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Capitulo 35: Verdad

https://youtu.be/aVTMNkWiPf4

Por que sabiendo, cuan larga es la vida me deprimo con facilidad.

(Cuando comienza la canción, se ve viejo Reactor del Momentum en su mejor estado, y frente esa imagen aparece un joven Rex Goodwin que estira las manos, para que en un efecto de viento, la imagen se reemplace por el viejo Momentum y Roman con la capucha puesta, sonriendo siniestramente)

Quiero empezar de nuevo y lo inconcluso de una vez realizar.

(Se ve a un Kazuto de niño cerrarle la puerta, a Shiryu levantar su cabeza y el sol refleja un momento sus lentes)

(Cuando la música suena se ve una llama que toma forma, hasta mostrar al Dragón Carmesí, y frente al dragón el titulo de la historia)

Qué irónico es vivir motivando a otros, sin querer seguir.

(Kazuto camina a través de las calles llenas de basura de Satélite, que cambian a las calles limpias de Neo Domino, con la mirada hacía adelante y levanta las palmas)

Con sueños por lograr, tropezando con otros en mi caminar.

(Se ve a Shiryu en medio de un campo de césped con el viento sacudiendo el césped, sus ropas y cabello. Sus ojos siendo bloqueados por el reflejo de sus lentes. Shiryu da la espalda y la imagen se aleja y cae, hasta que el pasto bloquea la vista, haciendo un efecto de cambio)

No es que quiera arrepentirme ni regresar aquel pasado. Solo quiero recuperarlo.

(Se ve a Kazuto y Teresa de niños acompañados de una niña rubia, durmiendo en el suelo con almohadas esparcidas, para luego mostrar a Yusei acostado en la arena de la playa de Satélite, abriendo los ojos)

Mi cielo azul.

(Yusei estira la mano al cielo cubierto de contaminación por las fábricas de producción de Satélite).

No quiero ver en tu reflejo, esa expresión anegada ni de sacrificio.

(Se ve los pies de Rally y el resto de amigos de Yusei corriendo por las calles, para luego mostrar a Gai, enfocándose en su rostro. La imagen se mueve hasta la espalda de Ricardo y en cuanto se empieza a enfocar a su rostro, se ven ráfagas de viento hasta que se muestra la expresión horrorizada de Ricardo, rodeado por ráfagas que pasaban, como si estuviera al frente del origen)

Entiéndelo.

(Se ve a Tomoe. Ella tiene los brazos cruzados frente a sus ojos, viéndose solo su boca que dice la palabra de la letra)

El llanto no borra los pecados.

(Se ve a Kazuto, rodeado de los espíritus de su mazo, como protegiéndolo de algo)

Tu y yo llevaremos esta culpa.

(Se ve a Yusei, también rodeado de los espíritus de su mazo, con el Dragón de Polvo de Estrellas a su espalda)

Como escapo de este laberinto si esperándote estoy.

(Se ve a Jack con su disfraz, solo tras perder su titulo de Rey)

Si esperándote estoy.

(Se ve de manera rápida desde abajo hasta arriba a Shinji, Rafael, Boomer y Sect, haciendo un acercamiento a la sonrisa loca de Sect)

Todo se ha escapado de las manos y ser honesto tan solo me hace daño

(Se ve a monstruos distintos atacar por orden de sus duelistas: Exseñor Lavalval lanzar una ola de fuego. Brionac lanza una ráfaga de viento frío. Alanegra Maestro de Armadura da un puñetazo al aire)

Qué hago para encontrar una salida de esta realidad.

(El Dragón de Herramienta Poderosa emerge, con Leo sonriente. Se ve el edificio del Movimiento Arcadia, y a Divine en la cima, haciendo un acercamiento rápido a su rostro sonriente)

Cuál es el motivo por cual aun vivo. Cada noche mis recuerdos se van perdiendo.

(En un Turbo Duelo, Kazuto le ordena a Vajrayana atacar a Highlander Oscuro, ocurriendo una explosión, para que su oponente lo sobrepase e invoque al Dragón Ogro del Vacío. Kazuto juega una carta, invocando a Ascalon)

Nada es como antes. ¡Perdí toma mi seguridad! Y solo quiero escapar.

(Jack, con su disfraz, esta debajo de una parada de buses con el clima oscura. Ve una mano extenderse, alzando la mirada, viendo a Carly que le sonrie. En ese momento, los rayos de luz atraviesan el clima oscuro y Jack toma la mano, lanzando el gorro al aire)

Por que sabiendo cuan larga es la vida.

(Se ve a Martha en su orfanato, tomando té mientras ve afuera por la ventana.

Me deprimo con facilidad (cual es el camino).

(Kazuto derrapa su D-Wheel, persiguiendo a su oponente, mientras los dragones chocan, hasta que una gran sombra se muestra detrás del oponente de Kazuto)

Tal vez debería, ¡enfrentar esta debilidad!

(Kazuto extiende su brazo, tocando una lapida de monstruo, que brilla al tacto, cegando la imagen un segundo, antes de mostrar a Kazuto con su D-Wheel en el horizonte, proyectando sus sombras con la luz del sol).
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Tomoe no era una chica de la mañana. Si fuera por ella, dormiría hasta las 12 de la tarde, pero sus responsabilidades hacían que ese deseo fuera imposible.

Pero cuando la llaman a las 6 de la mañana, es normal que este molesta. Cualquiera estaría molesto por ser despertado, más aun estando agotada tras un Duelo de las Sombras con daño real. Si quien llamara era un número desconocido o una compañía queriendo ofrecer algo, hubiera contestado para mandarlo al diablo, bloquear su número y volver a dormir.

Pero como quien llamo era Yamato Kusaragi, tuvo que controlar su tono de voz para no sonar molesta. Ese anciano siempre la ha intimidado desde niña.

No le dijo mucho, solo que viniera pronto al edificio en donde trabajaba, ya que había algo que necesitaba hablar con ella. Y que no olvidara su Deck.

Le tomo 40 minutos bañarse, vestirse y arreglarse antes de salir. Aunque algunos sirvientes insistieron en que desayunara, ella solo tomo un pan con mantequilla y se fue.

Normalmente no era del tipo que se iba sin comer adecuadamente, pero si Yamato Kusaragi la llamo para que viniera lo más pronto posible, es porque algo importante quería decirle.

Uno de los choferes la dejo enfrente del edificio de la compañía, y con un gracias, se bajo, indicándole que se fuera sin esperarla. Ella vio la limusina irse por la esquina y después se quedo unos segundos viendo el edificio.

El edificio de la compañía era un edificio de 30 pisos con las letras KC en letras gigantes en la parte más alta. Este edificio era uno de los tantos que tenía Corporaciones Kaiba por toda la ciudad. Este se enfoca principalmente en la administración, control y guía de las Academias de Duelos repartidas por el país. También controlar y regularizan las 5 Academias principales, sobre todo la Academia Central, al ser la única de las 5 en aguas Japonesas.

Uno pensaría que una administración de este tipo se trabajaría en el edificio y sede principal de Kaiba Corp. Pero desde que comenzaron a construirse pequeñas Academias en las ciudades del país, Seto Kaiba decidió crear un departamento aparte para que se encargara completamente de esta administración con un edificio propio.

Actualmente Yamato Kusaragi es el líder del Comité Directivo de todas las Academias, principalmente las 5. Claramente un hombre no podría supervisar y administrar todas las academias del país, o la de las islas, por lo que tenía gente que se encargaba de esas áreas, pero era él quien tenía la última palabra sobre cualquier actividad o cambio importante.

Aparte de todo eso, el viejo Kusaragi también era un viejo amigo del abuelo de Tomoe y de Ricardo. Ella no sabe mucho de su historia, gran parte porque no le ha interesado saber, pero parece que Yamato ayudo a su abuelo a poner los cimientos de la Compañía Ryu.

Pasado los segundos de contemplación, ya que no había venido en persona a este edificio en, por lo menos, 3 años, Tomoe camino a la entrada. La puertas se abrieron a los lados y al entrar, vio una típica sala de vestíbulo, con algunas personas caminando. Una puerta de vidrio con un seguro eléctrico.

No tuvo que acercarse a la recepcionista, ya que sentado en un sofá de espera, estaba Takeru. Pero no estaba solo.

-No esperaba verte aquí- comento la peliblanca.

-Yo tampoco- respondió Lucy, rascándose los ojos en un intento de quitarse la somnolencia. -Pero mi primo me despertó y me trajo. No pude preguntarle, solo que eran ordenes de su jefe-.

Eso solo aumento la intriga de la Ryu. ¿Por que el Director de Seguridad traería a una civil? Si estaba aquí a la misma hora que ella, es por el mismo motivo.

-Lamento que el abuelo las hiciera venir tan temprano- hablo Takeru. -Pero es importante-.

-¿Y que puede ser tan importante para que llame a las 6 de la mañana? Si no tengo mis 8 horas de belleza, me pongo de muy mal humor- dijo Tomoe. Admitía que fue mezquina con lo que dijo, pero no podían culparla.

Lucy suspiro. -Creo que ya recuerdo porque la gente te llama "Reina del Hielo"-.

-¡Oye!-.

Takeru sonrió y soltó aire por la nariz. Como amigo de la infancia de Tomoe (aunque ella no los llamaría así) había visto el cambio en la chica al tener que cargar el apellido de su compañía desde niña, volviéndola una persona más reservada y fría, teniendo siempre cuidado con quien se relacionara para que no se aprovecharan de ella. Verla discutir con otra chica era entrañable.

-Me alegra que Tomoe tenga otra amiga. Puede ser difícil de carácter, pero es buena- le puso una mano en el hombro izquierdo a Lucy, palmeando un par de veces. -Es una tsundere después de todo-.

-¡No soy una tsundere!- Replico Tomoe.

-Negar que eres algo es un claro indicio de que eres eso. Y si te queda la bota...-.

Tomoe lo miro indignada antes de cruzarse de brazos.

-¿Solo estas aquí para molestar, o nos llevaras con tu abuelo?-.

-Un poco de alivio cómico siempre es bienvenido- dijo Takeru despreocupadamente, antes que su rostro se volviera un poco más serio. -Pero tienes razón- vio a la recepcionista, quien asintió y presionando una tecla, se escucho un ruido mecánico y vieron la puerta abrirse un poco. -Vayan al ascensor y suban al último piso. Mi abuelo les explicara todo-.

-¿Tu no vienes?- Pregunto Lucy.

-Tengo que esperar a alguien más- respondió. -Vayan y... mantengan la mente abierta, sin importar lo que oigan-.

Ambas chicas se miraron, un poco nerviosas por esas palabras. A Tomoe le preocupaba un poco como estaba actuando Takeru. Normalmente era un chico alegre, despreocupado y alguien que respiraba los duelos. Verlo actuar reservado y serio... no era algo con lo que se sintiera cómoda.

Ambas se armaron de valor e ingresaron al interior del edificio, dejando atrás a Takeru en la recepción.
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Tardo alrededor de media hora llegar al edificio. Ayudo mucho que Goodwin le hubiera dado la ubicación por GPS a su D-Wheel. El sol ya se estaba asomando en el cielo de Neo Domino, los vehículos ya comenzaban a funcionar y la gente se despertaba para iniciar su día, ignorantes de la amenaza que se cernía sobre ellos.

Kazuto aprovecho el viaje para procesar toda la información revelada. Era difícil de creer, pero creía cada palabra de Goodwin. Por primera vez, el hombre se mostró sincero, además de que había platicado en el camino con sus espíritu, corroborando que era verdad.

La amenaza de estos Dioses antiguos era tanta, que el Mundo de los Espíritus estaba inquieto. Por lo que Dux le explico, el mundo de donde provenían se preparaban para el ataque, ya que si los Dioses malvados ganaban, llevarían al Mundo Humano a la oscuridad y seguiría el mundo de espíritus.

-¿Cómo es que no me dijeron antes?-.

-"No estábamos seguros de que la amenaza fuera real. Eso paso hace 5000 años, más del doble del calendario humano actual. Aunque vivimos más que los humanos, los espíritus también crecemos y fallecemos. Yo no soy el mismo Dux que combatió en esa guerra, así que mi conocimiento es limitado. Pero cuando vi al dragón de tu amigo Yusei lo sospeche. Que apareciera Quetzalcoatl fue el último clavo para confirmar que esas historias eran reales"- respondió el Dracounidad.

-Pero debió haber quedado algún registro de eso-.

-"Si los hay, pero son antiguos que la mayoría esta olvidados. Además, no es como que podamos ir y venir a nuestra dimensión cuando podamos para revisar"-.

-¿No pueden? ¿Por que?-.

-"Cuando un espíritu hace un pacto, o como tu lo dices, una amistad con un humano, se queda dentro de su carta como su ancla para el mundo humano. Al hacerlo, tiene ciertas consecuencias: un espíritu deja de crecer y no puede volver a cualquiera de las 12 Dimensiones. Ni siquiera puede viajar lejos dentro del mundo humano, ya que debe estar cerca de su carta. Por eso estamos casi pegados a ti. No podemos alejarnos aunque quisiéramos"- explico. -"Y la única manera de romper el pacto con el duelista es que el duelista elija liberarlo o la carta se rompa. Por eso, en la antigüedad, cuando los humanos atrapaban a espíritus en sus tablas de piedra, estos no podían liberarse por su cuenta, a menos que su capturador los liberara o la tabla se rompiera"-.

-Eso casi suena a esclavismo-.

-"Y lo era, en ciertas partes del mundo, como Egipto. Pero cuando Humanos y Espíritus convivían en armonía era común que espíritus eligieran hacerlo por voluntad propia, jurándole lealtad a un individuo o familia. Ese es el caso de los Dracounidad, que desde que tu abuelo encontró las lapidas de nuestro clan, le juramos lealtad a tu familia"-.

-Cada vez que parezco entender algo de ustedes, me doy cuenta que lo poco que se-.

-"No te preocupes por eso, solo necesitas saber que te servimos por voluntad y no nos estas obligando a nada"-.

Era bueno saberlo.

Tras estacionar su D-Wheel en la zona de visitas y guardar el casco, cruzo las puertas, llegando a lo que sería la recepción. Ahí lo esperaba una cara familiar.

-Takeru-.

-Buenos días- saludo el pelinaranja de mechones verdes, poniéndose de pie. -Te estaba esperando-.

-Necesito hablar con tu abuelo- dijo Kazuto.

-Lo se, por eso te esperaba- comenzó a caminar a la puerta de adelante, haciéndole una seña para que lo siguiera. -Las chicas ya llevan un rato adentro-.

-¿Las chicas?-.

-Tomoe y la pelinegra. Lucy, creo que era su nombre, ¿no?-.

Kazuto asintió.

-Pues el abuelo les esta contando todo y su papel. Ya debieron haber terminado-.

Esas palabras, más la forma en que lo dijo... le dijo a Kazuto que Takeru ya le contaron lo mismo que a él.

Siguiéndolo, ambos caminaron por un largo pasillo hasta al fondo, donde había un ascensor. Tras esperar un poco, en donde Takeru saludaba a cualquiera que pasaba, el ascensor bajo. Esperaron a que se bajaran todos lo que traía y se subieron. Takeru marco el último piso.

Después de pasar el octavo piso, le llamo un poco la atención que el ascensor no se detuviera, ya que era lo normal que un ascensor se detuviera para que otros subieran a pisos más altos para no caminar las escaleras.

El silencio era incómodo, al menos para el Satelital. Era claro que Takeru ya sabía, pero no sabía abordar bien el tema.

-Así que...- empezó hablando en voz baja. -Ya te contaron todo, ¿eh?- Quiso darse un golpe en la cara por esas palabras.

-Si- Takeru giro su cabeza para verlo a la cara. -No te preocupes, creo totalmente todo y estoy en esto al 100%-.

-¿En serio?- Pregunto con algo de incredulidad. -¿Realmente crees todo lo de los dioses surgiendo de la tierra, dragones guerreros, demonios y el fin del mundo?-.

Takeru asintió. -Si me lo hubieran dicho en otro momento y hubiera sido cualquier otra persona, claro que no. Pero fue mi abuelo el que me lo dijo, y él no es el tipo que hace chistes sobre el fin del mundo. Además, desde que aprendí a ver espíritus de niño, siempre supe que todo era posible en el mundo. Sumado a todos los misterios que rodearon los duelos y vida de Yugi Muto... pues si. Si creo que el mundo esta siendo amenazado, y debemos salvarlo usando un juego de cartas. Y... ahora que lo digo en voz alta, suena absurdo-.

Kazuto soltó una pequeña risa. El comentario de Takeru ayudo a hacer menos tenso el ambiente que sentía.

Pasaron otros dos minutos exactos para que el ascensor llegara al último piso.

Cuando la puerta se abrió, emitiendo un pequeño pitido, Takeru y Kazuto entraron a la habitación.

Kazuto no era un experto en tamaño y ángulos, pero la habitación debía ser de unos 6x10 metros con un techo de 5 metros y nada tan grandioso. Mientras la decoración de la Mansión Ryu era espectacular y lo suficientemente llamativa para asombrar a cualquiera que la viera por primera vez, esta habitación era más modesta, pareciendo más bien a una cafetería sin uso, completa con una pequeña mesa cuadrada con seis sillas colocadas a los lados. El piso era liso de mármol negro pulido y ventanas de piso a techo a lo largo de las paredes que permitían contemplar una hermosa vista de la ciudad de Neo Domino. Del techo colgaba una gran lampara que ahora estaba apagada.

Alrededor de la mesa, estaban sentados Yamato, Lucy y Tomoe, ocupando tres de las seis sillas. El Kusaragi mayor usaba un haori negro con una tela blanca encima suyo y un bastón de madera en donde apoyaba ambas manos. Kazuto creyó que tenía los ojos cerrados, pero al acercarse más, se dio cuenta que los tenía muy entrecerrados.

Con un movimiento de cabeza apenas notable, los ojos de Yamato se fijaron en ambos jóvenes cuando salieron del ascensor.

-Que bueno que llegaron. Justo termine de contarles todo a las chicas- dijo Yamato. -Siéntense un momento, hay mucho de que hablar-.

Antes de que ambos tomaran las sillas, Tomoe se puso de pie de golpe, casi votando la silla en la que estaba sentada, golpeando la mesa con la palma de sus manos.

-¿Esto es una broma?- Dijo Tomoe, con la mirada en sus manos.

-T-Tomoe, tal vez deberías...- Lucy se callo en el instante que la heredera de pelo blanco le dedico una mirada fulminante.

-No puedes estar considerando que todo eso sea verdad- le recrimino. -Piénsalo: ¿dioses surgiendo de la tierra para traer la oscuridad al mundo? ¿Las puertas del Inframundo? ¿Qué yo sea descendiente de un rey de un pueblo ya extinto? ¡Es una locura! ¡Una tontería!- Alzo los brazos al aire de manera incrédula. -Los espíritus de Duelo son una cosa, pero esto...-.

-¿Por que estas aquí?- Pregunto Yamato, interrumpiéndola. Sus ojos estaban fijos.

Tomoe pareció perder toda su confianza habitual y se encogió de hombros ante la mirada del anciano.

-Usted me llamo...- medio murmuro, volviendo a sentarse en la silla.

-No me refiero a eso. ¿Por que estas aquí, en Ciudad Neo Domino? Con tus habilidades y notas, podrías haber ingresado en la isla Academia de Duelos Central. La sola influencia de tu familia hubiera bastado. Con todo eso, ¿por que estas aquí, en una Academia de Duelos de bajo nivel, y no en otra?-.

-Mi padre me inscribió ahí...- mascullo.

-¿Y lo aceptaste sin más? No me lo creo tan así. No sería la primer persona en ingresar a una Academia de Duelos en contra de la voluntad de sus padres. No, lo que te mantuvo aquí fueron las manos del destino-.

Tomoe abrió la boca, pero ningún sonido salió de ella, nada que pudiera decir en contra de las palabras de Yamato.

-No lo hiciste porque algo te impulsaba quedarte aquí, ¿cierto?- Más que pregunta, era una afirmación. -Era la mano del destino que te decía que tenías un papel importante para lo que se avecina-.

La mente de Tomoe lucha entre procesar todo y aceptar que una fuerza mística más allá de su entendimiento era lo que la mantuvo en la ciudad. Parecía que iba a colapsar de tanta información, o a despotricar hasta el cansancio. O las dos.

-¿Entonces es cierto?- Pregunto Lucy tímidamente. -Esos Dioses malvados... el fin del mundo... ¿realmente ocurrirá?-.

-No si los detenemos- dijo Yamato. -El destino del mundo ha estado en juego varias veces antes y héroes han surgido para detener la oscuridad. Esta vez, es el turno de ustedes para hacerle frente-.

-Pero, ¿por que nosotros? O mejor, ¡¿por que yo?!- Exclamo Lucy, entrando en pánico mientras miraba a los presentes. -Entiendo porque Kazuto y Takeru. Ambos son buenos duelistas. Incluso la Reina de Hielo es buena, ¡pero yo no puedo, apenas estoy en mi segundo año en la Academia de Duelos!-.

Kazuto no culpo la reacción de Lucy. Ella era nueva en todo el tema, había vivido una vida normal hasta hace poco, y ahora le dicen que espíritus y dioses son reales y que quieren destruir todo, y que ella es uno de los responsables en detenerlos. Era una carga muy grande para cualquiera, sobre todo para alguien tan joven.

Yamato también sentía lo mismo. Si fuera por él, no pondría esta carga sobre su nieto y estos jóvenes, pero este asunto iba más allá de lo que los mortales podían controlar.

-¿Por que no mejor pedirle a un duelista profesional que lo haga? ¿O a Jack Atlas? Cualquiera es mejor opción que una estudiante. Creo...-.

-Te pido amablemente que no te tires para abajo, jovencita- interrumpió Yamato con voz severa, pero que tenía un tono de amabilidad. -Entiendo lo que dices. No me gusta poner a ninguno de ustedes en tal peligro, pero los Dioses han hablado, y los eligieron a ustedes. Cualquier otro individuo, aunque sea un duelista profesional, solo fracasaría. Entiendo bien que no es una carga que desees, pero ahora que se te fue impuesta, solo te queda prepararte para enfrentarte a ellos. Puede que no lo veas, pero tienes un gran potencial dentro de ti. Potencial que te ayudaré a desbloquear-.

-¿Me ayudara?- Lucy pareció perder un poco del miedo que tenía, reemplazándolo por una curiosidad.

Yamato asintió. -Tienes bastante energía espiritual en tu interior, fácilmente podrías ser una duelista psíquica, pero lo tienes muy bien controlado, y tal parece que es subconsciente. Te ayudaré a usar la energía espiritual. Eso te permitirá un mejor control de tu propio mazo, e incluso la posibilidad de ver los espíritus que habitan en él. Pero no dudes de tus habilidades-.

Los ojos de Yamato miraron por encima de Lucy. La mirada de Kazuto, Takeru y Tomoe fueron a la misma dirección. Encima de Lucy apareció flotando Dragonteza Naturia. No solo él, Bestia Naturia apareció detrás del asiento de Lucy. Ambos monstruos estaban cerca de Lucy de forma protectora, mirando con cuidado a Yamato.

Aunque Lucy desconocía. Al ser nueva en todo, apenas sabía de espíritus, menos podía verlos. Por eso era inconsciente de los Espíritus de Duelo que habitan en su deck.

La expresión de Lucy cambio a una pensativa, revisando en su mente los pro y contra de aceptar lo que decía el viejo. Aunque todo eso del fin del mundo y que debía ayudar a salvar el mundo la asustaba, la capacidad de ver a los Espíritus de Duelo, sobre todo los suyos, era muy atrayente.

Además, si el mundo realmente estaba en peligro y tenía la posibilidad de evitarlo, ¿no debería hacerlo?

-Lucy, quiero que entiendas algo: si puedes ayudar a alguien, debes hacerlo. No porque esperes alguna recompensa, sino porque es lo correcto. Por que si tienes la capacidad de ayudar a otros, es tu responsabilidad hacerlo-.

Las palabras dichas por su Padre cuando fue ascendido en su puesto a Capitán de Security en Tokio resonaron en su mente. Al ser de una familia de oficiales, desde pequeña se le inculco el deber, el respeto por las leyes, y la responsabilidad de ayudar a otros.

Y ahora, en este momento, después de una historia digna de Dreamworks o Disney, decían que el mundo esta en peligro y ella puede hacer algo para salvarlo. ¿Cómo podía negarse? Su Padre, tío y primo enfrentaban criminales todos los días, arriesgándose siempre. ¿Cómo podía ser menos? Su Padre no crio a una cobarde.

-Me convenció, señor. Si realmente puedo hacer algo para salvar el mundo, lo haré-.

Yamato sonrió al ver el cambio de actitud en la chica, reemplazando el pánico que había crecido en ella por un semblante más determinado con un brillo en sus ojos.

Su mirada ahora se poso en Tomoe. -¿Y que dices tu, joven princesa de los Ryu? ¿Estas dispuesta a liberarte de los grilletes que te atan y alzar tus alas para enfrentar la amenaza que viene?-.

Tomoe tenía la mirada en sus manos, que formaron puños y descansaban en su regazo. Su mente aun luchaba por procesar todo y encontrarle la lógica a todo.

Al final opto por la decisión más sentada para su mente: mandar la lógica al diablo y aceptar las cosas como son. Eso estaba bien para su mente.

Miro a su primo. -Te odio por poner todo mi mundo patas arriba-.

-Perdón- dijo el pelirrojo avergonzado.

La peliblanca con ascendencia mixta solo suspiro, liberando la tensión de su mente. -Pero supongo que esto iba a pasar, con o sin ti, así que, viéndolo por el lado positivo, me permitió aceptar todo esto mejor-.

-¿Realmente aceptas todo así de fácil?- Exclamo Takeru sorprendido. -Sin ofender, pero realmente creí que lo negarías con más ganas y tendríamos que demostrarte que todo es verdad en un duelo-.

Tomoe se encogió de hombros, sin ofenderse. -Antes habría sido así, pero con todo lo que ha pasado últimamente, ya al menos soy capaz de aceptarlo. Además, si estos Signos Oscuros son tan poderosos y peligrosos como dices, explica lo que paso ayer-.

-¿Qué paso ayer?- Pregunto Kazuto.

Tomoe le dio un corto resumen del duelo de ayer con Teresa, quien no parecía ella misma. Yamato llego a la conclusión que los Signos Oscuros la estaban controlando para probar las habilidades de Tomoe, lo que también explicaría el duelo con el sujeto que se batió en duelo con Kazuto.

-Si ya tienen el poder suficiente para controlar a personas desde la distancia, es porque su poder esta casi en su punto más alto. Debemos prepararnos rápido- dijo Yamato.

-¿Y que quieres que hagamos, señor?- Pregunto Kazuto. -Goodwin mando a Yusei a Satélite a luchar, pero aunque confío en las habilidades de mi amigo, él solo no podrá contra los Signos Oscuros-.

Kazuto le tenía la mayor de las fe a Yusei, le confiaría la vida sin dudarlo; pero ni siquiera él podría contra este desafío solo. Si los Signos Oscuros eran tan poderosos como Rex decía, entonces debían hacer algo pronto.

-El deber de Goodwin es reunir a los Signos y prepararlos para la lucha. El mío, es reunir a sus Guardianes Carmesí para prepararlos también- dijo Yamato. -A Takeru no tengo mucho que enseñarle, solo debo reforzar los puntos en los que es débil-.

El nieto del anciano inflo el pecho.

-Tu, jovencita...- miro a Lucy. -Contigo tengo más trabajo, por lo que me dedicaré más a ti que al resto- miro a Tomoe, y después a Kazuto. -Ambos necesitan desbloquear todo el poder de sus mazos, y solo lo lograran cuando tengan las cartas de sus arquetipos-.

-¿A que te refieres?- Pregunto Tomoe.

-Él...- miro a Kazuto. -No tiene todos los monstruos Dracounidad del Extra Deck, y a tú... bueno, es algo que tienes que discutir con tus monstruos, pero te ayudaré a lograrlo-.

Tomoe frunció el ceño de manera profunda, mirando de reojo su deck que estaba en su Disco de Duelos en su brazo. Después tendría una charla con sus espíritus.

-Es por eso que vine- dijo Kazuto, poniendo una mano en la mesa. -Goodwin dijo que te dio toda la información sobre el caso de mis Padres. La necesito-.

-Te la daré cuando terminemos de hablar- aseguro el viejo calvo. -Ahora, como Guardianes Carmesí, hay que saber a que Signos deben proteger cada uno-.

De una de las grandes mangas del haori, Yamato saco una caja que había estado oculta por la manga, y que nadie noto porque había tenido los brazos sobre la mesa todo el tiempo. Al abrir la caja, revelo 4 monedas hechas de un material que parecía ser de oro, más un espacio donde debería estar una quinta.

-Tome cada uno una moneda, y al instante sabrán que Signo deben proteger. Cuando el momento de la lucha llegue, no deben separarse del Signo, a menos que sea para luchar-.

Los chicos hicieron caso y tomaron las monedas. Apenas las tuvieron, la parte frontal de cada moneda libero un pequeño brillo carmesí que se apago en poco tiempo, revelando una parte del cuerpo del Dragón Carmesí diferente para cada uno.

Kazuto tenía la cabeza.

Tomoe tenía la cola.

Takeru la de la garra delantera.

Lucy la de la garra trasera.

-¿Y que pasa con las alas?- Pregunto Kazuto. -De hecho, ¿no deberíamos ser cinco? ¿Dónde esta el último?-.

-El quinto guardián ya esta listo desde antes que lo llamara. De hecho, estuve entrenándolo durante todo el día de ayer- respondió Yamato. -Él es verdaderamente excepcional, solo le tomo un día aprender lo básico y tener el nivel necesario. Nunca nadie había logrado ese nivel de avance en mi entrenamiento antes. Será un valioso aliado-.

El viejo se puso de pie.

-Será mejor empezar cuanto antes. El tiempo perdido lo lloran hasta los ángeles- miro a su nieto. -Llévalas abajo, al subterráneo. Ayudará si entrenan ahí-.

-¿Qué hay en el subterráneo?- Le pregunto Lucy a Takeru.

-Una especie de sala donde los antiguos practicaban el Duelo de Monstruos antes de que fuera como lo conocemos. Te encantara- respondió Takeru, levantándose, acción que imitaron todos.

-Espera un poco, Kazuto Ryu- dijo Yamato al pelirrojo. -No es necesario que tu entrenes con el resto. Ya tienes todas las habilidades cubiertas, solo te falta recuperar las cartas que te fueron quitadas. Ahora te entregaré la información que quieres. El resto dependerá de ti-.

Le lanzo una mirada a su prima y amigos. Por un lado, no quería dejarlos votados para seguir su objetivo. Por el otro, sentía que estaba tan cerca de alcanzar la verdad que ha querido por diez años que se esta volviendo impaciente.

-Relájate- dijo Tomoe, moviendo la mano en un gesto despreocupado. -Esto no es diferente a lo que hago cada día para probar mi valía. Al igual que siempre, saldré triunfante, digna de una Ryu- se tiro la cola de caballo atrás en un gesto altivo.

Los labios de Kazuto se estiraron en una pequeña sonrisa. No había pasado mucho desde que se conocieron, pero le alegraba ver lo bien que parecían llevarse él y su prima. Se dio cuenta que, sin importar cuanto ella se quejara, no parecía molestarle su presencia.

-Gracias. Y también me disculpo por haber dado vuelta tu mundo-.

-Más te vale. Haré que un día lo pagues-.

Con esa divertida amenaza, Takeru se llevo a las chicas al ascensor, donde marco el botón de -3.

Cuando las puertas del ascensor se cerraron, Yamato se permitió soltar un suspiro de fatiga, sentándose en la silla donde unos segundos había estado.

-¿Esta bien?- Pregunto preocupado Kazuto, notando los movimientos del mayor como algo preocupante.

-Cuando llegas a los ochenta y tantos como yo, es un esfuerzo el solo estar sentado tanto tiempo en un lugar- suspiro. -Pero comparado al tiempo que han vivido las estrellas, o a la magnitud del universo, no es nada más que algo fugaz. Los humanos tenemos un tiempo limitado en esta vida, y para bien o para mal la intentamos vivir al máximo. Tu abuelo lo entendía mejor que nadie-.

-¿Conoció a mi abuelo?- Kazuto parpadeo sorprendido, volviendo a sentarse en su silla.

-Nos conocimos en la Academia de Duelos Central cuando éramos jóvenes. Fuimos rivales, y después buenos amigos. Ambos teníamos grandes sueños que logramos cumplir-.

Del bolsillo de su haori, saco un pendrive que deslizo por la mesa hasta dejarlo frente las manos de Kazuto.

-Esta es toda la información que Goodwin obtuvo sobre el caso de tus padres-.

Kazuto tomo el pendrive. Toda la información sobre aquel caso que cambio su vida, las pistas que podrían llevarlo a descubrir al verdadero asesino de sus padres, estaban en esta cosa tan pequeña.

-Muchas gracias. Por mucho tiempo he buscado por una respuesta a esto... y siento que me acerco cada vez más-.

-Kazuto Ryu, no se a quien te guie esa información o lo que harás cuando lo encuentres, pero recuerda que la oscuridad esta siempre presente en todos. Envidia, odio, celos o hasta codicia, son motivos que la gente usa para cosas como lo que te paso. Eso le puede pasar tanto a desconocidos de tu familia, como a alguien de confianza. Mi único consejo es, quien sea el responsable, mantén tu corazón firme-.

Las palabras de Yamato contenían la sabiduría de un hombre que ha vivido mucho y hecho mucho. De alguien que habla porque conoce las consecuencias de las acciones y lo que podrían generar esas consecuencias. Esta es la primera conversación que tiene con el viejo, pero cada vez que hablaba, Kazuto sentía la obligación de escuchar atentamente. Era una clase de fuerza y respeto que nunca había visto.

-...Lo haré- se puso de pie y camino hasta el ascensor, presionando el botón de arriba. Tenía que esperar un rato, porque el ascensor seguía bajando e iba recién por el piso 10.

-Otra cosa...- volvió a retomar la palabra Yamato, atrayendo de nuevo la atención del joven usuario de dragones. -Esto es más bien una advertencia: no confíes mucho en Goodwin. Puede que sea un aliado, pero esta rodeado de un halo de misterio... uno oscuro. Y confía menos en los que están detrás de Goodwin y lo guían-.

A Kazuto si le preocuparon esas palabras por lo seria que fueron. Tanto, que tuvo un pequeño escalofrío que supo retener.

-No necesito que me lo diga. Nunca he confiado en él para empezar-.

Yamato asintió, aunque Kazuto no pudo verlo al estar aun mirando hacía la pared.

Tras unos minutos de espera, el ascensor finalmente subió y Kazuto se metió para bajar. Tenía que investigar lo más pronto esta información de la que no podía esperar más.

Cuando el último joven se fue, Yamato movió su silla y se levanto, caminando hasta el final de la ventana, contemplando la hermosa ciudad Neo Domino.

-Los Ryu y los Kusaragi somos los últimos descendientes de la nobleza del Pueblo de las Estrellas. Hemos tratado de mantener nuestras tradiciones vivas lo más que podemos, al menos las más importantes, pero los Ryu se desviaron del camino y dejaron de lado sus tradiciones- comentaba en su mente Yamato, reflexionando sobre su familia y la de su viejo amigo. -Pero tengo fe en que las jóvenes crías que están dando sus primeros pasos para volar sean los que cambien eso- a su mente vinieron los rostros de Kazuto y Tomoe. -Que los espíritus estén con ustedes, jóvenes guardianes-.

Su tiempo paso hace mucho, y en cualquier momento dará su último respiro. Esta listo para aceptarlo; pero hasta que ese momento llegue, hará de su parte para que los frutos que están creciendo puedan afrontar los desafíos que el mañana traerá.
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Ricardo caminaba por los pasillos que daba a la habitación compartida de Gai e Isabella. En otro momento, no se hubiera acercado sin permiso, menos de una manera cautelosa, como si estuviera en un lugar prohibido para él, pero algo le estaba llamando.

-He sentido estas pulsaciones desde que la señorita Tomoe se fue. No es coincidencia. Esta energía es de un Espíritu de Duelo- pensaba Ricardo, parándose frente a la puerta de la recamara. -¿Pero porque vienen de esta habitación?-.

A pesar de su rechazo a lo espiritual, Shiryu también podía ver los Espíritus de Duelo y tenía espíritus acompañante con él. Pero a diferencia de la relación que tuvo Banjo o Gai con los Dracounidad, la relación de Shiryu con sus monstruos era más de amo y siervo. No era raro, considerando que muchos espíritus son de mundos donde época de caballeros. Sus monstruos son samuráis que sirven fielmente a un shogun, que sería los patrones de la casa Ryu, al ser la familia a la que él sirve.

Con inquietud, como si estuviera haciendo algo indebidamente moral, puso la mano en la manija para abrir la puerta, viendo el interior de la habitación del matrimonio Ryu.

La habitación era espaciosa. Tenía una cama tamaño King con varias almohadas y sabanas hecha de la tela más fina que parecía brillar. Había un escritorio de tres cajones en cada lado con una pequeña lampara de noche. Al otro lado de la puerta estaba un retocador con espejo, donde seguramente Isabella lo usaba para maquillarse y ponerse sus joyas. Al otro lado de la habitación, dando la cara a la cama, estaba un ropero con puerta deslizante que ocupaba todo el espacio. El techo estaba pintado de un blanco puro y colgaba una gran lampara para iluminar toda la habitación. Las paredes pintadas de un azul oscuro con dibujos de flores blancas.

-El pulso viene de aquí- camino al escritorio del lado derecho, abriendo la tercera caja. -Esto es...-.

La caja era rectangular de un color blanco con grabaciones de amarillo. Tiene un papel pegado frontalmente que tenía escrita las palabras "Sellado" en Chino.

-¿Por que el amo Shiryu tiene algo como eso?- Se pregunto, tomando la caja entre sus manos. -Yo... no debería, pero mis instintos dicen que lo haga-.

Una de las tantas cosas que aprendió de Banjo fue a seguir siempre sus instintos. Cuando la mente no sabía que hacer, el cuerpo y alma de una persona le indicaba que debía hacer mediante el instinto. Aun cuando parecía estar haciendo algo incorrecto, si tu instinto te decía que lo hagas, tienes que hacerle caso.

Con Banjo siempre fue así, y su instinto siempre tenía razón al final, aunque significo que los metió en muchos problemas en su juventud. Recuerdos que atesora con cariño.

Con eso, retiro con cuidado el papel. Al hacerlo, la tapa de la capa se abrió sola, revelando un deck.

-¿Unas cartas?- Tomo la baraja en mano y vio la primera carta. Abrió los ojos, reconociendo el monstruo. -Este es...- paso rápidamente las cartas una tras otra en una revisión. -Esta baraja... son los Valle Brumoso... el deck de la ama Hope-.

Él pensó que esas cartas fueron robadas aquella noche. ¿Por que Shiryu tenía las cartas de su cuñada?

Una corriente de aire surgió de la nada desde el mismo mazo, sacudiendo la habitación, votando la lampara del escritorio. Seguidamente, apareció un Espíritu de Duelo: un ave de grandes alas con dos grandes garras inferiores y largo pico amarillo. El plumaje en su cuerpo era de un verde oscuro, y las plumas eran del mismo color hasta las puntas, que eran de un morado intenso.

-¡POR LOS DIOSES! ¡SOY LIBRE AL FIN!- Grito el espíritu de ave con júbilo en su voz.

Ricardo retrocedió un par de pasos, viendo con los ojos bien abiertos al espíritu. -Tu... eres el Pájaro de la Bruma Clausolas- lo reconoció con asombro.

-¿Hm?- El ahora identificado Clausolas miro hacía abajo. -Ricardo, que bueno es verte- lo miro fijamente un par de segundos. -¿Soy yo o tu cabello es más blanco que la última vez?-.

No había duda. Era el mismo Espíritu acompañante de Hope.

-Pasaron 10 años desde la última vez-.

-¡¿Tanto?!-.

-Creíamos que habían robado tus cartas cuando mataron a la ama Hope y al amo Gai. ¿Por que estabas dentro de esa caja? ¿Qué es esto?- Levanto el papel que saco de la caja.

-Eso es un sello que mantiene encerrado a los Espíritus de Duelo dentro de sus cartas en un sueño indefinido. Eso explica porque no sentí que paso tanto tiempo- dijo Clausolas. -Ese bastardo... ¡las pagara! ¡Lo despellejare vivo con mis garras!-.

Esas palabras le indicaron a Ricardo algo importante: Clausolas vio lo que sucedió esa noche. Sabe quien mato a Gai y Hope.

-Clausolas, ¿sabes quien los mato? ¡Tengo que saberlo!- Pidió el hombre mayor, casi exigiendo. Su tono de voz era acelerado. Finalmente, el misterio que lo ha atormentado durante diez largos años, la razón por la que el joven amo vino a la ciudad, ¡todo estaba a su alcance!

El espíritu ave se callo unos instantes, mirando a Ricardo y desviando la mirada un par de veces. Aunque no tenía un rostro exacto, Ricardo podía adivinar que el pájaro estaba pensando.

-¡¿Qué pasa?!- Pregunto impaciente el normalmente tranquilo señor mayor.

Clausolas sabía que no existe manera de decir esto de un modo fácil o amortiguador, así que decidió soltar la bomba de una vez.

-El responsable de todo fue Shiryu-.

Ricardo quedo en silencio al escuchar eso. Su rostro que era la mascara de la profesionalidad quedo blanco de expresión. Su piel se volvió pálida de golpe.

-¿Qué... dijiste?-.

-Lo que escuchaste. Fue Shiryu y otros sujetos los que irrumpieron en la mansión. Apenas pude advertirle a tiempo a Hope para que despertara antes que ese espíritu con la guadaña usara una especie de poder para sellar el lazo que tenemos todos los monstruos de su mazo con ella, lo mismo hizo con los Dracounidad- explico. -Realmente lo siento, Ricardo. Se cuan importante es para ti... pero te juro por los Dioses que voy a matarlo-.

Ricardo retrocedió, su mente procesando lo escuchado, pero incapaz de creerlo.

¿Por que Shiryu le haría algo así a su hermano y cuñada? ¿Por que cometería tan pecado de matar a su propia carne y sangre? ¿Por que dañaría a la persona que había estado con él desde la tierna infancia? No podía encontrarle un motivo. Aunque los hermanos habían tenido problemas en los últimos momentos de vida, no justificaba el cometer un acto atroz de entrar en la noche y matarlos.

Sus piernas temblaban por la revelación. Su piel se hacía casi tan pálida como las canas que tenía. Tuvo que sentarse en el borde de la cama para no caer al suelo.

-¿Por que?- Era la pregunta central de todo.

-Por esa estúpida compañía, ¿por que más?- dijo Clausolas con desprecio. -Los humanos son avariciosos que no dudarían en hacer lo que sea por el dinero. Cuando conocí a Hope, creí que me equivocaba sobre los humanos, pero esto... tal vez no lo estaba después de todo- con cada palabra, se sentía el odio del espíritu.

No podía creerlo. Ricardo no quería creer que fue por esa razón. Es cierto que Shiryu había apreciado la compañía más que nadie, impulsándola siempre al éxito a costa de su propia vida social. Recordó cuando su señor Banjo, después de la prueba que le hizo pasar a ambos hermanos, eligió a Gai como su heredero. Shiryu no lo había tomado bien y se fue furioso de la sala, no hablando con nadie en días e ignorando constantemente a su hermano y padre. Tanto así, que solo volvieron a hablar cuando Banjo falleció un mes después de aquello.

Los hermanos parecieron reconstruir su lazo y volverse más fuerte. Shiryu parecía feliz en apoyar a su hermano mayor como su mano derecha. El nacimiento de sus respectivos hijos ayudaron a unirnos.

¿En que punto todo fue a mal?

-Escucha, Ricardo. Entiendo que debes tener muchas cosas en la cabeza, ¡pero no podemos dejar las cosas así! Ese tipo de pagar. Entiendo que tu juramento a Banjo y su familia, y lo respeto; pero Shiryu derramo la primera sangre. Sabes que tienes que hacer algo- trato de disuadir Clausolas.

Odiaba reconocerlo, pero tenía un punto, pero estaba en conflicto; le prometió a Banjo, el hombre que cambio su vida para mejor, que siempre cuidaría a su familia. Pero ahora, uno de sus hijos, alguien a quien él había visto crecer hasta ser un hombre, cometió el peor crimen que un ser humano puede hacer: matar a un miembro querido de su familia por razones egoístas.

No podía quedar eso impune. Tenía que hacer algo. No serviría de nada llamar a las autoridades. La declaración suya y de un Espíritu de Duelo no servirán de nada. Tenía... tenía que...

Tenía que llamar a Kazuto.

-No- se dijo de inmediato. Si Shiryu fue capaz de matar a su hermano en plena noche hace años, nada dice que no mataría a su sobrino. Ahora tenía sentido varias cosas: porque siempre estaba al pendiente de él, como parecía querer controlarlo, su fijación por habilidad en los duelos... todo eso lo había atribuido a la preocupación de un tío por el sobrino que creyó muerto, pero tal vez sea por la preocupación de un criminal ante el único testigo de su crimen. -No puedo dejar que el joven amo se involucre-.

Fallo en proteger al amo Gai. Ni muerto dejaría que su hijo sufriera un destino similar.

Se levanto de la cama y salió por la puerta, caminando por los pasillos. Le habría gustado correr para salir rápidamente de la mansión, pero no haría algo así. No necesitaba alertar a la servidumbre, menos a su nieta.

-Si el joven amo Kazuto o la señorita Tomoe vuelven antes de mi, díganles que salí un momento- ordeno Ricardo desde el marco de la puerta.

-S-Si...- dijo la sirvienta, un poco intimidada por la expresión que estaba haciendo el mayordomo superior de la familia.

-Y quiero que tengas esto- le paso a la Maid el mazo de Hope.

-¡Oye, ¿que estas haciendo?! ¡No puedes dejarme atrás!- Grazno Clausolas.

Ignoro los gritos del Espíritu, abriendo las grandes puertas y saliendo. Aunque no quería meter a los jóvenes amos, sabía que si, fallaba en su cometido, ellos deberían saber la verdad. Kazuto tenía el derecho de saber quien fue el responsable de la muerte de sus padres, del hombre que arruino su vida, y Tomoe debía saber que clase de persona era de verdad su Padre.

Mientras se subía a su vehículo personal, se maldijo a si mismo por lo ciego que estuvo todos estos años. Estuvo sirviéndole al asesino de Gai. Shiryu mancho el nombre de su familia con la sangre de su hermano.

Y mientras conducía hacía la salida de la mansión, con rumbo a la compañía Ryu, una parte de él, una parte en lo profundo de su ser rogaba porque todo fuera una mentira. Rogaba que Clausolas estuviera mintiendo o hubiera sido engañado. Que Shiryu era inocente y alguien lo había manipulado a hacer esto.

Por que si en verdad hizo fratricidio por voluntad propia y plenamente consciente... entonces hará que pague.
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N/A: Hasta aquí el capitulo. Estuvo lleno de explicaciones, pero era necesario.

Me alegro de poder publicar algo. He estado muy ocupado con la universidad que no he tenido tiempo, pero finalmente pude completar el capitulo.

Hay dos motivos para el titulo: uno, porque Lucy y Tomoe se enteran sobre la verdad, que es la verdad de todo el conflicto, y la segunda y principal, porque Ricardo se entera de la verdad.

Y no olvidemos que paralelo a todo esto, Yusei ya se encontró con Crow.

En el siguiente capitulo se viene un gran duelo entre Ricardo y Shiryu. Ahora van a conocer el deck del segundo.

También profundice más del tema de los espíritus y porque siempre en el anime parecen estar siempre con sus duelistas y no en otras partes. Además, revele que Guardián estará con que Signo.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.

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