Capitulo 16: Movimiento en la Oscuridad
Después de arrestar a Ginjo y todos sus hombres, fueron llevados a la central de Security de la ciudad para tenerlos en un lugar hasta terminar los tramites para llevarlos a una prisión federal. Como fueron arrestados en Japón, el gobierno Japonés tenía derecho a arrestarlos, pero al haber sido arrestados por una operación extranjera y ser criminales internacionales, el FBI también tenía derecho a encerrarlos en una prisión estatal. El oficial a cargo estaba conversando para tener esa opción, al ser su captura.
El líder de la banda estaba dentro de una sala de interrogatorios, que era una habitación cuadrada con una mesa y dos sillas. Ginjo ocupaba una de las sillas, en la cual tenía sus manos atadas con las esposas.
También tenía una gran ventana que no se podía ver nada desde el interior, pero que el criminal sabe que los que están al otro lado de la habitación lo podían ver. Ha estado en muchos interrogatorios para saberse hasta de menoría los diálogos que le dirán.
Y al otro lado de la habitación, Kazuto lo observaba con peligrosa atención. Las ganas que tenía de entrar y querer sacarle las respuestas de todo lo que sabía a Ginjo, aunque fuera a golpes, eran grandes. Él no se consideraba un hombre violento, pero finalmente tenía a alguien que podía decirle que paso esa noche y la posible identidad del asesino de sus padres. La espera lo estaba matando, pero Ricardo le indico que fuera paciente mientras él hablaba con el que estaba a cargo para tener permiso de interrogar a Ginjo.
Sus pensamientos se terminaron cuando la puerta de la sala se abrió, entrando el viejo mayordomo.
-Pude darnos una oportunidad de hablar con él, pero tiene que ser rápido, las negociaciones de los prisioneros terminarán más pronto de lo que pensé-.
-Entonces no perdamos tiempo- Kazuto iba a salir de la sala, pero Ricardo lo detuvo. -¿Ahora que?- Empezó a impacientarse.
-Entiendo su impaciencia, joven amo. Estoy tan deseoso como usted de saber todo lo que este maleante sabe, pero no podemos ser imprudentes. Este es un criminal peligroso y buscado. En el momento en que entremos, él sabrá a lo que venimos porque le dijo e intentará hacer un trato, o decir algo para hacerlo enojar y que se considere agresión y pueda usarlo como ventaja para salir libre. Debemos ser inteligentes, presionarlo para que nos diga lo que queremos saber-.
-¿Y si miente? He conocido a muchos mentirosos en Satélite-.
-A riesgo de sonar arrogante, le digo que nadie puede mentir sin que yo lo sepa. Siempre habrá una reacción, por más sutil que sea, que delate a la persona que miente- años de experiencia con asesinos, ladrones en su trabajo en el FBI deben servir para algo. -Le aseguro, joven amo, que obtendremos las respuestas de Ginjo, aunque sea a golpes-.
Y Kazuto estaba dispuesto a ayudar en eso.
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(Con Lucy)
-Si... él ya esta despierto, no te preocupes, tía. Estará bien, los doctores dijeron que necesita unas semanas en reposo... de acuerdo. Adiós- Lucy colgó la llamada. Su tía había llamado al enterarse que su primo había terminado en el hospital, se entero porque la llamaron al ser su número de emergencia, e inmediatamente la llamo a ella para saber que pasaba.
Lucy le conto que fue un trabajo de Security en donde su primo termino con heridas eléctricas que no lo mataron, pero lo dejaron resentido. No vio correcto decir que fueron por un duelo, y no tuvo el valor de decir que Soichi sufrió esas heridas por intentar salvarla.
Ella estaba en los pasillos del hospital, afuera de la habitación en donde se quedo Kazama. Recién le habían dado permiso de verlo y fue a visitarlo. Le pidió saber que paso luego de que desmayara, donde le conto todo hasta el punto en que se fue con él en la ambulancia, por lo tanto, no sabía de donde estaba Kazuto, pero si lo que dijo ese tal Ginjo era cierto, tenía una idea.
Se retiro para dejar descansar a su primo, y a su vez, ella poder ir a casa descansar. Ahora que verifico que su primo estaba bien, la preocupación y adrenalina en su cuerpo ya la abandonaban, haciéndola sentir muy cansada y sus parpados pesados. Por suerte un oficial del FBI la iba a dejar a su casa para más seguridad.
Mientras caminaba por los pasillos del hospital hasta la salida, no pudo evitar pensar en todo lo sucedido. Fue su culpa que su primo terminara en esta situación, si hubiera sido más atenta, ese tipo no hubiera entrado a su casa y no hubiera tenido que jugar al papel de Damisela en Peligro. Se entiende que ella no tenía oportunidad, ya que el tipo era un criminal muy peligroso y que probablemente había tenido a hombres afuera de su casa por si escapaba, pero eso no quitaba la sensación de impotencia que sentía.
Lucy apretó sus dientes del coraje y la rabia. Por haber sido descuidada paso todo esto... nunca se había sentido tan inútil como hoy.
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(Con Kazuto)
Ginjo escucho la puerta abrirse, y al girarse a ver, vio a ese chico pelirrojo que estaba con Kazama y a un anciano entrar hasta situarse al otro lado de la mesa. Vio los ojos del pelirrojo, no le quitaban la mirada de vista y parecía que quería ver a través de él. Sonrió en su interior. Fue buena idea soltar ese comentario de su participación esa noche, uno siempre debe tener alguna clase de seguro, aun cuando parezca ganar.
-Bueno, bueno... ¿trajeron mi cena?- Sonrió ladinamente, como si él fuera el que tuviera el control.
-No, pero escuche que la cena de las Instalaciones son mejores que las cenas en prisiones Americanas- respondió Ricardo. Jugarían el juego de Ginjo antes de cambiar al suyo.
-También he escuchado eso. Aunque estoy curioso, prefiero no probarla por ahora- su mirada paso a Kazuto. -Ahora... creo que hay algo que ustedes quieren saber, y yo tengo un problema en que tal vez puedan ayudarme. Creo que podemos llegar a un acuerdo- uso el mismo tono que usa cuando hace negocios.
-No hay trato- dijo Kazuto con el ceño fruncido.
-No seas aguafiestas, chico, siempre hay espacio para negociar- la sonrisa que le dio al pelirrojo, le dio ganas a Kazuto de golpearlo, pero se contuvo.
Ricardo se sentó en la silla vacía. Aunque estaba dispuesto a usar métodos más "rudos", siempre prefería intentar negociar para evitar problemas... para todos. Aunque fueron pocas las veces que han funcionado, siempre vale el intento.
-Solo queremos saber si es cierto lo que le dijiste al joven amo. ¿Es verdad que estuviste involucrado en la muerte del señor Gai y su esposa hace diez años?-.
-Como le dije al chico: si. Fue solo un trabajo, nada personal-.
-Entonces si no fue nada personal, no deberías tener problemas en decirnos que paso. No te afectará en nada, y yo podría ayudarte a reducir un poco tu condena-.
-No gracias. Puede que no me importe lo de esa noche, pero si se que si abro la boca, el tipo que me contrato para ese trabajo me matará, y no quiero meterme con alguien como él-.
Por el respeto y miedo en su tono y en sus micro expresiones, la persona a quien se refería Ginjo debía ser alguien muy poderoso, de un estatus elevado en la sociedad. Ricardo negó con la cabeza.
-¿Y crees que yo no puedo? La familia Ryu tiene suficiente poder para encerrarte en un agujero por el resto de tu vida si la actual cabeza se entera de que tuviste algo que ver con la muerte de su hermano y cuñada, y solo si le cuento eso-.
Una mirada de Ricardo le indico a Kazuto que era su turno de actuar. Apoyo las manos en la mesa y se acerco con aire intimidante al rostro de Ginjo.
-Escucha; secuestraste a una amiga, dañaste a otro amigo mío, intentaste matarme y robarme mis cartas, por lo que no estoy de buen humor. Se nota que a ti no te importa para nada las vidas humanas, pero si no quieres terminar en un agujero profundo en vez de una simple celda, entonces me dirás lo que paso-.
La respuesta de Ginjo no fue lo que espero. Él se río.
-¿Es tu primera vez intimidando? No estuvo mal, hubiera funcionado con alguno de mis hombres, pero no conmigo. He estado mucho tiempo en este juego, niño. Estas fuera de tu liga-.
-Este es el trato, Ginjo. Tu nos dices lo que paso esa noche, y no solo puedo convencer de que reduzcan un poco tu condena, sino también total seguridad hasta la prisión- Ricardo se inclino levemente hacía él. -No tienes elección. Si esta persona es tan peligrosa como dices, ¿qué crees que te pasará cuando se entere que fracasaste? Esta opción es la salida más segura que tienes en estos momentos. Ningún contacto que tengas podrá ayudarte si estas muerto-.
Ginjo no dijo nada. Sabía que el tipo de persona que lo contrato era del tipo peligroso, y el anciano tenía razón en no saber lo que le podría pasar. La última vez escapo por pura suerte, y no parece que tenga mucha en esta ocasión.
-Si les digo... ¿qué le harán a ese tipo?- Pregunto para cerciorarse.
-Ese es nuestro problema. Pero te aseguro que no saldrá sin castigo por el pecado que cometió-.
No mentía. Ricardo tenía toda la intensión de hacer pagar al maldito que asesino a sus amos y dejo huérfano el joven que tenía al lado. No sabe que clase de castigo le hará, dependerá el tipo de persona que sea y la razón para cometer tal acto, pero no será misericordioso.
-Hmm...- Ginjo lo pensaba seriamente. -De acuerdo, puedo estar condenándome... pero ustedes ganan. Les diré lo que paso esa noche-.
Kazuto y Ricardo prestaron toda la atención a las siguientes palabras que saldrían de la boca de Ginjo.
-Pocos días antes de esa noche, fui contratado, junto a otros cinco mercenarios para hacer el golpe. El sujeto que nos contrato nos ofreció un jugoso pago, 10 millones de dólares por hacerlo. Se trataba de infiltrar la mansión y matar a la pareja y hacerlo ver como un ataque terrorista o que lo hizo una compañía rival. Los que fuimos reunidos fue porque teníamos habilidades para el trabajo: uno era un hacker que desactivo el sistema de seguridad, otro que planeo la ruta de entrada y escape para todos, dos se hicieron pasar por sirvientes y estudiaron la mansión desde adentro y otro más yo... bueno, somos bueno disparando-.
-Un equipo para planear un asesinato- eso explico algunas dudas de Ricardo, como por ejemplo porque el sistema de seguridad parecía desactivado y como entraron sin que nadie lo detectara.
-Si. Ya con todo listo, entramos a la casa; pero de alguna manera, el tipo Gai sabía que entramos, por lo que empezó a pelearnos. No se que hizo, pero era como si alguien le dijera donde estaríamos cuando intentamos emboscarlo, hasta que al fin lo acorralamos y lo matamos. Creo que mis compañeros de ese entonces se hicieron cargo de la madre-.
Kazuto tenía sus manos juntas detrás de su espalda al escuchar eso. En estos momentos, estaba esforzándose para mantener la calma, pero era muy duro escuchar como sus padres murieron, aun peor sabiendo que él estuvo ahí; pero necesitaba aguantarlo y superarlo, tenía que hacerlo.
-El que nos contrato nos acompaño. Vimos que la razón por la que lo acorralamos fue porque traía al chico- Ginjo miro a Kazuto al decir eso. -El plan era no dejar supervivientes, pero uno de nosotros se opuso a eliminar al niño-.
-¿Quién?- Pregunto Ricardo.
-No lo se. No conocí a ninguno en realidad... pero creo que él y el que nos contrato se conocían-.
-¿Por que dices eso?- Pregunto Kazuto.
-Discutieron un poco sobre si dejarte vivo o no, pero la forma en que discutían hicieron pensar que ya se conocían- se encogió de hombros. -En fin. Al final decidimos tirarte a un bote de basura a Satélite con ese peluche que nunca soltaste, creímos que terminarías muriendo o te podrirías en ese lugar del cual nunca saldrías-.
-Lo cual no sucedió-.
-Evidentemente-.
-¿Quién los contrato? ¿Quiénes estuvieron contigo en ese golpe? Da cualquier descripción: raza, altura, nacionalidad, cualquier rasgo que lo distinga...-.
-No pierdas el tiempo- Ginjo detuvo a Ricardo. -Cuando el trabajo termino, el que nos contrato nos traiciono por la espalda y mato a todos. Yo me salve porque me quede atrás para ver si podía robar algo valioso de la mansión, pero al escuchar los disparos, salí corriendo. No iba a dejar que me mataran... y así mis amigos, es como termina la historia-.
Pero Ricardo ni Kazuto estaban satisfecho. Hicieron todo esto para obtener respuestas, pero solo ganaron más preguntas.
-¿Quién fue el que te contrato? Al menos debes decirnos quien era- dijo Kazuto, sintiéndose frustrado al no obtener ninguna respuesta.
-Usaba una mascarilla y lentes de sol. Obviamente no quería que supiéramos su identidad, y tampoco nos intereso preguntar. Cuando se presento ante mi ayer, también lo hizo con una mascarilla y lentes de sol, así que no se como se ve... pero si hay algunas cosas que puedo decirles-.
Ambos se inclinaron con interés.
-Es un hombre Japonés, lo se por su voz, de 1,80 de alto si no me equivoco, cabello negro hasta los hombros, y creo que debía tener casi 30 cuando hicimos el trabajo hace diez años... y sin duda debió de tenerle un gran odio a tu familia, chico. Este tipo de trabajos no se hacen por negocios, fue personal para él-.
Eso era muy poco para lo que hubieran querido, pero al menos tenían ya una descripción de quien planeo todo.
-Has sido muy útil. Te prometo que haré lo que pueda para que al menos, no te den la penitencia de muerte o cadena perpetua, pero no prometo nada- Ricardo se levanto, seguido de Kazuto.
-Espera, ¡ese no fue el acuerdo!- Grito Ginjo con sorpresa y algo de horror, combinado con furia.
-Dije que intentaría reducir tu condena, no que te liberaría, y también que llegarías seguro a una prisión, nada más- respondió Ricardo, abriendo la puerta y llamando a un guardia. -La Familia Ryu agradece tu colaboración-.
-Ya es todo suyo-.
Kazuto no dijo nada más antes de salir de la celda de interrogatorio, con los gritos histéricos de Ginjo detrás suyo. Ricardo y él caminaron por los pasillos hasta estar lo suficientemente lejos de esa celda, donde Kazuto se permitió relajarse, desplomándose en la silla.
-Esto es lo peor...- se paso una mano por el cabello, despeinándolo un poco. Cada vez que parecía tener una posible respuesta, aparecían más preguntas sin explicaciones.
Notando la fatiga mental y física del joven, Ricardo le puso una mano en el hombro. -No se preocupen, joven amo, demasiada tensión le hará mal-.
-¿Cómo quieres que no me preocupe? Cuando parezco dar un paso, retrocedo dos. Y ya dos sujetos intentaron matarme y otros sufrieron por eso... no puedo seguir involucrando a más personas en esto, nunca debí haberlo hecho en primer lugar yo debó... debó... mierda, no se que hacer-.
-No intente cargar con todo solo, joven amo. No esta solo, yo estoy con usted, y aunque no lo dice abiertamente, la joven ama Tomoe también lo apoya, y puedo notar como esos dos jóvenes también estaban dispuesto a ayudarlo, aun sabiendo los riesgos- afirmo. -Pero tiene que dejar que lo ayuden, dar la oportunidad de demostrar que puede depender de otros para estas cosas-.
Kazuto suspiro audiblemente, en un intento de serenar su cabeza... lo que Ricardo decía era verdad. No puede hacerlo todo solo. Incluso en Satélite, donde era un lugar en que cada uno debía cuidarse por si mismo, tuvo ayuda de Yusei, Jack, Crow, Sect... Kiryu. Sin ellos no podría haber sobrevivido diez años en esa isla olvidad por las personas de Neo Domino.
-Tienes razón, Ricardo, pero... no quiero que nadie más salga lastimado por mi culpa-.
De repente, Ricardo río.
-¿Que te divierte?- Pregunto el pelirrojo un poco molesto.
-Perdón por eso, no era para ofenderlo, joven amo... es solo que ahora mismo me recordó mucho a su padre de joven-.
Eso hizo latir el corazón de Kazuto. Sabía que no era el momento, pero... -¿Cómo era mi padre?-.
El rostro de Ricardo se torno melancólico. -El joven Gai era único. A él no le importaban mucho las tradiciones, era muy irresponsable en sus deberes y era pésimo en sus clases... pero se expresaba más que nadie. Cuando estaba feliz, estaba feliz de corazón y eso iluminaba al ambiente más lúgubre, y cuando estaba furioso, lo hacía desde el corazón. A pesar de la fortuna de la familia y su habilidad nata en los duelos, siempre fue humilde y estaba rodeado de personas que lo admiraban; pero sobre todo, quería y se preocupaba por sus seres queridos-.
Kazuto alzo la mirada al mismo tiempo que Ricardo bajaba la suya, los ojos de ambos se encontraron y Kazuto encontró un destello de nostalgia y felicidad en los ojos del anciano, como si verlo fuera lo más feliz del mundo.
-Por eso me provoca tanta confusión e ira su asesinato. Alguien como él no merecía morir, su padre era del tipo de persona que el mundo necesita, personas dispuestas a ayudar sin doble intención, y que tengan la fuerza para no doblegarse ante nadie-.
Ricardo se movió y se agacho a la altura de Kazuto, y como si fuera un niño, le coloco ambas manos en los hombros para mirarlo de frente.
-Por eso, no se derrumbe, joven Kazuto. Puedo ver que usted es tan fuerte como su padre. Ha avanzado en la investigación de su muerte más que la policía en su momento, con solo su deseo de justicia, aunque retroceda dos pasos, mientras de un paso adelante, eventualmente llegara al final. Y le aseguro que yo lo serviré lealmente, tal como apoye a su padre y abuelo-.
Esas palabras parecían más un estilo de una declaración de lealtad de un caballero o samurái a un Rey o Shogun, en el cual ponían su vida a servicio de su señor para que logre sus metas. Así lo sentía Ricardo, y le enorgullecía, ya que sabe que esta haciendo este juramento no a una persona cualquiera, ni a un incompetente, sino a una persona que tiene la posibilidad de alcanzar grandes alturas en la vida.
Kazuto se rasco la cabeza. Toda la situación aun lo frustraba, pero al menos, las palabras de Ricardo lo ayudaron a sentirse mejor.
-Gracias, Ricardo... creo que ya estoy muy cansado. Debería volver. Lucy ya debió regresar a casa y me preocupa como esta-.
-Entiendo. Lo llevaré hasta esa casa... y creo que mañana sería un buen momento para hablar de algo, joven amo-.
-¿De que?-.
-Creo que ya es hora de que se presente a la familia Ryu como el verdadero heredero-.
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(Al día siguiente, temprano)
-¡Los hombres que ustedes me recomendaron fueron unos incompetentes! ¡Uno fue derrotado por una niña de secundaria y el otro vencido por un simple oficial de Security! Yo habría imaginado que la lista de duelistas de Yliaster sería de mejor calidad-.
El que contrato a los dos asesinos para matar a Kazuto estaba reclamando por teléfono al representante de Yliaster que lo contacto, por el mal trabajo que ha hecho. Lo único bueno que puede sacar de eso es que no ha tenido que pagarles a ninguno de esos asesinos por su mal trabajo.
-"Es cierto que esos aliados inesperados del chico demostraron ser más fuertes de lo esperado, pero no puede culpar a Yliaster. Le dimos a los hombres para el trabajo, usted debió preparar el escenario e información para asegurar su victoria"-.
El hombre se pasa la mano por el cabello frustrado. Admite que también tiene parte de la culpa por eso al dejarlos hacer su trabajo de manera tan suelta, pero eso no cambiaba el resultado. Les dio información y la localización de donde viven, no se necesitaba nada más, pero lo arruinaron.
Escucho al hombre de Yliaster suspirar. -"Si esta tan preocupado, entonces le enviaré un activo más valioso"- a su celular llegó un nuevo mensaje. -"En el mensaje que le acaba de llegar, esta un activo importante para Yliaster. Un joven prodigio, por así decirlo. Él podrá completar el trabajo"-.
-¿Por que será diferente a los otros?-.
-"Por que este es un Duelista que ha dominado los Juegos de lo Oscuro"-.
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(Con Kazuto y Lucy)
-¿Qué?-.
Luego de desayunar, donde ninguno de los dos dijo palabra, Kazuto había ido a ver su D-Wheel, que fue recogida y llevada hasta la casa a petición de Ricardo, Lucy se le acerco para pedirle algo.
-¡Quiero que me enseñes a ser mejor duelista!-.
El pelirrojo parpadeo sorprendido cuando Lucy le hizo esa petición... no era lo que esperaba para esta mañana.
Al no escuchar respuesta, Lucy reitero su pedido. -Kazuto, ¿puedes enseñarme a ser mejor duelista, por favor?-.
-Te escuche la primera vez, Lucy. Estoy más sorprendido por tu solicitud. ¿Por que quieres que te enseñe a ser mejor duelista si vas a una escuela que te enseña de duelos?-.
-La Academia de Duelos esta bien, es solo que... no enseñan a ser profesionales y adaptarnos a duelos, no a como superarnos a nosotros mismos, eso ya es algo personal, pero... luego del duelo contra ese científico y anoche...- Lucy tembló un poco de escalofríos al recordar esos incidentes. -Me siento un poco aterrorizada por la idea de quien sabe cuantos duelistas trastornados y peligrosos como los que vimos están ahí afuera, y como mi familia trabaja mayormente como oficiales de Security, tal vez no sea la última vez que enfrente una situación como la que he pasado- declaro con una sonrisa nerviosa. -No quiero sentirme imponente de nuevo ni ser la damisela en peligro, quiero ser capaz de defenderme y ganar para el próximo sujeto que intente secuestrarme y hacerme daño o a alguien de mi familia, si es que sucede-.
Kazuto tosió antes de hablar. -Pero te las ingeniaste de ganar contra en tu duelo contra ese tipo, yo mismo fui testigo de tu victoria-.
-Aquella vez fue pura suerte. Honestamente: ya me estaba desesperando y quedando sin recursos, además que ese tipo no me tomo en serio por ser una estudiante, y aun así estaba perdiendo. De no ser por todo eso, seguramente yo hubiera perdido. Ahora veo que tu y Soichi tenían razón al decir que fue imprudente ir sola a ese lugar-.
-...Al menos lo admites, ya es algo. Aunque no te puedo criticar por eso, yo hubiera echo exactamente lo mismo si hubieran amenazado a uno de mis amigos- admitió Kazuto. -¿Pero porque quieres que sea yo? Podrías pedirle a Kazama cuando se recupere, o a uno de tus profesores de la Academia, incluso al padre de Kazama-.
El Satelital había escuchado de parte del peliazul que su padre era un oficial de alto rango de la rama de Security que trabaja con fuerzas policiales internacionales como el FBI o la ONU, y que fue él quien le enseño de duelos. Eso, más haber visto algunos trofeos de torneos de hace décadas, le dieron a Kazuto la imagen de que el padre del joven oficial era un duelista fuerte y experimentado.
-Mi tío no es una opción, porque casi nunca esta en casa, como ya lo habrás notado, y la mayoría de los profesores de mi Academia de Duelos no son de alto nivel, excepto por el Vice-Director, que es alguien a quien nadie soporta- respondió Lucy. -Y tu eres fuerte, lo se al ver la forma en que le ganaste a Tomoe la otra vez, y tu Mazo se basa en Sincronías, como el mío, y no se a quien más pedírselo- la pelinegra se acerco más y lo tomo de la mano con las suya. -Por favor, enséñame a como superar mis limites y ser mejor duelista-.
Con esa mirada suplicante y todo lo dicho... el pelirrojo no encontró modo de negarse. Suspiro antes de hablar.
-: De acuerdo. No se que tan bien pueda enseñarte, pero haré lo que pueda para que mejores. Esto también podría ayudarme a mejorar-.
-¡Bien!- Lucy casi salto de alegría cuando su pedido fue aceptado. Ahora ya no será una duelista del montón, se asegurara de que nadie la vuelva a subestimar. -¡Entonces empecemos de inmediato!-.
-¿Ahora? Apenas desayunamos, y me gustaría trabajar antes en mi D-Wheel- todo Turbo Duelista que se respete debe, como mínimo, hacer chequeos diarios de su maquina, aun si no son los que se encargan de su mantenimiento. -Tenemos tiempo. Me gustaría empezar que tengamos duelos de practicar para familiarizarme con tu Deck y tu estilo de juego para saber que haces bien o mal, ya luego trabajaremos más cuando sepa eso-.
-¡Ok, Sensei!-.
-No me llames así, por favor, es escalofriante-.
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(Con Tomoe)
La heredera de la compañía Ryu se tiro a su cama de una forma nada elegante, pero no le importaba. Había tenido que asistir a una reunión donde hijos de varios empresarios se le acercaron. Todos eran unos pomposos que solo la veían como un trofeo y un camino rápido para tener más poder. A pesar de que había aprendido a mantener una cara de poker en esos eventos, la verdad era que los odiaba. Si fuera por ella no asistiría a ninguno más en su vida, pero como la siguiente líder de la compañía debía mantener un aire digno y fuerte para no manchar el nombre.
Escucho un ruido de un animal al lado de su cabeza y al voltear, vio a una pequeña criatura que parecía un lagarto de piel azul de grandes ojos verdes y una cola escamosa. Su cuerpo se veía transparente, como si fuera un fantasma.
Esa pequeña criatura era su espíritu acompañante, el que más se le aparecía: Hexa Espíritu de la Barrera de Hielo. La criatura la vio con preocupación y Tomoe, le acarició la cabeza para que no se preocupara. A pesar de que era un espíritu, ella lo sentía tan real gracias a su conexión, que podía hacerle este tipo de caricias y sentir el tacto, aunque no tomarlo por completo.
Se giro sobre su cama, quedando su cuerpo boca abajo y los pies alzados, viendo como Hexa rodaba su cuerpo de manera juguetona con una sonrisa al notar que su duelista estaba mejor.
-Realmente ama que juegues con él, llega a ponerse triste cuando no le prestas atención. Creo que lo conscientes demasiado- a un lado de la cama, apareció otra figura espiritual. Era una mujer de cabello rojo con un traje que era una variante de una sacerdotisa de color azul claro.
Era otro de los espíritus acompañantes de Tomoe: Develador de la Barrera de Hielo.
Tomoe sonrió ante ese comentario. -Pues a mi me gusta jugar con él, aunque puede que tengas razón- vio como Hexa se tensaba al oir eso, para luego ponerle ojos de cachorro. -Pero no importa ahora- el espíritu más pequeño dio saltitos de felicidad.
Develador negó con la cabeza con una sonrisa en su rostro, antes de desaparecer.
Para Tomoe, había sido una gran sorpresa (maravillosa) cuando vio por primera vez un espíritu de duelo. Fue cuando tenía 10 años, después de quedar en la semifinal del torneo nacional infantil. Desde ese día había podido ver los espíritus de su Mazo.
Aun recordaba el grito que dio cuando Brionac se le apareció de la nada y fuera de un duelo cuando se despertó al día y lo encontró observándola de cerca.
Fue Ricardo quien le explico todo el asunto relacionado a los espíritus y que el Duelo de Monstruos era algo más que un juego, que habían fuerzas más allá del entendimiento humano en el mundo.
Después de esa explicación, ella se encontraba muy emocionada por eso, tanto que quiso decírselo a su padre, pero este rechazo tal concepto, diciendo que los espíritus no existían de verdad y prohibiéndola hablar de eso de nuevo. En ese entonces no había entendido porque su padre rechazaba esa idea, cuando ella misma podía ver que tenía espíritus de duelo a su lado, pero parecía ignorarlos.
Fue Ricardo quien le dijo que su padre rechaza todo lo que tenga que ver con los espíritus y las viejas costumbres de su familia, algo que incluso el viejo mayordomo no entendía la razón, ya que de joven, su padre era muy leal y mostraba mucho respeto a esos temas.
Al ver espíritus, Ricardo le enseño todo lo que implicaba y sobre el duelo, el verdadero duelo. Así se entero de que se practicaba una versión del duelo en Egipto hace miles de años, los espíritus de los Barrera de Hielo también le han explicado y contado algunas cosas, como que varias entidades y personajes mitológicos de su mundo eran seres del Mundo de los Espíritus. ¡Hasta le dijeron la Atlantida era real!
Fue todo muy de locos, pero después de que le explicaran y asimilara todo, pudo creerlo. Pensó que eso sería lo más loco que averiguaría en su vida, pero se equivoco cuando conoció a su primo.
-Primo... aun me cuesta creer que ese sujeto de Satélite sea en verdad hijo del tío Gai y la tía Hope- a diferencia de muchos otros de su sociedad, ella no discriminaba a los Satelitales, pero tampoco quería decir que los tuviera en muy buena estima, aunque era capaz de escucharlos, gracias a la educación que recibió.
Aun no sabe bien en que pensar de Kazuto. Parece un joven agradable y de una fuerte convicción, además de ser un buen duelista al derrotarla, algo que nadie aparte de su padre y Ricardo habían logrado; pero para ella, era un total desconocido, aunque fueran familia. Ni cuando eran niños antes del incidente se conocieron por problemas que tenían sus padres.
Claro, podían empezar a conocerse, y cree que pueden llevarse bien. Pero el problema era que lo que pasaría cuando todos se enteren de su existencia. No era tonta. Es obvio que Ricardo quiere que Kazuto tome su lugar legitimo en la familia.
¿Pero eso que significaría para ella?
Si Kazuto decide tomar su lugar legitimo en la familia, por ser hijo del anterior líder de la compañía y mayor que ella, hay una gran probabilidad de que se convierta en el heredero de la compañía, tomando su lugar. Kazuto dejo en claro que la compañía no le interesaba, pero sabía que habían varios accionista de la junta de la compañía que no veían con buenos ojos de que ella se vuelva la siguiente en dirigir la empresa por no considerarla "adecuada" y podrían usar a Kazuto, que no sabe nada del mundo de clase alta, para quitarla del camino y usarlo.
Esa idea le desagrada. Ella se ha preparado toda su vida para dirigir la compañía un día, y que pueda aparecer alguien a interponerse y quitarle su lugar es injusto, aun si no es su intención. Tiene que buscar la manera para mantener su posición que se ha ganado de nombre y por hechos.
Vio la carta que estaba en su velador a un lado de su cama. Hoy en la mañana salieron los resultados de todas sus pruebas de la Academia. En todas tuvo la puntuación más alta, gracias a horas de estudio que le puso, y como prometió su Padre: ahora tenía una inscripción para participar en la Copa de la Fortuna.
¿Y que mejor manera que participando en la Copa de la Fortuna y ganándola? No importa si no logra derrotar a Jack Atlas, si puede, como mínimo, llegar a un puesto alto del torneo, será suficiente para cerrarle las bocas a todos esos viejos. Tiene suficiente confianza en sus habilidades como para lograrlo.
Si. Nada puede salir mal.
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(Horas más tarde)
3:30 PM. Lucy y Kazuto estaban almorzando en un restaurante que también funciona como bar en la noche. Después de revisar su D-Wheel y estar listo, el pelirrojo y la pelinegra tuvieron una sesión de varios duelos por algunas horas, en donde Kazuto gano todos; pero el punto no fue ese. Cada que terminaba un duelo, Kazuto le dijo a Lucy lo que hizo mal o lo que podría haber hecho con las cartas que tenía para destruir su campo.
A pesar de sus dudas, Lucy consideraba al Satelital buen maestro. Le explicaba de una manera como si fuera uno de sus profesores de la Academia. Cuando dijo eso, el pelirrojo le respondió que tenía un amigo en Satélite (Sect) que siempre ayudaba para mejorar.
Estuvieron por más tiempo del que supusieron, y solo cuando sus estómagos hicieron ruido, exigiendo comida, es que se detuvieron y se fijaron en la hora para ir a almorzar.
Para pena del chico, no tenía dinero para comer afuera, a lo que Lucy dijo que invitaba, sacando la tarjeta de crédito de su padre. Según ella, era su forma de pagarle que le estuviera enseñando.
Después de un gran almuerzo, en el que Kazuto fue el que más disfruto, ahora se estaban relajando en sus asientos. El pelirrojo no recordaba la última vez que disfruto un almuerzo tan espectacular.
-Ahora más que nunca me alegro haber venido a Neo Domino...-.
Lucy río. -Tu si que exageras-.
-Te reto a que te vayas a vivir a Satélite por una semana. Es más difícil encontrar comida de calidad que en la ciudad, por obvias razones- si no fuera porque Martha los crio y ayudo, él y los demás hubieran empezado a comer ratas.
-Como sea, seño exagerado. Voy al baño. Mientras tanto tu pide la cuenta para que nos vayamos. ¡Esta vez te ganare!-.
-Es lo que has dicho en las últimas diez victorias que he tenido contra ti-.
-Cállate- y Lucy se retiro.
Kazuto pidió la cuenta y se levanto un momento. Estiro un poco los brazos y camino hasta la barra donde supuso que servían las bebidas alcohólicas a la noche. Se sentó al lado de un hombre mientras empezaba a mirar la televisión que estaba en una esquina encima de un estante colocado, donde transmitían un duelo.
Lo que no noto, es que solo él y el individuo al lado eran los únicos sentados en la barra.
-Al fin alguien se acerca. Ya se estaba poniendo un poco solitario por aquí-.
Kazuto miro al de al lado. Era un hombre de más o menos su edad de piel pálida, cabello blanco desordenado y ojos ámbar. Usaba una polera blanca con bluyines y encima una chaqueta negra grande que llegaba hasta los tobillos. Traía colgando de su cuello un medallón que se veía muy tecnológico y tenía una joya de cristal en el centro con el diseño de un ojo.
Kazuto observo un momento al sujeto, y noto que las personas que pasaban, incluyendo los camareros, hacían lo posible para no mirar al peliblanco, o si lo hacían, lo miraban con temor. Inmediatamente su instinto salto, el mismo instinto que desarrollo durante todo su tiempo en Satélite.
-Debes ser alguien pesado para que nadie se acerque a ti, a pesar de estar en la hora punta- menciono Kazuto.
-Soy demasiado modesto como para presumir- los ojos del peliblanco se enfocaron un momento en Kazuto, haciendo que su instinto este más alerta. -Veo que no eres de por aquí. Se puede decir lo mismo de mi, acabo de llegar para realizar un trabajo de mis jefes y quería comer algo primero, pero se vuelve muy aburrido cuando no hay nadie con quien hablar-.
El peliblanco se termino de beber su trago.
-Estoy aburrido, y este lugar ya medio me aburrió... además que no es un buen lugar para que hablemos, socio. ¿Qué te parece ir a otra parte para hacerlo más emocionante?- Y sin esperar respuesta, se levanto y salió del restaurante, no sin antes lanzarle una última mirada a Kazuto.
-Perdón por la tardanza- Lucy llegó del baño, acercándose a Kazuto. -¿Qué pasa?-.
-...Nada. Lucy, lamento dejarte así, pero recordé que quiero que ver unas partes para mi D-Wheel que vi por aquí cerca-.
-¡Oye, espera!- Lucy solo vio como el Satelital salía del restaurante. -¿Qué le pasa ahora?- Una idea vino a su mente. -¿No será...?-.
El mesero llegó con la cuenta de la comida. Lucy se apresuro a pagar la cuenta.
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Kazuto siguió al misterioso sujeto hasta una arena de duelos en el parque, que en este momento se encontraba vacía.
El peliblanco se dio la vuelta y lo miro con una sonrisa. -Me alegra que me hicieras caso, socio. Tienes buenos instintos. Como era de esperarse de alguien de tu clase-.
-¿Y a que te refieres con, "mi clase"?-.
-A los que nacieron con poder, pero que tuvieron que trabajar para sobrevivir. Esa es la clase de persona que eres, Kazuto Ryu-.
Ese tipo ya sabía quien era, eso significa que...
-Iré al punto. Tu existencia es problemática para algunos, y tienes mucho potencial para desarrollar... eso te hace una potencial amenaza para Yliaster, y como despistaste a los otros dos, mis jefes me mandaron a encargarme de ti, ya que tu existencia aterroriza a un socio importante de Yliaster, e Yliaster no le gusta que molesten a sus socios-.
-Vienes a matarme. Di las cosas como son- dijo.
-Exacto. Y como no me gustan las armas, será de la manera en la que todo se soluciona- levanto el brazo izquierdo. Kazuto recién se daba cuenta que traía un Disco de Duelos. -Aunque te advierto, este duelo no será como ningún otro que hayas experimentado-.
La joya en el medallón empezó a brillar, antes de liberar una niebla purpura alrededor de ellos que se expandió por todo a su alrededor.
-¡¿Qué demonios?!- Kazuto se sobresalto al ver la neblina. Empezó a notar que su alrededor se iba oscureciendo por la niebla purpura.
-¡Kazuto!- El pelirrojo escucho a Lucy llamarlo, y al girarse, la vio correr, antes de que la niebla se expandiera aun más y Lucy, junto con todo alrededor, se congelaran.
Todo, excepto ellos dos.
-¿Qué hiciste?- Pregunto Kazuto.
-El poder de los Juegos de lo Oscuro es muy poderoso, y se puede usar de diferente manera si tienes el poder y sabes como usarlo. En este caso, lo use para congelar el tiempo en toda esta área. El tiempo volverá a correr cuando hayamos terminado el duelo- explico el peliblanco con una sonrisa siniestra que demostraba que la situación lo divertía.
-¿Juegos de lo Oscuro? ¿No eran solo un mito?-.
-Todos creen eso, pero no. Los Juegos de lo Oscuro, los Dioses Egipcios, incluso esos misterios alrededor del Rey de los Duelistas y de sucesos que pasaron en la Academia de Duelos Central. Todo ha sido y es real, pero solo unos pocos son capaces de acceder a esos poderes- explico el misterioso sujeto.
Kazuto estaba sorprendido por tal revelación que quedo sin habla, pero considerando que hace unos días se entero que los Monstruos de Duelo estaban vivos y eran espíritus en su mundo, debió suponer que había más que eso.
Aunque quería pensar más en ese asunto, ahora tenía un asunto que atender.
-Dices que el tiempo volverá a transcurrir cuando termine el duelo, ¿verdad? Entonces no tengo otra opción- saco su Deck y lo coloco en su Disco de Duelos, activándolo. -Por cierto, ¿cuál es tu nombre?-.
-Es cierto, aun no me he presentado. ¿Dónde están mis modales? Me llamo Aizen Ichimaru- se presentó, el ahora identificado como Aizen. -Y ahora... que empiece el Duelo de las Sombras-.
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N/A: Hasta aquí el capitulo. El siguiente será el turno de Kazuto de tener su duelo, y después de eso se verá a Yusei conociendo a Leo y Luna, para finalmente comenzar con la Copa de la Fortuna. Como ya habrán notado, serán más participantes que en el canon.
El personaje de Aizen, a diferencia de los otros dos, no es un personaje transitorio. Volverá a aparecer después del duelo, cuando de inicio el arco de la segunda temporada de anime.
El titulo del capitulo fue por dos cosas: una, fue porque en este capitulo, varias cosas pasaron de ciertos temas oscuros, como el comienzo de un Juego de lo Oscuro al final del capitulo, o el interrogatorio de Ginjo.
Y la segunda opción es que... no se me ocurrió otro titulo. Soy malo con los nombres.
Cualquier duda o pregunta coméntenla.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
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