Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[Capítulo 1]


—¡¿Qué han hecho qué?! —grité cuando mi mente procesó finalmente las palabras que mi familia me había soltado de golpe.

Mi hermana Odette jugeteó con sus pulgares con deje nervioso e infló sus mejillas, un gesto que solía resultar adorable (tenía 19 años y lucía como una niña de 13 al final de cuentas), sin embargo eso no bastó para apaciguar mi enojo.

¡Sabía que no debía dejarles algo tan importante a una familia que había criado a alguien tan mediocre como yo! Los únicos resultados que podía esperar eran... Bueno, mediocres.

Pero cuando tu nombre es el mismo que el de un protagonista de una absurda caricatura y tu apellido suena como la versión gatuna de un power Ranger entonces no tienes demasiado conocimiento acerca del romance, y por ende apestas en él.

Y en mi caso no sólo apestaba sino que también creía no necesitarlo.

Eso fue antes de cumplir 25 años. Sólo hasta entonces me pegó una "crisis de edad" y comencé a darme cuenta de que si no empezaba a salir con alguien me quedaría solo y en menos de lo que me daría cuenta tendría 15 gatos viviendo conmigo, a los cuales llamaría como personajes de anime.

¿Ven por qué necesitaba que mi familia me ayudara a recorrer la peliaguda travesía que implicaba el amor?

No me malinterpreten, si bien yo había sido un idiota en pedir su ayuda jamás pensé que lo solucionarían de la forma más sosa posible.

—Sólo es un programa de citas —masculló mi padre. Él estaba detrás de mi madre y parecía usarla como escudo humano, no solía enojarme con frecuencia por lo que mi rostro molesto no era algo que debía ser agradable a la vista—. No es para tanto... Creo que estás siendo un poco exagerado —Movió a mi madre para que ella le cubriera un poco más.

Solté un suspiro exasperado y pasé una mano por mi rostro.

—A ver —dije, pellizcando el puente de mi nariz con fuerza—, les pedí que me ayudaran a encontrar pareja, ¿y lo primero que hacen es meterme a un ridículo sitio de citas sin mi consentimiento?

—En nuestra defensa fue West el que sugirió la idea —contestó mi madre, echando una mirada furtiva sobre mi padre, quien se apartó de ella y sonrió con aire incómodo.

Oh, West Rush, un menudo idiota que por algún extraño motivo que no recordaba era mi mejor amigo. Él era la definición de desastre, siempre saltaba de fiestas en fiestas y en cada una de esas ocasiones trataba de arrastrarme a mí, una persona torpe por naturaleza que tenía dos izquierdos como pies y tenía suerte si al dar una caminata no tropezaba y caía.

Lo había conocido en la Universidad y desde entonces se había pegado a mí como goma de mascar, asunto que empeoró cuando acabó por agradable a mi familia. No me desagradaba West, pero digamos que tampoco lo salvaba de pasar una noche en prisión por haber golpeado a un policía en la entrepierna.

Era como un parásito... En el buen sentido. Debía admitir que a pesar de todo, West hacía su mejor intento por ayudarme a ser feliz.

Aunque en ese momento su intento no me gustaba en lo más mínimo.

Chasqueé la lengua y bajé mis brazos.

—Sabía que él estaba metido en esto —murmuré—, lo voy a matar, de verdad que...

—Tranquilo, Finn —me interrumpió Odette de brazos cruzados—, West no tiene la culpa, hemos sido nosotros quienes te abrimos la cuenta en el programa de citas.

¿Cómo olvidar que mi hermana tenía un pequeño crush en West cuando soltaba cosas así?

Arrugé la nariz ante la mención de la palabra "cita".

—¿Cómo es que han logrado hacer mi perfil en primer lugar? —pregunté, algo mosqueado con la situación—, estoy seguro de que te piden información muy personal en esos sitios.

—¿Crees que no te conocemos? —inquirió mi madre con atisbo de burla—, hasta siento que te conocemos mejor de lo que tú te conoces a ti mismo.

—Eso quiero verlo.

Mi hermana salió de la habitación de nuestros padres a la que me habían citado y no se demoró en volver, al hacerlo trajo consigo su laptop y se arrojó sobre la cama. Dio un par de palmaditas a su lado, invitándome a sentarme con ella.

Lo hice y crucé mis piernas, apoyando mis brazos sobre mi regazo y mirando con renuencia a Odette encender su laptop.

Introdujo la contraseña en tiempo récord y al acabar cliqueó un par de veces algunas teclas.

Luego de unos minutos que me parecieron eternos, frente a mí, en la pantalla de la laptop, se mostró una rosada y empalagosa página con el título Five-Lo2 escrito en letras amarillas.

—¿No pudieron elegir siquiera una página menos boba? —pregunté.

Mis padres, de pie frente a nosotros, se miraron entre ellos por una fracción de segundo y acto seguido se encogieron de hombros, probablemente poco les importaba mi opinión.

—La apariencia no importa —espetó mi hermana—. Mira, aquí esta tu perfil. Por cierto, no puedes eliminarlo, para darlo de baja debes de esperar dos semanas, además, ya hemos pagado por ti la suscripción de este mes.

Maldije por lo bajo al oírla.

Sacudí la cabeza y me concentré en leer la descripción del perfil que mi familia había creado. Al inicio estaba una foto mía, una en la que milagrosamente no salía tan mal. Luego de eso seguía mi información:

Nombre completo: Finn A. Swanger.

Ellos sabían que odiaba mi segundo nombre. Hasta ahí todo iba bien.

Dedicación: Periodismo.

Edad: 25 años.

Ciudad de residencia: Past Hills, New Jersey.

Género: Masculino.

Orientación: Heterosexual.

¿Cómo describes tu día ideal?: Quedándome en casa en un día lluvioso, viendo las versiones extendidas del Seños de los Anillos o mirando uno de mis animes preferidos con mi gato a mi lado.

Era mi culpa. Yo le había contado todo eso a Odette, aunque sinceramente me sorprendía que lo recordara al pie de la letra. Esbocé una mueca en mis labios y seguí leyendo.

¿Qué clase de relaciones has mantenido hasta ahora?: Ninguna seria.

¿Qué tipo de personas te gustaría conocer en Five-Lo2?: Personas que sean similares a mí y compartan unos cuantos de mis gustos.

Dejé de leer. No quería continuar. Mordí el interior de mi mejilla, no me gustaba en lo más mínimo el que me estuviera convenciendo cada vez más esa alocada idea.

—¡Has puesto la cara de "lo estoy pensando"! —exclamó Odette, señalando mi rostro para hacer énfasis en sus palabras—, eso significa que lo harás, ¿verdad?

—Nunca dije eso —me defendí de inmediato. Enseguida vacilé—, aunque quizá admita que no suena tan mal conocer a una chica que quiera salir conmigo.

—¡Eso es genial! —dijo mi madre, con una amplia sonrisa dibujada sobre sus labios—, este website programa cinco citas en una semana de acuerdo a tu compatibilidad con sus datos.

—¿Compatibilidad? Creía que los polos opuestos eran los que se atraían.

Mi padre puso un dedo bajo su mentón con aire pensativo.

—Es verdad —concedió él—, me pregunto si el que sean polos iguales implica que se van a repeler.

—No lo creo —aportó Odette—, si comparten ciertos gustos eso mantendrá su relación interesante.

—Aunque le quitará el misterio.

—¿Acaso ése no es el punto de inscribirte en un programa de citas?

Comencé a pensar que tal vez todo eso sólo era una muy terrible idea.

—¿De verdad no se les ocurrió otra forma de conseguirme pareja? —cuestioné, mis convicciones acerca de ese sitio de citas eran como una montaña rusa: Iban y bajaban una y otra vez.

Mi madre sacudió la cabeza en negación.

—Nop. Será mejor que te prepares, las citas comienzan justo mañana.

.

Llegué a mi departamento tras despedirme de mi familia y conseguir escabullirme de ellos.

Ahí sólo me esperaba mi fiel y genuino amigo... Un gato al cual llamaba Frodo.

Y no porque Frodo fuera mi personaje favorito (todos sabíamos lo inútil que era como protagonista) sino porque mi gato tenía manchas marrones y pelos en los pies.

Eso y porque West ya había llamado a sus hámster Samsagaz y Bilbo, sospechaba que sólo lo había hecho para molestarme, pues el idiota siempre se dormía cuando ponía la trilogía del Señor de los Anillos por lo que no había manera de que verdad le gustaran los personajes.

Me tumbé sobre mi sofá y apoyé mis pies sobre la mesita que residía delante mío.

Frodo se acercó a mí, maullando y balanceando su cola de un lado a otro.

Lo tomé en brazos y lo acaricié con cuidado, Frodo simplemente soltó un ronroneo y se acomodó en mi regazo.

—¿Qué es lo que haré? —pregunté en voz alta, sabiendo de antemano que nadie respondería—, mi familia y mejor amigo confabularon en mi contra y me han inscrito en un tonto programa de citas, lo que no me gusta es que me parezca interesante y ahora seguramente no habrá forma de que pueda escaparme para no hacer las citas... Digo, ¡Son cinco! ¡Cinco! Me hace sentir como un total mujeriego y para colmo tengo miedo de arruinarlo todo, porque siempre lo arruino todo y si eso pasa entonces me quedaré solo y tú, Frodo, tendrás muchos más hermanos y ustedes me comerán cuando muera y también...

—¡Qué chillón eres! —interrumpió una voz a mis espaldas y grité del susto.

Me puse de pie de un salto y sin pensarlo tiré a Frodo, quien no agradeció el gesto y me rasguñó en la pantorrilla como prueba de su desagrado.

No pensé en esto y me giré de inmediato en dirección de la voz a la que vez que alzaba los puños (hey, había practicado karate a los 10 años, eso debía servir de algo). Salí de mi estupor cuando caí en la cuenta de que era West quien estaba ahí, al otro lado del sofá y con lo que parecía ser una sonrisa orgullosa en sus labios.

—¡Casi me das un infarto, estúpido! —bramé con molestia y enojo—, ¡no vuelvas a hacer eso! ¡¿Y cómo rayos es que estás aquí?!

West alzó las manos en un gesto de paz, aún cuando su sonrisa no hacia otra cosa más que ensancharse.

—Relájate, no forcé la entrada si es lo que te preocupa —respondió con demasiada calma para mi gusto—, sólo usé la llave de repuesto que me diste.

Fruncí el ceño.

—Yo no te di ninguna llave de respuesto.

West se encogió de hombros.

—Bueno, entonces habrá sido la llave copia que saqué por mi propia cuenta y sin tu permiso.

—¿Qué es lo que quieres, West?

—Suenas muy apagado. ¿Será que ya te enteraste que fue mi idea meterte a ese programa de citas?

—En realidad ya no lo recordaba, pero... ¡Son más razones para creer que tus neuronas se apagan con cada fiesta a la que vas!

West alzó una ceja con deje divertido, y de un salto llegó al otro lado del sofá y se dejó caer sobre el mismo.

—Es mentira —contestó—, de ser así no tendría nada de neuronas.

—¿Y qué es lo que me asegura que las cosas no sean así?

—Vamos, Finn, esto debe emocionarte al menos un poco.

Mordí mi labio inferior y me senté una vez más sobre mi sofá. El ardor del arañazo de Frodo persistía en mi piel y me esforzaba en ignorarlo.

—Quizá me parezca una oportunidad interesante —murmuré—, pero no lo sé...

—Sí, sí, ya oí las inseguridades que le contaste a tu pobre gato. Mira, tengo una idea, veamos los perfiles de las chicas con las que saldrás para que te des una noción de las personas con las que estarás.

—¿Eso está bien?

—¡Por supuesto! Estoy seguro de que ellas ya habrán stalkeado tu perfil al menos unas 20 veces. Además de que yo ya las he stalkeado a ellas.

—Eso no me hace sentir mejor...

—¡Deja de ser tan inseguro! Ven, te mostraré.

West sacó su celular del interior de su bolsillo y presionó unas cuantas cosas en él antes de tendermelo. No me gustó que supiera los perfiles de mis futuras citas.

Sujeté el celular entre mis dedos y miré la pantalla con deje curioso.

—De acuerdo —respondí—, pero sólo quiero ver la del perfil con la que saldré mañana, no quiero estar pensando en el resto...

—A mí no me engañas, lo que quieres es concentrarte en una y estudiar su perfil como si fuera un examen, qué ridículo eres.

Me sonrojé con fuerza y lo ignoré, no quería tener que darle la razón con cualquier gesto facial accidental.

Miré la foto de perfil y noté que en ella se encontraba una chica rubia y de mejillas llenas de vida, sus ojos brillaban en azul y sus ropas eran holgadas y pálidas.

Su descripción decía:

Nombre: Lisa Collins.

Dedicación: Enfermería

Edad: 24 años.

Ciudad de residencia: Past Hills, New Jersey.

Género: Femenino.

Orientación: Heterosexual.

¿Cómo describirías tu día ideal?: Como fuera, cualquier día es ideal para mí.

¿Qué clase de relaciones has mantenido hasta ahora? Ninguna.

¿Qué tipo de personas te gustaría conocer en Five-Lo2?: Quien sea que quiera salir conmigo.

Eso no decía mucho.

¿Era sólo yo o el sentimiento de nerviosismo en la boca de mi estómago era un augurio de que algo iba a salir mal?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro