𝟥𝟥. ¿𝒬𝓊𝒾é𝓃 𝑒𝓈 𝓁𝒶 𝓇𝓊𝒷𝒾𝒶?
Him con su "Wicked Game" resuena por todo el piso a través de los altavoces del equipo de música del salón. Valeria es la que ha hecho la selección musical y la que está consiguiendo que algunos de los grupos que escucha, me gusten a mi también.
https://youtu.be/hEaMhlfLbSY
Tenemos suerte de que no llueva en Londres. Valeria y yo llegamos hace un par de días al piso que mis padres tienen aquí, y por lo menos, el tiempo nos ha dado hoy algo de tregua. Lewis Hamilton le ha preparado una fiesta sorpresa de cumpleaños a su novia, y sólo ha invitado a algunos pilotos y a sus compañeros más allegados. Me costó convencer a mi rubia para que me acompañara, pero, al final lo ha hecho y tengo que decir que me hace mucha ilusión tenerla conmigo.
Me abrocho el pantalón vaquero y me miro al espejo. Lewis nos ha dicho que vayamos cómodos. Vaqueros, camisetas, zapatillas...en eso ha sido muy exigente. Quiere que nos lo pasemos bien y que nos olvidemos de lucir costosos trajes y vestidos de diseñador. Algo que agradezco.
Entro en el dormitorio para ver si ella ya está lista, y me quedo parado en el marco de la puerta. Valeria está delante del espejo recogiéndose el pelo en una coleta. Frunce los labios cada vez que le da una vuelta a la goma y se mira en el espejo satisfecha con el resultado. Mueve sus caderas al ritmo de la música, agitando sus manos arriba y abajo.
Valeria se ha puesto un vestido blanco de manga larga, asimétrico, de estilo retro, con una abertura justo en el centro de sus muslos. Esas botas blancas que lleva, son una delicia para mis fantasías.
- ¿Cómo estoy?
Levanto mi cabeza para mirarla y le sonrío. Me acerco poco a poco haciendo como que la examino. Ella se gira de un lado a otro sin dejar de mirarme y sonreir.
- Estás muy guapa, nena.
Pongo mis manos en su cintura y subo la derecha hasta acariciar su mejilla. Mis dedos repasan su piel muy despacio sin perder ni un sólo detalle de su preciosa cara.
- Tú tampoco estás mal, para la edad que tienes -una pequeña carcajada sale de su garganta. Echa su cabeza hacia atrás y vuelve a posar su mirada en la mía.
- Había olvidado que a ti te gustan mayores -le digo recordándole el encuentro con su profesor cuando estuvimos en Torre del Marqués.
Valeria me fulmina con la mirada y acaba dándome un pequeño puñetazo en el hombro. Aprovecho y la agarro de la cintura para atraerla hacia mi, y abrazarla, que es lo que me apetece.
- Y entonces a ti te gustan las niñatas -me replica ella.
- Me gustas tú, que es diferente.
Vale, allá vamos. A empezar a confesarle lo que siento sin que me tiemble el cuerpo del miedo que tengo. Ella se despega lentamente de mi pecho alzando su mirada hasta cruzarla con la mía. Sus ojos tienen un brillo especial mientras mueve sus pestañas casi rozando mi mejilla. Se mantiene en silencio durante unos buenos segundos siendo solamente consciente de su respiración sobre mi cuello.
- Tenemos que irnos -le digo esbozando una ligera sonrisa.
- Estoy un poco nerviosa, Carlos -Valeria moja ligeramente sus labios y deja escapar un pequeño y nervioso suspiro.
- No tienes porqué estarlo.
- En esa fiesta estarán todos tus compañeros, no habrá nadie que sea mecánico, o ingeniero, o...creo que me entiendes.
- ¿Y? -le pregunto sabiendo perfectamente por donde va la conversación. Quiere ponerle un nombre a esto que tenemos. Nombre que se merece, aunque mi cabeza me juegue malas pasadas de nuevo y no me deje avanzar todo lo que quisiera.
- ¿Y si alguien se pregunta que hago yo allí?
Valeria se muerde el labio algo nerviosa. Ni lo había pensado. Una cosa es que lo sepa Charlie y otra, todos los demás. ¿Qué si me importa? Para nada. Estoy hasta los cojones de esconderme.
- Les diremos la verdad, que estás conmigo y punto - afirmo categóricamente.
- ¡Se creerán que estamos liados!
La indignación de Valeria va creciendo por momentos, porque, al contrario que otras veces, ella está preocupada, y a mi me importa una mierda.
- Pues que crean lo que quieran. ¡Ay, cállate ya!
Pongo mis manos en sus caderas y la alzo hasta levantarla del suelo. Ella patalea un poco y protesta para que la baje.
- ¡Sueltáme, Carlos!
Niego con mi cabeza y camino con ella en mis brazos hasta llegar a la cama. La pongo encima de ella y empiezo a desabrocharme los pantalones.
- Pero, ¿qué haces Carlos?
- Voy a echarte un polvo a ver si dejas de protestar.
Valeria abre mucho sus ojos sorprendida. Emite un pequeño gemido que me vuelve loco. Su labio superior acaba entre sus dientes siendo mordido de una manera muy sensual.
- ¿Algún problema, nena?
- Ninguno. Sólo que no pienso callarme. Voy a seguir quejándome.
- Mientras sean tus gemidos los que estén en mis oídos, por mi, perfecto.
La fiesta de cumpleaños se celebra en una mansión que Lewis en una de las zonas de más lujo de Londres. Apenas habrá unos 200 invitados, pero, desde luego, que no ha escatimado en gastos. Estoy apoyado en una de las barras pidiendo una bebida. Valeria está en la improvisada pista de baile intentando bailar la Morris Dance. Y tengo que decir que no se le da nada mal. La rubia es una de esas personas que aprende con rapidez, tal y como está haciendo ahora.
- Valeria y Carlos están sentados en un árbol, B.e.s.á.n.d.o.s.e!. Primero viene el amor. Después viene el casamiento. Luego viene el bebé...
De verdad, que no hay persona más insufrible en el mundo que Charles Marc Hervé Perceval Leclerc. Me giro para mirarlo y él me guiña un ojo con una de sus sonrisas burlonas.
- ¿Te quieres ir a la mierda, Charlie? -le pregunto fijando de nuevo mi vista en Valeria. Mi amigo pone una de sus manos en mi hombro y me saca la lengua.
- ¡Ya estoy en ella! -ruedo mis ojos y le doy un trago a mi bebida. Valeria se gira un poco y me guiña un ojo riéndose divertida.
- Ya me han preguntado si está con alguien -me dice Charlie- quieren saber si tu chica tiene novio.
Aprieto la mandíbula y muerdo mi lengua. Miro a la rubia que baila alegremente y me fijo que hay algunos chicos que la miran con descaro. Como alguno se pase con ella, le parto la cara de la hostia que le voy a dar.
- No, no lo tiene, pero está pillada -le contesto a mi amigo con dureza- ¿quién te ha preguntado?
- No quieras saberlo, pero, empieza por N y termina por ick.
Puto Nyck de Vries. Desde que lo dejó la novia está al acecho de todo lo que se menea.
- Que venga y me lo pregunte a mi.
- Eso mismo le he dicho yo.
Bebo de mi copa sin perder ojo de Valeria. Se acercan varios compañeros hacia nosotros y acabamos hablando, como no, de la temporada. Aunque Lewis nos ha prohibido que lo hagamos porque quiere que esta noche nos olvidemos de todo.
- Lando, hijo -le dice Charlie a Lando Norris, piloto de Mclaren- para ya de hablar de tu puto coche y búscate alguna tía a la que engatusar con tus lindos ojitos.
- Vale. Lo siento -le dice el británico algo avergonzado- ¿quién es la rubia de la coleta? no la había visto nunca por aquí.
Sigo el dedo de Lando hasta donde él señala, pero, no me hace falta saber de quien habla, pues, está preguntando por Valeria.
- Es mi rubia -le contesto ante la mirada de sorpresa de Charlie.
- Si, claro -sigue diciendo Lando en su inocencia- pero, ¿quién es?
- Ya te he dicho que es mi rubia, Norris, y punto. Es todo lo que necesitas saber.
Le contesto con dureza al joven piloto. Creo que lo acabo de asustar porque a los pocos segundos se larga, dejándonos solos de nuevo a Charlie y a mi.
- Carlos por dios, pídele que sea tu novia de una puta vez. Porque parecéis novios sin serlo.
Me llevo las manos al pelo y me lo revuelvo un poco resoplando. Dejo mi copa en la barra y saludo a George que pasa a nuestro lado con una botella de champan en la mano.
- Lo sé, Charlie. Pero, quiero hacerlo de una manera especial.
- ¡No me jodas! ¿En serio? -Charlie da un par de palmitas y a continuación golpea mi espalda de manera bastante sonora.
- Si, idiota. Te doy la razón en todo. Pero, quiero pedírselo sin presiones y en un sitio donde estemos solos. Este verano cuando tengamos el parón de verano.
- Falta un mes, idiota, alguien te la podría quitar.
- Que se atrevan. Valeria es mía. Lo tiene claro ella y lo tengo claro yo. Punto.
- Si, pues genial. Díselo a Nyck que ya está moviendo fichas.
Giro mi cabeza para mirar de nuevo a la pista de baile, y si, efectivamente, Nyck se ha acercado a Valeria y está bailando con ella. La rubia le sonríe y aunque se aparta un poco, deja que él baile cerca suya, mientras le susurra lo que sea al oído haciéndola reír. Aprieto mi mandíbula pensando en miles de formas de asesinarlo, cuando me doy cuenta de lo evidente.
- Mierda, Charlie .
- ¿Qué pasa? -me pregunta él mientras me revuelvo el flequillo resoplando.
- Pues no que estoy celoso.
- Vaya novedad, Chilli. Estás celoso desde el punto momento que te metiste en sus bragas. Anda, tira a por tu chica.
Charlie me da un empujón dirigiéndome hacia la pista de baile. En mi mente sólo está llegar hacia ella, agarrarla y yo que sé...lo que sea pero que esté conmigo. En cuanto me acerco, no me lo pienso. Me pongo detrás de Valeria ante el desconcierto de Nyck.
- Lárgate niño -le digo con mi más fría mirada asesina. El pobre muchacho traga saliva y baja su cabeza apartándose de la rubia. La agarro de la cintura poniendo mis manos delante de ella.
- Lo has asustado -me dice Valeria mientras se va moviendo al compás de la música.
- Mejor. Así no vuelve.
- No me estás dejando ligar, señor Sainz, y se supone que estoy soltera.
Valeria sabe como provocarme. Me conoce perfectamente. Mis dedos suben hasta tocar la piel desnuda de su nuca haciendo que la piel se le ponga de gallina. Ladea un poco su cuello para dejar que mis labios puedan besar justo esa parte.
- Estás bailando -me recuerda ella cuando un ronco gemido sale de su garganta. Mi lengua sube hasta alcanzar su oreja y le doy un pequeño mordisco.
- Lo estoy. Muévete, nena.
https://youtu.be/oeT3pw6fod8
Sabes que eres mía aunque lo niega'
Yo quemo como el fuego pero tú juega'
Conmigo en la cama no es cosa nueva
Cuando estamo' solo', el tiempo se congela
Tú me pide má', yo te doy má'
Los do' enamorao' y no somos na'
Mi boca sigue en su cuello. Mis manos perdidas en su culo. Su cuerpo está receptivo a mi y a mis caricias y está noche no me interesa nada más que ella.
- ¿Te da igual que todo el mundo nos vea?
Valeria gira su cabeza para hablarme. Sus labios están a escasos centímetros de los míos. Siento su aliento en ellos y como el deseo de besarla se acrecienta cada vez más, así como mis ganas por ella.
- Ahora mismo, si -le respondo con sinceridad- no estás soltera, estás conmigo, ¿te queda claro?
- Necesito que seas más específico en lo de estar contigo.
Las luces de la sala bajan de intensidad. Aún hay más gente en la pista de baile que antes, tanto, que cuesta distinguir unas personas de otras. Le doy la vuelta a Valeria y la tomo de la nuca. Acerco su boca a la mía y estrello mis labios contra los suyos en un ardiente y duro beso. Ella enlaza sus brazos detrás de mi, correspondiendo a ese beso con el roce de su lengua. Sigue provocándome con sus caderas moviéndose más cerca de mi. Mi polla me palpita dolorosamente en los pantalones, y necesito tenerla ahora. La necesito como respirar.
- ¿Recuerdas cuando bailamos la canción de Despacito?
Valeria asiente sin dejar de mirarme. Llevo mi boca a su oído para cantarle las frases que más me interesan.
- Quiero desnudarte a besos despacito, que le enseñes a mi boca tus lugares favoritos...
Su mirada de deseo está sobre la mía. Sus dedos recorren mi cuello hundiendo sus uñas en el. Bajo mis manos hasta agarrarla del culo y tirar de ella. Su boca vuelve a buscar la mía hundiendo su lengua en mis labios. Me separo de Valeria y la agarro de la mano sacándola de la pista de baile. No sé donde voy. Sólo sé que la necesito.
Camino con ella por los innumerables pasillos de este enorme caserón. Me paro al lado de unas escaleras y la aprisiono con mi cuerpo. Mi boca vuelve a poseer la suya dándole un fuerte beso con el que engullo su lengua. Mis manos están perdidas en su cuerpo, tan perdidas como estoy yo por ella.
- Carlos.
Mi nombre en su boca es un grito de deseo. La miro y veo que está igual que yo. Caliente. Necesitada. Subo las escaleras y abro la primera puerta que veo. Es un enorme cuarto de baño. Echo el pestillo y la agarro de las caderas subiéndola al mármol negro del lavabo. Empiezo a quitarle la ropa mientras ella hace lo mismo con la mía.
- Esto es lo que tenía que haber hecho contigo, la segunda vez que nos besamos -le digo acariciando su mejilla- nos hubiéramos ahorrado muchos problemas.
Tiro de Valeria para que se dé prisa en subir las escaleras. Ella protesta enganchándose de mi brazo con una enorme sonrisa en su cara.
- ¡No vayas tan deprisa, Carlos! ¡Los tacones!
- ¡Vamos que van a cerrar!
Tiro de nuevo de ella y cruzamos las puertas del Royal Albert Hall. En cuanto supe lo del cumpleaños, busqué algo que hacer en Londres que a ella le pudiera gustar y sé que esto le va a encantar.
Le doy mi entrada a uno de los libreros de la puerta y subimos las escaleras que nos llevan a la zona de butacas. Estamos en una de las esquinas. Lo vamos a ver todo muy bien, casi de las primeras filas. El llegar algo tarde tiene la ventaja de que la gente no te para ni te pide fotos ni nada.
Nos sentamos en nuestros asientos justo a tiempo. Se apagan las luces y el escenario se ilumina saliendo los dos artistas que van a tocar esta noche. El público les aplaude y se preparan para tocar. En cuanto suena la melodía, Valeria se agarra a mi brazo muy emocionada.
- Oh, Carlos. No me lo creo.
https://youtu.be/nOFThTk9lN8
Valeria se muerde los labios y ladea un poco la cabeza para mirarme. Ahora mismo, juro que si se acabara el mundo, me daría igual, porque esa sonrisa que tiene en su boca es lo más bonito que he visto en mi vida.
Valeria apoya su cabeza en mi hombro mientras tararea la canción muy bajito disfrutando del sonido que sale de los cellos. Mi mano derecha se entrelaza con la suya acariciando muy despacio sus dedos. La izquierda se posa en su barbilla y la giro un poco hasta que tengo sus labios a pocos centímetros de los míos. Su mirada y la mía se encuentran. Nos besamos con esa mirada, con el latido acelerado de mi corazón, de fondo. Repaso sus labios con mis dedos y vuelvo a dejarle un corto beso.
- Valeria. Me vuelves loco.
*** Antes que nada, este capítulo va para mi HIJA juli_16_01 lo que yo me río contigo no es ni natural. Que alegría haberte conocido hija de mi vida. Espero que disfrutes este capítulo y el resto de la historia.
Muchas gracias a todos por el apoyo. ¡Ya queda menos para el maratón!
Miles de besos y abrazos, y gracias por acordaros de darle a la ✴️ ***
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