10. DONES.
—¿Lista? —Yixing preguntó.
Hyuna tomó una profunda respiración y asintió, aunque se sentía muy insegura al respecto, era antinatural permitir que un dotado usara su habilidad sobre ella, usualmente los dones eran letales.
Yixing alzó sus manos con las palmas hacia arriba frente a su arkid, como si esperara a que este pusiera algo sobre ellas. Junmyeon puso sus palmas hacia abajo sobre las de Yixing sin llegar a tocarlas y ambos cerraron sus ojos. De las manos del sanador brotó lentamente aquella humareda plateada que normalmente ayudaba a sanar heridos y de las de Junmyeon surgieron diminutas corrientes de agua cristalina.
Hyuna se tensó instintivamente. El agua siempre parecía peligrosa cuando brotaba de la nada y serpenteaba alrededor como una serpiente, sin contar con que el antiguo rey sabía muy bien cómo usarla como un arma. Hyuna intentó conservar la calma y observó cómo las habilidades que surgían de las manos de los vampiros se encontraban lentamente hasta fusionarse, formando una bola transparente. La fusión brilló y sus creadores abrieron los ojos perdiéndose por un instante en la belleza del nuevo elemento
Yixing se giró hacia Hyuna con sus ojos eclipsados y esta tuvo que recolectar toda su valentía para no retroceder.
—Es como un impulso, un instinto, algo justo al centro de tu cuerpo —Junmyeon anunció sin poder ocultar la excitación que hacía destellar el eclipse en su mirada—. Intenta encontrarlo y enviarlo a la superficie.
Hyuna miró los ojos eclipsados del par de vampiros y asintió. Yixing dirigió la fusión hacia su estómago y su cuerpo la absorbió en el acto. Los ojos de la vampiresa se cerraron y su cuerpo perdió fuerza. Junmyeon se apresuró a sostenerla entre sus brazos para que no cayera al suelo.
Yixing le dio una mirada cargada de preocupación.
—Continúa transmitiendo energía —Junmyeon pidió suavemente al notar que su arkid se detenía.
Yixing no estaba muy seguro de que fuera una buena idea, pero Junmyeon no parecía dudar de su capacidad y aquello aumentó su confianza. Se concentró en Hyuna de nuevo, acercó la diestra a su abdomen y lentamente la llevó hacia su garganta, sin tocarla. La vampiresa inhaló profundamente aún inconsciente.
—Esto es excitante —Junmyeon musitó con una mirada frenética. El aro de luz azul destellaba en su mirada incesantemente haciéndolo lucir hermosamente aterrador.
Yixing sonrió de costado y el aro de luz en su propia mirada también destelló.
Hyuna se removió y parpadeó confundida. Al percatarse de que se encontraba en los brazos del antiguo rey se alejó de inmediato, echando a correr hasta la otra punta de la habitación.
—Perdonen yo... no sé qué pasó —Hyuna murmuró desde el rincón de la amplia habitación que Luhan había construído con el fin de utilizarla para entrenamientos.
Yixing y Junmyeon la miraban expectantes.
—¿Acabas de desaparecer y aparecer de nuevo allá o...? —Yixing preguntó.
—Corrí hasta aquí —ella murmuró confundida y se peinó la melena hacia atrás, de pronto parecía que su cuerpo no era el mismo de siempre. Se sentía más liviana y a la vez más fuerte.
Yixing y Junmyeon la observaron con asombro por algunos segundos y luego se miraron entre sí, compartiendo una victoriosa sonrisa.
Los vampiros eran muy rápidos, como cualquier depredador lo sería, pero la vampiresa había escapado al fondo de la habitación con una rapidez sin precedentes, tanto, que al escapar de sus brazos, Junmyeon creyó que se había desvanecido.
♔
Jongdae bajó del auto y aunque una gran comitiva lo esperaba, él concentró su atención únicamente en su madre, que lo esperaba ansiosa en la entrada del ostentoso castillo que los Byun habían levantado justo sobre el acantilado que daba al océano.
—¡Hijo! —la vampiresa exclamó con una efusividad muy impropia de ella y echó a correr hacia él.
Jongdae la recibió entre sus brazos y fue como volver en el tiempo al menos un decalustro, cuando aún corría feliz a sus brazos para hablarle acerca de su progreso y sus logros.
—Tuve que decirles que te casaste con Baekhyun —ella advirtió en voz tan suave que nadie además de él podría haber escuchado, luego continuó en voz más alta, audible para el resto de los presentes—. Estaba tan preocupada por ti.
—¿En dónde está Baekhyun? —el rey demandó, acercándose con su imponente andar.
—Majestad —Jongdae lo saludó haciendo una respetuosa reverencia—. Los rebeldes estaban detrás de mí, no de él, así que después de la ceremonia nos separamos. Él huyó hacia el norte, a una ciudad humana, aunque no sé a dónde exactamente, prometió que nos encontraríamos aquí.
El hombre le dio una larga mirada y finalmente asintió.
—¿Estás bien? —le preguntó con más calma.
—Sí, gracias —Jongdae musitó.
—Entra, debes estar cansado —su supuesto suegro le dijo con amabilidad y señaló el camino para que pasara al interior.
Jongdae dio dos pasos y se giró al notar que su guardia no lo seguía. Un par de soldados amarillos apuntaban a Luhan y a Sehun con sus afiladas lanzas.
—Confío en ellos plenamente —Jongdae declaró—. Ellos salvaron mi vida y la de mi esposo, asumo cualquier error que pudieran cometer y quisiera que se quedaran a mi lado.
—No tienes nada que temer aquí, Jongdae —el rey dijo poniendo una mano en su hombro en un gesto paternal—, estás en casa.
—Papá también estaba en casa cuando lo asesinaron —Jongdae musitó con la voz a punto de quebrarse.
El rey asintió comprensivo.
—De acuerdo, si eso te hace sentir mejor.
—Gracias.
Los soldados del rey retrocedieron y Luhan y sehun avanzaron detrás de Jongdae, quien pudo percibir su alivio.
—¿Te has alimentado? —su madre le preguntó, colgándose de su brazo en un gesto que pretendía ser maternal.
Jongdae se preguntó si ella estaba siendo honesta, si de verdad su hijo le importaba tanto como intentaba aparentar. Su corazón esperaba que sí.
—Sí, un par de humanos en el camino —Jongdae respondió entrelazando sus dedos entre los de ella, buscando algún tipo de consuelo para sus aflicciones.
Rozó la sortija de matrimonio que ella usaba y tuvo que recordarse que ella había intentado asesinar a su padre. Tuvo que recordar las razones por las que su pueblo se había alzado contra el reino.
—¿Has dormido? —ella preguntó tomándole el rostro con suavidad para estudiar las bolsas oscuras bajo sus ojos.
—Solo un poco en los últimos días —Jongdae murmuró.
♔
—¿Confías en Luhan? —ella preguntó cuando estuvieron solos en la habitación que el rey le había ofrecido. Aunque Luhan y Sehun estaban apostados fuera de la habitación y podrían escucharlos con facilidad, ella no se molestó por bajar la voz—. Algunos prisioneros confesaron, todos coincidían en que él es uno de los líderes de la rebelión.
—Era un espía, yo le pedí que lo hiciera —Jongdae respondió con seguridad como habían acordado durante el viaje al castillo.
—Pero él era tan cercano a Yixing —ella insistió—. Eran amigos según sé desde niños...
—No existe un amigo más grande que el dinero y una buena posición, fue lo que yo le ofrecí y sé que me es leal, sino me habría matado en lugar de salvarme.
Ella lo miró por un momento, luciendo muy cansada, y suspiró.
—¿Y quién es el otro? Ese nuevo mestizo.
—Yo le pedí que lo convirtiera, necesitábamos ayuda y no podía confiar en nadie más.
—De acuerdo, acepto tu juicio, pero sé cuidadoso.
—Claro... ¿mamá? ¿En dónde tienen a Yixing?
—¿No lo sabes? —ella lo miró por un par de segundos, Jongdae negó intentando parecer convincente—. Escapó.
—¿Cómo...? ¿Por qué no lo ejecutaste antes?
—Pensé que no lo querrías muerto.
—Ninguna amistad con un plebeyo es más fuerte que un lazo de sangre —Jongdae gruñó—. Él asesinó a mi padre, debe pagar con su vida.
—Lo hará cariño, no te preocupes —ella aseguró—. El rey Byun tiene toda una división tras él y el resto de los que escaparon.
Jongdae la miró sorprendido.
—¿Por qué?
—Secuestraron a la princesa.
—¿A Taeyeon? —Jongdae preguntó con un gesto de incredulidad bien ensayado.
Su madre asintió.
—Algunos dicen que ella los ayudó a escapar, aunque no veo una razón por la que ella haría algo así.
—¿Cuántos escaparon?
—Todos los que eran custodiados en la prisión del castillo. Se trataba de los que no tenían ninguna habilidad especial, excepto por Yixing, pero lo suyo no es mayor cosa, nada que sirva durante la batalla, nada que le hubiera servido para escapar. ¿Tienes idea de cómo podrían haberla forzado o si ella tenía alguna razón para ayudarlos?
—No, no la conocía tan bien, yo era amigo de Baekhyun.
—Más que eso, según sé —ella lo miró con una sonrisa llena de complicidad.
—Sí, yo... —Jongdae apartó su mirada con incomodidad.
—Bueno, ya estás aquí, descansa, él no debería tardar —ella dio un paso hacia él y lo envolvió en sus brazos una vez más, besó una de sus mejillas y se alejó.
—¿Mamá?
—¿Sí?
—¿A dónde llevaron a los rebeldes con habilidades?
Jongdae sabía que mostrar demasiado interés por Minseok podría ponerlo en evidencia, pero simplemente no pudo evitar preguntar.
—Están repartidos en las demás prisiones —ella respondió como si estuviera anticipando aquella pregunta—. No te preocupes, ninguno de ellos podrá escapar jamás, después de la fuga del castillo el rey duplicó la seguridad en las demás prisiones.
—Quiero hablar con Minseok —Jongdae dijo y no pudo evitar que su nombre raspara su garganta dolorosamente.
—No creo que eso sea posible, hijo —ella respondió con suavidad, como si comprendiera su pena.
—Pero...
—Es mejor así —la reina aseguró, posando las manos suavemente sobre sus hombros—. No ignoro tus sentimientos por él, pero debe pagar por su crimen.
—Es que no entiendo por qué él haría algo así.
—¿De verdad no lo entiendes? Él quería el trono y tu padre se lo negó.
—Él no tenía ningún interés en el trono —Jongdae replicó, incapaz de contenerse—. Solo en mí.
—Si eso es correcto, tiene incluso más sentido. ¿No sabes de lo que es capaz un corazón roto?
Jongdae apartó su mirada, no dudaba de Minseok, no lo había hecho ni por un instante. Su arkid era bueno, su padre era bueno, Yixing era bueno, Luhan también. Los rebeldes tenían razones justas... ¿Entonces por qué su corazón quería dudar?
Al notarlo tan afligido, la reina volvió a rodearlo con sus brazos.
—Con el tiempo lo olvidarás —intentó consolarlo mientras le acariciaba el cabello.
Jongdae correspondió al abrazo con necesidad. Sentía tanto miedo, rencor, alivio, dolor y felicidad en ese momento. Las emociones eran confusas y conflictivas y de pronto se encontró pensando en Yixing, necesitaba que alguien le ayudara a calmar el caos en su cabeza. Cerró sus ojos y recordó lo que este había dicho acerca de su don, acerca de haber heredado parte del suyo. Tomó una profunda respiración y pensó en la energía de sus rayos. Se le ocurrió que necesitaba una descarga en el corazón y lo intentó. Un suave y cosquilleante voltaje recorrió su cuerpo de una forma muy placentera. Suspiró y su aliento se enredó entre la cabellera de su madre, quien se apartó de un salto.
—Oye, ¿ya estás muy grande para mis abrazos? —ella preguntó con una sorprendida sonrisa mientras sacudía sus dedos.
La electricidad la había alcanzado, nada demasiado fuerte, pero le había hecho daño.
—Perdona —Jongdae musitó sorprendido.
Su habilidad no era capaz de lastimar a su padre, ni a Yixing, ni a Minseok. Pero sí a su madre, a la mujer que había atacado a los mismos que la electricidad no se atrevía a dañar. Aquella revelación le recordó en qué bando se encontraba.
—No te preocupes, creo que tu don solo quiere que te deje descansar —su madre bromeó—. Me iré ahora, descansa, enviaré a alguien para que te alimente.
Jongdae la observó salir y luego alzó la palma de su mano, de esta surgió un diminuto rayo que se enrollaba sobre sí mismo como una desordenada bola de estambre chispeante. Jongdae escuchó el zumbido de su elemento atentamente.
¿No te agrada mi madre?
♔
La reina salió de la habitación y observó a los guardias apostados a ambos costados de la puerta.
—¿Puedo hablar contigo? —le pidió al más joven.
Sehun asintió sin mirarla directamente, teniendo en cuenta las enseñanzas de su mentor, aunque era algo naturalmente difícil, puesto que ella le hablaba y lo miraba a él. La vampiresa giró sobre sus talones y empezó a andar por el pasillo inmediatamente.
Mientras daba el primer paso para seguirla, Sehun notó que Luhan se movía de su posición para hacer guardia justo delante de la puerta.
Todo era tan extraño. Hacía tan poco tiempo era un humano común y corriente y ahora vivía una vida completamente distinta. Dentro de ese magnífico castillo tenía la sensación de haber saltado en alguna película con temática histórica. Lo único que parecía moderno en esa nueva vida eran las vestimentas. Especialmente la de la reina. Al pensar en ella su mente había recreado la imagen de una mujer vieja y poco agraciada que vestía un pomposo vestido y llevaba una corona sujeta a unos falsos rizos dorados, pero esta mujer —vampiresa, tuvo que recordarse— lucía de una forma completamente distinta. Sehun no sabía mucho de moda, pero estaba casi seguro de que ese pantalón y esa camisa tan elegantes y actuales seguro valdrían una fortuna, al igual que sus altos y brillantes tacones a juego que apenas hacían algún sonido mientras caminaba por el pasillo de piedra.
Ella lo guio hasta un estudio, cerró la puerta y se giró para enfrentarlo.
—Puedes mirarme —concedió con una voz suave, que pretendía ser encantadora. A Sehun se lo habría parecido si no conociera sus crímenes, incluyendo la intención de asesinar a su mentor.
A pesar de su bien fundada aversión, Sehun alzó su mirada y se encontró atrapado en sus ojos de un vibrante carmesí. Los labios rojizos de esa hermosa criatura se curvaron en una sonrisa muy parecida a la del príncipe. Aunque su sonrisa, a diferencia de la de su hijo, no parecía honesta.
Una mezcla de emociones se arremolinaron en su pecho hasta fundirse en algo a lo que Sehun decidió llamar desagrado.
—Seré clara —ella dijo con voz suave y la falsa sonrisa se evaporó—. No confío en tu mentor, estoy muy segura de que él es o era no solo partícipe de la rebelión, sino uno de sus líderes.
Sehun alzó su mirada sorprendido. No por la noticia, sino por la seguridad que ella parecía tener en sus propias palabras.
—Desafortunadamente no tengo ninguna prueba para acusarlo y encerrarlo como es debido y mi hijo parece confiar ciegamente en él —ella continuó, removiendo su larga cabellera negra con un dejo de frustración—. Confío en que tú eres alguien leal a la corona y que cuidarás de mi hijo como cuidarías de tu familia si aún estuvieras con ellos.
Sehun se tensó inevitablemente al comprender la amenaza implícita en sus palabras.
—Si Luhan intentara hacerle daño a mi hijo, ¿puedo confiar en que tú cumplirás con tu deber?
Sehun asintió como si estuviera completamente de acuerdo con ella.
—¿Y comprendes que las amenazas deben ser eliminadas antes de que provoquen algún daño?
—Por supuesto —Sehun respondió con seguridad.
—Tendrás toda mi gratitud y una enorme recompensa cuando te hayas encargado de la seguridad de tu príncipe.
—Es mi honor el que se encuentra en deuda con el príncipe, confíe en mí, su majestad.
Ella lo miró atentamente por un instante y luego asintió.
—Me alegra escucharlo, puedes volver a tu posición.
♔
—¿Qué te dijo? —Luhan susurró.
—Que te asesinara a la primer oportunidad —Sehun respondió sin demostrar ninguna emoción.
La ironía tiró levemente de los labios de Luhan.
—Y se lo pide al único ser incapaz de hacerlo —comentó mientras su sonrisa se ensanchaba.
—¿No me crees capaz de asesinar a alguien? —Sehun preguntó, ligeramente ofendido porque su mentor lo considerara débil. Si supiera toda la fuerza de voluntad que había requerido no abrirle el cuello a la reina unos minutos atrás.
—Claro que sí, ya lo hiciste de forma indirecta antes y lo harás más adelante de forma consciente cuando sea necesario, estoy seguro, pero si se trata de mí, tu instinto natural debería ser protegerme.
Sehun pensó en ello por unos segundos. Él definitivamente se sentía en la necesidad constante de protegerlo, pero ¿por qué?
—¿Es porque eres mi mentor?
Luhan le dio una breve mirada cargada de frustración.
—En parte —Luhan respondió evasivamente—. ¿Con qué te amenazó?
—Con mi familia.
Era algo que ya habían previsto. Luhan pensó en ello desde que Sehun dio un paso al frente para acompañarlos en su misión, por ello antes de partir dio instrucciones a los exploradores para que reubicaran a la familia de Sehun en un lugar seguro. En ese momento ya deberían encontrarse en tierras prohibidas para los vampiros.
—Entiendo —Luhan murmuró.
Habían mantenido su conversación entre susurros, manteniendo sus miradas al frente mientras hacían guardia fuera de la habitación del príncipe, pero Sehun no pudo evitar girarse hacia Luhan.
—¿Estás seguro de que ellos estarán bien?
—Te prometí que los pondría a salvo —Luhan respondió dándole una intensa mirada—. Confía en mí.
—Confío en ti —Sehun replicó sin dudarlo un instante y regresó su mirada al frente.
Por fuera Luhan se mantuvo impasible, pero se preguntó si Sehun podría ser capaz de percibir la felicidad que recubría cada célula de su cuerpo ante aquella firme declaración.
♔
—Luhan no me lo va a creer —La vampiresa de cabellos platinados musitó maravillada.
Yixing sonrió con cansancio y asintió mostrándose de acuerdo.
—Aunque lamento que no sea muy útil para la batalla —ella continuó.
—Por supuesto que es útil —Junmyeon repuso con una sonrisa—. No será fácil atacarte si sabes de antemano cómo planean hacerlo. Un soldado difícil de derribar supone una gran ventaja.
—Además, eres mucho más fuerte ahora —Yixing señaló—. Podrás retomar la arquería.
La vampiresa asintió con una agradecida sonrisa y salió de la habitación para permitirles descansar.
Yixing se dejó caer al suelo y su arkid lo acompañó. La buena noticia era que su experimento estaba dando grandes resultados, mucho mejores de lo que habían anticipado, la mala era que había sido tan extremadamente agotador que ambos apenas podían mantenerse de pie.
—Precognición —Junmyeon murmuró satisfecho y soltó un suspiro.
—Una familia de psíquicos —Yixing comentó, aunque el recuerdo de Jongin volvió amargo el momento.
—Yixing...
—Él está bien, tiene que estarlo —Yixing lo interrumpió—. Volverá cuando se haya recuperado completamente.
♔
Gracias por leer!
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