La temperatura había superado los cuarenta grados, las calles se encontraban inundadas de basura y en la parada de camión había un joven distraído atendiendo una llamada sin fin.

-No te preocupes, má, ya voy para la central..., no má, no me olvidé de lo que me pediste..., pues porque aquí lo traigo todo.

El muchacho llevaba ropa tipo Skato y una mochila en donde guardaba su patine ta. Traía una gorra roja y su mente solo estaba concentrada en los camiones que pasaban y en la llamada de celular.Después de cinco minutos el muchacho colgó el teléfono. No pasaron dos cuando volvió a sonar.

-Bueno.Sí má, todavía estoy en la parada, el camión se volvió a retrasar pero creo que llegaré en...., no má, no me desvíe, sí estoy en el..., no tampoco te colgué..., porque somos amigo kits, nomas tenemos cinco minutos gratis.

Comenzó a llover.

Transcurrieron quince minutos y él seguía ahí, esperando su camión, mientras continuaba con su rutina de colgar cada cinco minutos.

-Sí má, ya sé que quieres que llegue a la central, pero todavía no pasa el camión..., no má, no me fui de pinta de la secu..., pues porque son vacaciones má, no tengo clases hasta agosto..., sí má, te lo juro estoy de vaca, es más, sino me crees porqué no le preguntas a tu comadrita Chelo, recuerda que su hijo está en mi salón

Después de otros cinco minutos las cosas seguían igual. La lluvia caía y el muchacho atendía una llamada tras otra.Su mente parecía estar en blanco y su vista se enfocaba en los automóviles que pasaban. Logró reconocer uno morado y le realizó la parada.

Él muchacho colgó, abordó el autobús, pagó su pasaje, tomó el primer asiento libre que encontró y disfrutó del poco silencio hasta que su celular volvió a sonar.

-Bueno, sí má, ya volví..., no má, no te colgué..., porque solo son cinco minutos gratis, ¿no te acuerdas?...,pues es el plan, es más acuérdate que hasta me..., no má no estoy enojado...,no má no tomé el dinero de la carne, ese fue Beto..., pues porque también iba a ir al mercado..., no má no le estoy diciendo ratero a tu novio..., no má no me he olvidado que de tu cumpleaños.

El muchacho continuó hablando mientras tocaba una y otra vez su frente con la mano libre.

-Bueno, ya volví..., sí má, ya me llegaron los exámenes de sangre..., bien má, no encontraron nada..., pues porque como te lo dije, no me estuve drogando en la fiesta del Tito, estuve..., no má, no me drogué porque solo trajeron chelas..., no má tampoco estuve tomando..., porque ni siquiera me acerqué a las chelas..., porque estuve con una vieja..., no má te lo juro no hicimos nada, solo platicamos....

La frustración volvió a inundar el rostro del muchacho. Su piel se veía roja,mostraba una profunda desesperación para que los cinco minutos de Amigo Frecuente terminaran, y pudiese tener un poco de calma, sin embargo, después de colgar,el teléfono su madre arremetía de nuevo.

-Bueno, sí má ya volví..., no má, no me distraje, solo estaba..., no má, no estaba viendo pornografía en Internet...., porque mi cel es muy chafa, ademas aquí no hay wifi..., no má, tampoco he estado chateando con desconocidos en la casa..., porque tu te llevaste el módem y no me das para ir a un ciber...,

Pasaron otros cinco minutos y el muchacho volvió a mostrar alegría al ver cómo terminaba la llamada. Disfrutaba del silencio arrullador entonces, el teléfono volvió a sonar.

-Bueno, sí má ya casi llego..., no má no me he olvidado de en dónde nos íbamos a ver, en el mercado de la..., no má que no me desvié..., porque ya te dije que el camión se retazó..., pues porque se retrazan..., no má no estoy diciendo eso, es solo que..., sí má, sí te voy a ayudar con el puesto de frutas, de hecho creo que el camión ya está llegando.

El muchacho se distrajo de su llamada mientras veía a través de la ventana. El camión se estaba acercando al mercado donde trabajaba su mamá.Para su mala suerte la llamada seguía, como un eco eterno.

-Que no má, te juro que no estoy mintiendo..., pues chécalo estoy en un camión morando..., claro que sí, es la misma ruta de siempre..., porque es la que me deja cerca del mercado...., -el muchacho empezó a desesperarse, su mente apenas le permitían mantenerse enfocado- que no má no te estoy mintiendo, es más, si quieres porque no te sales del puesto y me esperas en la..., -la llamada se cortó

El camión se detuvo, al parecer el conductor había golpeó algo. El impacto jaló a todos los pasajeros

-bueno, má..., má..., má me escuchas

-¡Pu'madre! -gritó el chofer, en cuanto vio lo que había hecho- a ver, señores pasajeros les pido que permanezcan en sus asientos-se bajó del camión, junto con algunos de los pasajeros que abandonaron sus asientos y salieron para ver lo que había pasado.

-Más me escuchas, bueno -mientras que las personas abandonaban el camión el muchacho intentó hablar con su madre.

Se asustó.

En las últimas horas, el joven no había hecho otra cosa que no fuese hablar con su madre, deseando silencio, y ahora que por fin lo obtuvo, no sintió alegría miró hacía su alrededor y notó que todos los pasajeros ya se habían retirado bajado. No sabía lo que estaba pasando. Dejó su asiento para dirigirse a la salida del camión

- No mames..., güey no mames..., ¡no mames güey, pero qué fue lo que hiciste!

Delante de toda la multitud, había un cuerpo sobre la acera recostado en un charco de sangre. Era la figura de una mujer,iba vestida con un mandil morado y llevaba un teléfono celular en la mano.

El muchacho se acercó su mente se puso en blanco. su deseo se había hecho realidad. Ahora su conciencia viviría eternamente bajo el arrepentimiento de sus deseos.