Día 13.
—¿Escucharon eso? —preguntó Ariana quien mantenía su oído pegado a la puerta donde se encontraba Nuria.
—No podemos dejar que acusé a Candice —Hugo se alejó de la puerta nervioso.
Los chicos se miraron entre sí, sin saber que hacer.
—¿Qué hacemos? —preguntó Elena.
—Matarla, tan fácil como eso —Ariana sonrió.
—¿Estás loca? —Elena comenzó a negar. —No podemos hacer eso.
—¿Por qué? Entiende que, si Candice va a la cárcel, también nosotros.
Ariana se acercó a Elena.
—Lo sé, Ariana, pero no quiero que muera, además Candice no nos dejará hacerlo.
—Ni modo, en cuanto la chica que esta con ella salga, nosotros nos deshacemos de Nuria.
***
POV Ana.
Me levanté, cada vez son menos días, ya quiero que esto terminé. Baje a la cocina para desayunar, mamá, Paola y Jessica ya estaban sentadas en la mesa.
—Buenos días —saludé y me dispuse a sentarme.
—Espero que tú y Hanna se hayan distraído —mi madre se miraba más tranquila que hace días, yo solo asentí.
—Sí, todo fue genial, la familia de Candice tiene una bonita cabaña en medio del bosque.
—¿Candice? Creí que no se conocían —Jessica estaba confundida.
Mierda, pensé rápidamente que decir.
—Si, Jess, la conozco bastante.
—¿Qué pasa? ¿Por qué la sorpresa? —Paola se dirigió a Jessica, quién me miraba confundida.
—Por nada.
Me gustaría decirle todo a mi familia, pero no quiero que les hagan daño, me hace tanta falta mi padre, él está de viaje por sus negocios, creo regresara para cuando yo termine este estúpido juego.
Me levanté de la mesa, ya había terminado de desayunar, quiero ir a casa de Hanna, ella debe estar mal, todavía no pasa mucho desde la muerte de Danny, seguro su casa se ha de sentir muy vacía.
Salí de la casa, me dirigí a casa de Hanna, al llegar toqué la puerta como de costumbre, por unos segundos sentí que saldría su hermana, pero no, la que abrió fue la madre de Hanna.
—Hola señora, vengo a ver a Hanna.
—Pásale, Ana, qué bueno que mi hija tiene una buena amiga como tu —ella sonrió, aunque se miraba triste aún.
Caminé hacia dentro, miré a las escaleras y recordé cuando Danny estaba tirada ahí, es tan injusto, ella solo era una niña, toda la culpa la tiene Candice y el maldito creador del juego.
—Hola, Ana —dijo Hanna, ella estaba sentada en el sofá de su sala.
—¿Iremos con Nuria?
—Había olvidado lo que pasó con Nuria, pero sí.
Nos pusimos de pie. Hanna y yo empezamos a caminar al hospital, no estaba muy lejos.
Al llegar, nos dijeron en que habitación estaba Nuria.
Cuando llegamos a la habitación, afuera estaba Ariana, Elena y Hugo, si mal no recuerdo.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó Hanna.
—Candice nos mandó para ver cómo estaba Nuria —Elena dijo sonriendo.
Abrí la puerta de la habitación, dentro estaba Rosa y Pablo.
—¿Notaron que afuera esta la gente de Candice? —pregunté, se me hace bastante extraño.
—Cierto, cuando llegue yo, también estaban ellos, olvide decirlo —mencionó Pablo.
—¿Qué? ¡No puede ser! —Nuria estaba asustada.
—¿Qué pasa?
—Estábamos hablando de acusar a Candice a la policía, ¿Y si me escucharon?
—No creo, solo están afuera, no creo que nos estén espiando —dijo Rosa riendo.
—¿En serio la vas acusar? —pregunté.
—Sí, esto no me gusta nada, ahora no podré jugar por dos semanas, ¿Cómo crees que Candice se tomará eso? —preguntó Nuria asustada.
—Pues creo que muy mal, estarías negándote al juego.
—Exacto, es por eso que quiero acusarla y lo hare.
Solo nos miramos unos a otros, lo que hará Nuria me salvará, por fin me librare de este estúpido juego de los 50 días.
Después de unos minutos llegaron Isabella, Laura y Grace.
—Me quería asegurar de que estuvieran bien —mencionó Isabella.
—Hola —saludaron Laura y Grace.
—Me pueden explicar, ¿por qué hay dos personas afuera con el oído pegado a la puerta? —Isabella estaba confundida.
—¿Pegado? —Rosa abrió los ojos sorprendida.
—Sí, creo los estaban espiando, más bien escuchando lo que ustedes estaban hablando —respondió Laura.
—Malditos, ellos me escucharon, me van a matar —Nuria comenzó a llorar. —¡Tengo que llamara a la policía, ya!
—Cállate, estúpida, te van a escuchar —Rosa le dio un golpe en el brazo a su amiga.
—No estén gritando las dos —Pablo habló más bajo, pues ahora si era seguro que esos de afuera nos están espiando.
Nuestros celulares empezaron a sonar, saque mi celular y era Candice.
Mensajes:
Candice: No me gusta que tantos jugadores estén juntos.
Candice: Aquí tu reto del día 13: Tienes que ir a casa de Marcos, ¿Lo recuerdas?
Ana: ¿Estás loca? Si nos vuelve a ver, nos mata.
Candice: No, Ana, él no estará en casa, tu tranquila.
—¿Ya vieron el reto? —pregunté nerviosa.
—¡Dios! Casi me olvido de mi amiga —Isabella se dirigió hasta la puerta de la habitación y salió.
—Sí, creo que es mi fin, yo no podré ir con ustedes —Nuria estaba cabizbaja. —Eso no puedo hacerlo.
—¿A dónde fue Isabella?
Laura observó hacia la puerta, por donde apenas hace unos segundos, Isa había salido.
—Por la chica que dejo afuera —respondió Grace.
Después de unos segundos Isabella entró acompañada de una chica.
—Miren, ella es Lizbeth, también sabe lo del juego.
—Hola —mencionó Lizbeth, todos respondimos al saludo, me parece mala idea seguir involucrando a más gente que no sabe de esto. —Los de afuera, ¿Son sus amigos?
—No, ¿Por? —preguntó Isabella.
—Estaban hablando de Nuria, me pareció escuchar —dijo Lizbeth.
—Bueno, nos tenemos que ir de aquí, tenemos que planear el reto —Hanna ignoró lo que la chica tenía por decir y caminó hasta la puerta.
—¿Qué? No, por favor, no me dejen sola, no quiero morir —Nuria comenzó a gritar asustada.
—Tranquila, Grace y Laura se quedarán contigo, ¿Verdad chicas? —Rosa se giró hasta ambas, ellas asintieron.
—Claro que sí, Nuria, nosotras te cuidaremos —respondió Grace sonriendo.
Nos salimos de la habitación, quedamos en vernos más tarde en el parque para ir a la casa de un maldito drogadicto.
Me fui a mi cuarto, la verdad estoy muy asustada, no quiero ir a la casa de él, ¿Qué tal que nos mata? Yo no quiero morir, ayer tal vez lo estaba aceptando, pero no hoy.
Cuando se llegó la noche, todos nos juntamos en el parque, de ahí nos fuimos en el auto de Ian a la casa de Marcos, estoy muy asustada, Dios quiera y no nos pase nada.
Candice nos mandó la dirección, al llegar a la casa de Marcos, esta era una casa muy grande, Candice nos dio órdenes precisas de abrir una caja fuerte que Marcos tiene en su sótano.
—Creo que fue muy mala idea traer a tu amiga —Rosa se quejó .
Y era cierto, no entiendo porque Isabella involucró a alguien que ni siquiera está jugando en esta mierda.
—Les juro que será como si no estuviera aquí, no me notaran —la chica sonrió tímidamente.
Nos bajamos del auto, corrimos a la entrada principal, debajo de un tapete estaba una llave, que estupidez, todo mundo hace eso, ¿O qué?
—Hay que separarnos, traten de buscar la entrada al sótano, el primero que la encuentre saca lo que Candice dijo y nos largamos de aquí —ordenó Ian corriendo a lo que parecía ser la cocina.
—Eso no me parece una buena idea, pero bueno —Emily nos miró asustada.
Hanna, Lizbeth, Isabella y yo nos fuimos hacia el lado izquierdo, en la casa había demasiadas puertas, así que tendríamos que abrir todas.
—Miren, creo que esa es —Hanna corrió a la primera puerta que estaba cerca de nosotras
Ella dio vuelta a la perilla y si, efectivamente Hanna había encontrado la puerta al sótano. En el sótano había una silla, tenía unas correas para amarrar las manos y las piernas, oh mierda.
Isabella vio la caja, corrió hasta ella, puso la combinación, nos quedamos con la boca abierta, ya que en la caja había una bolsa con miles de dólares en efectivo.
—¡Dios mío! Nunca vi tanto dinero junto —Isabella tenía la boca abierta ante tanto dinero.
—Rápido, esto me da mala espina, tenemos que irnos ya.
—Sí, espera —ella siguió hurgando en la caja, después de unos minutos, nos dispusimos a salir del sótano, cuando subimos las escaleras, en la puerta estaba Marcos con un arma en sus manos.
—Nadie se ira de aquí con vida —nos apuntó con el arma y jalo el gatillo
Solo logré escuchar un grito de dolor.
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Espero y les haya gustado.
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