Jk

Llego tarde y lo primero que hizo fue ir con Taehyung, poco después vino a nuestra habitación, en cuanto entro y me vio sentado giro los ojos. Se que esta molesta por lo que le dije, pero el hecho de que no me mire siquiera esta molestándome.

Además ella es la que desobedeció. Miro su reloj y por su rostro se que tiene el azúcar baja, fue directo al cajón donde siempre tiene algo para comer, pero cuando lo abrió observo que estaba vacío.

—¿Dónde están mis cosas?

—¿Disculpa? Creo que no te escuché bien.

Se que me maldijo en mandarín por todo lo que dijo, me pare y cerré la puerta con llave.

—Jungkook, necesito comer algo.

—Lo harás, pero al mismo tiempo aprenderás que no debes de ser una chica rebelde.

Me observo con atención hasta que me senté en mi sofá al fondo de la habitación, me subí las mangas de la camisa y note como trago saliva, tome la botella que estaba en la mesita donde coloco el sake que a veces bebo.

—Compre esto hace poco —destape la botella sintiendo el aroma del chocolate salir de esta —Necesito una disculpa por tu comportamiento Bo, juegas mucho con mi paciencia últimamente, me pregunto si ¿Debería atarte a la cama para que me obedezcan?

—Púdrete.

Sonreí pues aunque sus palabras eran hostiles estaba sonrojada y ala expectativa de lo que haría.

—Mala elección bonita.

Saque mi miembro, para masturbarlo hasta que tomo la dureza necesaria, vertí el líquido de la botella, haciendo que el chocolate tocara la punta haciendo que chorreara por los lados.

—¿Segura que no lo necesitas?

Se acerco y se hincó entre mis piernas, recogió su cabello pero antes de que lo metiera a su boca la detuve con un tirón de su coleta.

—¿Cómo se dice pequeña Bo?

—Por favor.

—¿Por favor que?

—Por favor déjame probarlo.

—No he escuchado tu disculpa.

—Jungkook —su voz era tan sedosa —lo siento, siento desobedecer.

Solté su cabello —Buena chica, toma tu recompensa.

Abrió la boca para sacar la lengua tomando el primer sabor de la punta, tan rápido como sus papilas detectaron lo dulce del chocolate lo metió por completo para que su lengua recorriera la longitud recolectando el liquido que se mezclaba pronto con mi liquido preseminal, los lengüetazos que daba me estaban llevando tan rápido al límite.

Tome la botella de chocolate y vertí un poco mas sobre mi tronco mientras su cabeza subia y bajaba, lo saco de su boca para bajar a mis testículos que chupo con gusto, su mirada estaba lago perdida en su faena, es como un poema, esos lindos ojos amarillos, su mirada gatuna, es todo una femme fatale, una a la que le encanta el mamarme la polla.

Tome mi miembro para masturbarme en su cara corriéndome llenándola por completo, se lamio los labios, bajándose el vestido, para hacerse hacia atrás abriendo las piernas mostrándome su coño húmedo.

—¿Puedo tener mas?

Maldita sea esta mujer...