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- ¿Temes que tus amigos se rían de ti?
- Temo a la reacción de papá y mamá... A la de mis amigos, a la de todos los que me rodean...- bajó los ojos.- Muchas chicas me tienen en muy alta estima, muchos chicos me envidian porque atraigo la atracción femenina, y mi pareja se muestra recelosa de que no confiese que quiero ser bailarín y que me gusta, y decirlo orgulloso...
- Tú abuelo era igual...- Sa levantó los ojos hacia su abuela.- Nunca quiso confesarme que tenía anorexia... Que había tenido muchas parejas, que seguramente le coqueteaban cuando estaba conmigo porque yo no las veía, pero sí las oía, que muchas veces me invitaban a irme con doble fondo en su voz, pero Taika siempre estuvo ahí para mí...- Sa movió sus labios, pero no dijo nada, las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta.- Cuando Taika estaba en el hospital en sus últimos alientos me prometió que se cuidaría por mí...- Sa encarnó las cejas.- Falleció pocos minutos después de decirme lo mucho que me amaba. Nunca supe si él llegó a escuchar como yo correspondía aquellas bellas palabras...- Sa no entendía bien lo que su abuela intentaba decir.- Cuando me explicaron todo lo que Taika había hecho en su vida no podía creerlo... Tu abuelo había vivido casi toda su vida entre drogas, fiestas y sexo...- Sa abrió mucho los ojos con sorpresa.- Murió sin saber que iba a ser padre...- Sa tragó saliva lentamente.- Y murió sin saber que su nieto era el orgullo de la familia... Mi pequeño orgullo... Más que mi propio hijo...
Sa en ese momento notó un frío helador en sus manos, y no sabía el origen, pues el aire acondicionado no estaba puesto, y no notaba frío en ninguna otra parte de su cuerpo, solo sus manos.
- Taika...- susurró en bajo su abuela repentinamente.- ¿Nos estuviste escuchando?- volvió a susurrar a la nada.
- Abuela... Taika no...
- Lo sé... Lo sé, Sa... Pero hay veces que aún siento que me escucha...
Dejó de sentir el frío helador en sus manos, desapareció de la misma forma en que apareció, y su abuela sonrió nostálgica y agarró más fuerte las manos de su nieto.
- Sa... ¿Tú realmente le quieres a ese chico?- Sa se quedó clavado en el suelo y abrió mucho los ojos, jadeó.
- N-No dije que era un chico...
- Estabas siendo muy ambiguo, cariño...- su risa de júbilo silenciosa alivió por completo a Sa, incluso pudo esbozar una sonrisa tranquila.
- Sí. Le quiero...- confirmó.
Su abuela asintió con la cabeza.
- En ese caso... ¿Qué importa lo que piensen los demás?- Sa sonrió un poco y se incorporó para abrazar a su abuela, ella recibió gustosa el abrazo.- Que tus padres digan lo que quieran, yo estoy aquí, contigo... Y si tu pareja te quiere... ¿Qué importan los demás?- Sa asintió con la cabeza, confirmando que estaba de acuerdo con lo que ella estaba diciendo.- Eso es...- asintió con la cabeza.
- Gracias...- susurró en bajo.- En serio gracias...
- No hace falta agradecer, pequeño mío...- acarició sus cabellos con delicadeza.
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Francis se había despertado más tarde de lo normal y estuvo refunfuñando casi toda la mañana porque su padre lo despertó porque estaba llegando tarde si no se levantaba, y para colmo de males tenía que ducharse y eso no lo ayudaba a relajarse porque siempre que se duchaba miraba todo su cuerpo, sus proporciones en el espejo y hacía un examen minucioso de cada centímetro de su cuerpo, y se abofeteaba las mejillas hasta dejarlas rojas cuando sus ojos se aguaban o sus cejas se encarnaban. Apretó los dientes enterrando los dedos en la pica como si fueran vigas metálicas y sus uñas se doblaron de la fuerza que estaba haciendo, sintió un dolor punzante en las manos y dejó de apretar, fue en ese momento cuando rápidamente se metió en la ducha. El proceso tuvo que ser el triple de rápido de lo que normalmente le ocupaba porque se había quedado más de cinco minutos controlando el llanto de impotencia.
Bajo el agua que caía de la alcachofa pocas ganas tenía de seguir llorando por el eco que ese pequeño espacio generaba y tenía miedo que su padre lo escuchara llorar.
Salió del baño precipitado después de vestirse y secarse el pelo, carraspeó y se sentó a desayunar, aunque gran parte del desayuno, como fue el contenido líquido de un chocolate con extra de cacao (y azúcar), que lo aprovechó para ir preparando la mochila mientras su padre lo observaba ir y venir de su habitación al baño, al comedor y otra vez a su habitación mientras se tomaba la parte líquida del desayuno.
- Te va a sentar mal, Francis...- susurró mientras recogía el plato vacío en la mesa.- Siéntate para tomarte eso...
- Voy tarde.
- ¿Entonces por qué te quedaste casi veinte minutos en el baño? ¿Sabes que las duchas de cinco minutos existen?- que su padre usara el sarcasmo no era normal, porque su padre Ryan no era de los que usaba el sarcasmo de forma doctrinal (por decirlo de alguna forma), sino que si tenía que decir las cosas, su forma de decirlo era literal...
Francis no supo cómo interpretar aquella clave sarcástica, pero asumió que tal vez estaba imitando la costumbre de su padre Keenan de ser sarcásticamente cínico (algunas veces), igual que él lo era, es decir, su padre Keenan le estaba respondiendo con la misma moneda con la que Francis les hablaba a sus padres.
- Tengo que irme...- dejó la taza sobre la mesa de la cocina y se retiró casi corriendo hacia su habitación para agarrar la chaqueta y pasarla por sus hombros, acomodando las mangas y después ponerse la mochila, que había dejando en el comedor y con un par de saltos se acomodó todo.- Me voy.
- De acuerdo, nos vemos, Francis...- salió de casa rápidamente.
El aliento de Francis se quedó atrapado en su garganta y casi se atragantó con su propia saliva cuando se encontró frente a frente con Sa. Sa lo esperaba justo en la puerta de su casa, apoyado en el pilar, y le sonrió apenado y algo avergonzado, carraspeó y movió su mano como saludo.
- ¿Sa?
- Vine a compensar el no haberte acompañado ayer...- Francis entrecerró los ojos.- Y también a disculparme por decir cosas que no debía...- bajó los ojos.
Francis ladeó la cabeza hacia un lado, salieron de la parcela y los dos empezaron a caminar hacia el instituto dado a que llegaban tarde, y tenían que acelerar. Sa intentó hacer una disculpa seria, pero Francis no se la tomó en serio, porque sabía que lo que había dicho el día anterior era tan injusto que le había causado un horripilante ataque de inseguridad cuando se miró al espejo aquella mañana, y ciertamente no había sido únicamente por Sa, porque siempre que tenía que ir a ducharse hacía lo mismo, examinaba su cuerpo detenidamente, pero aquella vez se había sentido inseguro al verse, y odiaba que aquello estuviera ligado a que le llamasen: "mujer".
- Le dije a mis padres que eres mi novio.- Francis se quedó clavado en el suelo, y Sa avanzó un par de metros sin compañía, se detuvo y se giró hacia Francis.
- ¿Les dijiste...?- apretó los labios. Sa asintió con la cabeza.
- Ayer fui a ver a mi abuela a la residencia en la que mi padre la encerró por defenderme cuando publicaste el vídeo anónimamente... Mi abuela es mi único soporte emocional...- tragó saliva.- Es la única que acepta lo que soy, lo que quiero ser...- Francis encarnó las cejas.- Lo que somos...
- ¿Tus padres?
- Te odian...- Francis no se había sorprendido por eso.- Les dije que fuiste tú quien publicaste el vídeo, que fuiste tú el único que fue a verme al hospital, que fuiste tú con quien tuve todas las conversaciones y que fuiste tú de quien me enamoré y quien era mi novio...- Francis se acercó lentamente al de cabellos oscuros.- Reaccionaron mal. Peor que cuando se enteraron de que quiero ser bailarín...- alzó ligeramente el costado de su camiseta, justo entre las costillas y su abdomen tenía una marca con una forma fácilmente identificable.- Duele menos de lo que parece...
- ¿Te golpeó con el cinturón?- su tono sonó exageradamente alarmista, sus ojos se abrieron muchísimo, encarnó las cejas, parpadeó con incredulidad, Sa bajó la camiseta, se rascó la nuca y desvió los ojos.- ¿¡Y tú ves normal eso!?- Sa lo miró fijamente, bastante sorprendido.
- No, pero tampoco puedo hacer otra cosa...
- ¿Quién dice eso? ¡Eso puede denunciarse! No pueden tratarte así solo por ser gay.- Sa no tuvo reacción, siguieron caminando.
- No fue solo por ser gay...
- ¿Y entonces...?
- Les exigí que sacaran a mi abuela de la residencia y que volviera a estar con nosotros... Acabamos discutiendo a gritos y dije cosas inapropiadas... Mi padre se quitó el cinturón y creo que intentó agarrarlo para amenazarme, pero del impulso me acabó golpeando aunque me defendí y me dejó la marca...- explicó guardando las manos en los bolsillos- Me obligaron a irme a mi habitación y por mis cojones no fui a cenar...- Francis giró los ojos hacia él y encarnó las cejas preocupado.
- ¿Tienes hambre?
- No, desayuné bien...- se encogió de hombros.- Mis padres solo están en casa por la tarde... Pude devorarme media nevera por el hambre que tenía...
- ¿Te duele?- tenía los ojos en sus costillas inconscientemente cuando dijo aquello.
- Ya no...- se encogió de hombros.
- El tema de tu abuela es... ¿muy importante para ti, no? Quiero decir, dijiste que es tu único soporte emocional...- Sa asintió con la cabeza.
- Lo es... Mi abuela es muy importante... Algún día te la presentaré... No creo que mis padres te dejen entrar en casa, aunque ellos no estén...- negó lentamente con la cabeza.- ¿Cómo estás tú?
- No peor que tú, la verdad...- se encogió de hombros.- ¿Esta tarde sí vienes a mí casa, verdad?- cambió el tema de conversación y Sa notó eso, así que supo que Francis no había tenido tan buena mañana como parecía, pero viendo que el pelinaranja había cambiado el tema de conversación, era evidente que no quería que le preguntara, así que no lo hizo.
- Si no hay ningún problema...
- No, tranquilo... No creo que les importe a mi padre, ni a mi hermano... Con un poco de suerte, los dos están fuera...
- Con mucha suerte.
- Sí... Con mucha suerte...- los dos compartieron una sonrisa.- Y si no, espero que mi hermano no te destruya con la mirada.
- Nos estamos encaminando a la misma conversación de ayer.
- Pues no cometas el mismo error de ayer...- lo miró como si fuera evidente.
Hubo un breve silencio, los dos se acercaban al instituto, Sa revisó el teléfono para comprobar la hora que era, asintió lentamente al ver que todavía tenían un margen de cinco minutos para llegar tanto al insti, como a la clase. Francis por su lado, tenía los ojos en la acera, serio, bastante serio. Parecía estar pensando en algo y aquello había ocupado por completo su atención y sus ánimos. Sa lo observaba de reojo, tentado de apoyar una mano sobre la suya, o palpar su hombro para despertarlo del trance, pero no sabía la reacción que podría tener el contrario.
- ¿Qué tienen los populares con salir del clóset?- preguntó de repente, parecía ser una pregunta retórica, pues Francis no esperó la respuesta de su acompañante.- Quiero decir, tampoco es tan difícil, es solo decir: "Si, soy gay", solo son tres palabras, no es tan complicado...- Sa ladeó la cabeza hacia un lado.
- Fran...- hizo una mueca con el labio.- ¿A qué viene eso?
- Estaba pensando en cosas...
- Para mí que estabas criticándome mentalmente.
- En parte...- admitió.- Pensaba en que puede que te hayas confesado con tus padres, pero no con nadie más... Y bueno...- se encogió de hombros.- Pensaba en que los chicos populares siempre ponen su hombría por delante de todo... Quiero decir, el orgullo masculino...
- Porque tenemos una reputación construida de cara a nuestros padres y amigos... Ellos creen que somos algo que realmente no somos, y cómo desde pequeños nos han impuesto esa estructura, cuando queremos deshacernos de ella, no podemos, porque no queremos decepcionar a nadie...- negó lentamente.
- Eso no justifica que tengan que cambiar el trato hacia ti por decir que eres gay...
- De hecho, no soy gay...
- Ya sé que te gustan los culos, Sa.
- A todo el mundo le gustan los culos.
- ... Touché...- movió los labios para formar una sonrisa gatuna.
Sa aguantó la risa igual que Francis por ese intento de contenerse, que no estaba siendo muy eficaz, pues poco después los dos empezaron a reírse a carcajadas.
- ¿Igualmente se enfadarían si dices que te gustan ambos?
- Mis padres no comprenden eso. No entienden que te puedan gustar las dos cosas. O que no te pueda gustar nada. Creen que la idea suprema de que siempre tienes una preferencia con la que follarías, porque sí, en eso se basa todo para mis padres, amor es igual a sexo...- Francis alzó una ceja lentamente.
- Disgusting...- hizo una mueca asqueada.
Los dos se rieron.
- ¿Cómo se dice "Disgusting" en japonés?
- No te va a salir el meme.
- Solo dímelo.
- Ozomashī (Asqueroso).
- ... Que cutre...
- Te dije que no te iba a salir el meme.- se rio entre dientes.
- El japonés se supone que sirve para algo.
- Para verte intimidante, creo que el alemán sería tu opción.
Francis se lo quedó mirando.
- Si no fuera malo con los idiomas, ya tendría un objetivo en la vida.
- ¿Eso es que no vas a aprender japonés?
- ...- hizo un breve silencio.- Mucho esfuerzo...- movió su mano con desinterés.
- ¿Cosas básicas tampoco?
- Tengo mala memoria.
- No hace falta que me lo confirmes... Si no fuera porque te interesa te olvidarías hasta de tu propio cumple...
- ...- Francis hizo un puchero.
- No puedes negármelo. Seguro que ni siquiera sabes mi cumpleaños...
- ... ¿Me lo has dicho alguna vez?
- ...- los dos se quedaron mirando fijamente.
- No me lo has dicho.- frunció el ceño haciendo el ofendido.
Sa dibujó una sonrisa en sus labios, casi burlona, cosa que molestó mucho al pelinaranja y le dio un suave (pero certero) golpe en el brazo que resonó como si hubiera sido capaz de romperle el brazo.
- De todas maneras no ibas a acordarte si te lo hubiera dicho.
- ¿Cuándo es?- exigió saber.
- Diez de septiembre...- respondió, y el contrario asintió con la cabeza.
- Dos meses y ocho días después de mí... okay, cerebro, recuérdalo o te arrojaré a la basura.
Sa sonrió enternecido por ese comentario, y Francis se lo quedó mirando con los ojos bastante abiertos, casi como si dijera: "¿Lo dije en voz alta?"... Cosa que se ganó un asentimiento lento. Un rojizo cubrió las mejillas del contrario y apartó la cabeza bastante violento.
- También puedes recordarlo porque es el día antes de empezar las clases.
- Oh...- se llevó una mano al mentón.- También es una opción, pero a veces empezamos el nueve, no es un día fijo...- movió la mano con desinterés.- Mejor mi sistema...- movió los ojos hacia la puerta del instituto.- ... Te esperan tus amigos...
- ¿Y?- Francis elevó los ojos hacia él.- Vamos...- pasó el brazo alrededor de sus hombros, gesto que hizo abrir los ojos sorprendido al pelinaranja.
- Me haces daño.- movió la cabeza para que no le pillase el pelo.
- Perdón...- apartó sus cabellos, pero siguió rodeándolo de forma cercana.
- ¿No te importa lo que piensen?
- Después del golpetazo de mi padre, no puede pasarme nada peor...- Francis encarnó las cejas.
- ¿No te expulsarán de los clubs deportivos si eres así conmigo?
- Ni siquiera me gusta el fútbol. Y aunque no quiero que me echen porque esto empeoraría el humor de mis padres... No voy a esconder que eres mi novio.
- Que raro estás hoy... La charla con tu abuela te ha vuelto un tonto enamorado...- Sa se rio entre dientes.
- No tanto...- negó con la cabeza.- Mi abuela me ayudó con la parte de la confianza...
- Y yo que pensaba que iba a tener que volver a chantajearte y grabarnos cuando estemos juntos para que confesara que somos pareja...
- ¿Serías capaz de volver a hacerlo?
- Me conoces, Sa. Soy perfectamente capaz...- Sa lo miró preocupado, la sonrisa gatuna le evidenció que sí era capaz de hacerlo...
Dibujó una sonrisa irónica curvando el labio hacia un lado. Sa y Francis siguieron caminando por la entrada de la institución hacia la entrada. La forma en la que Sa iba pasando el brazo por sus hombros, a pesar de no ser para nada cantosa, realmente sí captó la atención de la gran mayoría de personas que se encontraban en los pasillos, muchos miraban confundidos la escena, pues Francis y Sa no parecían ser tan cercanos para estar caminando con aquella cercanía tan íntima uno al lado del otro...
Y el susurro a sus espaldas de: "¿Desde cuándo Sa es gay?" Hizo girar la mirada de forma socarrona al pelinaranja y sacarle la peineta y la lengua a la chica que dijo aquello. No iba a decir que aquello había sido desagradable, de hecho, había sido bastante irónico que Francis se burlara de que el "sexy" chico asiático de la clase fuera suyo y nadie se lo iba a quitar. Sa se lo quedó mirando con una ceja alzada y tuvo que contener la risa cuando Francis utilizó un sistema posesivo de acercamiento, pues rodeó su espalda media de forma fanfarrona y caminó con el mentón ligeramente alzado. Sa sentía algo de vergüenza por ese carácter, pero al mismo tiempo se le hacía extraño y encantador, era una extraña sensación... Pero decidió no dejarse achicar, ni por las extravagantes acciones de Francis, ni por las miradas... Sa le dio un beso en la mejilla, cosa que sorprendió al pelinaranja y sonrió un poco y después llegaron a la clase, donde había dos o tres compañeros del grupo de amigos del de cabello azul oscuro.
- ¿Y luego te quejabas porque te decíamos que eras marica?
Sa dejó de sonreír, mirando a Jackson, su mejor amigo, quien había sido quien dijo aquello.
- Que te follen- le respondió con sequedad.
Se acercó a su asiento aún con Francis cerca, de hecho, dejó de pasar el brazo por sus hombros y agarró su mano para entrelazar los dedos. Francis se dejó arrastrar con gusto. Los dos se dirigieron hacia el pupitre del asiático, donde estaban los amigos de este, los cuales se apartaron como si estuviera enfermo, con caras bastante extrañas.
- ¿Ahora me dirán que no se acercan a mí porque soy pareja de Francis, no?- escupió y rodó los ojos.
- Obviamente, lo que menos quiero es que me contagieis vuestra mierda...- espetó Jackson con voz áspera, mientras veía que el de cabello naranja se acomodaba sentado en el pupitre de Sa, aunque Francis tuvo la tentación de sentarse sobre el regazo de Sa, la verdad.
- Ser gay no se contagia, retrasado- escupió Francis con el ceño fruncido.- Estamos en el siglo veintiuno, no me creo que acabes de decir eso.
- No me hables, maricón.
- ¿¡Y que si soy maricón!?- estalló un poco pronto y quizás algo exagerado, pero es que en realidad odiaba que lo menospreciasen, lo odiaba casi tanto que ser denominado de forma femenina y si no se lo permitía a Sa ni siquiera aunque estuvieran jugando, mucho menos se lo iba a permitir al imbécil de su mejor amigo (pues este le había dado la paliza que lo dejó en el hospital junto con otros alumnos mayores, hacía dos años)- ¿Me vas a pegar?- amenazó levantándose del pupitre y enfrentándolo.
- Pues no me tientes, travesti de mierda.
Sa se estremeció y miró a Francis fijamente. Los ojos del pelinaranja se salieron de sus órbitas por el insulto y sus hombros se encogieron ligeramente, una posición que se presentó en un primer momento como vulnerable, incluso sus ojos se aguaron, pero no le duró mucho, pues su mirada se oscureció de inmediato.
Y Sa tuvo que meterse en la pelea para separarlos porque tanto Francis como su mejor amigo se armaron en una pelea de bofetadas, patadas y golpes bajos realmente dolorosos. Tuvo que detenerlos ambos al meterse en medio y agarrar sus hombros para separarlos y gritar más de lo que ambos ya estaba gritando para que se callasen.
La situación no mejoraba con los vítores y alientos de los mismos que eran sus mejores amigos para que siguiera la pelea, con insultos, empujones y la situación empeoró cuando Jackson empezó a empujarlo a él de malas maneras para que lo soltase llamándolo marica, y que no lo tocase, pero aquel par de insultos que le soltó no le afectaron en absoluto, solo intentaba que la situación se calmase, pero la acabó empeorando... porque de intentar hablar civilizadamente le acabó metiendo un puñetazo a Jackson que le hizo soltar un chorreón de sangre por la nariz por haber intentando agredir a Francis en el pecho, zona donde le dolía mucho debido a su constitución, es decir, el crecimiento de sus pechos, hacía que esa zona de su cuerpo le doliera más que un golpe directo en las bolas, así es como lo había descrito el propio Francis, y cumpliría con su papel de novio para defenderlo aunque tuviera consecuencias.
Lo peor de todo eso fue, que los profesores fueron tan inesperados e inoportunos como lo solían ser, y Sa acabó en el despacho del director, Jackson en la enfermería, Francis con un aviso y los otros absueltos porque según sus coartadas no habían hecho nada y los muy estúpidos de los profesores se lo creyeron solo por dos de ellas se pusieron a lloriquear con lágrimas de cocodrilo, de hecho, le parecía irónico que incluso las dos chicas que estaban en el grupo (una de ellas había sido su intento de novia), lo vendieron así sin más ante los profesores, simplemente por la rabia de que Sa se hubiera alejado de ellos y prefiriera a Francis antes que a ellos...
Definitivamente ahora sí iba a dejar de ir con ellos y se juntaría más con los amigos de Francis, con un poco de suerte lograría rehacer su vida social, aunque sea desde el bando de "los impopulares"... por llamarlo de algún modo...
Sa estaba bastante frustrado, porque si ya de por sí sus padres estaban furiosos con él por su "irresponsable" y "desviado" carácter, no quería saber el tipo de golpe o marca que le dejarían cuando les llegara el parte conforme había estado en la sala del director y con un agravante en el expediente por haberse metido en una pelea tan grave que envió a uno de sus compañeros a la enfermería.
Al menos pudo acompañar a Francis a casa aunque fuera tarde, pues ambos habían sido castigados y ya era un milagro que los habían dejado salir a las cuatro porque ambos estaban sin comer. El problema fue llegar a la casa, pues no solo estaba su padre, quien siempre estaba por las tardes, así que sí o sí su padre lo hubiera increpado, el problema fue que su hermano mayor también estaba y la penetrante mirada de ojos pálidos igual que su padre atravesaron el alma de Sa a pesar de la imponente estatura del asiático y la baja estatura del hermano (pues era incluso más bajo que Francis). Francis maldijo su mala suerte, pues posiblemente le echarían la bronca a los dos, y después en su propia casa se la echarían a Sa cuando vieran el parte al llegar a casa...
- ¿Dónde estabas?- preguntó su hermano mayor cruzado de brazos.
- Castigado.- respondió con indiferencia.
- ¿Por qué?
- Me peleé.- respondió seco haciendo un movimiento para adentrarse en la casa acompañado del de cabellos oscuros.- ¡Paaaaa!- llamó alzando la voz para que el adulto saliera de la cocina.- Me tienes que firmar la falta.
- ¿Falta?- murmuró repentinamente y con sorpresa.- ¿Qué ha pasado?
- Se peleó.- Kay puso sus ojos de nuevo en el más alto.- ¿Y tú, qué?
- Kay, déjalo en paz.- exigió el pelinaranja.- Él me defendió y me acompañó a casa.
- Ya estás aquí.- se cruzó de brazos evidenciando que la presencia de Sa ya no era necesaria.
- Kay, Francis...- los dos se giraron hacia el adulto.- Sin peleas.- dijo serio.- Kay, déjame un momento con tu hermano...- el de cabellos rizados de un tono rubio algo oscurecido se encaminó hacia su habitación y les dejó privacidad, Ryan se tomó unos segundos hasta escuchar la puerta cerrarse para tener incluso más privacidad.- ¿Puedes explicarme qué ha pasado para que te pelearas?- Francis bufó.
- Uno de clase me insultó y le golpeé. Me devolvió los golpes...- se encogió de hombros.- Los profesores llegaron en el momento inoportuno.
- ¿Tú estás bien?- Francis asintió con la cabeza.- ¿Te hicieron daño en el pecho?
- Un poco...- admitió.- Pero hubiera sido peor si Sa no se hubiera metido...- el de cabellos oscuros parpadeó con incredulidad por el tono tan gentil utilizado.
- ¿Quién fue con quien te peleaste?
- El de siempre. Jackson.
- ¿Él no era también de los que se reía de ti?- Sa se estremeció.
- No desde que...- carraspeó y desvió los ojos.- No desde que un vídeo íntimo suyo provocó que le dieran una paliza y terminase en el hospital... Me trata mejor... Somos cercanos...
- ...- al ver a su hijo apretar los labios, emitió un suspiro.- De acuerdo... Saimon...
- Sa...- corrigió su hijo.
- Sa...- musitó el padre acercándose al de cabellos oscuros.- ¿Os hicieron mucho daño?
- No, no se preocupe.- negó con la cabeza.- Me encuentro bien, lo importante era que no le hicieran daño a vuestro hijo.
- No hace falta que uses esa formalidad...- una risilla amable se le escapó entre los labios.- Gracias por acompañarlo a casa...- murmuró con tranquilidad en su voz.
- De nada...- respondió tímidamente.
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Francis y Ryan se quedaron a solas después de que Sa se fuera. Francis sintió unos repentinos nervios emergiendo en su piel y desprendiendo de él a través de todos los poros de su cuerpo.
- Si no es un problema... Prefería que papá no se entere de esa falta...- Ryan puso sus ojos sobre su hijo y suspiró pesadamente.
- ¿Cómo es que ese chico que antes era un bravucón que te perseguía, te insultaba y decía cosas ahora es un amigo tuyo?
- Se suavizó un poco su carácter después de que chicos de cursos mayores lo persiguieran y golpearan porque haga danza interpretativa artística.
- ¿Eso no es ballet?
- No.- negó con la cabeza.- La danza tiene componentes de diferentes estilo de baile, el ballet es simplemente eso... La danza es una expresión de sentimientos impulsados por una historia, el ballet es una historia, y ya.
- ¿Desde cuando sabes tanto sobre eso?
- ...- desvió los ojos y se rascó la nuca.
Ryan sonrió enternecido y sujetó las manos de su hijo para darle cierto apoyo o tal vez simplemente un agarre íntimo entre ambos. Francis apretó los labios.
- Puedes decirme si es alguien especial, no voy a decirte nada... Pero si no estás listo todavía para decirlo no te preocupes...- sonrió un poco- No te fuerces a ti mismo... Nadie te va a juzgar por qué te guste un chico, ¿De acuerdo?
- Hmmm...
- Me fastidia un poco, la verdad, no me cae del todo bien- padre e hijo giraron la cabeza hacia el de rizos que estaba apoyado en el marco de su habitación.- Sobre todo, no me cuadra que sea el mismo que se reía de ti. Pero bueno...- rodó los ojos.
- Mientras te trate bien ahora, se haya arrepentido y disculpado... Todo estará bien...- murmuró Ryan volviendo la vista hacia el menor de sus hijos.
Francis encarnó las cejas y se rascó la nuca.
- Sí lo es...- su hermano mayor y su padre se lo quedaron mirando.- Me pidió perdón... E-Estamos saliendo... Al principio era a escondidas, pero ya todos lo saben...- desvió los ojos.
Ryan lo abrazó fuerte como si fuera un abrazo reconfortante, pero aquello se volvió un abrazo familiar a partir del momento en que Kay se unió a ellos y abrazó fuertemente tanto a su hermano como a su padre.
Keenan llegó a casa quitándose la coleta medio moño que tenía hecha para poder trabajar adecuadamente sin que el pelo le molestase. Sus cabellos rubios oscuros cayeron como una pequeña cascada disimulada hasta sus omóplatos. Llevaba una bolsa lateral pasada en diagonal por su hombro y pecho en la que tenía todos los utensilios que necesitaba en la peluquería. Keenan era muy "suyo" y utilizaba sus propios aparatos y herramientas. Keenan era un peluquero y estilista muy centrado y particular, odiaba utilizar peines que no eran los suyos, o una plancha que no era la suya. Ninguno de aquellos utensilios eran para uso personal, todo era íntegramente para la peluquería en la que trabajaba, y siempre iba y venía con la bolsa cargada de todas las herramientas, casi como si fuera un cinturón de los obreros.
- Ya estoy aquí...- anunció después de cerrar la puerta.
- ¿Qué tal la jornada?
- Quitando que una mujer quería regatearme el precio como si estuviéramos en el mercadillo de los domingos...- carraspeó.- Todo bien.
Ryan besó sus labios.
- ¿No se supone que todo aquel que entra ahí sabe que tiene que atenderse a las consecuencias o preguntar el precio antes de hacerse nada?
Keenan se rio un poco y asintió con la cabeza.
- Eso es lo se supone que la gente debería hacer...- Ryan sonrió un poco.- ¿Y los chicos?
- Cada uno en su habitación... Seguramente Francis estará con la música y Kay...
- Aquí.- los dos adultos se giraron hacia el mayor.- Estaba pasando los apuntes a limpio.- abrazó a su padre como saludo.- Francis está con el juego ese de los cubos.
- Cómo no...- rodó los ojos.- Le ponen una falta y en vez de reflexionar, se pone a jugar...
- ¿Falta?
- Se supone que Fran te ha pedido que no se lo digas, pa...- murmuró Kay dibujando una sonrisa en sus labios.
- ... Cierto...- susurró en bajo.- Finge que no escuchaste eso.
- Ahora tengo más ganas de saber por qué...
- Lo insultaron y tuvo la mala suerte de estar peleando con ellos cuando los profesores llegaron, no te preocupes...- Keenan asintió con la cabeza.- ¡FRAN! ¡La cena!
El de cabellos anaranjados se asomó por el marco de la habitación.
- Oh, hola papá...- se acercó para abrazar a su padre.- ¿Eso ha sido para que ponga la mesa o porque literalmente vamos a cenar ya?
- Para que me ayudes a hacer la cena.
- ...- Francis hizo un puchero.- Apago el ordenador y voy...- refunfuñó.
Aprovechando la ausencia del menor de los hermanos, Ryan aprovechó para susurrar que su hijo tenía pareja, cosa que dejó a Keenan con las palabras en la boca porque Francis apareció por el umbral de la puerta antes de que pudiera preguntar quién, qué, y desde cuándo.
Y a juzgar por las risillas de su hijo mayor y su pareja, no podía ser nada bueno...
FIN
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De acuerdo, aquí tienen la historia competa.
Estoy bastante satisfecha con el resultado, y seguramente habrán notado que MUCHAAAAAAS escenas han sido cambiadas, sí, de hecho la gran mayoría de las escenas estaban tan mal hechas / escritas que las he tenido que cambiar o eliminar, y puede que la historia haya quedado un poco más esquemática, pero no voy a decir que no tiene desarrollo de personaje
De hecho, en la primera versión es como... ehm...
No. XD
No me gusta la primera versión, por ello decidí hacer esta reescritura.
Y seguramente algunos estarán preguntando por la escena final de la primera versión, en la que Sa y Francis tienen un momento medio hot...
Quité esa escena porque era como muy WTF...
Y también porque no venía a cuento provocar a la gente con escenas algo subidas de todo si la historia no trata de eso, sino algo más romántico y dulce.
Aunque Sa y Francis sean medio hot... No he visto apropiado dejar esa escena (la verdad es que no me gustó releer esa escena, y decidí quitarla principalmente por eso).
En fin... Hasta aquí hemos llegado uwu
La siguiente reescritura será la de "The forest" actualmente bajo el título de "El arquero", pueden pasarse por ella para saber cómo es la historia base, sino, pueden pasarse por otras historias que están pendientes de publicar o la que estoy publicando actualmente uwu
Aquí las opiniones de esta segunda parte -------------->
Aquí las opiniones de toda la historia ------------------>
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[5484 Palabras]
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