1 día antes de que Taehyung
salga en libertad.

Taehyung había aprendido a reconocer a los condenados a muerte. No solo porque había visto a uno romperle el cuello a Salvatore delante de casi todo el mundo y sin que los guardias hicieran algo, sino que también, podía reconocerlos por las etiquetas rojas que tenían en su uniforme. Esa mañana en el patio habían unos cuantos, muchos se encontraban haciendo otras cosas, pero por alguna razón tres reos estaban prestándole una atención que lo ponía incómodo. Lo miraban fijamente, como si supieran algo que él no, y a los lugares que se movieran sus ojos, sentía a los contrarios como se encontraban pegados a su persona.

La mañana no había comenzado bien, tenía un dolor de cabeza insoportable y una molestia en su pecho que le hacía entender que algo sucedería, no sabía cuándo, cómo o por qué, pero pronto pasaría algo. Había intentado sacarse el malestar tratando de distraerse en cualquier cosa, pero parecía seguirlo a cada lado que iba. Molesto, miró fijamente a uno de los tipos logrando que este corriera su mirada por unos segundos, el condenado a muerte volvió a mirarlo y esta vez le sostuvo la mirada de forma amenazante, como si creyera que Taehyung armaría un escándalo porque estaba mirándolo de esa manera.

—Estoy cansando de toda esta mierda—Murmuró mirando hacia el cielo y jugando con sus manos. Faltaban unas horas. Unas horas más y por fin podría ser libre, terminaría con esto cuanto antes porque realmente no soportaba más.

Esperaría a Jeongguk, él lo haría e iban a ser felices fuera. Pero Taehyung no tenía ni idea de lo que podía pasar cuando ellos estuvieran fuera, todo lo que el futuro cercano les depararía mientras trataban de ser una pareja normal, tratando de que toda la felicidad que se habían permitido guardar explotara estando fuera porque dentro de ese lugar no podían permitirse muchas cosas. Habían muchos enemigos y cualquiera buscaba la forma de meterse entre ellos, de lograr que alguno de los dos cayera para destruirlos, ya fuera juntos o por separado. Tae sabía que no iba a lograr que Jeon se separara de esta vida porque era parte de su ser, pero realmente quería que dejara un poco de lado todo eso para que tener aunque fuera unos meses de tranquilidad, después, podía hacer lo que quisiera. 

—Ricitos de oro—Llamó Kyle en burla mientras sacaba de sus pensamientos a Tae—, ¿qué estás haciendo aquí tú solo?—Preguntó, se sentó frente a él mientras sus ojos escaneaban todo el patio. 

—Pensando—Murmuró en respuesta, desviando su mirada. Podía sentir los molestos ojos del condenado a muerte quemar con fuerza en su nuca. 

— ¿Quieres hacer algo?—Taehyung lo observó como si estuviera bromeando o algo por el estilo. ¿Qué podían hacer realmente? Kyle lo miró divertido sacando un mazo de cartas de uno de sus bolsillos, poniéndolo encima del banco en donde se encontraban sentados.

Tae se había levantado solo, había intentado buscar a Jeon, pero no lo había encontrado por ninguna parte. Preguntó a las pocas personas que le hablaban si lo habían visto y aunque había buscado al oficial Min para sacarse sus dudas tampoco lo había visto en alguna parte. Si Jeon tenía algo importante para hacer, él no estaba enterado, pero sospechaba que algo había sucedido para que desapareciera de esa forma.

— ¿Dónde está Jeon?—Se animó a preguntar un tiempo después, observando como Kyle repartía las cartas, sus manos por alguna razón fallaron y algunas cayeron del mazo sin que lo quisiera. Sus ojos se movieron casi por todo el lugar, como si estuviera pensando en qué responderle. 

—En la oficina del director—Contestó mientras seguía con las cartas.

— ¿Haciendo qué?—Kyle odiaba tanto cuando él se volvía un maldito preguntón.

—No lo sé—Respondió, pero sí lo sabía solo que le habían encargado que no abriera su boca a pesar de lo mucho que eso le parecía injusto. Taehyung merecía saber lo que estaba sucediendo porque de alguna u otra forma siempre terminaba involucrado en todo—. Mira, realmente no lo sé así que deja de mirarme de esa manera como si estuviera guardando el mayor secreto de la historia. 

Lo estaba haciendo y Taehyung pudo leerlo a la perfección solo que se dio cuenta que Jeon no quería que se involucrara, lo aceptó porque tarde o temprano lo sabría. Lo único que deseaba es que no fuera nada malo, ya estaba harto de que todo se fuera a la mierda. Él sabía que algo del pasado de Jeon volviendo había logrado que se reuniera tanto con el director de la prisión.

—Está bien—Soltó. Tomó las cartas que Kyle le dio y comenzó el juego.

Kyle estaba sudando en frío, no era bueno para ocultar cosas, prefería que fuera Chris el que estuviera en su lugar, pero por alguna razón él no estaba llevándose bien con Taehyung últimamente y prefería estar alejado antes de que involucrarse. Él sabía muy bien que Ricitos podía leer a las personas a la perfección por la carrera que estaba realizando, pero hacía todo lo posible para que no lo hiciera. ¿Cómo le decía que en realidad Jeon estaba teniendo problemas? Su antiguo jefe había aparecido y quería volver a arrastrarlo a su lado aunque se negara. Los rumores habían comenzado y Wooshik no era alguien que se mantendría oculto de los demás porque quería que supieran que había vuelto y que los problemas, volverían a pesar de que quisieran ignorarlos. No iba a quedarse tranquilo hasta que Jeon estuviera de nuevo en su grupo, hasta que volviera al lugar que realmente pertenecía.

—Kim tienes visitas—Un oficial dijo mientras se paraba al lado de ambos. Taehyung lo miró confundido sin entender quién podía ir a visitarlo en ese momento porque no tenía a nadie.

Taehyung miró a Kyle antes de irse con el oficial, siguiéndolo de cerca. El muchacho respiró hondo antes de levantarse del banco, viendo como Ricitos desaparecía de su vista, él encaminándose hacia el lado contrario.

—Necesito hablar con Jeon—Dijo a uno de los oficiales, llevándolo hacia la oficina del director.

Algo estaba pasando y Jeon necesitaba saberlo, que Taehyung tuviera visitas era extraño.

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Taehyung se alarmó. El lugar adonde estaban yendo no era ninguno que él conociera, habían pasado por pasillos que nunca había visto y en la conexión que tenían con el otro pabellón, doblaron a la izquierda. Él no sabía que había un lugar así en la prisión, la capilla era algo pequeña, pero parecía albergar a varias personas. La cruz enorme que estaba hasta el final le daba un aspecto tétrico y el tipo que estaba parado delante de ella, le causó escalofríos. Estaba de espaldas, pero podía notar su altura desde la puerta del lugar, llevaba un traje caro y a sus costados se encontraban unos tipos enormes que por un momento intimidaron a Tae.

—Señor, está aquí—Dijo uno de ellos y el tipo se dio la vuelta, la sonrisa de su rostro era extraña.

Su rostro no demostraba maldad a pesar de que su apariencia, sí. Tenía rasgos suaves y su mirada era tranquila. Él no parecía pertenecer a ese mundo, pero las apariencias siempre engañaban y Taehyung estaba más que seguro de eso.

—Kim Taehyung—Dijo, abriendo sus brazos como si esperara que Tae fuera corriendo hasta él—, me presento, soy Choi Wooshik y pertenezco a los Ssangkal—Estiró su mano y Taehyung la aceptó demasiado dudoso de lo que podría suceder.

— ¿Qué quieres?—Su mano se metió dentro de uno de sus bolsillos, apretando con fuerza el cuchillo que Jeongguk le había dado hace unos días.

— ¿Qué quiero?—Y la sonrisa que le dedicó esta vez, hizo que el muchacho se pusiera nervioso—. A Jeon quiero—Lo dijo como si él pudiera entregárselo, como si realmente creyera que Taehyung podía hacer que Jeon fuera con ellos—. Soy su ex jefe, él hizo muchos encargos para mí cuando era más joven y desde que se fue no pude encontrar a nadie que lo hiciera tan bien. Estoy buscandolo nuevamente.

— ¿Y? ¿Quieres que lo convenza o cómo crees que funciona esto?—Uno de los tipos enormes dio un paso adelante.

— ¿Cómo te atreves a hablarle así?—Wooshik puso uno de sus brazos sobre su pecho y le hizo una señal para que entendiera que no estaban ahí para pelear, por el momento.

— ¿Puedes convencerlo?—Preguntó, sus pasos eran largos mientras se ponía enfrente suyo—. ¿Estás dispuesto a convencerlo? Puedo darte lo que quieras, Taehyung. Pidemelo y haré lo que sea—Tae soltó una risa y lo señaló.

—No has podido convencerlo tú mismo, ¿no es así?—Rió sin saber por qué estaba haciéndolo. Un músculo se notó en la mandíbula de Wooshik cuando la apretó con fuerza—. ¿Crees qué yo puedo hacerlo? Jeon se manda a sí mismo, nadie puede convencerlo de nada. Si lo has intentado, dalo por perdido, no seas idiota.

Aish. Él tenía una gran boca y Wooshik estaba a punto de enloquecer. Él podía tener el control, debía de tener el control y no había nadie que se lo impidiera, él podía tener a toda Corea en sus manos sin ningún problema, pero había algo esencial que faltaba en su pandilla y ese era el idiota de Jeon. No sabía que estaba perdiendo la oportunidad de su vida.

—Ah, mierda. Realmente estás creyendo que puedes tener a Jeon a tu lado sabiendo que él hizo de su nombre solo, sin la ayuda de nadie y mucho menos sin tu ayuda—No sabía callarse y Tae lo sabía muy bien. Era un idiota, no podía seguir enfrentándose a este tipo de personas creyendo que podría contra ellos—. No voy a ayudarte, tenlo por asegurado.

— ¿Estás seguro?—Preguntó, su tono de voz se había oscurecido y su rostro había cambiado—. Jeon me debe algunas, él salió de lo más profundo. Él sabe que me debe algo y ahora, quiero cobrarlo—Dio unos pasos a su alrededor como si estuviera acechandolo—. ¿Sabes? No creí que Jeon llegaría a este punto, te conoció y se volvió un blando. Fuera eres el blanco de muchas personas y saben que si te tienen, tendrán a Jeon en sus manos, no podrás vivir tranquilo—Taehyung se mordió la lengua. No era algo que no supiera—. Eres hermoso para arruinarte de esa manera. Podrías hacer muchas cosas que estar todo el tiempo huyendo de los enemigos de Jeon. Tienes un nombre fuera Kim Taehyung, todos conocen a tu familia y he hecho algunos tratos con tu hermano.

— ¿Y eso qué? Me he separado de ellos, ya no tengo que ver con ninguno.

—Pero te siguen importando.

Taehyung sabía por dónde iría, en dónde tocaría para que él aceptara lo que sea que quería hacer, pero no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. Ya estaba harto de que todos pensaran lo mismo, parecía como si todos estos villanos compartieran una sola neurona que les decía lo que debían hacer. Él no estaba dispuesto a que lastimaran a su familia, pero tampoco dejaría que lo manipularan para que pudieran tener el camino libre hacia Jeongguk. Todo el mundo parecía creer que él entregaría fácilmente a Jeon, pero estaban tan equivocados.

—Y si ellos te siguen importando, no dejaras que nadie les haga daño ¿no es así?—Tae lo había leído en su cara desde el momento en que soltó este tema—. Convence a Jeon y ellos estarán bien, Taehyung.

—No voy a convencerlo. Ya te lo he dicho, si tú no has podido mucho menos podré hacerlo yo. Estoy harto de que todos intenten manipularme para tener a Jeon en sus manos ¿sabes lo molesto qué es eso? Además todos parecen usar la misma amenaza, la misma estrategia. ¿Acaso no pueden pensar por ustedes mismos algo nuevo? Vengo escuchando este puto cuento desde que entré a este lugar, en verdad aburren.

Wooshik apretó su cuello con fuerza mientras seguía avanzando con él, la espalda de Tae fue golpeada contra la pared, casi sacándole la respiración. Una de sus manos había ido a la muñeca del tipo mientras apretaba esta para que lo soltara, odiaba tanto cuando lo ahorcaban sin su maldito consentimiento. Los ojos del hombre se habían transformado por completo, infligian miedo, él no iba a negar eso, pero al contrario de los Jeon estos brillaban aún estando molesto. Taehyung lo pensó mucho tiempo, dijo cosas que no pudieron escucharse muy bien y la respiración estaba comenzandole a fallar, parecía que se le iba a reventar la cabeza de la fuerza que ese imbécil estaba realizando.

—Puedo matarte, aquí y ahora, y nadie va a saberlo—Sus dedos parecieron apretar con un poco de más fuerza.

La mano de Tae entonces se movió, en un movimiento rápido que no llamó la atención de ninguno en ese lugar y cuando Wooshik se dio cuenta, al bajar la mirada, su camisa blanca estaba tiñiendose de rojo escarlata. Taehyung no se quedó tranquilo, retorció el cuchillo con la esperanza de romper algún órgano interno o incluso alguna arteria que estuviera en el lugar que él estaba apuñalandolo. No quería llegar a esto, nunca se imaginó que podía llegar a hacer esto, pero lo prefería sobre morir porque estaba seguro que Wooshik no iba a soltarlo hasta que estuviera muerto.

—Hijo de puta—Murmuró, soltó a Taehyung y este cayó al suelo anhelando que sus pulmones pudieran recibir el suficiente oxígeno para volver a respirar con normalidad. El lugar se llenó de gritos y Tae aún estando en el suelo recibió una patada en su estómago, luego llegaron ciento de golpes más.

Un puño cerrado se estrelló contra su mandíbula y otro contra su pómulo, el tipo estaba diciendo algo, pero él no lo entendía realmente aún estaba tratando de hacer que el aire llegara a sus pulmones. Los golpes no pararon, le rompieron el labio y su nariz comenzó a sangrar, pudo sentir como la piel de su pómulo se rompía y a la sangre escurrir también por ese lugar. Trató de cubrirse todo lo que pudo, pero todo se hacía duro cada vez más rápido. Él sabía que debía de haberse quedado callado, pero el odio le ganó por sobre la cordura y realmente quería demostrarle a ese idiota que nada de lo que hiciera lo haría volver a Jeon.

Nada.

Absolutamente nada.

Incluso si él moría esa tarde.

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Jeon había llegado un poco tarde, pero lo había hecho. Golpeó al imbécil que se atrevió a tocar a su chico hasta dejarlo con el rostro irreconocible y escupiendo sangre. Luego se ocupó de Wooshik aunque sus monos no le querían permitir acercarse, lo vió tomándose una herida en su costado y él quiso abrirle unas cuantas más en todo el cuerpo. ¿Quién era este imbécil? ¿Quién se creía que era para tocar a Taehyung? Lo golpeó e insertó sus dedos en la herida cuando logró que los chicos con los que había ido le sacaran a los cuidadores de Wooshik de encima.

—No quiero verte cerca de Taehyung nunca más—Su voz siniestra, sus dedos abriendo un poco más la herida de arma blanca que Wooshik tenía entre su fosa iliaca y su flanco izquierdo mirándolo a los ojos tan vacíos y tan llenos de odio—. No quiero que te cruces en su camino nunca más. No lo busques y mucho menos me busques a mí o te asesinare. Sé dónde vives, sé dónde está tu querida ex esposa y tu pequeña hija ¿bien? Tienes más para perder que yo y no creo que te guste recibir ninguna parte de ellas como una advertencia ¿no es así?

Wooshik gritó cuando él escarbó un poco más y le sonrió tan frío, tan tenebroso, era como un demonio alimentándose del dolor ajeno. Lo dejó con la respiración agitada y con su costado ardiendo en llamas, su corazón había comenzado a latir con fuerza a causa del dolor que estaba sintiendo. Pudo ver a Jeongguk retirarse de la capilla con Taehyung en brazos. Él había llegado y había destrozado todo, sus chicos habían dejado a sus hombres en el suelo, golpeados y otros casi muertos. El muchacho se había salido con la suya tan rápido que no lo vio venir en ningún momento. Así como había llegado se había ido, pero él sabía muchas cosas aún. Wooshik sabía que Taehyung saldría en la mañana del siguiente día, pero si él ponía una queja podía seguir quedándose ahí hasta por diez años, también podía hacer desaparecer todo el historia de Jeon gracias a sus conocidos. Él tenía mucho por perder, pero Jeon no supo que él podía hacerle perder lo único tan importante que tenía en la vida.

Unas horas después, Taehyung había despertado en la enfermería, le dolía todo el maldito cuerpo y parecía no recordar lo que había sucedido para llegar hasta ese lugar. Pero luego su cerebro lo hizo y supo que la había cagado en grande.

— ¿Puedes moverte?—Observó al oficial Min y cuando quiso mover su brazo, notó como este estaba esposado a la camilla—. Fue el director, no sé qué mierda ha querido hacer. Él necesita hablar contigo ¿puedes ir hasta su oficina?

Taehyung asintió sin decir nada, el nudo que tenía en la garganta le impedía soltar algo. Yoongi lo soltó y cuando él bajó de la camilla, un mareo lo golpeó con dureza, pero se sostuvo fuerte antes de comenzar a seguir al oficial.

— ¿Y Jeon?—Preguntó cruzando sus brazos sobre su pecho, había comenzado a sentir frío y podía ver como los ojos de los prisioneros se ponían en él. Probablemente tendría la cara destrozada o algo por el estilo.

—Está con el director, algo sucedió, Taehyung. No sé bien lo que está pasando, pero tendrán problemas—El muchacho asintió y miró hacia otro lugar, no era como sino lo supiera.

Llegaron a la oficina de Mang entrando en esta, Jeon estaba ahí, el director e incluso Namjoon. Ellos parecían estar en una acalorada discusión que terminaron de golpe cuando los vieron a entrar. Yoongi se quedó junto a la puerta y le hizo una seña a Tae para que siguiera avanzando, Nam muy educadamente le pidió que se sentara.

—Wooshik llevará esto a los fiscales y los jueces—Murmuró el director mirándolo, Jeon casi lo entierra solo con mirarlo.

— ¿No puedes tener tu puta boca cerrada? Es Choi Wooshik, ¿tú crees que se atreverá a hacerlo cuando fue buscado por mucho tiempo? Es como si yo lo hiciera, Mang. Los fiscales y jueces estarían más que felices en que me entregue en bandeja de plata solo porque quiero denunciar que me atacaron en la prisión. ¿Tiene algo de lógica eso para ti?

Ya habían hablado de los planes que harían si algo así sucedía, Jeon no tendría problema de mentir y hacer pasar como que todo había sido por él, no podían hacerle nada más que ensuciarlo un poco más. ¿Qué importaba de igual forma? En tres días estaría fuera y su historial estaría borrado de la faz de la tierra. Podrían buscarlo, pero no tendrían los motivos del por qué lo hacían.

Taehyung los escuchó discutir, tal vez por lo que fueron horas, pero él tenía su mirada en sus manos ensangrentadas que temblaban sobre su regazo. Lo estaba consumiendo que discutieran como si fueran sus padres, el dolor en su cuerpo y rostro había comenzado a aumentar y nadie estaba prestando atención a las muecas de dolor que estaba haciendo. Parecía que iba a desmayarse, porque un mareo había hecho que toda la habitación comenzara a dar vueltas y empezara a ver puntos detrás de sus párpados.

Un segundo después él había sucumbido a la oscuridad.

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Buenas, no tengo mucho para decir más que todo lo que estuve poniendo en mi tablero estos días.

Espero que el capítulo sea de su agrado.

Saludos.