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"¿Entiendes?" [Multiverso: TLH] (Versión: Karma)

—Así que, todas estas bromas debieron ser "mortales", ¿entiendes?  —un hombre caminaba dentro de un vacío obscuro junto a una chica amordazada de aproximadamente unos catorce años. Era castaña y sus manos estaban cubiertas de sangre. Luchaba ferozmente para poder zafarse de donde estaba—. Seguro toda tu familia se "murió" de la risa, ¿entiendes?

Luan seguía luchando por salir de aquella silla, pero le era imposible. Sí, quizá esta escena se vea algo injusta, tal vez tenga algo que decir. Owen se acercó a la comediante y le quitó la mordaza. Lo primero que hizo fue empezar a reír.

—Debo de admitir que tus chistes son tan buenos como los míos.

—¿Tan mal comediante soy? Vaya, sólo daba mi esfuerzo.

—¡Déjame salir de aquí, maldito! ¡Ya verás! —comenzó a dar saltos en su silla, pero esta estaba inmóvil.

—Y parece que sigues sin cambiar aún. De todas formas, ¿si quiera estás consciente de dónde te encuentras ahora?

Luan se detuvo por un momento e inició a ver todo su alrededor. No había nada ni nadie, sólo ellos dos y la oscuridad.

—¡¿Dónde demonios estamos, lunático?!

—¿Lunático? ¿Y tú con qué derecho lo dices? Te mereces más que estar amarrado a esta silla, Luan Loud. Ni siquiera deberías portar el apellido que tú misma te encargaste de destruir.

—¿Y quién te crees tú para decirme esto? ¿El diablo? ¿Algún tipo de espíritu o algo así? ¡¿Y dónde estamos, maldición?!

—Yo seré lo último que recuerdes antes de que entres en una crisis existencial… seré el recuerdo que te atormentará día y noche. Gracias a mí, habrá ilusiones y traumas acehándote cada día de tu miserable e inútil vida. Conforme a tu otra pregunta, estamos en el único lugar donde nadie puede molestarnos y puedo trabajar con mayor sencillez…

—¿Y eso sería?

—En tu mente, en el vacío de tu subconsciente. Aquel donde residen tus miedos y temores. Pero lo he vaciado, la única fobia que tendrás, será a mí. Y lo primero que sentirás al recordarme, será pavor. Cada vez que creas que me veas, saldrás des-pavor-ida, ¿entiendes? —sacó una navaja y la acercó al vientre de Luan, estuvo a punto de clavársela, pero se detuvo. Rio—. Lo puedo ver… en tu mirada. No tienes miedo, no te importa nada si no estás junto a él. ¿Acaso me equivoco?

—Estás dentro de mi mente, debería ser obvia tu respuesta —frunció el ceño.

—Déjame adivinar. Otra hermana intervino, te dio temor y la asesinaste. Si podía haber una, entonces las demás podían ser una posibilidad. No podías confiarte. ¿Cuál fue tu salida? La muerte. Al menos, eso fue lo que tu creador tenía destinado para ti.

—No entiendo por qué Dios querría destinarme a matar.

—Y tus pensamientos siguen siendo igual de básicos y terrenales. No importa, dudo que lo entiendas y lo aceptes. Dime, ¿qué crees que te merezcas, Luan Loud?

—¡No importa! ¡Yo sólo quiero que mi hermano sea mío y de nadie más! ¡Lo amo tanto! —Owen sonrió.

—¿De verdad? Bueno, ¿por qué no empiezas a demostrárselo? —Owen desapareció y el vacío oscuro se transformó en la casa Loud. Lincoln estaba en la puerta trasera de la casa, viendo hacia el interior con una expresión vacía y fría.

—¡Linky! —salió corriendo por él, extasiada de verlo. Se había escapado de casa y lo extrañaba. Lo abrazó, pero él no hizo nada—. ¿Linc? —nada—. ¿Lincoln? —comenzó a agitarlo de manera desesperada.

—Parece que la payasa acaba de perder su nariz roja, ¿entiendes? —Lincoln sonrió, de una manera tétrica. Luan con algo de temor lo vio a los ojos.

—¿Qué quieres decir?

—Parece que te encerrarán por ser un mal chiste, ¿entiendes? —Luan desconcertada comenzó a retroceder del albino, quien la miraba de una manera directa y sonriente, contando chistes de muy mal calibre y sin sentido. Sus ojos se habían vuelto completamente oscuros. Varias voces de él mismo se unían, haciendo varios ecos retumbando sobre la casa.

—Detente…

—¿Detenerme? Recuerdo haber sido yo quien lo dijo cuando sostenías un cuchillo y se lo clavabas a nuestra hermana Lori. Me miraste a los ojos de una manera sádica y maníaca. Estabas en pleno pecado, extasiada y llena de placer. ¿Por qué debería amar a una persona así? Yo… no… te amo.

Yo no te amo.
—Yo no te amo.
—Yo no te amo…

Miles de voces repetían aquella frase una y otra vez.

—¡No! ¡No! —la comediante soltaba lágrimas de frustración e impotencia.

—Te odio… y ya estás muerta para mí.

Te odio.…
—Te odio…
—Te odio..
—Te odio.

—¡Basta! —Luan terminó arrodillándose ante el albino.

—Mataste a todos, ¿por qué yo no debería hacer lo mismo? Es lo que tú me has enseñado, después de todo.

Sacó un cuchillo y lo agarró firmemente con su mano derecha.

—¡Lo siento mucho, me dejé llevar! ¡No quería perderte, tenía mucho miedo! —se tapó el rostro, llorando a mares.

—Un lo siento no traerá a la vida a nuestra familia, Luan. Ahora, soy el único que queda para restaurarla. Tú… debes pagar por lo que hiciste de la misma manera —se agachó a la altura en la que estaba la comediante, mientras la veía a los ojos.

—Linky, ¿qué harás?

—Voy a "afilar" la situación, ¿entiendes? —alzó su cuchillo y colocó la punta en el pecho de ella.

¿Entiendes?
—¿Entiendes?
—¿Entiendes?

—¡Espera! ¡Tú nunca harías algo como esto! ¡Ya detente!

—¿No es acaso lo que te buscaste? —lentamente, el cuchillo, fue entrando en Luan. La sangre brotaba de manera lenta y constante—. Sólo hago lo que tu haces, dejarme llevar por los lazos "sanguíneos", ¿entiendes?

—¿Entiendes?
—¿Entiendes?
—¿Entiendes?

El cuchillo entró más profundo, la fluidez de la sustancia rojiza aumentaba con la distancia en la que el utensilio penetraba el cuerpo. La respiración de Luan se relantizaba con este dolor, causado por su propio hermano… y amor platónico.

—Por favor… no sigas más… yo… me arrepiento…

—No puedes deshacer lo inevitable, Luan. Ya estás en el acto final, ¿entiendes? ¡¿Sí entiendes?! —clavó más profundo hasta ya no poder más—. ¡¿Sí entiendes?!

—Sí… —lentamente, Luan fue cerrando los ojos, hasta que los volvió a abrir y estaba como si nada. Aterrada, se palpó todo el cuerpo y ella se encontraba bien. Owen salió de entre la oscuridad, sonriente.

—A eso le llamo: "Experiencia cercana a la muerte", ¿entiendes? —rio.

—¡No digas esa palabra! —retrocedió asustada.

—¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes?

La voz de Lincoln sonaba una y otra vez, la comediante se tapó los oídos desesperada. El trauma de ver a Lincoln, su amor, matándola con esa expresión tan vacía, le aterraba. Se colocó en posición fetal.

—¡Haz que se detenga!

—¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes?

—¡Ya basta!

Owen se transformó en Lincoln. Luan lo vio y retrocedió, mientras su voz diciendo “¿Entiendes?” no paraba de sonar. Pronto, fue rodeada de un montón de Lincoln's diciendo la misma palabra una y otra vez, mientras contaban chistes malos.

—¡Para! —soltó un grito desgarrador. Todo se silenció.

"Lincoln" se acercó a Luan, sus ojos seguían iguales.

—Tendrás otra oportunidad, sólo porque me diste lástima. Ya sufriste lo que tenías que sufrir, pero créeme, me hubiera gustado darte más. Sin embargo, sólo puedo darte aquello que mereces. Ahora, vete y no vuelvas nunca. Este recuerdo te atormentará cada noche y no tendrás salida de esta pesadilla. Nada ni nadie podrá reconfortarte. Te mataré una y otra y otra y otra vez. Pero al menos, estarás contenta de que todo habrá vuelto a la normalidad.

Un chasquido se oyó en el vacío…

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Luan despertaba en su cama, algo extrañada y confundida, además de aterrada.

—¡Hey, sis! Buenos días —era Luna. Luan se quedó perpleja al verla ahí, es como si nunca hubiera muerto. La rockera la vio con confusión—. ¿Estas bien? Pareciera que viste un fantasma, ¿entiendes? —rio. Luan al escuchar esa palabra se asustó y se envolvió entre las sábanas. Una orda de “¿Entiendes?” con la voz de Lincoln, invadió su cabeza—. Chica, ¿estás bien? Me preocupas.

Nadie debe enterarse…

La comediante reaccionó rápidamente con nervios.

—N-no. Sólo fue una pesadilla.

—Debió ser fuerte. Tranquila, hermana. Yo te ayudo —le dio una abrazo, pero Luan no correspondió. Vio hacia el espejo que ella tenía en frente. Ahí se encontraba Owen, haciéndole la seña del silencio. Sintió un profundo pavor recorrer todo su ser.

Repentinamente, un Lincoln gozoso y contento entró a la habitación. Vio a Luna quién ya había soltado a la comediante.

—¡Luna! ¡Te extrañé demasiado! —la abrazó al igual que hizo con las demás hermanas.

—Wow, tranquilo, bro. Si apenas nos vimos ayer…

El albino lagrimeaba de felicidad, mientras que otra chica con frenos, miraba a aquel peliblanco con cierto temor.

Ese día, perdió el amor que tenía hacia él y se convirtió en miedo, pues cada noche, soñaba con Lincoln matándola mientras contaba chistes sin sentido, terminando con un:

“¿Entiendes?”

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Y así, mis seguidores, es como Owen trabaja. Con aquellos que merecen el mal, los tortura, mientras que a aquellos que merecen el bien, los salva.

Si te gustó, no olvides dejar tu voto y tu comentario.

Owen puede trabajar para tu personaje si así lo deseas, no lo olvides.

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