1ra muerte:
Agua

Jungkook siempre había agradecido cargar con el un termo de agua que lo salvaría en sus días calurosos y días escolares deportivos, pero nunca imagino que aquella botella de agua sería la principal razón por la que estaría sonrojado a más no poder.

—Bien muchachos, la clase termino, ¡pueden irse!

Respiraciones agitadas, caras rojas y corazones bombeando al máximo era el resultado de la militar clase de educación física del profesor Seo; el terror en persona.

—J-Jungkook —el mencionado soltó un suspiro al saber a lo que venía el mosquito de su amigo. Taehyung había llegado hasta donde estaba el sosteniéndose de las rodillas para tratar de regular su respiración y dar pena—Dame agua, me estoy muriendo —dramatizó.

Jungkook no quería. Taehyung era un mosquito, y un mosquito que te chupaba la sangre hasta dejarte en puro hueso, no le dejaría ni una gota.

—No, siempre te digo que traigas tu propia agua, ¿por qué nunca lo haces? —y aunque le preguntó ya sabía la respuesta. ¡Taehyung era la persona más floja del mundo!

Si le decían que hiciera algo, el buscaría miles de excusas y no lo haría o buscaría la forma de hacer todo más fácil, por lo menos agradecía que no fuera así con sus trabajos.

—¡Vamos! Se me olvida, ya sabes que tengo a mi adorado mejor amigo que siempre piensa en mi. —Taehyung puchereo en un intento de lucir adorable ante el malvado ogro, según el, pero fracasado rotundamente cuando la mano de Jungkook lo apartó del camino como si un insecto insignificante fuera.

—Ya no caeré en tus sucios juegos Kim.

Por su parte Taehyung se fue echando humos a pedirle agua a Namjoon, su desde ahora mejor amigo y desde ahí le lanzaría miradas asesinas al pelinegro, la persona más malvada del instituto.

Y Namjoon, el solamente quería su botella.

Jungkook suspiro abriendo su termo para darle un sorbo, regozijandose al sentir la mirada del chico que le lanzaba dagas al corazón.

—Hola Jungkook.

Casi escupe el agua cuando una dulce voz pronunció su nombre, la maravilla del mundo estaba frente a el, la razón del porque pensaba que el mundo le estaba recompensado después de tantas desgracias y también la razón de su ardiente corazón.

—H-hola Jimin —se maldijo mentalmente ante ese tonto tartamudeo.

Pensará que soy idiota.

Un sonrojo cubrió sus mejillas cuando escucho la tierna risa del chico de bonitos ojos, estaba cautivado y perdido en ellos, parecían hermosas galaxias que le gustaría descubrir. El chico frente a el era tan hermoso que podía pasar una vida entera narrando lo encantador y bello que le parecía, tanto que no supo cuando ni que a qué momento le estaba tendiendo la botella de agua al castaño, cuando reaccionó solo pudo sentir como cuchillas eran lanzadas a su cabeza.

No sabía si el ambiente se había transformado o era su imaginación, pero podía ver flores rodeando a Jimin cuando tomaba agua y se deslizaba por su garganta, tragó saliva completamente nervioso, quería desfallecer y revivir ese mítico encuentro.

—Gracias Jungkookie.

Jungkookie... ¡Jungkookie!

Quería lanzarse de un puente y morir, así moriría siendo el chico más feliz del mundo, por algo tan simple que le aceleraba el corazón y lo ponía como una colegiala anime, estaba complemente enamorado del chico más bonito y bondadoso del planeta.

—¿Jungkook?

Preguntó con desconcierto Jimin al ver el estado del chico, parecía completamente ido y rojo, su cara se transformó en una de preocupación cuando tomo sus mejillas para chocar sus frentes, ¡estaba hierviendo!

—¡Taehyung, Jungkook está ardiendo!

—Dejalo que se muera.

—¡Taehyung!

Mientras tanto, Taehyung solo observaba a su amigo morir entre los intentos de ser arrastrado por Jimin a la enfermería.

Más tonto de lo normal.

Jungkook había caído muerto en los brazos de Park Jimin.

♡