Despierto en medio de la noche, me siento cansado y adolorido. Silver no se encontraba a mi lado, me sentí algo triste. Pero supongo que debí imaginarlo, él no me ama. Solo desea mi cuerpo, ser mi amo. ¿Que debía hacer? irme o quedarme y firmar esos papeles. Lo de hace unas horas fue fantástico, jamas había sentido todo lo que sentí con Silver acariciando mi piel. Pero tenia miedo, se que él quiere hacer conmigo otras cosas. Cosas que jamas me habría imaginado hacer con alguien, ni siquiera con una mujer. Y están esos papeles, esas reglas, y él diciéndome lo que debo hacer y lo que no. Tampoco es como si pudiese escapar de inmediato, me dolían las caderas y lo mas probable es que no pueda caminar. Suspire, tendría que quedarme en la cama de Silver todo el día. Un sonido me saco de mis pensamientos, pude escuchar claramente la melodia de un piano. Me pregunto si sera Silver quien acaricia las teclas del piano, como acaricio mi cuerpo. Quisiera ver si es él, envuelto en el edredon me levanto con dificultad, mis piernas flaquean y caigo al suelo. El sonido del piano se detiene y escucho pasos que vienen hacia la habitacion.

_ Gold ¿Estas bien?- se acerca a mi y me reprende- no debiste levantarte de la cama

_Me desperte y no estabas conmigo

_Lo siento, no acostumbro a dormir con nadie. Te ayudare a levantarte y me acostare contigo

_Me gusto la melodia que tocabas- dije una vez acostado en la cama

_Puedo volver a tocarla otro dia para ti, ahora duermete mi dulce Gold

La luz que se filtra en la habitación me arranca del profundo sueño. Me desperezo y abro los ojos. Silver está profundamente dormido a mi lado. Uau, qué vista. Su hermoso rostro, sus labios están ligeramente abiertos, y su cabello rojo, limpio y brillante, alborotado. Tengo mucho en que pensar. Siento la tentación de alargar la mano y tocarlo, pero está precioso dormido, como un niño pequeño. Le veo despertar y mirarme con sus ojos plateados.

-¿Estás muy adolorido? -me pregunta

Me ruborizo. ¿Por qué me hace preguntas tan personales?

-Bueno, a decir verdad, si lo estoy -le contesto-. ¿Querías ofrecerme tu compasión? -le pregunto

-No. Me preguntaba si debemos seguir con tu entrenamiento básico.

-Oh.

Lo miro, contengo la respiración y me estremezco. Oh... me encantaría. Sofoco un gemido.

-¿En qué tipo de entrenamiento básico estás pensando? -le pregunto.

Hablo en un volumen un poco alto, lo cual traiciona mi deseo de parecer natural, como si no me importara demasiado, y lo más tranquilo posible, pese a que las hormonas están causando estragos por todo mi cuerpo.

-Bueno, como estás adolorido, he pensado que podríamos dedicarnos a las técnicas orales.

-Si quieres quedarte, claro -añade.

Lo miro intentando recuperar la serenidad. Su expresión es impenetrable. Es muy frustrante.

-Me gustaría quedarme durante el día, si no hay problema. Mañana tengo que trabajar.

-¿A qué hora tienes que estar en el trabajo?

-A las nueve.

-Te llevaré al trabajo mañana a las nueve.

-Tengo que volver a casa esta noche.

Me mira muy serio.

-De acuerdo, esta noche -acepta

-Ven, vamos a bañarnos.

Se inclina y me besa. Lo veo ir al baño y le escuchó preparar la bañera, luego vuelve, me quita las sábanas que me cubren. Me ruborizo al sentir la mirada de Silver sobre mi cuerpo desnudo, miro hacia otro lado y él me alza fácilmente llevándome al baño. La bañera es blanca, profunda y ovalada, muy lujosa. Me sienta con cuidado dentro. Me mira con ojos impenetrables, se quita la camiseta y la tira al suelo.

-mi dulce Gold -me dice

-Gírate y mírame -me ordena en voz baja.

Hago lo que me pide. Me observa con atención.

-Sé que ese labio está delicioso, doy fe de ello, pero ¿puedes dejar de mordértelo? -me dice apretando los dientes-. Cuando te lo muerdes, tengo ganas de metertela, y estás adolorido, ¿no?

Dejo de morderme el labio porque me quedo boquiabierto, impactado.

-Eso es -me dice-. ¿Lo has entendido?

Me mira. Asiento frenéticamente. No tenía ni idea de que yo pudiera afectarle tanto.

Se retira para contemplarme. Arceus, estoy completamente desnudo. Me pongo rojo y bajo la mirada hacia las manos, que están a la altura de mi abdomen. Deseo desesperadamente desaparecer dentro del agua caliente y la espuma, pero sé que no va a ser posible.

-Gold, eres muy lindo. No bajes la cabeza como si estuvieras avergonzado. No tienes por qué avergonzarte, y te aseguro que es todo un placer poder contemplarte.

Me sujeta la barbilla y me levanta la cabeza para que lo mire. Sus ojos son dulces y cálidos, incluso ardientes. Está muy cerca de mí.

-¿Por qué no te bañas conmigo? -me atrevo a preguntarle, aunque con voz ronca.

-Sí, muévete hacia delante -me ordena.

Se quita los pantalones de pijama y se mete en la bañera detrás de mí. El agua sube de nivel cuando se sienta y tira de mí para que me apoye en su pecho. Coloca sus largas piernas encima de las mías, con las rodillas flexionadas y los tobillos a la misma altura que los míos, y me abre las piernas con los pies. Mete la nariz entre mi pelo e inhala profundamente.

-Qué bien hueles.

Un temblor me recorre todo el cuerpo. Estoy desnudo en una bañera con Silver. Y él también está desnudo.

Coge una botella de gel del estante junto a la bañera y se echa un poco en la mano. Se frota las manos para hacer una ligera capa de espuma, me las coloca alrededor del cuello y empieza a extenderme el jabón por la nuca y los hombros, masajeándolos con fuerza con sus largos y fuertes dedos. Gimo. Me encanta sentir sus manos.

-¿Te gusta?

-Mmm.

Desciende hasta mis brazos, luego por debajo hasta las axilas, frotándome suavemente. Desliza las manos por mi pecho, y respiro hondo cuando sus dedos los rodean y empiezan a masajear suavemente mis pezones, sin agarrarlos. Arqueo el cuerpo, tengo los pezones sensibles, muy sensibles, sin duda por el poco delicado trato que recibieron anoche. No se entretiene demasiado en ellos. Desliza las manos hasta mi vientre. Se me acelera la respiración y el corazón me late a toda prisa. Siento su erección contra mi trasero. Me excita que lo que le haga sentirse así sea mi cuerpo.

-Siénteme -me susurra Silver al oído, y me roza suavemente el lóbulo con los dientes.

Sus piernas inmovilizan las mías contra las paredes de la bañera, las aprisionan, lo que le da libre acceso a la parte más íntima de mí.

-Oh... por favor -susurro.

El cuerpo se me queda rígido e intento estirar las piernas. Soy esclavo sexual de mi rival, que no me deja mover.

-Creo que ya estás lo suficientemente limpio-murmura.

Y se detiene.

¿Qué? ¡No! ¡No! ¡No! Mi respiración es irregular.

-¿Por qué paras? -le pregunto entre gemidos

-Porque tengo otros planes para ti.

¿Qué...? Vaya... pero... estaba... No es justo.

-Date la vuelta. Yo también tengo que lavarme -murmura.

¡Oh! Me doy la vuelta y me quedo estatico al ver que se agarra con fuerza el miembro erecto. Abro la boca.

-Quiero que, para empezar, conozcas bien la parte más valiosa de mi cuerpo, mi favorita. Le tengo mucho cariño.

Es enorme, cada vez más. El miembro erecto queda por encima del agua, que le llega a las caderas. Levanto los ojos un segundo y observo su sonrisa perversa. Le divierte mi expresión atónita. Me doy cuenta de que estoy mirando fijamente su miembro. Trago saliva. ¡Todo eso ha estado dentro de mí! Parece imposible. Quiere que lo toque. Mmm... de acuerdo, adelante.

Le sonrío, cojo el gel y me echo un chorrito en la mano. Hago lo mismo que él: me froto el jabón en las manos hasta que se forma espuma. No aparto los ojos de los suyos. Entreabro los labios para que me resulte más fácil respirar... y deliberadamente me muerdo el labio inferior y luego paso la lengua por encima, por la zona que acabo de morderme. Me mira con ojos serios, impenetrables, que se abren mientras deslizo la lengua por el labio. Me inclino y le rodeo el miembro con una mano, imitando la manera en que se lo agarra él mismo. Cierra un momento los ojos. Uau... es mucho más duro de lo que pensaba. Aprieto y él coloca su mano sobre la mía.

-Así Gold -susurra.

Y mueve la mano arriba y abajo sujetándome con fuerza los dedos, que a su vez aprietan con fuerza su miembro. Cierra de nuevo los ojos y contiene la respiración. Cuando vuelve a abrirlos, su mirada es de un plateado abrasador.

-Muy bien, Gold.

Me suelta la mano, deja que siga yo sola y cierra los ojos mientras la muevo arriba y abajo. Flexiona ligeramente las caderas hacia mi mano, y de forma refleja lo aprieto con más fuerza. Desde lo más profundo de la garganta se le escapa un ronco gemido. Fóllame la boca... Mmm. Lo recuerdo metiéndome el pulgar en la boca y pidiéndome que se lo chupara con fuerza. Abre la boca a medida que su respiración se acelera. Tiene los ojos cerrados. Me inclino, coloco los labios alrededor de su miembro besando la punta. No estoy muy seguro de que hacer y empujo mi lengua contra la punta, la deslizo lento por toda su erección y lamo sus testículos
Vuelvo a girar la lengua alrededor de la punta, y él se arquea y levanta las caderas. Vuelve a arquearse apretando los dientes. Me apoyo en sus muslos y voy metiéndome su pene de a poco lamiendo y chupando, hasta que llega al fondo de mi garganta. Siento me agarra del cabello y marca el ritmo.

-vas bien Gold -murmura.

Chupo más fuerte y paso la lengua por la punta de su impresionante erección. Se la presiono con la boca cubriéndome los dientes con los labios. Él espira con la boca entreabierta y jadea.

Abre mucho los ojos y sigo chupando.

-haaa-jadea

Y vuelve a cerrar los ojos.

Lo saco de mi boca y vuelvo a a introducirlo hasta el fondo.

Chupo cada vez más deprisa, empujando cada vez más hondo y girando la lengua alrededor. Mmm... No tenía ni idea de que proporcionar placer podía ser tan excitante, verlo retorcerse sutilmente de deseo carnal.
Aumento la velocidad con la que su pene entra y sale de mi boca.
-Gold me correre en tu boca -me advierte jadeando.

Me agarra del pelo con fuerza. Yo puedo. Empujo todavía con más fuerza y de pronto, en un momento de seguridad en mí mismo, descubro los dientes. Llega al límite.

Jadea mi nombre, se queda inmóvil y siento un líquido caliente y salado deslizándose por mi garganta. Intenté tragarlo todo, no sé si lo he hecho bien. Pero me basta con mirarlo para que no me importe... He conseguido que perdiera el control en la bañera. Me incorporo y lo observo con una sonrisa triunfal que me eleva las comisuras de la boca. Respira entrecortadamente. Abre los ojos y me mira.

-¿No tienes arcadas? -me pregunta atónito-. Arceus Gold... has estado... muy bien, de verdad, muy bien. Aunque no lo esperaba. -Frunce el ceño-. ¿Sabes? No dejas de sorprenderme.

Sonrío y me muerdo el labio conscientemente. Me mira interrogante.

-¿Lo habías hecho antes?

-No.

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Hola, disculpen la demora y muchas gracias por los +1k y todas las estrellas y comentarios, los amo.
Como vamos más de 1k no se si quieren un especial con respecto a original o Palletshipping o hacer preguntas sobre la historia o sobre los personajes, no se ustedes díganme.
Nos vemos, un abrazo bye xoxo