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𝟤𝟩. 𝒩𝑜 𝑒𝓇𝑒𝓈 𝒱𝒶𝓁𝑒𝓇𝒾𝒶

He sido tercero en el Gran Premio de Cataluña. Con sabor a victoria porque estoy a apenas 29 puntos de Max. Este no va a ser el año de los Red Bull. Va a ser el nuestro. Lo presiento. En cuanto finalizó la carrera, me cogí un avión para irme a casa. Hacía mucho tiempo que no estaba con mi familia. Aunque al final, unos amigos me convencieron para cenar y salir. Malditas las ganas que tengo, pero, también tengo descuidada a mi pandilla. 

- ¡Qué bueno que te haya convencido para salir, Carlos! -mi amigo Adrián se pone a mi lado chocando su copa con mi botellín. Al final hemos acabado en ésta discoteca.

- Igualmente -le digo algo hastiado de estar aquí.

- ¿Y qué? ¿alguna tía por ahí? que antes no has soltado prenda de nada -tuerzo el gesto y bebo otro sorbo de cerveza mientras miro la gente que pasea por la zona VIP. Media plantilla del Madrid está celebrando su última victoria en la liga y varios de sus jugadores me han saludado.

-  Algo hay, Adri.

Conozco a mi amigo de toda la vida, y es bastante cotilla. Siempre preguntando por el mismo tema. Es obsesión por si estoy con alguien. Y es que encima es primo lejano de Nerea, mi ex. Y a veces pienso que lo que le cuento acaba en los oídos de ella.

- ¿Te has echado novia? - sigue preguntándome.

- Nop. Sólo estoy con alguien...más o menos...

- No se está con alguien más o menos, Carlos. Si estás, lo estás, y es una novia, y si no lo estás, es que simplemente estás pasando el rato.

Me muerdo la cara interna de mi mejilla y agito un poco mi cabeza. Desde luego que lo que tengo con Valeria no es ninguna de las dos opciones. Bueno, es que últimamente, ni yo mismo lo sé.

- ¡Qué pasa, tíos! -la voz de David, otro de mis amigos me hace girarme y recibir un fuerte abrazo de su parte- brutal tu carrera, Carlos.

- Gracias, me ha costado, pero mira, ha merecido la pena -le contesto.

- ¿Qué bebéis? Venga, una ronda que invito.

David pide una ronda de gintonic. A estas alturas, esta parte está bastante concurrida, tanto de personas VIP como de chicas a la caza de esas personas. Hay una chica morena con un ajustado vestido rojo que no me ha quitado la vista de encima desde que Adrián y yo llegamos. Está bastante buena y tiene un escotazo que no deja nada a la imaginación. Y sé que es cuestión de tiempo que acabe acercándose a mi. 

- La morena aquella no te quita ojo -me dice David señalando lo evidente.

- Ya me he dado cuenta -le contesto mirándola. Ella se muerde los labios y me da una seductora sonrisa que es una invitación para acercarme a ella.

- Carlos está con alguien -le dice Adrián a David. El pelirrojo alza una de sus cejas y suelta una carcajada.

- ¡No me lo creo! ¿tú con novia? 

- Yo no he dicho que tenga novia .-le respondo medio gruñendo. Mi móvil empieza a vibrar en mi bolsillo. Lo saco y veo la foto que Valeria y yo nos hicimos en la playa de Caronia. Vuelvo a guardar el teléfono ignorando su llamada..

- Tiene una follamiga -puntualiza Adrián.

- Tampoco es eso -le contesto con algo de rabia en mi voz. Me jode mucho que hablen así de lo que tenemos Valeria y yo porque ninguno sabe nada.

 - ¿Entonces qué es? -no me pasa desapercibido el tono de ironía con el que me habla mi amigo.

La puta pregunta del millón. ¿Qué es Valeria para mi? No es mi novia. No es mi follamiga, pero, nos acostamos juntos, nos lo contamos casi todo, trabajamos uno al lado del otro y me preocupo por ella y porque esté bien. Pero, aún no sé definir lo que somos. Ni quiero. 

- No lo sé -les respondo pidiéndole al camarero algo más fuerte.

- Tío -me dice Adrián dándome una palmada en el hombro- tú estás pillado por esa tía igual que lo estabas por Nerea.

Me enderezo quitando los codos de la barra en cuanto oigo ese nombre. Nerea, mi ex. La persona que me destrozó hasta hacer que odiara las relaciones y que no quisiera nada con nadie. Me prometí que no volvería a pillarme por ninguna tía, y, estoy faltando a mi promesa. Y una parte de mi, se odia a mi misma por haber sido tan débil ésta vez. 

- Pues entonces, si no lo sabes, te dará igual entonces que la morena del vestido rojo venga hacia aquí -me dice Adrián haciéndome un gesto con su cabeza.

Miro hacia donde me dice mi amigo, y, efectivamente, la morena se está acercando con una copa de champan en la mano, andando muy sensualmente. El vestido lleva una raja a un lado del muslo dejando entrever unas interminables piernas torneadas. 

- Hola, perdona que te moleste, ¿eres Carlos Sainz? -me pregunta ella mordiéndose el labio.

- El mismo -le contesto apoyando mi espalda en la barra. Ella se acerca algo más hasta casi invadiendo mi espacio personal.

- Soy una gran admiradora tuya. No me pierdo ni una de tus carreras, me encanta como... corres...

Mis amigos empiezan a reír mientras ella sonríe por el descaro con el que me habla. 

- Me llamo Lorena -ella se acerca a mi y me da dos besos muy cerca de las comisuras de mi boca. Dejo que lo haga y que ponga una de sus manos en mi hombro- ¿me invitas a algo?

Me quedo mirándola y no puedo evitar sentirme mal. Tengo la sensación de que estoy engañando a Valeria. Pero, no puedo estar engañando a alguien con la que no estoy, ¿o si?. Mi cabeza es un lío. Y no ayuda nada el que la rubia no esté aquí. Mis amigos se adelantan presentándose a la morena, la cual, minutos después, es acompañada por dos amigas más que se unen a nosotros en un pequeño reservado. 

Pedimos un par de botellas de champan, las cuales me bebo sin pensar en absolutamente nada, porque, no quiero pensar. Tengo la mente algo nublada por el alcohol y estar así es lo que necesitaba esta noche. Lorena se sienta a mi lado en el sofá inclinándose lo justo para que le vea el nacimiento de sus pechos. Pone una de sus manos en mi muslo acariciándome lentamente. 

- Supongo que estarás cansado de la carrera -me dice ella con voz seductora.

- Algo cansado, si.

- ¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor?

Su mano va subiendo peligrosamente por mi pierna mientras su boca se acerca a mi cuello. Su lengua traza pequeñas caricias en mi piel y yo estoy dejando que lo haga sin mover un sólo músculo. No quiero pensar en nada. No quiero calentarme la cabeza o me sentiré aún peor de lo que me siento.

- Perdona, ¿te importa quitarle las manos de encima a mi novio?

La morena que hay a mi lado pega un respingo en el sofá mientras yo intento procesar en mi cabeza la presencia que está delante de mi. Abro mis ojos topándome con su cabello castaño, el cual se lo ha cortado un poco más arriba de sus hombros, en sus piernas enfundadas en un pantalón negro que marca todas sus curvas y en esa puta voz que a veces se me aparece en mis pesadillas. Trago saliva y la miro sin casi poder articular palabra.

- Nerea, ¿Qué coño haces aquí?

- De nada por quitarte de en medio a esa tía, Carls.

- ¿Y quién te ha dicho que quería que lo hicieras? -le replico fastidiado. Mi ex novia se ha sentado a mi lado en el sofá y suelta una carcajada mientras posa una de sus manos en el respaldo del sofá muy cerca de mi cuello.

- Tenías cara de eso.

- ¿Y tú que sabes? 

- Te conozco, Carlos. Sé cuando algo te molesta.

- Pues entonces sabrás lo molesto que estoy ahora mismo.

Nerea frunce el ceño y uno de sus dedos se desliza por mi cuello. La piel de mi nuca se eriza y me maldigo por dejar que todavía cause ese efecto en mi. La he mirado un par de veces de reojo y si, siguen siendo guapísima la cabrona. 

- Me caso este verano.

Miro a Nerea y suelto un improperio. Cojo la botella de champan que descansa en la cubitera y le doy un largo trago. Ella, casada, con otro. La puta hostia vaya.

- Guay. Me dejaste el verano pasado y te casas este, bonita manera de celebrarlo.

- Tú hace más tiempo que me dejaste Carlos, no empecemos a echarnos cosas en cara que eso ya lo hemos superado -Nerea me da una larga mirada y se moja los labios de una manera muy sensual. Mi cuerpo entero sufre un pequeño espasmo al recordar como era besar esos labios y lo que me hacían .

- ¿Déjame adivinar? ¿Te casas con tu amigo Alejo?

Mi ex abre los ojos muy sorprendida y baja su mirada algo avergonzada. He dado en el clavo. Su mejor amigo de toda la vida siempre estuvo esperando ahí, entre bambalinas, a que yo abandonara la escena. 

- Si, me caso con él. Pero...es...lo hago medio obligada...

- Tú no haces nada por obligación Nerea, no me hagas reír.

- Es un acuerdo entre mi familia y la suya...ya sabes, por lo de la urbe de Madrid.

Los padres de Nerea tienen varios negocios en la zona de Colón. Inmobiliarias, constructoras...y los de Alejo son sus socios en la mayoría de ellos. El acuerdo perfecto vaya. 

- Pues enhorabuena -acierto a decirle cuando termino de beberme la botella dejándola de nuevo en su sitio.

- Carlos...si tú hubieras decidido otra cosa, sería tu anillo el que llevara en el dedo.

Ahí está de nuevo. Nerea, la egoísta mayor del reino. Su mano se desplaza por mi cara para que vea el caro anillo de diamantes que descansa en su dedo anular. Y sinceramente, me importa una puta mierda.

- Hablemos de otra cosa ¿quieres? o mejor, no hables que me das dolor de cabeza -le digo echándome hacia atrás en el sofá.

Cierro mis ojos un momento pensando en que ya va siendo hora de que me largue de aquí. Siento la mano de Nerea en mi muslo. En el mismo sitio donde había estado la de la morena de antes. Abro mis ojos y enfoco mi algo nublada mirada en ella. Se acerca despacio hacia mi relamiéndose los labios.

- ¿Te quito el dolor de cabeza y a cambio me echas el último polvo de soltera?

No siquiera soy capaz de reaccionar a su propuesta. Dejo que ella me toque. Que su mano alcance mi polla y me manosee por encima del pantalón, que es lo que está haciendo. Recuerdos de lo que fuimos y de la pasión con la que nos entregábamos, pasan por mi cabeza en un rápida sucesión de imágenes.

Ella se levanta y tira de mi sacándome de la zona VIP. Me lleva a través de un pasillo hasta que me empotra con la pared y su lengua saquea mi boca besándome de una forma salvaje. Mis labios responden a ese beso y la agarro de las caderas acercándola más a mi. 

Nerea me lleva hacia dentro de uno de los baños. En cuanto entramos, ella se pelea con el botón de mis pantalones y me los desabrocha sacándome la polla. Se sienta en la taza del wáter y puedo sentir sus familiares dedos como acarician mi dureza relamiéndose los labios lista para metérsela en la boca. Cierro mis ojos para disfrutar de la sensación de sus labios, aquellos que tanto he echado de menos. Y entonces los abro sintiendo que el corazón me va a estallar del pecho. 

¿Pero qué coño estoy haciendo? ¿Es que soy gilipollas o qué pasa conmigo? Aparto a mi ex. La que un día me dejó porque no hice lo que ella quiso y le quito las manos con algo de brusquedad. Ella me mira bastante confundida mientras yo me abrocho los pantalones.

- ¿Qué te pasa? -me pregunta ella poniéndose en pie.

- Que tú no eres Valeria, eso es lo que pasa.

- Eres bastante gilipollas si

-Gracias Charlie, sé que lo soy, pero que me lo confirmes tú, me deja más tranquilo

Me echo hacia atrás en la cama llevándome las manos a la cara. Anoche salí corriendo del bar sin ni siquiera despedirme de mis amigos. En cuanto llegué a casa, el water y yo nos hicimos íntimos y acabé vomitando todo lo que me bebí anoche. 

- Me siento como si la hubiera engañado Charlie. Me siento como una mierda

- Es que la has engañado, idiota. Y nada menos que con tu ex. Si estuviera ahí te daba de hostias

- No salgo con ella

- Entonces, ¿porqué te sientes así?

- Eso es lo que trato de averiguar joder -me fastidia hablar con Charlie porque el cabron tiene razón en todo, y me hace sentir aún peor

- Hay unos maravillosos test en la Cosmopolitan que te pueden ayudar a averiguarlo

- Tú eres gilipollas

- Tú más. De todas maneras, yo con dos respuestas sé si siento algo por una persona -ruedo mis ojos aún sabiendo que no puede verme

- Venga, dispara, si lo estás deseando

- ¿Has dormido con ella una noche y no habéis follado?

- Si, y más de una -le confieso porque la mayoría de las noches, me limito a abrazarla mientras duerme y a tenerla cerca que es lo que más me apetece

- Vale, pues no hay más preguntas

- Has dicho dos, Charlie

- Eso era por si fallabas la primera

Mi móvil vibra con un mensaje, lo miro y veo que es de Valeria. Al momento, vuelvo a sentirme como el culo. 

- Joder, Charlie. Es Valeria. Anoche me llamó y ni le contesté

 -  Pues una de dos Chilly, o le cuentas la verdad y seguramente perderás lo que tienes, con lo cual puede que tengas lo que estabas  buscando, o, le cuentas una piadosa mentira por miedo a perderla. Y bueno, también tendría cuidado conque la puta de Nerea se vaya de la lengua

- Ella es lo que menos me preocupa. Créeme, la que tiene todas la de perder es Nerea. Te aseguro que no va a contar nada de esto

Mi amigo me cuelga el teléfono dejándome peor de lo que estaba. Paso mi mano por mi frente y marco su número para llamarla. Valeria contesta a los pocos segundos. 

- Buenos días, ¿te he despertado? -su preciosa voz hace que mi corazón sufra un pequeño espasmo. Me pongo en pie y miro como mi madre ha preparado la mesa del desayuno en el jardín. Le encanta desayunar viendo los limoneros

- No, que va. Si anoche no me acosté muy tarde. Fui a cenar con unos amigos, nos tomamos un par de copas y a casa

Vale, si, le he mentido. Soy un puto cobarde y no le he contado que anoche dejé que otra chica que no era ella me besara y me tocara. Y lo he hecho porque no quiero perderla. Porque de pensar que no voy a estar con ella, me pongo malo. 

- ¿Y el abuelo? -le pregunto con una desazón horrible en mi cuerpo

- Mejor. Si no pasa nada, mañana le dan el alta. No te lo vas a creer, pero sus primos Mattias y Lorenzo se van a venir a Jerez con el abuelo una temporada. Dicen que de camino que lo cuidan conocen esta parte de España

- Oye, pues eso es genial Valeria. Dile que después del Premio de Mónaco, iré a verlo

- ¿En serio?

- Si, en serio. Me muero por ver su taller, ¿te parece bien?

Vale si, me estoy implicando más de lo que debería con Valeria y su familia. Aún no sé lo que quiero con ella y aquí estoy yo haciendo las cosas que hacen los novios. Pero, me importa una puta mierda. De ahora en adelante voy a hacer lo que me apetezca con ella, y esto es lo que quiero hacer. 

- Si...me parece bien. El abuelo se pondrá muy contento

- ¿Y la nieta?

- La nieta aún más

- ¿Tú cama suena por la noche?

- No, no suena -Valeria suelta una carcajada y su risa es música para mis oídos. Lo que tanto necesitaba oír después de los días que ella ha pasado. Y yo comportándome como un puto cabrón. Pero juro que le pienso compensar todo lo que ha sufrido de alguna u otra manera

-  Pues entonces perfecto

- Por cierto, no se lo digas a Charlie o no me dejará en paz. He invitado a mi hermana a venir a Mónaco y ha dicho que si

- ¡Dios! Ahora no va a haber quien lo aguante

-   Lo sé. Pero Diana necesita despejarse un poco, y he pensado que esto era lo mejor

- Me parece buena idea Valeria. Seguro que se lo pasa bien en este circo. ¿Cuándo vuelves?

- Pues iremos directamente a Mónaco, Carlos. Quiero estar unos días con mi abuelo para ver como se maneja en casa y bueno... me quedo más tranquila hasta que lleguen los primos

- Me parece una buena idea. ¿Vienes el jueves, entonces?

- El jueves, si. 

- Iré a buscarte al aeropuerto. Bueno, iré a buscaros

- Vale. Oye, te tengo que dejar que viene por ahí un médico

- De acuerdo. Luego hablamos...

- Carlos

- Dime

- No me contestes...pero te he echado mucho de menos

- No te contesto, pero, yo a ti también

Cuelgo el teléfono con una sonrisa, y si, sintiéndome de nuevo el tío más cabrón del mundo. Y culpable. Terriblemente culpable.

Cojo una camiseta y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras hasta cruzar el pasillo y salir por la puerta que da al jardín. Mi madre ya está sentada tomándose un zumo de naranja. En cuanto me ve, alza sus ojos y me da una de esas sonrisas que dan las madres, las sonrisas de que te quieren mucho. 

- Buenos días mami -le digo besando sus mejillas

- Pensé que vendrías al ser de día

- No tenía muchas ganas de salir -le contesto llenándome mi vaso. Ella me da una larga mirada y aprieta sus labios

- Hay una chica, ¿verdad?

Me bebo el vaso de zumo casi de golpe. Mi madre me conoce como nadie. Ella estaba ahí la primera cuando lo de Nerea. Y sabe lo que he sufrido y en lo que se ha convertido mi vida después de que mi ex me dejara.

- Hay una chica mamá

- ¿Y?

- Es diferente a... ya sabes quien...

- Ay por Dios Carlos. Ni se te ocurra comparar a esa chica con Nerea diciendo que es diferente. No se lo merece -me echo a reír y asiento ante sus palabras

- No iba a compararla con ella. Sólo iba a decir...bueno...no sé... me gusta mucho mamá

- Me alegro cariño, pero, no estás feliz del todo, ¿porqué?

Me revuelvo el pelo y me echo hacia atrás en la silla, pensando en todo lo que rodea a lo mío con Valeria. 

- Porque no sé si estoy preparado para tener una relación mamá

- Bueno, si estás planteándote tenerla, es que estás preparado, ¿no?

- Tengo miedo de que vuelvan a destrozarme. De entregar mi corazón y que me lo devuelvan en pedazos. Ya he pasado por eso, y no quiero volver a sentirme así

Mi madre pone una de sus manos encima mía y me da una dulce y tranquilizadora sonrisa. 

- Carlos, el amor es arriesgarse. No se ama una vez en la vida, eso tenlo claro. Y eso de que alguien es el amor de tu vida, tampoco es verdad. El amor es como uno de tus grandes premios, es arriesgarse a ganar sabiendo que en cualquier momento puedes perder. ¿Ella merece la pena como para arriesgarse hijo?

- Cada puto minuto mamá -mi madre esboza una amplia y satisfecha sonrisa y me da una palmada en la mano- yo no la busqué y la encontré, y ahora mismo no quiero perderla

- Si ella ha puesto esa sonrisa tonta en tu cara, es que desde luego no puedes dejarla escapar hijo

Acerco mi cabeza al hombro de mi madre. Ella acaricia mi mejilla muy despacio haciéndome cosquillas en la barbilla.

- ¿Y cómo se llama?

- Valeria, se llama Valeria, mamá

- ¿Tendrás una foto de ella para que la vea, no?

Dejo escapar una pequeña carcajada y cojo mi móvil de encima de la mesa. Lo desbloqueo y busco en la galería una de las fotos que nos hicimos en Caronia. Le enseño a mi madre un par de fotos y ella me da una sonrisa.

- Es muy guapa Carlos

- Lo es. Y es muy inteligente, dulce, cariñosa, con carácter... supongo que todo eso es lo que me atrae de ella. Y que al principio creo que yo no le caía muy bien

- Tendré que darle entonces las gracias a Valeria

- ¿Las gracias porqué mamá?

- Porque te ha hecho sonreír otra vez mi niño, y espero que esa sonrisa no se te vaya en mucho tiempo de tu cara

*** Espero que no me matéis mucho por este capítulo, pero necesitaba hacerlo para que vierais la evolución de los sentimientos de Carlos.

Este capítulo es muy importante para el desarrollo de la trama, así que no lo olvidéis mucho.

Muchas gracias por el apoyo que me dais.

Gracias por los votos y todo lo demás.

Muchos besos y abrazos ***

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