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Capitulo 1

Había sobrevivido al día tres después de kim taehyung  y mi primer día de trabajo. Era una distracción bienvenida. El tiempo había volado en una neblina de nuevos rostros, trabajo por hacer, y el Sr. Jack Hyde. El Sr.

Jack Hyde... me sonríe hacia abajo, sus ojos azules centelleando mientras se apoya contra mi escritorio.

—Excelente trabajo, jungkook. Pienso que haremos un gran equipo.

De alguna manera, me las arreglo para curvar mis labios hacia arriba en una semblanza de sonrisa.

—Me voy, si eso está bien para ti —murmuro.

—Por supuesto, son las cinco treinta. Te veré mañana.

—Buenas noches, Jack.

Buenas noches, jungkook.

Recogiendo mi bolso, me encojo de hombros en mi chaqueta y me encamino a la puerta. Afuera, en el aire de la tarde en Seattle, tomo una respiración profunda. No es suficiente para llenar el vacío en mi pecho, un vacío que ha estado presente desde el sábado por la mañana, un doloroso vacío, recordatorio de mi pérdida. Camino a la parada del autobús con la cabeza hacia abajo, mirando hacia mis pies y contemplando la carencia de mi amada Wanda, mi viejo escarabajo... o el Audi.

Cierro la puerta de golpe inmediatamente a ese pensamiento. No. No pensaré en él. Por supuesto. Puedo permitirme un coche... uno lindo, un nuevo auto.

Sospecho que ha sido demasiado generoso en el pago, y el pensamiento deja un sabor amargo en mi boca. Lo descarto y trato de mantener mi mente entumecida y tan en blanco como me es posible. No puedo pensar en él. No quiero empezar a llorar otra vez, no en la calle.


El apartamento está vacío. Extraño a Jimin. lo imagino recostado en la playa en Barbados bebiendo un coctel frío. Enciendo la televisión de pantalla plana entonces hay ruido para llenar el vacío y ofrecer alguna semblanza de compañía, pero no estoy escuchando o viendo. Me siento y miro fijamente la pared de ladrillo. Estoy entumecido. No siento nada excepto el dolor. ¿Cuánto tiempo soportaré esto?

El timbre de la puerta me despierta de mi angustia, y mi corazón da un vuelco.

¿Quién puede ser? Presiono el intercomunicador.

—Entrega para el sr.Jeon. —Una cansada, incorpórea voz responde, y la

decepción choca contra mí. Lánguidamente hago mi camino escaleras abajo y encuentro a un joven masticando ruidosamente goma de mascar, sujetando una caja de cartón grande, y apoyándose contra la puerta principal. Firmo por el paquete y lo llevo escaleras arriba. La caja es enorme y sorprendentemente ligera.

Dentro hay dos docenas de rosas blancas de largos tallos recortados y una tarjeta.

Felicitaciones por tu primer día de trabajo.

Espero que estuviera bien.

Y gracias por el planeador. Fue muy considerado.

Tiene un lugar privilegiado en mi escritorio.

Taehyung.

Miro fijamente la tarjeta tipeada, el agujero en mi pecho expandiéndose. No hay duda, su asistente las envió. Taehyung probablemente tiene poco que ver con esto. Es demasiado doloroso pensar acerca de ello. Examino las rosas. Son hermosas, y no puedo obligarme a tirarlas a la basura. Obedientemente, hago mi camino dentro de la cocina para tratar de encontrar un florero.

Y así la rutina continua: Levantarme, trabajar, llorar, dormir. Bueno, tratar de dormir. No siempre puedo escapar de él en mis sueños. Ardientes ojos grises, su mirada perdida, su cabello bruñido y brillante; todo me hechiza. Y la música... muchísima música, no puedo soportar oír cualquier música. Tengo cuidado de evitarla a toda costa. Incluso los Jingles de los comerciales me hacen estremecer.

No le he hablado a nadie, ni siquiera a mi madre o a Ray. No tengo la capacidad para charla sin sentido ahora. No, no quiero nada de eso. Me he convertido en mi propio estado aislado. Un mundo devastado, destruido por la guerra donde nada crece y los horizontes son desolados. Sí, este soy yo. Puedo interactuar impersonalmente en el trabajo, pero es solo eso. Si le hablo a mamá, sé que me romperé aún más, y no queda en mí nada que romper.

Encuentro difícil comer. Para la hora de almuerzo el miércoles, me las arreglo con una taza de yogurt, y es la primera cosa que he comido desde el viernes. Sobrevivo a base de una recientemente descubierta tolerancia a los lates y coca cola dietética. Es la cafeína lo que me mantiene andando, pero me pone ansioso.

Jack ha comenzado a revolotear sobre mí, irritándome, haciéndome preguntas personales. ¿Qué quiere? Soy educado, pero necesito mantenerlo a un brazo de distancia.

Me siento y empiezo a rastrear a través de una pila de correspondencia dirigida a él, y estoy agradecido con la distracción de trabajo adicional. Mi e-mail hace ping y rápidamente reviso para ver de quién es.

Santa mierda. Un e-mail de taehyung. Oh no, no aquí... no en el trabajo.

De: Kim taehyung

Asunto: Mañana

Fecha: Junio 8, 2011 14:05

Para: Jeon jungkook

Querido Jungkook:

Perdona esta intrusión en tu trabajo. Espero que esté yendo todo bien. ¿Recibiste mis flores? Noté que mañana es el show por la apertura de la galería de tu amigo, y estoy seguro de que no tienes tiempo para comprar un auto, y es un largo camino para conducir. Seré más que feliz de llevarte, si lo deseas.

Hazme saber.

kim taehyung

Gerente General, Kim Enterprises Holdings Inc.

Lágrimas nadan en mis ojos. Precipitadamente dejo mi escritorio y huyo hacia los servicios para escapar en una de las casillas. El show de José. Mierda. Había olvidado todo acerca de ello, y le prometí ir. Mierda, Taehyung está en lo cierto; ¿Cómo voy a llegar hasta allí?

Presiono mi frente. ¿Por qué José no ha llamado? Ahora que lo pienso, ¿porqué nadie ha llamado? He estado tan distraído, he notado que mi celular ha estado en silencio.

¡Mierda! ¡Soy tan idiota! Todavía lo tengo desviado al BlackBerry. Taehyung  ha estado tomando mis llamadas, o simplemente ha tirado el BlackBerry lejos. ¿Cómo consiguió mi dirección de email?

Conoce mi talla de zapatos, una dirección de e-mail apenas va a representarle algunos problemas.

¿Puedo verlo nuevamente? ¿Podré soportarlo? ¿Quiero verlo? Cierro mis ojos e inclino mi cabeza hacia atrás mientras la pena y el anhelo cortan a través de mí. Por supuesto que quiero.

Tal vez, quizás le puedo decir que he cambiado de opinión... No, no, no. No puedo estar con alguien que obtiene placer en infligirme dolor, alguien que no puede amarme.

Recuerdos torturantes destellan a través de mi mente, el planeador, estrechar manos, besar, la bañera, su gentileza, su humor, y su oscura, amenazante, sexy mirada. Lo extraño. Han sido cinco días, cinco días de agonía que se han sentido como una eternidad.

Envuelvo mis brazos alrededor de mi cuerpo, abrazándome estrechamente, manteniéndome junto. Lo extraño. Realmente lo extraño... Lo amo. Simplemente.

Lloro hasta quedarme dormido en la noche, deseando no haberme marchado, deseando que pudiera ser diferente, deseando que pudiéramos estar juntos. ¿Cuánto tiempo durará este horrendo sentimiento abrumador? Estoy en el purgatorio.

Jeon Jungkook, ¡estás en el trabajo! Debo ser fuerte, pero quiero ir al show de José, y en lo más profundo, lo masoquista en mí, quiere ver a Taehyung. Tomando una profunda respiración. Me encamino a mi escritorio.

De: Jeon Jungkook

Asunto: Mañana

Fecha: Junio 8, 2011 14:25

Para: Kim Taehyung

Hola Taehyung:

Gracias por las flores; son encantadoras.

Sí, apreciaría un aventón.

Gracias.

Jeon Jungkook.

Asistente de Jack Hyde, Coordinador Editorial, AIPS.

Revisando mi teléfono, encuentro que todavía está puesto en desviado. Jack está en una reunión, así que rápidamente llamo a José.

—Hola, José. Soy Jungkook.

—Hola extraño. —Su tono es tan cálido y acogedor que es casi suficiente para empujarme por el borde otra vez.

—No puedo hablar mucho tiempo. ¿A qué hora debo estar allí mañana para tu espectáculo?

—¿Aún vienes? —suena excitado.

—Sí, por supuesto. —Sonrío, mi primera sonrisa genuina en cinco días mientras me imagino su amplia sonrisa.

—Siete treinta.

—Te veo, entonces. Adiós, José.

—Adiós, Jungkook.

De: Kim Taehyung

Asunto: Mañana

Fecha: Junio 8, 2011 14:27

Para: Jeon Jungkook

¿A qué hora quieres que te recoja?

Kim taehyung

Gerente General, kim Enterprises Holdings Inc.

_________________________________________

De: Jeon Jungkook

Asunto: Mañana

Fecha: Junio 8, 2011 14:32

Para: Kim taehyung

El show de José comienza a las 7:30. ¿Qué hora sugerirías?

Jeon Jungkook

Asistente de Jack Hyde, Coordinador Editorial, AIPS

_________________________________________

De: Kim taehyung 

Asunto: Mañana

Fecha: Junio 8, 2011 14:34

Para: Jeon jungkook

Querido jungkook:

Portland está algo lejos. Te recogeré a las 5:45.

Estoy deseando verte.

Kim taehyung

Gerente General, kim Enterprises Holdings Inc.

_________________________________________

De: Jeon jungkook

Asunto: Mañana

Fecha: Junio 8, 2011 14:38

Para: Kim taehyung

Te veo entonces.

Jeon jungkook

Asistente de Jack Hyde, Coordinador Editorial, AIPS

Oh mi... Voy a ver a taehyung, y por primera vez en cinco días, mi espíritu se eleva un poco y me permito preguntarme cómo ha estado.

¿Me ha extrañado? Probablemente no como yo lo he extrañado. ¿Habrá encontrado un nuevo sumiso de donde quiera que ellos vengan? El pensamiento es tan doloroso que lo desecho inmediatamente. Miro a la pila de correspondencia, necesito ordenarla para Jack y meterme de lleno en ello mientras trato de expulsar a Taehyung de mi mente otra vez.

Esa noche en la cama. Me remuevo y giro tratando de dormir. Es la primera vez en mucho tiempo que no he llorado hasta quedarme dormido.

En mi mente, visualizo el rostro de taehyung la última vez que lo vi, mientras dejaba su apartamento. Su expresión torturada me persigue. Recuerdo que no quería que me fuera, lo cual fue un obstáculo. ¿Por qué me quedaría cuando las cosas habían llegado a tal impasse2? Estuvimos siempre evadiendo nuestros problemas, mi miedo al castigo, su miedo a... ¿qué? ¿Al amor?

Girándome de lado. Abrazo mi almohada. Llena de una tristeza abrumadora. Él piensa que no merece ser amado. ¿Por qué se siente de esa manera? ¿Tiene esto algo que ver con su formación? ¿Su madre de nacimiento, la prostituta adicta al crack? Mis pensamientos me asedian hasta tempranas horas hasta que eventualmente caigo en un agitado, exhausto sueño.

El día avanza y avanza, lentamente, y Jack está inusualmente atento. Sospecho que es el traje ciruela de jimin y las botas  negras que he tomado de su armario, pero no me detengo en el pensamiento. Resolví ir a comprar ropa con mi primer cheque de pago. El traje me queda más suelto de lo que estaba. Pero pretendo no notarlo.

Finalmente, son las cinco treinta, recojo mi chaqueta y mi bolso, tratando de calmar mis nervios. ¡Voy a verlo!

—¿Tienes una cita esta noche? —Jack pregunta mientras pasea más allá de mi escritorio en su camino hacia afuera.

—Sí. No. No realmente.

Me arquea una ceja, su interés claramente abierto.

—¿Novio?

Me sonrojo.

—No, un amigo. Un exnovio.

—Quizás mañana te gustaría tomar una bebida después del trabajo. Has tenido una estelar primera semana, jungkook. Deberíamos celebrar. —Sonríe y una desconocida emoción revolotea sobre su rostro, haciéndome sentir incómodo.

Colocando sus manos en los bolsillos, pasa a través de las puertas dobles. Frunzo el ceño a su espalda. Beber con el jefe, ¿es esa una buena idea?

Sacudo mi cabeza. Tengo una tarde con Kim taehyung por la que pasar primero. ¿Cómo voy a hacer esto? Me apresuro a los servicios para hacer unos retoques de último minuto.

En el gran espejo en la pared, le doy una larga y dura mirada a mi rostro. Tengo mi palidez habitual, círculos oscuros alrededor de mis muy grandes ojos. Me veo desolado, obsesionado.

Jesús, desearía saber cómo usar retoques. Aplico una máscara y delineador, y pellizco mis mejillas, esperando traer algo de color en ellas. Ordenando mi cabello de forma que quede bonito artísticamente, tomo una profunda respiración. Esto tiene que lograrlo.

Nerviosamente camino a través del vestíbulo con una sonrisa y un ondeo de mano hacia Claire en recepción. Pienso que ella y yo podríamos ser amigos. Jack está hablando a Elizabeth mientras me encamino hacia las puertas. Sonriendo ampliamente, se apresura hacia afuera para abrir las puertas para mí.

—Después de ti, Jungkook —murmura.

—Gracias. —Sonrío, avergonzado.

Afuera en la cuneta, Taylor está esperando. Abre la puerta trasera del auto. Miro vacilante a Jack, quien me ha seguido afuera. Está mirando hacia el Audi Sub con desdén. Giro y entro en la parte de atrás, y ahí está sentado, Kim taehyung, vistiendo su traje gris, sin corbata, su camisa blanca abierta en el cuello. Sus ojos grises resplandecen.

Mi boca se seca. Se ve glorioso excepto porque está frunciéndome el ceño. ¡Oh, no!

—¿Cuándo fue la última vez que comiste? —chasquea mientras Taylor cierra la puerta detrás de mí.

Mierda.

—Hola, Taehyung. Sí, es bueno verte también.

—No quiero tu boca rápida ahora. Respóndeme. —Sus ojos llamean.

Santa cielo.

—Uhm... tomé un yogurt a la hora de almuerzo. Ah, y un plátano.

—¿Cuándo fue la última vez que tuviste una comida apropiada? —pregunta ásperamente.

Taylor se desliza en el asiento del conductor y enciende el auto, y nos pone en el tráfico.

Miró hacia arriba y Jack está ondeando una mano hacia mí, como si pudiera verme a través del vidrio oscuro, no sé. Ondeo una mano de vuelta.

—¿Quién es ese? —chasquea taehyung.

—Mi jefe. —Espío al hermoso hombre a mi lado, y su boca está presionada en una dura línea.

—¿Y bien? ¿Tu última comida?

—Taehyung, eso realmente no te concierne —murmuro, sintiéndome extraordinariamente valiente.

—Cualquier cosa que hagas me concierne. Dime.

No, esto no lo hace. Gimo en frustración, rodando mis ojos hacia el cielo, y taehyung entrecierra los ojos. Y por primera vez en mucho tiempo, quiero reír. Trato fuertemente de contener la risa nerviosa que trata de burbujear hacia arriba. El rostro de taehyung se suaviza mientras me esfuerzo por mantener el rostro serio, y veo un trazo de sonrisa besando sus esculpidos labios.

—¿Y bien? —pregunta, su voz más suave.

—Pasta alla vongole, el viernes pasado —susurro.

Cierra los ojos mientras la furia y posiblemente remordimiento, barren a través de su rostro.

—Ya veo —dice, su voz inexpresiva—. Parece que has perdido al menos dos kilos posiblemente más desde entonces. Por favor come, jungkook. —Reprende.

Miro fijamente mis dedos entrelazados en mi regazo. ¿Por qué siempre me hace sentir como un niño errante?

Cambia de posición y gira hacia mí.

—¿Cómo estás? —pregunta, su voz aún suave.

Bien, como la mierda realmente... trago.

—Si te dijera que he estado bien, estaría mintiendo.

Inhala bruscamente.

—Yo también —murmura, se acerca y toma mi mano—. Te extraño —agrega.

Oh no. Piel contra piel.

—taehyung, yo...

—jungkook, por favor. Necesitamos hablar.

Voy a llorar. No.

—taehyung, yo... por favor... ya he llorado mucho —murmuro, tratando de mantener mis emociones bajo control.

—Oh, nene, no. —Jala mi mano, y antes de que me dé cuenta, estoy sobre su regazo. Tiene sus brazos a mi alrededor, y su nariz está en mi cabello—. Te he extrañado demasiado, jungkook Respira.

Quiero forcejear fuera de su agarre, mantener alguna distancia, pero sus brazos están envueltos alrededor de mí. Me presiona contra su pecho. Me derrito. Oh, aquí es donde quiero estar.

Descanso mi cabeza junto a la suya, y el besa mi cabello repetidamente. Este es el hogar. Huele a lino, suavizante de ropa, gel de baño, y mi olor favorito, taehyung. Por un momento, me permito la ilusión de que todo va a estar bien, y eso alivia mi alma devastada.

Algunos minutos más tarde, Taylor se detiene en el borde de la acera, aunque todavía estamos en la ciudad.

—Vamos. —taehyung me mueve fuera de su regazo—. Estamos aquí.

¿Qué?

—Helipuerto en lo alto de este edificio. —Taehyung mira hacía el edificio a moda de explicación.

Por supuesto. Charlie Tango. Taylor abre la puerta y me deslizo fuera. Me da una sonrisa cálida, como la de un tío que hace que me sienta seguro. Le sonrío de vuelta.

—Debería devolverte el pañuelo.

—Consérvelo, señor jeon, con mis mejores deseos.

Me sonrojo mientras taehyung viene alrededor del auto y toma mi mano. Mira enigmáticamente a Taylor, quien le devuelve la mirada impasiblemente, sin revelar nada.

—¿A las nueve? —le dice taehyung.

—Sí, señor.

taehyung asiente mientras gira y me conduce a través de las puertas dobles dentro del grandioso vestíbulo. Reparo en la sensación de sus grandes manos y sus largos y expertos dedos curvados alrededor de la mía. Siento la familiar presión. Estoy atraído, como Ícaro hacia su sol. Me he quemado ya, y aun así estoy aquí nuevamente.

Alcanzando los elevadores, presiona el botón de llamada. Doy una mirada hacia él y está vistiendo su enigmática media sonrisa. Mientras las puertas se abren, suelta mi mano y me conduce dentro.

Las puertas se cierran y arriesgo una segunda mirada. Él mira hacia mí, vivos ojos grises, y ahí está en el aire entre nosotros, esa electricidad. Es palpable. Puedo incluso probarla, pulsando entre nosotros, jalándonos juntos.

—Oh mi... —Jadeo mientras me deleito brevemente en la intensidad de esta atracción visceral, primitiva.

—Lo siento también —dice, sus ojos nublados e intensos.

El deseo pulsa oscura y letalmente en mi ingle. Toma mi mano y roza mis nudillos con su pulgar, y todos mis músculos se contraen tensándose, deliciosa y profundamente en mi interior.

Santo cielo. ¿Cómo puede seguir haciéndome esto?

—Por favor no muerdas tu labio, jungkook —susurra.

Miro hacia él, liberando mi labio. Lo deseo. Aquí, ahora, en el elevador. ¿Cómo no podría?

—Sabes lo que eso me hace —murmura.

Oh, sigo afectándolo. Mi Dios interior despierta de su enfado de cinco días. Abruptamente la puerta se abre, rompiendo el hechizo, y estamos en la azotea. Hace viento, y a pesar de mi chaqueta negra, estoy frío. taehyung pone su brazo a mi alrededor, jalándome a su lado, y nos apresuramos al otro lado donde Charlie Tango está en el centro del helipuerto con sus hélices girando lentamente.

Un hombre alto, rubio, de mandíbula cuadrada en un traje oscuro brinca fuera y agachándose, lentamente corre hacia nosotros. Estrechando manos con taehyung, grita por encima del ruido de las hélices.

—Listo para irse, señor. ¡Es todo suyo!

—¿Todas las verificaciones hechas?

—Sí, señor.

—¿Lo recogerás alrededor de las ocho treinta?

—Sí, señor.

—Taylor está esperando por ti afuera en el frente.

—Gracias, Sr. Kim. Viaje a salvo a Portland. Señor. —Me saluda. Sin soltarme, Taehyung asiente, se agacha y me conduce a la puerta del helicóptero.

Una vez dentro me abrocha firmemente el arnés. Ciñendo las correas apretadamente. Me da una mirada conocedora y su sonrisa secreta.

—Esto te mantendrá en tu lugar —murmura—. Debo decir que me gusta este arnés en ti. No toques nada.

Me sonrojo de un profundo carmesí, y corre su dedo índice hacia abajo por mi mejilla antes de colgarme los audífonos. Me gustaría tocarte también, pero no vas a dejarme. Le frunzo el ceño. Además ha puesto las correas tan ceñidas que apenas puedo moverme.

Se sienta en su lugar y se pone las correas a sí mismo. Entonces empieza a hacer todas sus comprobaciones antes del vuelo. Es simplemente tan competente. Es muy atrayente. Se pone sus audífonos, enciende el interruptor y las hélices aceleran, aturdiéndome.

Girando, me mira.

—¿Listo, nene? —Su voz hace eco a través de los audífonos.

—Sí.

Sonríe con su sonrisa de niño. Wow, no la he visto desde hace mucho.

—Torre Sea-Tac, aquí Charlie Tango–Tango Eco Hotel, permiso para partir de Portland vía PDX, Por favor confirme, cambio.

La voz incorpórea del controlador de tráfico aéreo contesta, dando instrucciones.

—Roger, torre, Charlie Tango lista, Cambio y fuera. —taehyung enciende dos interruptores, aferra la palanca, y el helicóptero se eleva lenta y suavemente hacia el cielo del crepúsculo.

Seattle y mi estómago caen lejos de nosotros, y hay tanto que ver.

—Perseguimos el amanecer, jungkook, ahora el crepúsculo. —Su voz viene a través de los audífonos. Me giro para mirarlo sorprendido.

¿A qué se refiere? ¿Cómo es que puede decir las cosas más románticas? Sonríe, y no puede evitarlo, pero le sonrío de vuelta, tímidamente.

—Aunque con el sol de la tarde, hay mucho más que ver esta vez —dice.

La última vez que volamos a Seattle estaba oscuro, pero esta tarde, la vista es espectacular, literalmente fuera de este mundo. Estamos por encima de los edificios más altos, yendo más y más alto.

—Escala está ahí fuera. —Señala hacia el edificio—. Desde allí puedes ver la aguja espacial3

. —Estiro mi cabeza

—Nunca he ido.

—Te llevaré, podemos comer ahí.

¿Qué?

—taehyung, rompimos.

—Lo sé. Aún puedo llevarte ahí y alimentarte. —Me mira encolerizado.

Sacudo mi cabeza y me sonrojo antes de tomar un método menos confrontacional.

—Es muy hermoso aquí arriba, gracias.

—Impresionante, ¿no?

—Es impresionante que puedas hacer esto.

—¿Halagos de usted, señor jungkook? Pero soy un hombre de muchos talentos.

—Estoy completamente consciente de eso, Sr. KIM.

Gira y me sonríe, y por primera vez en cinco días. Me relajo un poco, quizás esto no será tan malo.

—¿Cómo es el nuevo trabajo?

—Bien, gracias por el interés.

—¿Cómo es tu nuevo jefe?

—Oh, está bien. —¿Cómo puede decirle a taehyung que Jack me hace sentir incómoda? taehyung se gira y me mira atentamente.

—¿Qué está mal? —pregunta.

—Aparte de lo obvio, nada.

—¿Lo obvio?

—Oh, taehyung, realmente a veces eres muy obtuso.

—¿Obtuso? ¿Yo? No estoy seguro de apreciar su tono, señor jungkook.

—Bien, entonces no lo hagas.

Sus labios se curvan en una sonrisa.

—He extrañado tu rápida boca.

Jadeo y quiero gritar: ¡Yo te extrañé —todo de ti— no solo tu boca! Pero me callo y miro fijamente hacia fuera del vidrio de pecera que es el parabrisas de Charlie Tango mientras continuamos hacia el sur. El crepúsculo está hacia nuestra derecha, el sol bajo en el horizonte, —grande, resplandeciendo con un llameante naranja— y soy Ícaro nuevamente, volando demasiado cerca.

...







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