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𝟦𝟦. 𝐿𝒶 𝒩𝑜𝒸𝒽𝑒 𝒟𝑒 𝒞𝒽𝒾𝒸𝑜𝓈

La clasificación de hoy ha sido una mierda para mi estado físico. Un mes sin actividad y mis músculos lo han notado. Estiro mis brazos bostezando. No tengo ganas de nada. Sólo de descansar. Estoy deseando cenar y acostarme con mi chica y a poder ser, que me de un masaje de esos de los suyos. Veo a mi rubia caminar hacia mi, mirando hacia todos los lados, pendiente de si la ve alguien.

- ¿Has cenado? -Valeria se hace una coleta acercándose a mi con algo de disimulo. Estamos en el patio de los Home Trailer. Yo, sentado en el suelo reventado perdido. Y aún así, no puedo apartar mis ojos de ella, de la chica que me tiene loco y de la que estoy tan enamorado que por ella daría mi vida entera.

- Ahora picaré algo. No te preocupes -le digo haciéndole un gesto de despreocupación con mi mano.

- Tú siempre me vas a preocupar, amor.

Valeria me da una pequeña sonrisa que yo correspondo de igual manera. Es una mierda estar así. Disimulando. Haciéndoles creer a todos que no nos llevamos bien. Y todo para que el cabrón de Aless se crea que ya no estamos juntos. Porque desde que llegamos es lo que hemos hecho. Ignorarnos. Contestarnos mal  y limitarnos a hablar del trabajo y punto. Algo que al parecer ha dejado satisfecho al puto italiano por la mirada de suficiencia que me da de vez en cuando.

- Valeria -le dijo llamando su atención. Me fijo en como su boca se curva en una sonrisa y como pone sus manos en jarra. Esta tarde tiene los ojos aún más claros, y cada vez que me mira siento como si tuviera mariposas en mi estómago.

- ¿Qué?

- Nakupenda -guiño uno de mis ojos y ella se muerde un poco el labio inferior, a la vez que sus mejillas adquieren un ligero tono rosado. Vuelve a sonreírme. Esa sonrisa suya es la que me da la fuerza para aguantarlo todo. Por ella y por mi.

- Y yo a ti -me contesta sin dejar de mirarme, sin dejar de hacerme sentirme que puedo con todo.

Escucho pasos acercarse hacia nosotros y por instinto mi cuerpo se tensa. Veo a mi rubia tragar saliva y echarse un poco hacia atrás para no estar tan cerca de mi. Pero al ver la figura de Charlie, suspiro aliviado y ella se relaja también. 

- Me duelen hasta el alma y eso que dicen que el alma no duele -dice el monegasco dejándose caer a mi lado.

- Y a mi .

-  Haría uno de mis maravillosos chistes, pero,  no me sale nada ahora mismo.

- Tampoco te calientes la cabeza, estamos bien como estamos -le digo aún recordando la noche que me dio en Torre del Marqués. Insufrible. Como sus chistes. 

- Por lo menos esta bien te ha ido bien Chili, que Bélgica no se ha portado nunca bien contigo -Charlie me da una palmada en el muslo y asiento con mi cabeza confirmando sus palabras.

- No ha ido mal -le admito a mi amigo.

- ¿Torneo de Fifa? -me pregunta ilusionado. Alzo mis ojos mirando a Valeria. Ella aprieta sus labios aguantando una carcajada.

- No necesitas pedirme permiso, Carlos.

- Eres mi chica. Necesito saber que no te van a molestar las cosas que haga.

Valeria abre su boca y se muerde un poquito los labios. Empieza a reírse sin dejar de mirarme. Y yo estoy que me muero por ella. La quiero más que a mi vida y por ella sería capaz de todo. Y ese todo incluye el no dejar que nadie vuelva a dañarla en la vida. 

- Parecéis dos colegiales en el patio del insti -dice Charlie moviendo su cabeza riéndose también- Carlos y Valeria, están encima de un árb...

-  Oh, cállate pesado -le digo palmeando su hombro viendo como Valeria se carcajea animándolo a seguir.

- Yo me voy con Darcy entonces. Le diré si quiere que cenemos en su habitación -me dice mi novia. Valeria mira a un lado y a otro y se agacha para besarme rápidamente en los labios- si no vienes muy tarde, te espero en mi habitación .

Asiento con mi cabeza y ella me sonríe antes de irse. Me quedo mirándola hasta que el bamboleo de sus caderas desaparece por una esquina.

- Tío. Estás enamoradísimo de Valeria -me dice Charlie ayudándome a levantarme.

- Y mucho. Como jamás lo he estado en mi vida.

Charlie alza sus dos brazos al cielo y junta sus manos en señal de plegaria.

- ¡Gracias dios mío! Mis rezos han San Dionisio dado resultado.

- ¿A quién? -le pregunto sin tener ni idea de quién habla.

- San Dionisio, el patrón de Jerez. Que yo fui a Torre del Marques a algo más que comer rissotto, no como tú.

- Bueno, dejémoslo ahí, que no quiero recordarte tooodas las cosas que hiciste en el pueblo -le doy una irónica sonrisa a Charlie y él se hace el indignado.

- ¡Que feo está eso, chili! Echarme en cara las cosas...

- Anda, venga. Vámonos a  tu cuarto. Que luego quiero dormir con mi novia -los dos comenzamos a andar a la zona del parking para buscar un coche que nos lleve al hotel donde nos alojamos.

- Voy a ir a visitar a tu yo del pasado, ese que en Australia me dijo que iba muy rápido, y le voy a contar lo que acabas de decir -me dice Charlie guiñándome un ojo.

- Pues dile de camino que es gilipollas. Debí haber salido con ella, desde el primer día.

Charlie me da una palmada en la espalda y comienza a reírse.

- Le diré también que no vaya a esa discoteca de Madrid.

- Y yo le diré al tuyo que no se quede a solas con Darcy -esta vez soy yo el que me carcajeo mirando a mi amigo, el cual me fulmina con la mirada molestándole lo que le he dicho.

- Eres un cabrón Carlos Sainz.

Lo de jugar al Fifa con Charlie en su cuarto, se ha convertido en Max, Lando, George, Charlie y yo comiendo pizza y bebiendo cerveza sin alcohol mientras nos peleamos por los mandos. 

-  ¡Me toca a mi ahora! -dice Charlie quitándole el mando a Lando. El medio británico le da un tirón y se lo acaba arrebatando.

-  Has perdido. Me toca a mi -le dice el del pelo rizado luchando por el aparato y quitándoselo de nuevo.

- Pero es mi consola, jo -Charlie se cruza de brazos y patea el suelo como si fuera un niño pequeño.

- En serio, no sé como las tías te adoran tanto  -le dice George bebiendo de su cerveza- eres un puto crío, Leclerc.

- Para ti, Lord Leclerc, que siempre ha habido clases -le contesta Charlie guiñándole un ojo- y me adoran porque soy irresistible.

- Por eso en vez de estar echando un polvo, estás aquí jugando a la consola -le sigue diciendo George.

- Vosotros también estáis aquí. Que somos todos unos desgraciados -le dice Charlie haciéndole burla.

- Yo no soy un desgraciado -en cuanto las dos palabras salen de mi boca, me arrepiento al instante. Sobre todo por ver las caras de los demás mientras me miran. Los cuatro tíos que tengo enfrente, saben de mi desgraciada ruptura con Nerea y que desde entonces no he estado con nadie.

- ¿Cómo que tú no? ¿Acaso le han echado el lazo a "Smooth Operator" ? -me pregunta George. Me muerdo los labios y le pego otro sorbo a mi cerveza sin querer contestar.

- ¡Tiene esa cara! -dice Lando esta vez. El pequeño se empieza a reír mientras los demás me siguen mirando -¡está enamorado!

Una sonrisa tonta se  escapa de mi boca y los chicos empiezan a gritar y a reír. Durante varios minutos no se dedican a otra cosa que no sea exigirme saber con quien estoy.

- ¿Porqué no quieres decirnos quien es? ¿es que la conocemos? -me pregunta Lando. Paso mi lengua por el labio superior desviando mi mirada- eso es que la conocemos. 

-Dime por dios que no es la zorra de Audrey -dice George. Él también ha sido acosado por la de DAZN y no es que sea una tía muy popular entre los pilotos.

- No, no lo es -les contesto con cara de asco- pero es complicado chicos.

- ¿Porqué? -pregunta en esta ocasión Max que hasta ahora había permanecido callado.

- Por el cabrón de Aless Rinaldi .-aprieto mi mandíbula. Es pronunciar su nombre y mi enfado es instantáneo.

- Oh, tío, ya puedes ir desembuchando porque esto cada vez se pone más interesante -dice George sentándose en el suelo de la habitación. 

Miro a las cuatro personas que tengo delante de mi. A mi mejor amigo Charles y a las otras que también puedo considerar amigos. Sé que si se lo cuento, no dirán nada, porque, entre nosotros nos protegemos, y más con estas cosas. 

- Tenéis que prometerme que no diréis nada, tíos. No por mi, por ella -les digo. Ellos asienten y yo cojo una larga bocanada de aire- estoy saliendo con Valeria De Luca.

Se hace el silencio en la habitación. Hala. Ya lo he dicho. Y me he quedado en la gloria. 

- Me debes 100 euros Lando -le dice George a Norris señalándolo con la botella.

- Espera, ¿100  euros? -le pregunto algo confundido

- En la fiesta de Hamilton -me dice George- cuando estabais bailando. Aquí el británico dijo que os ibais a liar esa noche, y yo le dije que ya llevabais liados mucho tiempo. Y, no me he equivocado.

- No estoy liado con ella -les digo a mis amigos- somos pareja. De hecho, vivimos juntos .

- ¿Y qué coño pasa con Aless? -me pregunta Max con esa fría mirada que pone cuando algo le molesta.

Les cuento todo lo de Aless. Como me amenazó con alejarme de ella. Como no puedo ni acercarme a mi novia cuando estamos en la Fábrica o en alguna carrera, y aunque a ella le da igual perder su puesto de trabajo por mi,  yo no estoy dispuesto que lo haga por los caprichos de un cabrón.

- Que mal, tío -dice George bebiendo de nuevo mientras niega con su cabeza.

- Vaya pedazo de cabrón -dice Max endureciendo la mandíbula- cuenta conmigo para lo que necesites Carlos. Protegeremos a Valeria y a ti también. Nadie se mete con uno de los nuestros.

Los demás dicen lo mismo.  Los miro orgulloso y tranquilo porque sé que puedo contar con estos tíos para lo que sea. Tanto tiempo solos, separados de la familia y a veces, tan lejos, hace que nos unamos aún más. Fuera de la pista, es lo que somos, amigos. Pero de los de verdad. 

-  Pero, ¿estás enamorado? -me pregunta Lando riéndose.

-  Si, que lo estoy. Es muy difícil no enamorarse de Valeria. No ha tenido que hacer nada fuera de lo normal para que lo haga. Es ella y sólo ella.

- ¿Alguna confesión más? -pregunta Lando cogiendo el mando de la consola- ¿seguimos solteros los demás?

Los chicos se miran entre sí y se ríen. Excepto Max, cuya fría mirada se posa ahora en Charlie. El monegasco  lo mira algo confundido y le devuelve la mirada. 

- ¿Qué coño quieres, Verstappen? -le dice Charlie elevando su tono de voz.

- Sólo una pregunta. ¿Te has follado a Darcy?

Trago saliva y no me atrevo ni a mirar a mi amigo. Todos nos callamos también esperando la respuesta de Charlie. Espero que sea más  inteligente y no diga nada. Porque está claro que lo que tengan Max y Darcy, ninguno lo ha superado. Y conociendo al neerlándes, aquí podrían volar las hostias. 

-   ¿Y tú? -le contesta Charlie mirándolo fijamente. Max aprieta sus labios y chasquea  su lengua.

-   Ya sabes la respuesta, ahora  quiero saber si tú lo haces.

- Darcy es mi amiga, gilipollas, porque se puede ser amigo de una tía buena y no querer follársela -madre mía con Charlie, de premio Oscar vaya- y no, no me he acostado con ella. Y de todas maneras, ¿a ti que coño te importa con quien lo haga? ¿tú no estás con la modelo sueca esa?

- No, no estoy con nadie, y si me importa porque aún la quiero, joder.

Vale,  de nuevo el silencio se instala en la habitación. Me quedo mirando a Max, el cual baja su cabeza mirando hacia el suelo. Joder, si es que me está dando hasta pena de verlo así. Porque si, yo ya he pasado por esto. El que la persona que te quiere te ignore. Y no es nada agradable ni algo que se desee a nadie. 

- Bueno, mejor sería que hubiéramos seguido con la consola -dice George dándole una palmada a Max en la espalda- somos un puto drama.

- Se supone que las tías hacen esto constantemente, lo de contarse su vida amorosa -dice Lando con un asentimiento de cabeza.

- ¿Tú has estado en muchas reuniones de tías? -le pregunto al británico. Él me da una negativa y yo acabo rodando mis ojos- pues entonces no hables, Landito.

- Nunca me he enamorado -dice el pequeño Lando encogiendo sus hombros .

- Tranquilo -le digo dándole una palmada en la espalda- ya llegará ese día. El día que todo tu mundo se pare y ella lo ponga todos patas arribas

- No tengo prisa, pero, me voy a dejar querer. Tengo mucho amor para dar.

Su frase me hace reír al igual que a los demás. La chica que acabe con el pequeño, va a ser inmensamente feliz, porque él es muy buen chico. 

- A mi me mola tu Relaciones Públicas, que digo, me pone como una moto -me dice George sonriéndome.

- ¿Mi Lenna? -le pregunto bastante sorprendido.

- La misma.

- Te destrozara vivo si te acercas.

- Por mi que haga conmigo lo que quiera. Me tiene loco.

-  Pues dile algo -le dice Charlie mirando de reojo a Max, el cual aún sigue cabizbajo sumido en sus pensamientos.

-  Creo que piensa que soy un niñato -dice George resignado.

- Si, a mi últimamente también me ven como un niñato, pero cuando tienen oportunidad bien que me comen la boca, y en mi propia casa -suelta Charlie sonriendo con ironía. Voy a coger otra cerveza cuando se me ilumina la bombillita de la cabeza y me doy la vuelta mirando a mi amigo.

- ¡No me jodas, Charlie! ¿Diana? 

El monegasco baja su cabeza y esconde su mirada mirando hacia otro lado. Me acerco a él algo cabreado. Este tío se va a follar a todas las tías cercanas a mi novia. Nota mental: alejarlo de las mujeres de mi familia, incluyendo a mi abuela Rosario. 

- Sólo nos besamos,  no lo flipes ¿vale? -me contesta él levantando sus manos como si no hubiera hecho nada malo el cabrón.

- Dios, Leclerc. ¿Qué coño voy a hacer contigo? me estás quitando la vida -me llevo la mano a la cara y me siento en la cama mirando al inútil de mi compañero. 

- ¿Quién es Diana? -pregunta Lando.

- La hermana de Valeria -le respondo yo resoplando.

- Anda, que guay, así todo queda en casa -dice el pequeño riéndose.

- ¡Ni de coña! -le replico yo- yo no quiero a este de familia en la puta vida.

- Me ofendes, Carlos -dice Charlie llevándose la mano al corazón- sería un cuñado buenísimo.

- Dios me ampare de que eso llegue a suceder.

- Creo que la ocasión, merece un buen chiste -dice Charlie guiñando uno de sus ojos- esto era un inglés, un español, un monegasco...

***¡Estoy súper-feliz! Ya hemos llegado casi a los 51K. Es increíble lo que ésta historia está consiguiendo. Eso quiere decir que por ahora, no os aburre, que eso para mi, es lo importante. Así que, muchas gracias por estar ahí, leyéndola, disfrutando de ella, votándola y comentándola. Sois maravillosamente increíbles y tengo mucha suerte con cada uno de vosotros. 

Y también quería compartir con vosotros, que ya me queda menos para llegar a los 2K de seguidores y eso es gracias a los que habéis decidido seguirme en estos días, os lo agradezco, espero no defraudaros y que sigáis disfrutando tanto de esta historia como las que vendrán después. Y si, tú que me estás leyendo y que aún no me sigues, ANÍMATE A FORMAR PARTE DE ESOS FUTUROS 2K. Te prometo diversión sin fin, locuras varias, mucho drama y, también escenillas guarrillas. Pero, sobre todo, te agradeceré infinitamente que decidas formar parte de mi vida. Y si no lo haces, no pasa nada, te voy a querer igual.

Muchas besos y abrazos para todos ***

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