Molestie (5)
- Eso mismo debería preguntarte, porque físicamente tú deberías estar ahí...- señaló por encima de su hombro, aunque parecía señalar el espejo, en realidad se refería al cuarto de baño masculino.- ¿Qué haces aquí?
- Tengo que irme...- recurrió a la evasiva más famosa y sencilla del mundo.
Nicola no dijo nada, dejó que Camil se fuera, que saliera del baño, sin poder lavarse las manos, cosa que lo hizo mirarse las palmas por un momento y maldecir internamente. Pero no iba a regresar para lavarse las manos, mucho menos estando el contrario allí apoyado, casi esperándolo. Se sentía asqueado, así que acabó retrocediendo, pero lejos de volver a entrar en el cuarto de baño de baño femenino, se fue hacia el masculino, gruñendo por lo bajo al ver a un hombre de unos cuarenta lavándose las manos. Evitó el contacto visual, simplemente se acercó al grifo más cercano a la puerta, se lavó las manos y se marchó rápido.
Su corazón palpitaba por el miedo.
- Ya era hora.- comentó Romeo con el ceño ligeramente fruncido.- ¿Qué coño hacías en el baño, una paja o. . .?
- El camarero se metió en el baño conmigo.
Romeo entrecerró los ojos. Camil tenía que admitir que aquello había sonado bastante mal, chasqueó la lengua contra el paladar y negó con la cabeza.
- No en el cubículo. Esperó a que saliera.
- Ah...- hizo una mueca con el labio y rodó los ojos.- ¿Y qué coño ha pasado para que tardases tanto?
- Intentó hacer un interrogatorio.
- Creo que eso es denunciable, porque está en su puesto de trabajo, y creo que los trabajadores tienen un baño personal; si ha entrado en ese baño, creo que podrías meterle una denuncia por acoso.
- ¿Denunciar a quién?- preguntó Marco inclinándose hacia su hermano.
- Cállate.- giró los ojos hacia su hermano.
Marco infló las mejillas con un puchero infantil y miró mal a su hermano. Romeo ignoró aquella mirada.
- Podrías tratar un poco mejor a tu hermano.
- Cuando deje de comportarse como un niño de diez años.- respondió con indiferencia.
Camil dejó escapar un largo suspiro. Sintió un escalofrío recorrer su columna por una mirada ardiente en su nuca, aquella sensación pasó a ser una ligera incomodidad que empezó a marcarse de forma un poco más grave cuando pagaron por la comida y se levantaron para irse.
- Pues no hemos comido mal...- dijo su madre captando su atención.
Ciertamente el restaurante era bonito, había comido bien y el servicio fue bueno, lo único bueno y malo al mismo tiempo fue el camarero que los atendió, que si bien era un verdadero encanto porque era impresionantemente lindo, todo tenía que decirse, lo malo había sido la escena tan incómoda del baño. Ya de por sí, cuando él estaba en los lugares públicos, ir al baño era incómodo; pero aquella vez lo había sido exclusivamente.
- La verdad es que ha estado bastante bien, podríamos repetir algún día antes de regresar a España.- dijo su padre, captando su atención; Camil se mordió el labio nerviosamente.
- ¿Cuándo volvéis?- preguntó Marco con los ojos grandes y llenos de curiosidad.
Marco era un poco más bajo que Camil, aún estaba creciendo, sería algunos centímetros más alto que él. Romeo era algo más alto que sus padres, pero era por el suplemento que comportaban sus botas negras con plataforma estilo alternativo.
- Septiembre. Camil tiene que trabajar hasta el final de la jornada de verano.
- Ya veo...- dijo Marco con una sonrisa.
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El destino parecía ser un fastidio, o el mundo era un pañuelo retorcido que siempre estaba en contra cuando debería estar a su favor. Y si ya de por sí las cosas le estaban saliendo mal desde que se había levantado por la mañana, las cosas no podían ir a mejor el resto del día; porque al salir de la cama y agarrar el teléfono para revisar los mensajes del grupo de amigos que tenía con Chloe, Taemin, Yxo y Yael, se le resbaló y ahora tenía una ralladura que cruzaba la mitad de la pantalla; después de eso, su padre se tropezó con a saber qué, porque no había nada en medio y su tuvieran una mascota lo entendería, pero no la tenían, y acabó con zumo de naranja en todo su pelo y pijama, y ¿Qué le dijo su padre?: "¿Tenías que ducharte de todas maneras para ir a trabajar, no?" ¡Ni siquiera se disculpó! ¡Y encima se rio por su mala mirada! Lo siguiente fue durante la ducha, estuvo a punto de caer, por suerte no pasó nada.
¿Qué fue lo siguiente? Cuando estaba en el trabajo, uno de sus compañeros estaba despistado y ¡ahora en vez de olor a zumo de naranja que le costó tres enjabonadas quitarse, ahora tenía un maldito olor a cerveza encima que no se lo iba a quitar ni con tres botes enteros de jabón!
Pensaba que ya no podía ir peor, hasta que sí fue a peor. Camil parecía estar teniendo el peor día de su vida, el más bochornoso, el más lleno de mala suerte, el más desafortunado de su existencia. Detestaba cuando el destino conspiranoico se ponía en su contra para hacer que lo pasara mal adrede. Para colmo, se cruzaba cara a cara con Nicola al tener un breve descanso para ir al baño, Nicola estaba en el bar, con unos amigos, pero se lo quedó mirando fijamente. Camil quería que la tierra lo tragase o lo hiciera desaparecer abruptamente y sin dejar rastro, sobre todo porque el olor a cerveza que le habían derramado encima y las manchas que esa derrama había causado estaban todavía impregnadas en su piel y en su ropa.
- Te ves bien con el uniforme de camarero.- se tensó, girándose de repente al escuchar y reconocer la voz grave pero andrógina del contrario.
- Este es el baño privado de los trabajadores. No puedes entrar.- incriminó.
- No vi la señal...- mintió descaradamente sonriendo ladino.- No me respondiste la última vez el por qué entraste en el cuarto de baño femenino.
- Podría denunciarte por acoso.- amenazó.
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"Acoso"
Tal y como dije en el anterior capítulo, Nicola es un poco desesperante, sobre todo en el momento en el que Camil no entiende sus intenciones y que lo siga deliberadamente, incluso al baño, y sobre todo al baño de su propio trabajo, y encima a un baño privado y reservado para los trabajadores.
El verdadero problema no es simplemente que Nicola sea ambiguo y exageradamente efusivo y persistente en estos casos, el problema es que literalmente se ha metido en una zona privada en la que no debería y no está autorizado para entrar simplemente para hablar con Camil.
Me parece irónico y curioso que las dos primeras interacciones de estos personajes sean en baños de restaurantes.
No es un fetiche, es que simplemente es pura casualidad.
Aquí las opiniones ------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1160 Palabras]
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