Tres
Bo.
—Tienes que dejar que te ayude, créeme yo no puedo cargarte.
—Lo se, pero no quiero que él me toque —señale a Jk.
—No me ire, estate tranquila.
—¿No puede venir nadie más?
—No, el dio órdenes específicas de que nadie más te toque, Bo por favor.
—¿Ya? Esta haciendo demasiado escándalo por un baño, va apestar si no deja que la ayude.
—Entiendela la arrollaste.
Jungkook giro los ojos, camino hacia mi y sin previo aviso me alzo en brazos, intente patalear pero me dolía el costado y la pierna.
—Maldito bájame.
Pero no me escuchaba, Juwon venia detrás con una media sonrisa, no se ¿en que le parece divertido todo esto?
—Deja abro la llave.
Juwon ajusto la temperatura de la ducha, mientras Jungkook me sentó en lavamanos.
—Te voy a colocar esto en tu yeso del pie —me muestra una especie de plástico —no te muevas o tendré que usar la fuerza.
—¿Por qué no me ahorras el traducir y le dices que hablas coreano?
—No quiero que me dejes sola con este idiota.
—¡Esa palabra!
—¿cuál? —Juwon parpadeo.
—Baichi, me la dijo cuando la rescate, y la dice seguido que esta conmigo, ¿Qué quiere decir?
—¿Quieres que le diga? —me pregunta.
—Si.
—Ella te llama Idiota.
Jungkook se encoge de hombros —Es raro, suena lindo cuando lo dice.
Movi mi pierna lastimada quitandola de las manos de Jk, mi corazón latía rápido, entonces me di cuenta que me observaba, la mierda que voy arruinar mi farsa del idioma.
—Ya te dije que no te tocaré de más, pero no me lo hagas complicado.
Ahora tomo una parte de mi camisa para tratar de quitármela, no me deje, comencé a removerme lo que me causaba más dolor.
—¡Bien! ¡Como quieras!
Pensé que lo dejaría pasar, pero volvió a cargarme haciendo enredar mi pierna sana en si cintura metiéndose conmigo a la ducha.
—Iré con el medico, te vas a tener que reemplazar el yeso —Juwon salió sin darme tiempo de decir nada.
Jungkook busco el shampoo para con un solo brazo tallarme el cabello, yo estaba paralizada mirando como la ropa se le pegaba al cuerpo y su expresión dura por las molestia lo dominaba, mi corazón estaba demasiado acelerado, con una sola mano me tenía sostenida mientras usaba la otra para ducharme.
—Llámame idiota de nuevo dulzura, en este momento no pareces tan intimidante.
Su voz grave me hipnotizo, agradecía al agua de la ducha de lo contrario hubiera notado lo húmeda que me tenía ahora…
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