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𝟦𝟨. 𝒩𝓊𝓇𝒷𝓊𝓇𝑔𝓇𝒾𝓃𝑔

-¿Ni una pista?

Ladeo un poco mi cabeza y frunzo mis labios haciendo un pequeño puchero. Valeria tuerce la boca y niega con su cabeza riéndose. Ruedo mis ojos y llevo una de mis manos a su barbilla. Mis dedos la acarician despacio y ella se agita un poco por las cosquillas. Me quedo perdido en sus ojos verdes, en su preciosa cara que hoy lleva despejada, pues se ha recogido el pelo en una coleta alta , y en esas pecas que luce desde que estuvimos de vacaciones. 

- Me despiertas a las 6 de la mañana, me montas en el avión de su alteza con destino desconocido, me das una mísera magdalena con un vela pequeñita... Joder, nena, apiádate de mi que hoy es mi cumple.

Una carcajada sale de sus labios. Levanta su mano derecha y la pone contra mi mejilla. Su boca se queda curvada en una sonrisa y sus ojos brillan de una manera  muy especial mientras me mira. 

- Llevo preparando esta sorpresa muchos días. Te aguantas un poquito que te valdrá la pena, mi amor.

- Vale, pero dame un beso -le  exijo preparando mis labios para recibir los suyos.

Valeria acerca su boca a la mía. Sus labios se posan despacio justo encima de los míos, moviéndolos muy lentamente. Con timidez, su lengua va en busca de la mía desatando una explosión en todo mi cuerpo cuando ambas se tocan. Me entrego y disfruto de ese beso aprendiéndome de nuevo de memoria cada centímetro de sus labios. Me separo de mi  rubia dándole pequeños mordiscos que hacen que ella suelte un gemido que remueve todo mi cuerpo. 

- ¿Y si echamos un polvo en el avión? Como regalo de cumpleaños -alzo una de mis cejas de forma seductora y ella me mira indignada.

- ¡Carlos! -Valeria me da un codazo en el estómago. Pongo mi mano en su muslo y lo voy subiendo despacio queriendo alcanzar mi objetivo, el cual está entre sus piernas.

- Si tú también lo deseas, te veo en la cara -le guiño uno de mis ojos y le pongo carita sensual para ver si la convenzo.

- Te creerás que por ser tu cumpleaños vas a conseguir todo lo que quieras, Carlitos -me advierte ella alzando uno de sus dedos y poniéndolo en mi corazón. Me acerco un poco más hasta casi invadir el asiento donde ella está.

- Ya he conseguido todo lo que quiero en la vida, que es a ti. Ya no necesito nada más.

Valeria abre su boca algo sorprendida y la veo morderse el tembloroso labio. Vuelve a acercarse para besarme, pero esta vez, sus besos no son lentos, son necesitados y ansiosos. Tira de mi cuello hasta acercarme más a ella y devorarme la boca. Algo a lo que yo me muestro encantado.

- ¿Vamos al baño? -le digo mientras la punta de mi lengua acaricia su labio superior.

- Estás obsesionado con los baños desde que fuimos a Australia -resopla ella separándose de mi boca.

- Es que nunca me dejas follarte cuando vamos en avión -tuerzo el gesto y cruzo mis brazos recibiendo un par de carcajadas de mi novia. Ella rueda sus ojos y me hace un gesto para que me aparte.

- Quedan 15 minutos para aterrizar. Va a ser que no, Carlitos. Haberlo pensado antes. Dos horas aquí metidos y se te ocurre ahora que quieres hacerlo -los aspavientos de su mano me indican que me voy a quedar con las ganas.

- Nena. Va a ser el mejor sexo salvaje que te van a dar en toda tu vida, en un avión. Con diez tengo de sobra.

Valeria me fulmina con la mirada y cruza sus brazos sin moverse del asiento.

- Pues yo no, Carlos, que para diez minutos no me bajo ni las bragas.

Me llevo las manos a la boca terriblemente emocionado. Después a mi cabeza soltando un jadeo y un par de maldiciones. Es que no puedo ni creerme lo que tengo delante. 

- ¿Qué te parece? -Valeria se muerde el labio inferior mientras me mira esperando mi reacción.

- ¿Qué que me parece? Nena, me acabas de traer a Nurburgring, mi circuito favorito del mundo para que pueda rodar con un coche -mis manos se posan en su cintura y la miro embobado- eres la puta hostia, Valeria De Luca.  Joder, si es que me tienes loco perdío.

Mis labios se estrellan contra los suyos y poseo su boca con mi lengua. La beso con ganas. Porque esto que acaba de hacer por mi, es lo más bonito que nadie ha hecho nunca. El circuito que más me gusta. En el que no se puede celebrar un Gran Premio porque está en mitad del bosque. Pero ella, me ha traído aquí. El puto mejor regalo de cumpleaños de mi vida.

- Vas a ahogar a mi nuera, hijo.

Me separo de Valeria algo sorprendido. Abro mucho mis ojos al ver a mis padres y mi hermana Ana delante de mi. Esto si que no me lo esperaba.

- ¿Papá? ¿Mamá? ¿Qué hacéis aquí? -les pregunto mientras voy hacia ellos y los abrazo totalmente emocionado.

- ¿No pensarías que te ibas a divertir tú solo en ese coche? -me pregunta mi padre dándome una palmada en la espalda- feliz cumpleaños hijo. Dale las gracias a Valeria. Todo esto ha sido idea suya.

Dejo los brazos de mis padres y me doy la vuelta para mirar a mi novia, la cual está saludando a mi hermana. Voy hacia ella y vuelvo a besarla, esta vez con más calma. Al separarme, la miro y siento como el corazón se me hincha en el pecho. 

-  Te amo, Valeria -ella emite un pequeño jadeo. Siempre me ha dicho que un te amo, es más serio y más profundo que un te quiero.

- Y yo a ti -me contesta ella con sus ojos brillantes.

- Bueno, ¿Quién se viene conmigo? -pregunta mi padre mirándonos a los demás.

- ¡Yo! -le contesta Valeria deshaciéndose de mi abrazo ante mi asombro. Ella se gira y me da una burlona sonrisa-  Carlos, te quiero, pero, no todos los días puede una montarse con un campeón de rally.

Valeria se dirige hacia donde está mi padre y se engancha de su brazo ante su mirada satisfecha. 

- ¿Me abandonas por mi padre? -le pregunto haciéndome el ofendido, aunque en realidad no me importa porque sé que a ella le hace mucha ilusión ir con él en el coche.

- Totalmente, Carlitos -contesta ella riéndose a carcajadas.

- Bien -les digo a los dos haciendo una mueca con mi cara- vais a perder, los dos

- Sueña, Carlitos, que es ...

- Ahórratelo, Valeria, ya se que soñar es gratis.

La carrera en el circuito nos ha dejado exhaustos a todos. Ha sido una pasada la experiencia de correr por el asfalto. Algo único. Increíble. Cerca del circuito de Nurburgring, hay un restaurante alemán que es una delicia. Mi padre y Valeria se han apropiado de la carta y discuten entre pedir un menú degustación de salchichas o el pastel de carne. Mi madre me agarra del brazo y pone su cabeza en mis hombros. 

- Es la correcta, ¿verdad? -me pregunta ella mirando como mi hermana se une a ellos eligiendo esta vez que cerveza tomar, si negra, o rubia. Menos mal que tanto ella como Valeria se llevan bien. También tuvo que ver que mi novia le  trucó el motor y ahora mi hermana casi ni gasta diesel .

- Lo es, mamá -le contesto asintiendo a sus palabras.

- Lo sé. Sólo hay que miraros a los dos hijo. Estáis tan enamorados -mi madre acaricia mi mejilla y yo dejo un beso en ella. Tenerlos aquí, a mi lado, en mi cumpleaños, es el mejor regalo que hoy podría tener.

- Es ella, mamá. Tú dijiste que no hay un amor de nuestra vida, pero, ella lo es, mami.

- Me alegro tanto, cariño. ¿Y qué tal la convivencia?

- Increíble. Como toda ella. Aunque es una maniática del orden y se enfada mucho cuando no pongo las cosas en su sitio -le contesto riéndome.

- ¡Te estoy escuchando, Carlitos! -Valeria levanta sus ojos de la carta del restaurante y me fulmina con la mirada.

- ¿Acaso estoy mintiendo? -le digo yo haciéndole un gesto con mis manos.

- Eres un desastre, y lo sabes -Valeria me apunta con el dedo y mi madre empieza a reírse.

- Lo es, cariño -le dice mi madre apoyándola- yo no sé como ha sobrevivido todos estos años estando solo. No sabe poner ni una lavadora.

- Oh, si -le dice Valeria- es capaz de conducir un coche de Fórmula Uno, pero se lía con los botones de la lavadora. Los grandes misterios de la vida.

- Por lo menos sabe cocinar -apuntilla mi padre cerrando la carta.

- Ay, si, menos mal -dice Valeria haciendo un gesto con su mano- eso si que se le da bien. Hambre no paso.

- Pero de las tareas del hogar, ni papa -sigue diciendo mi madre.

- Bueno -le contesta Valeria- lo estoy enseñando. Ya tiene edad para saber como se friega el suelo.

Cruzo mis brazos y agudizo mi mirada fijándola en Valeria. Ella me saca la lengua y se empieza a reír de la cara que pongo. 

- Si, si, lo que tú digas, rubia. Pero te tengo loquita.

Valeria rueda sus ojos pero acaba soltando una carcajada nerviosa. Viene un camarero y entre ella y mi padre que chapurrea algo de alemán, acaban pidiéndole el menú degustación de salchichas. Mi madre me acaricia la mejilla y me deja un beso en ella con mucha dulzura.

- Es la correcta. hijo -me dice ella- lo tengo claro desde el primer día que me hablaste de ella.

Mis padres me han regalado un increíble reloj que es una pasada. Me ha gustado muchísimo. Mi madre me ha dicho que también me han comprado la barbacoa que quería para la casa de Madrid. Una hecha a medida y eléctrica, la cual llevaba un tiempo detrás de ella. Ana me ha regalado unas botas de fútbol. El último modelo que ha sacado Nike y la verdad es que me han gustado bastante. 

- Y ahora el mío -me dice Valeria metiendo su mano en su bolso.

- Creí que todo esto era tu regalo -le digo algo confundido de que aún haya más sorpresas por su parte.

- Bueno, es un regalo de todos nosotros, Carlos -me dice ella sonriéndome. Adoro esa sonrisa y la adoro a ella, joder.

Valeria saca dos cajas de su bolso, las cuales no sé ni como no me he dado cuenta de que estaban ahí. Me da la más grande mirándome ilusionada.

- Esta primero -me dice ella apretando sus labios nerviosa. Voy abriendo el regalo con mucho cuidado. Cuando quito el papel, me quedo mirándolo y una carcajada sale de mis labios.

- ¡Joder! esto si que no me lo esperaba.

Es un muñeco mío, tipo Fumko pero sin tanta cabeza. Tiene su mono de Ferrari y hasta gafas de sol.

- Me lo han hecho expresamente para ti -me dice ella muy ilusionada.

- Es precioso, cariño. Me encanta -me acerco a Valeria y beso sus labios durante unos segundos para abrazarla después. Realmente, me ha gustado mucho y este muñeco sospecho que va a venir conmigo allá donde yo vaya.

- Y ahora el otro -Valeria me tiende la pequeña cajita. La abro también con mucha ilusión y lo que veo dentro me gusta también. Es una esclava de oro blanco, la cual tiene entrelazados el número 55 y el 11, nuestros números favoritos.

- Es preciosa, Valeria. Pero preciosa. Me encanta. Pónmela, por favor.

Le tiendo mi mano a mi novia y ella saca la pulsera del caja. Le tiemblan los dedos un poco mientras me la pone. Acaricio uno de sus dedos y ella alza sus ojos para cruzar nuestras miradas. Lo que veo en esos ojos me llena de una inmensa felicidad. Y pensar que estuve a punto de dejar escapar a esta mujer. Que no quería nada serio con ella, cuando lo quiero todo.

- Te queda bien -me dice mi madre sujetando mi mano.

- Gracias. Gracias a todos por este día. Es el mejor cumpleaños que he tenido nunca -agarró la mano de Valeria mirando a mi familia muy emocionado.

- Y eso que no has ganado la carrera en el circuito -me dice mi padre guiñándome un ojo para después reírse a carcajadas.

- Papá, eres Carlos Sainz, ni yo puedo ganarte.

"Bitter sweet symphony" de The Verve,  resuenan a través de los altavoces del avión. La cabeza de Valeria reposa en mi hombro. Ella tararea la canción moviendo sus piernas a la vez que la música. Mis dedos están entrelazados con los suyos y con mi mano libre acaricio su mejilla. Este día ha sido perfecto. Ni en mis mejores sueños podría haber imaginado algo así. 

https://youtu.be/1lyu1KKwC74

- Gracias por todo esto. Valeria. Me ha hecho muchísima ilusión. Te quiero mucho, nena.

Ella levanta su cabeza. Sus labios están muy cerca de los míos. Se acerca despacio. Siento como su aliento cosquillea en mis mejillas y como me pierdo en su verde mirada. Una de sus manos me aparta el pelo del flequillo bajándola hasta acariciar mi mejilla. 

- Me alegro tanto. Quería hacer algo especial, Carlos. Algo sólo nuestro y de tu familia.

- Ahora también es tu familia, novia.

Valeria deja escapar una sonrisa y vuelve a poner su cabeza en mi hombro. En un rato llegaremos al aeródromo de Bologna. Nos despedimos de mis padres en el aeropuerto de Hahn. Me han prometido que vendrán a ver nuestra casa después del Gran Premio de Italia. Y estoy deseando que lo hagan y vean el hogar que Valeria y yo estamos construyendo juntos.

- Sólo te quedan dos horas de cumpleaños -me dice ella con su mano aún en mi cara- ¿algún deseo?

Una traviesa sonrisa se escapa de mis labios. Ella alza su cabeza y al verla abre sus ojos muy sorprendida. Atrapo su boca en un beso. En un largo beso donde acaricio su labio superior con muchas ganas, dándole un pequeño mordisco que la hace jadear. 

- Nena, llevo queriendo follarte en los baños de un avión desde que te conozco. Ese es mi deseo.

Valeria se muerde los labios de una manera tan seductora, que ya estoy empalmado del todo. Se pone de pie y se acerca a mi para acabar sentada a horcajadas encima mía. Sus manos van a mi cuello y al moverse, todo su centro se clava en mi polla haciendo que me retuerza en mi asiento.

- Pero de diez minutos nada, Carlitos.

- Nena, te dije que te daría sexo salvaje en un avión, y yo siempre cumplo mis promesas.

- ¿Ah, si? -me pregunta ella mojándose sus labios. Me acerco a ella muy despacio con la intención de atrapar ese labio con mis dientes- pues luego cuando lleguemos te pones a planchar que me prometiste que lo harías y aún estoy esperando, señor cumplo mis promesas

Me pongo en pie con Valeria aún en mis brazos dirigiéndome a la parte de atrás del avión. Ella suelta un pequeño grito sujetándose aún más a mi cuello.

- Planchar y Follar en la misma frase no mola, Valeria. No tiene nada que ver un verbo con otro.

- Pero...

La callo con un beso para que no hable más y de una patada abro la puerta del cuarto del baño. Entro con ella y después de cerrar, la apoyo contra una de las paredes. Me relamo los labios mirándola y con unas enormes ganas de estar dentro de ella.

- ¿Encima de la encimera? ¿Contra la pared? ¿Sentada en el wáter? ¿Dónde lo quieres, nena?

- Ay, Carlitos. Ya que te pones, que sea en todos lados.

- Nena, tú si que sabes hacer buenos regalos de cumpleaños.

*** Si, lo sé, es un capítulo un poco ñoño, pero, no podía dejar de escribir sobre el cumpleaños de Carlos, y esto es lo que me ha salido. Espero por lo menos, que os haya gustado.

El siguiente capitulo prometo que será  MUY CALIENTE. Y por cierto, ha ganado la NUTELLA en la encuesta que puse en mi tablón, así que, espero que estéis preparados para otro de mis capítulos "calentitos".

Muchas gracias porque ya vamos por los 60K y subiendo. Como dirían mis protagonistas, sois la puta hostia. Vosotros sois los que estáis consiguiendo todo lo bueno que me está pasando con esta historia. 

Así que gracias por leer, comentar, votar (la estrellita aunque no lo parezca, para los escritores es un motivo de alegría y una forma más de saber que su historia está gustando) y por seguirme, ¡¡¡ LOS 2K DE SEGUIDORES ESTÁN CADA DÍA MÁS CERCA !!!

Y como estoy muy feliz por el apoyo que le estáis dando a esta historia os dejo como spoiler, el nombre del siguiente  capitulo, que subiré el domingo. "Buongiorno principessa". La primera persona que acierte que significa, le dedico el capitulo. 

Muchos besos y abrazos para todos ***

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