Nueve
Bo.
—Boca abajo.
—No, voy a seguir tus...
—¡AHORA!
Cada vello de mi cuerpo se erizo, pero no quería obedecerlo, quería ver por alguna razón, hasta donde podía llegar, así que le sostuve la mirada.
—Bien.
Se quito subió las mangas de la camisa hasta los codos, se quito el cinturón mientras se acercaba hacia mi, no pude moverme cuando me rodeo de manera veloz, mis manos las doblo en mi espalda atándolas con el cinturón.
—Veo que no tienes problemas en someter a mis hombres.
Quito las sabanas llenas de sangre lanzándolas al suelo lejos de la cama, mire sus piernas a mis costados y sin ningún esfuerzo, me tenia sobre su rodilla en una posición que doblaba mi pierna lastimada, haciendo que doliera un poco.
—¡DEJAME!
—¡SILENCIO!
Una primer bofetada en mi trasero se escuchó, haciendo un eco tan fuerte que resonó por la habitación como un trueno, el dolor punzo y me hizo llenar los ojos de lágrimas, pero no de dolor. Volví a moverme tratando de resistirme, pero otro azote mas en la otra ahora.
—¡Aahh!
—Te dije que las niñas malas no merecen que se les trate bien, me mentiste Bo, estuviste jugando conmigo.
Otro azote mas, otro azote mas, y otro mas.
—¡Eso no me duele!
Mentira.
—¿Segura dulzura? — pellizco la piel hinchada — si puedo sentir tu piel caliente, por el dolor que has de estar sintiendo —lamio mi nalga — puedo escuchar como estas sollozando.
Dio otros tres azotes mas en cada una, haciendo que este movimiento rozara un poco mi entrepierna en cada golpe, haciendo que me corriera sin siquiera hacer nada mas.
—Sigues desobedeciéndome, te corriste, terminaste como una puta en mi pierna, eso no se hace, no te habías ganado ese derecho, te has llevado un orgasmo que debió bañar mi verga.
—Jungkook —mi voz había cambiado — seré, será buena.
Jalo mi cabello alzando mi rostro para morder mi mejilla —Claro que lo serás, pero tendrás que mudarte a mi habitación primero, me hacen falta algunas cosas.
JK
Se aferro a mi cintura, para sacarla de su habitación, todos mis hombres agacharon la cabeza y dos de ellos se miraron tragando saliva, camine con ella hasta ellos, la sentí tensarse, cuatro de mis hombres los sostuvieron sin que yo les dijera nada.
—La mujer no es una prisionera, este chica de aquí, es Zhang Bo, me pertenece, por lo que todos aquí saben que pasa cuando tocan lo que es mío.
Trajeron mi katana, desenfunde con la mano libre, las manos de ambos guardias estaban extendidas, gire la katana con un movimiento rápido ambas manos fueron cortadas cayendo al suelo.
—Recojan los, alimentes a los perros y a esos dos llévenlos a cicatrizarles las heridas, aun no termino con ellos.
Bo se retorcía en mi cintura, su respiración se había agitado un poco, podía ver su pulso en su cuello, mientras los ojos le brillaban mirando la sangre de los muñones.
Necesito follarla ahora.
La puse contra la pared, arranque su ropa interior mientras bajaba mis pantalones.
—Tus hombres...
Me alinee y me metí de golpe empujando hasta alzarla mas —Si ven les sacare los ojos, si escuchan les arranco las orejas, ahora gime fuerte con tu dulce voz, dulzura.
Embestí mas duro, ella encajo sus uñas en mis hombros mientras sin pudor alguno gemía alto, estaba tan mojada que podía meterme casi hasta la base.
—¿Serás una buena niña ahora Bo?
—No.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro