La tensión que sentía en su nuca era insoportable. Así venía siendo los últimos dos días, estiró sus brazos sobre su cabeza y la forma que sentía como alguien lo miraba, lo ponía totalmente incómodo. Miró hacia todos lados como un demente, pero nadie parecía prestarle la suficiente atención como para dejar a sus ojos enganchados a su persona. Tomó un trago de su café mientras su mirada recorría la cafetería que a esas horas estaba algo vacía. Era media mañana y se había tomado un descanso del trabajo, mientras esperaba a que Hyo llegara porque tenía que hablar de algunas cosas con él.

—Hola cariño—Murmuró la mujer, dejando un suave beso en sus labios. Puso la cartera a un lado y se sentó frente a él, sacando inconscientemente la piel de uno de sus dedos—. He venido directo del hospital y los médicos me han dado la noticia de que está un poco mejor que ayer. Su alzheimer seguirá avanzando conforme pasen los meses, pero por el momento todo está bien. Son pequeños los lapsos de memoria perdida que tiene aunque no son muy graves, recuerda rápido. Ella estará bien por un tiempo.

— ¿Es en serio? Me alegra saber eso, gracias cariño—Ella sonrió y negó con la cabeza mientras le daba un trago al jugo de naranja que JungHwa había pedido con anterioridad para ella. Se concentraron en su charla y la manera tan fácil que tenían de comunicarse el uno con el otro.

Mark estaba harto, unas mesas más allá de la del tío de Jeon y su esposa (eso quería creer aunque no veía un anillo por ninguna parte) mientras vivía a base de café y pastel de chocolate. Él estaba seguro que no había persona más aburrida de lo que era Jeon JungHwa, el tipo literalmente no hacía nada malo, simplemente se la pasaba de su trabajo a su hogar y de ahí en más en ocasiones salía a hacer compras, pero nunca lo hacía solo. La mujer de piel blanca como la nieve y cabello negro, lo acompañaba siempre, a excepción de algunas veces que parecía haber olvidado comprar algo y salía con prisa a buscarlo. En una sola ocasión del día anterior pudo verlo cambiar de rumbo hacia otro lugar y Mark expectante realmente creyó que tendría algo bueno entre manos, pero simplemente era JungHwa comprando un pastel en una panadería del centro. Mark ya no sabía qué hacer, Namjoon le había comentado varias cosas de cuando había sido él quien lo comenzó a seguir, pero nuevamente tenía lo mismo que el enfermero, absolutamente nada bueno.

Es un hombre de familia, no parece tener nada malo. Escribió mientras se enfundía aún más en la sudadera que llevaba puesta. Esperó por una respuesta por parte de Namjoon, Jeongguk o quien fuera que tuviera el maldito celular. Realmente no estaba haciendo nada importante así que no le pareció mala idea tomar este trabajo, pero realmente se esperaba un poco más de... acción o algo por el estilo.

Lo sé, pero estuvo infiltrado en la prisión hace unas semanas y Jeon realmente está sospechando de algo. Probablemente sea bueno que lo pregunte y JungHwa lo aclare, pero sabes como es. Y realmente lo sabía a la perfección, él no podría sacar nada de su cabeza hasta que todo estuviera aclarado así fuera malo o bueno.

Seguiré con lo mío, él se encuentra desayunando con su esposa. Ella era realmente me da escalofríos. Dejó el teléfono a un lado e hizo como si realmente estaba leyendo el libro que había tomado, era todo una fachada para aparentar que él no seguía a nadie y que simplemente estaba tomando café en ese lugar.

Las apariencias en algunas ocasiones engañan. Recordó lo que Jeon una vez le dijo y él le daba toda la razón. Durante mucho tiempo conoció personas que aparentaban ser lo que nunca podrían ser y su confianza se rompió muchas veces por culpa de ellas, por esa razón siempre se mantenía de aquí allá, nunca en un lugar en concreto. No confiaba en nadie más que esos que le habían demostrado que realmente valían la pena.

—Al fin te encuentro—Murmuró una suave voz y levantó la mirada llevándose un susto por completo—. Hace años que no te veo, Mark. ¿Sigues en el negocio?—Preguntó ella mientras se retocaba el labial en un espejo de mano.

— ¿Y a ti qué te importa? ¿Qué quieres, Minah?—Enarcó una ceja dabdo los últimos retoques antes de mirarlo con obviedad.

—Jeon. Quiero saber de Jeon—Miró hacia ambos lados mientras clavaba los antebrazos en la mesa—. La policía está sobre mi culo y ya no sé qué mierda hacer. Hace dos semanas que no abro el local, estamos perdiendo dinero.

—Suerte con contactar con Jeon—Soltó poniendo los ojos en blanco—. ¿Cómo me encontraste?

—Fue fácil, cariño—Ella rió como si fuera el personaje malvado de un dorama y luego lo miró con esos ojos felinos que parecían mirar mucho más allá que sus ojos—. Uno de mis chicos te vio al pasar por aquí y él corrió a contarme, vine lo más rápido que pude creyendo que no te encontraría, pero aquí estás—Tenía esa sonrisa en sus labios pintados de color granate mientras lo miraba fijamente—. Oye, ¿quién es ese tipo de ahí atrás y porqué es tan parecido a Jeon?

—No te importa, Minah.

— ¿Estás en uno de tus trabajos?—Parecía estar realmente interesada, pero sabía a la perfección lo venenosa que podía ser.

—Sigue sin importarte—Soltó clavando sus ojos en las personas un poco más alejados de ellos—. Debo irme—Tomó las pocas cosas que tenía sobre la mesa y comenzó a caminar hacia la salida de la cafetería.

JungHwa frunció el ceño cuando supo qué estaba sucediendo. Pudo descifrar lo que pasaba cuando reconoció a la muchacha que estaba unas mesas lejos de donde él y Jihyo estaban. Kang Minah era alguien importante en el bajo mundo así como sabía que manejaba muchos negocios ilegales que siempre pertenecieron a su sobrino. Jeongguk lo había mandado a seguir y realmente él no podía reclamar nada porque entendía por qué lo hacía, el por qué aún no intentaba confiar ni siquiera un poco en él. JungHwa siempre había jurado que nunca lastimaria a nadie de su familia y mucho menos haría algo para traicionarlos. Solo esperaba un poco para que Jeongguk por fin pudiera contar con él.

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En la mañana Jeon se había mantenido lo más despierto que había podido, pero el sueño comenzaba a cobrar factura y a pesar de que había intentado quedarse despierto, no lo logró. Fue Namjoon quien lo había movido con brusquedad para que despertara, Taehyung estaba en la puerta de la celda con los brazos cruzados y el rostro surcado en molestia. No estaba molesto porque Jeongguk estuviera durmiendo sino más bien que el enfermero hubiera entrado de esa forma y lo comenzara a mover como si estuviera desesperado por algo.

—Jeon—Murmuró haciendo lo posible para que Tae en la puerta no escuchara—, Jimin se está yendo.

— ¿Qué?—Preguntó sentándose en su lugar—. ¿Cómo qué se va? ¿Adónde?—Su cerebro estaba lo suficientemente dormido como para no entender una mierda de lo que sucedía.

—Pidió que reducieran su sentencia hace un tiempo atrás, ¿recuerdas?—Como siempre sucedía Namjoon no sabía controlar el tono de su voz y mucho menos tratar de guardar un secreto—. Los días que pasaron estuvo en el juzgado y el juez dictó que hoy le darían la libertad de irse de la prisión, siempre y cuando cumpla con las cosas que le dictaron—Jeon asintió con la cabeza mientras sentía como esta dolía de repente.

—Así que Hada hoy se va.

—Exacto—Dijo Nam, sus ojos de dragón demasiados aburridos puestos en el jefe.

—Necesita protección fuera, Jeongguk—Murmuró Tae.

—Lo sé. Dile a Mark que si ha terminado con lo que le encargué mantenga un ojo sobre Jimin. Que no esté solo, elige a unos cuantos y ponlos sobre el culo de Hada, no importa la mierda que él diga.

Los sentimientos de Taehyung se encontraban en un hilo. La felicidad y la tristeza explotaban con fuerza dentro de él, haciéndolo poner en duda de si debía llorar o comenzar a reír. Trataba de mantenerse tranquilo, pero la realidad es que no podía hacerlo, en cualquier momento se quebraria y no sabía si quedaría como un demente o como un bebé llorón.

— ¿Tú estás bien?—Preguntó Jeon acercándose a Tae y mirándolo fijamente. Sus ojos tenían un pequeño brillo de preocupación que hicieron al corazón del menor brincar con fuerza. Quería un abrazo, necesitaba sentir los fuertes brazos de Jeon rodeándolo, necesitaba sentir el calor que él desprendía.

—Sí, lo estoy—Murmuró muy a su pesar. Jeongguk sabía que mentía sin embargo no tocó más el tema porque no quería obligarlo a hablar, si Taehyung se sentía mal en cualquier momento acudiría a él y era más que obvio que estaría esperándolo con los brazos abiertos para tratar de consololarlo.

— ¿Qué mierda estás mirando Namjoon? Puedes irte, mierda—Soltó mientras hacía una seña con su mano, echando al enfermero del lugar.

— ¿Sabes? Puedes hablarme con delicadeza, neandertal—Tae apretó los labios, tratando de aguantar la risa y negó con la cabeza.

— ¿Quieres ir a ver a Jimin?

No dijeron mucho más después de que Kim asintió. Ambos se dirigieron a la celda de Hada mientras una mirada en particular se posicionaba en ambos, el ceño fruncido y los labios en una fina línea que demostraban lo poco cómodo que se sentía viendo eso. Lee Jongsu parecía hasta asqueado con la parejita que caminaba ajenos a su mirada, los rumores como siempre, fueron hablados día y noche, y él había tenido poco tacto cuando literalmente preguntó de quién mierda hablaban tanto. Parecía que el conocer a Jeon en los barrios privados no era muy común y él desconocía quién era hasta que lo amenazó, la información fue rápida de conseguir entre los reos y estaba tan intrigado por saber cómo es que ese tipo infundía tanto miedo a los de su alrededor que no paró a pensar en las consecuencias que sus acciones tendrían.

Lo que Jeon había dicho era verdad. Su archivo no mentía y él realmente se sentía halagado con lo que había hecho. También le llegaba a sorprender la forma en la que el reo parecía conseguir información de los demás en cuestión de segundos, le habían dicho que era un psicópata que tenía a todo el mundo bajo sus pies, pero parecía no creerlo. La condena a 45 años de prisión parecía demasiado aburrida para Jongsu, luego de que su abogada pidiera pericias psicológicas para que no fuera enviado a prisión y el juez negara lo pedido para luego dictar los años que pasaría dentro, él parecía sumamente aburrido o incluso lo llegaron a describir que no tenía sentimientos. Lo tacharon de todo e incluso alguien comentó en un blog que podía compartir varios rasgos psicopáticos con el tal Jeon, aunque esa persona luego borró el comentario porque no podía con todo lo que le había llegado. ¿Comparar a Jeon con Lee? Esa persona realmente estaba muy lejos de la realidad de las cosas y simplemente hablaba por hablar. Lee Jongsu había sido condenado por el homicidio de sus tres amigos, a los cuales asesinó a conciencia en distintos días de la semana en lo que, según él, dijo que fue en ataques de ira que lo llevaron a provocar eso. Pero las pruebas estaban en su contra y pudieron comprobar que todo fue planeado.

—Oye, niño bonito—Dijo Chris sentándose a su lado—. ¿Te molesta algo de Jeon o de Ricitos?—Preguntó demasiado obvio. Tenía la certeza de conocer a casi todos en el pabellón y además de que ea demasiado chismoso como para no enterarse rápidamente que Lee Jongsu estaba preguntando por Jeon.

— ¿Y a ti qué, puta?—La brusquedad de su voz hicieron a Chris soltar una risa baja. Kyle que se econtraba a su lado con los brazos cruzados en su pecho y el ceño fruncido, empujó su lengua contra la cara interna de su mejilla.

— ¿Puta yo? Veremos a quien vuelven una puta que ruegue por vergas cuando finalice la semana—Murmuró con demasiado veneno en su voz mientras golpeaba con un poco de brusquedad el brazo de Jongsu—. Escucha una cosa—Dijo en su oído—, Jeon te pondrá a lamer la suela de su zapato en cuanto intentes algo y en cuanto le digas algo él no dudara en cortar tu lengua y sacarte los ojos. Ten cuidado con lo que preguntas, las paredes son finas y hay oídos en todos lados. Pórtate bien, no queremos que el lindo nene de papi sufra alguna agresión aquí adentro.

—Vete a la mierda—Su rostro estaba rojo y la molesta ira que sentía parecía hacerlo querer reventar—. Debes de ser una puta de Jeon para hablar de esa manera. ¿Tanto te gusta su polla que lo defiendes de esa manera?

—No defiendo a nadie, Lee. Simplemente estoy diciendo cuál es tu lugar aquí adentro y de tapete creo que te verías más lindo—Le guiñó un ojo antes de retirarse de la mesa en donde Jongsu se encontraba sentado.

Namjoon observó todo desde lejos mientras uno de los reos le pedía algún ungüento para el sarpullido extraño que había salido en su boca y pecho. Miró con desconfianza al tipo que le estaba hablando e hizo una mueca con la boca.

—Hermano, deja de chupar verga de cualquiera que te la ofrezca. Tienes herpes, pediré que te trasladen y por lo que más quieras no toques a nadie.

— ¡Oh mierda lo que me faltaba!—Gritó y el enfermero se movió a la enfermería con rapidez antes de comunicarle a uno de los guardias lo que sucedía.

Jeon se apoyó contra el marco de la puerta de la celda, flexionando uno de sus brazos y resaltando aún más su bíceps. Dentro, Taehyung ayudaba a Jimin a empacar las pocas cosas que tenía dentro de la prisión, de lejos se notaba que Hada había estado llorando porque tenía las mejillas y su pequeña nariz de botón rojas también hablaba como si hubiera pescado un resfriado, y Tae, que no era muy bueno para controlar sus sentimientos con las personas que quería estaba haciendo todo lo posible para que las lágrimas que se habían juntado en sus ojos se fueran sin que él hiciera nada porque no quería delatarse. ¿Dolía? Claro que sí, pero Taehyung sabía que esto era lo mejor para Jimin, por fin liberarse de ese lugar y tratar de hacer todo lo posible para tener una mejor vida.

Hada tenía miedo porque no sabía que le esperaba en el mundo de fuera. Su archivo estaba manchado y las personas que supieran esto no lo verían con buena cara. ¿Encontrar un trabajo? Sería lo más jodido, tendría que buscar en lugares en donde abusaran de su tiempo y le brindaran una paga precaria con la cual tendría que sobrevivir a todos los gastos que un adulto independiente tendría porque nadie estaba dispuesto a darle un buen trabajo a una persona que recién salía de la cárcel. ¿Un lugar para vivir? No tenía y por más que se esforzara tendría que conformarse con un lugar pequeño en donde cupiera una cama y un escritorio, en donde tendría que compartir baño y cocina. Conocía todo lo que le esperaba fuera, pero realmente no estaba preparado para afrontarlo como debía.

—Park en unos minutos tienes que estar en la oficina del director—Avisó un guardia mientras se sentía algo intimidado por Jeon, se hizo a un lado y confirmó que Jimin había escuchado cuando este asintió con la cabeza antes de retirarse con rapidez de ese lugar.

Chris y Kyle llegaron en el momento justo que Jimin y Taehyung se encontraban abrazados como si fuera que nunca se volverían a ver en la vida porque a Ricitos le faltaba nada más que unos días para irse por fin de ese lugar. Son tan drama queen, pensó Kyle mientras los veía a ambos, la forma en la que ellos comenzaron a quererse y tener una conexión tan especial era difícil de creer. Era como si Jimin hubiera estado esperando por Taehyung o tal vez sería al revés, no lo sabía con claridad, pero la amistad de ambos era tan hermosa y tan única que no podía evitar envidiarlos en el buen sentido.

—Promete que te comunicaras, no importa la hora que sea—Murmuró Jimin mientras lágrimas caían por sus mejillas.

—Lo prometo, Minie boo—Dijo Tae mientras hacía todo lo posible para retener las lágrimas un poco más—. En unos días nos veremos—Prometió con una hermosa sonrisa geométrica y Jimin asintió antes de encerrarlo nuevamente en un abrazo.

Jeon detrás de ambos carraspeó mientras con el ceño fruncido los miraba. Jimin sonrió como solo él sabía hacerlo y le hizo una pequeña burla al mayor por tener la atención de Tae toda para él.

—Hada no nos olvides—Kyle y Chris se acercaron, siendo el primero quien habló y ambos encerraron al pequeño rubio en un abrazo apretado—. Ven a visitarnos en cuanto tengas tiempo. No sabes lo aburrido que será el lugar sin ti... yo... no quiero decir que seas aburrido Tae, pero ya sabes... a Jimin le encanta causar peleas—Kyle rió nervioso, incómodo mientras miraba al suelo y rascaba su nuca.

—Lo prometo chicos, en cuanto tenga mis cosas afuera vendré a verlos a todos—Miró a Guk unos segundos—. Cuídalo, Jeon. Lo vienes haciendo bien.

— ¿Estás listo?—Yoongi tenía una linda sonrisa gomosa cuando apareció para escoltar a Jimin hasta la oficina del director, este asintió y ambos comenzaron a caminar, luego de que el pequeño se despidiera rápidamente de todos nuevamente.

Los gritos comenzaron a escucharse en todo el pabellón. Reclamándole a Hada su salida tan repentina y el porqué los dejaría morir en ese lugar. Después de todo, Jimin era muy solicitado... por los polvos mágicos que repartía a casi todos los que estaban en ese lugar.

Taehyung hizo de un puño su mano y lo colocó justo donde se ubicaba su pecho. Las despedidas de este estilo dolían demasiado, pero se dijo que faltaba muy poco para volver a ver a quien consideraba como su mejor amigo.

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Holis, les traigo otra actualización que espero que sea de su agrado.

Ojo con Lee y JungHwa.

No tengo mucho para decir nada más que espero que hayan disfrutado de su lectura♡

Cuídense<3