

—Las entradas están agotadas —contestó sonando apenas como un tímido susurro.

—No te he preguntado eso. Mi pregunta ha sido ¿Qué te parece si esta noche vamos al concierto de Aiden D'Angelo? —repetí cada palabra tal y como la había dicho escasos segundos atrás, pero esta vez saqué de mi bolsillo trasero el par de entradas VIP.

En cuanto giró su rostro para poder mirarme, sus ojos se clavaron en los dos trozos de papel que estaban en mi mano y una inmensa sonrisa se dibujó en sus labios.

Por un momento se quedó quieta, supongo que aún no podía creérselo, pero en cuanto agité las entradas, su cuerpo reaccionó y su instinto fue lanzarse a mis brazos mientras que me llenaba el rostro de besos.

Cualquier cosa que tuviera este desenlace, merecía la pena.

—Vamos a ir a un concierto de Aiden D'Angelo — repitió en voz alta casi como si aún no se lo creyera del todo.

—Y tenemos entradas VIP.

Aquellas cuatro palabras fueran suficientes para que me rodeara con sus piernas y tuviera que agarrarla del culo para que no se cayera.

— ¿Te había dicho lo sexy que estas hoy Ethan? —El coqueteo en su voz era evidente y su traviesa sonrisa hacía que supiera cuales eran sus intenciones.

Obtuvo una negación de mi parte a su pregunta. Eso la motivó aún más, por lo que mientras que la agarraba se quitó la camiseta quedándose en un sujetador color carne -que si no fuera porque lo llevaba ella sería totalmente anti morbo- logrando encender, con ese pequeño gesto, las reacción más primitiva en mí.

—Entonces déjame demostrártelo.

Sus pequeñas manos se enredaron en mi pelo mientras que nuestros labios conectaban, por primera vez, en lo que lucía una infinidad de tiempo.

Gracias, Aiden D'Angelo.


(...)



—Vamos, Abril llegaremos tarde —insistí mientras que volvía a mirar mi reloj. Si seguía tardando en hacer Dios sabe qué en el baño acabaríamos llegando tarde.

—Ya voy —contestó mientras que salía del cuarto de baño y avanzaba hacía mi —Tengo que ir perfecta, ¡Se trata de Aiden D'Angelo! ¿Cómo puede ser que no lo entiendas?— exclamó mientras que se retocaba por undécima vez la ropa.

—No sabía que competía con él por tu atención, ahora tendré que esforzarme aún más e impresionarte con mis dotes de baile —moví las cejas divertido haciendo que esbozase una pequeña sonrisa nerviosa.

—No se puede competir con un Dios griego como Aiden D'Angelo, querido Ethan, pero he de decirte que eres el único en el mundo que le puede hacer sombra.

—Pues a ti esta noche no te hace sombra nadie, estas perfecta. —Le confesé para finalmente relamerme con descaro mientras la analizaba de pies a cabeza. Llevaba un minivestido de flores, con lo que creo que se llama ¿brazer? Dejémoslo en americana y unos tacones negros de infarto. —Y si no nos vamos ya, la fuerza de voluntad –la cual está resistiendo lo irresistible- cederá y no te dejaré salir de aquí en días.

Finalmente entendió mi punto por lo que, sonriendo cual diva, se acercó a mí y me agarró de la mano.

—Vamos a pasar la mejor noche de nuestras vidas.

—Sí y no puedo imaginarme una mejor compañía.

Un beso rápido que se sintió demasiado fugaz y salimos pitando, pues de verdad íbamos a llegar tarde.





Entre tonterías, risas y bromas llegamos al concierto, mejor dicho EL CONCIERTO. No podía creerme que fuera de verdad, que yo fuera a asistir al concierto de mi amado Aiden, del que tenía cualquier mínimo detalles que salía, incluso su perfume para hombres. Pero lo más fuerte de todo, era que lo conocería, lo tendría frente a mí a menos de medio metro ¿Cómo se sobrelleva eso? Porque yo ahora mismo me estaba muriendo por dentro. Seguramente fuera por la mezcla de adrenalina, emoción y nervios pero mis piernas apenas podían sostenerme, por lo que me agarraba con fuerza a Ethan.

Oh mi Ethan, si no fuera por él nada de esto sería posible.

—No me canso de decirte lo preciosa que estás —susurró en mi oído logrando que entre su cercanía y sus palabras mi piel se erizase.

—Exagerado —contesté dándole un golpe en el pecho. Por un momento sentí como rozaba su nariz por mi oreja tan despacio que el mundo parecía detenerse y después posó sus labios en mi mejilla.

Mientras que la gente normal esperaba en la fila, había descubierto que las personas que tenían las entradas VIP no lo hacías, simplemente las presentaban en taquilla y tenían que acceder a una zona de la parte de abajo, exactamente donde están los camerinos. Por lo que siguiendo las indicaciones eso hicimos, avanzamos en dirección a las escaleras y en cuanto nos detuvo el típico portero enorme que parecía alimentarse de humanos, nos pidió las entradas. Se las enseñamos y finalmente pudimos seguir llegando en escasos dos minutos a la zona exclusiva para artistas. Al menos eso ponía en el cartel.

Ethan parecía desenvolverse muy bien en este ambiente, quizás porque en su trabajo haya conocido a muchos artistas y lo haya hechos más veces o quizás porque lo haya hecho con más chicas, pero eso ahora mismo no importaba.

Estaba frente a la puerta de mi cantante favorito, mi crush como se diría hoy en día o mi amor platónico, dicho a principios del siglo veintiuno. Y como si fuera la cosa más normal del mundo, mientras que nuestras manos estaban entrelazadas, el moreno que me acompañaba llamó a la puerta.

¡Malditamente había llamado a la puerta! ¿Cómo lo hacía sin avisarme para prepararme para tal acontecimiento?

Ni siquiera me dio tiempo para pensarlo más, a menos de medio metro de mí se había asomado el hermoso e irresistible rostro de Aiden D'Angelo y tenía su -poco usual- sonrisa dibujada en los labios.

—Hola Ethan ¿Qué tal estás? —preguntó a mi acompañante como si fueran unos buenos amigos. No sabía el buen rollito que tenían estos dos.

—Hola Aid, bien ¿y tú?— le contestó y finalmente decidió meterme en la conversación —Esta es Abril, la chica de la que te hablé —la sonrisa no desaparecía de mi cara, de verdad que parecía que me había dado un tic y no podía quitar ese gesto de mi rostro. Aunque siendo realista ¿Qué más podía hacer en esa situación? Oh si, podía lanzarme por aquel caramelito y secuestrarlo para siempre. Si, ese parecía un buen plan.

—Hola —logré pronunciar con toda la dificultad del mundo. Dejé mis fantasías tanto sexuales como un poco de psiquiátrico y decidí tratar de serenarme. No podía lucir como una fan loca de doce años, ya era una mujer hecha y derecha, así que era hora de comportarme como tal aunque...



« ¡Aunque nada! » me regañé a mí misma tratando de comportarme como es debido. Esto estaba siendo muy surrealista.


—Por fin conozco a la chica.

—Así es — le confirmó Ethan logrando dejarme fuera de juego.

— ¿Qué es eso de la chica?— pregunté tratando de volver a formar parte de la conversación.

—Nada importante —contestó Ethan con rapidez cortando de lleno a Aiden. Por un momento sentí curiosidad por lo que sea que se traían entre manos pero en cuanto este último abrió la boca se me pasó por completo.

—Debería prepararme, tengo que actuar en un par de minutos. Subid arriba, estaréis en primera fila, con barra libre y después nos veremos. Espero que os guste el concierto.

Esas fueron sus palabras de despedida, ya que segundos después de ello había cerrado la puerta de su camerino y nosotros estábamos subiendo a la zona VIP.

Nos acomodamos en la sala nada más llegar. Dejé mi bolso y me senté en una cómoda butaca mientras que Ethan traía nuestras bebidas.

—Mi caballero andante —le sonreí cuando estaba a unos pocos pasos de mí. Estiré y agarré la copa que me ofrecía.

—Siempre —contestó y por alguna extraña razón sabía que lo decía en serio.

Ethan era especial, me daba cuenta de ello cada día. Me trataba como nunca nadie lo ha hecho, ni siquiera Alejandro cuando estuvimos juntos. Sinceramente me sentía como una princesa a su lado, aunque obviamente era una princesa guerrera.

Y me gustaba la extraña relación que estábamos teniendo. Se sentía bien, era como algo que sólo nosotros entendíamos y para mí era perfecto. No había presión entre nosotros, ambos sabíamos lo que había y lo que podía haber en un futuro, y aunque ahora lo mire y no me importa, nos habíamos saltado cada una de las barreras que nos habíamos puesto.

Al principio no estaban permitidos los besos en situaciones no sexuales, pero ahora los siento necesarios en mí día a día.

Después fueron las salidas juntos. No debíamos mezclar nuestra amistad con lo que ocurría por la noche en la cama, pero siento que gracias a ello estamos donde estamos y nos llevamos tan bien.

Y finalmente nuestras ex parejas. No debíamos inmiscuirnos en ello, no teníamos que habernos involucrado porque eso nos ha llevado a necesitarnos. Y yo nunca había necesitado a nadie y eso me asusta como el infierno.

— ¿En qué piensas? —preguntó el dueño de mis reflexiones logrando sacarme de ellas.

—Estaba pensando en eso de ''la chica'' —hice las comillas con mis dedos —explícamelo —insistí.'

—No tiene mucha importancia. Un día hablando de mujeres con Aiden, me dijo que para él la chica que merece la pena es aquella que te hace seguir cuando tú no quieres hacer otra cosa que detenerte. Eso es todo.

— ¿Y qué tengo que ver yo ahí?

— ¿No es obvio? Tú me haces acelerar cuando yo no hago más que echar el freno, Abril.

De pronto, y para mi suerte pues no sabía exactamente que había sido esa extraña y confusa afirmación, comenzó a sonar la música dando por iniciado el concierto.

Y para sobrellevar mejor la situación y alejando aquellas palabras de mi mente le di un largo trago a la copa mientras que Ethan me miraba sin saber que decir. Había enmudecido, seguramente se estuviera arrepintiendo de sus últimas palabras, por lo que ambos actuamos como si no hubiera existido; yo olvidándolo con alcohol y él, bueno él simplemente desapareció.


------------

Hola bebes :3 ¿Cómo están? Espero que contentas por esta nueva actualización xdd

Quería hacer este pequeño comunicado pues no sé muy bien cómo podré programar para actualizar durante las próximas dos semanas. Recuerdo que en el capítulo anterior os comenté algo por encima, pero ahora ya tengo fecha así que se ha hecho real.

El martes, día 11 de septiembre me operan, por lo que no tengo muy clara la forma de poder organizarme la vida y así ser puntual, así que por adelantado me disculpo si los capis llegan con un poco de retraso.

Tengo una larga recuperación y no sé cuantos días esté en el hospital sin internet... Lo que ya os digo es que trataré escribir estos días y le pediré a alguien que lo actualice o buscaré la manera. La falta de actualización es la última de las opciones.

Y dejando mi drama xd ¿Qué os ha parecido el nuevo capi? Parece que comienzan los sentimientos y las mariposas en el estomago n.n


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro