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Que hubiera hecho en mi lugar

Dante se esperó cualquier cosa menos aquella confesión.

Matías por su parte sintió como todo el peso se desvanecía de golpe, pero solo pudo ver como el alfa frente a él no se movía, aunque sus ojos se habían vuelto de un plateado más intenso y frío. Sus uñas se habían tornado más largas y se enterraban con fuerza astillando la madera de los reposa manos.

Tragó en seco, había confesado aquello que le ha la quitado el sueño desde que su madre había sido rescatada. Pero tal vez no había sido una buena idea. Su padre tenía razón, era mejor quedarse callado. Siempre.

-¿Porque no hiciste nada?- para su sorpresa el alfa se mantuvo en la misma posición y a pesar de su cambio de apariencia, su voz se mantuvo en el mismo tono.

-¿Por qué lo haría? -esa respuesta solo hizo que Dante entrecerrara sus ojos conteniendo su parte más salvaje, recordando sus propias palabras -Hasta hace poco lo único que sabía de mi madre era que había dejado al abandono a su manada y que aprovechaba su poder para su propio beneficio. Ese era el castigo que se merecía-

Dante respiró profundo sintiendo como la punta de sus caninos comenzaban a romper la piel de la lengua.

-¿Acaso lo crees capaz de eso?- enarcó una ceja.

-Era lo único que me decían desde que mi padre empezó a cuidarme- lo vio morder su labio -Así que cuando me di cuenta que el nacimiento de Axel no era producto de alguna de sus amantes como padre decía, lo seguí, y fui consciente de la verdad-

-Y aun así no hiciste nada-

-¿Acaso usted hubiera hecho algo si pasa la mayor parte del tiempo confinado, con personas que critican, juzgan y castigan cada paso que das y constantemente le dicen que la persona que lo trajo al mundo es un puto que solo quiere riqueza y explota a la manada-

Dante se quedó en silencio unos segundos. La vida de Matías había sido más dura de lo que aparentaba, no era el favorito de su padre como sus hermanos creían, solo era un adorno con una disciplina recia para que no avergonzara al alfa. Una simple marioneta para sus propósitos.

El color de sus ojos disminuyó y sus garras y dientes se retrajeron.

-¿Y qué piensas ahora que sabes la verdad y de todo lo que ha hecho tu madre por la manada?- era consciente de que ya estaba al tanto de la historia real.

Matías se sintió más cómodo al ver que el alfa volvía a un estado tranquilo.

-Que mi padre es un hijo de puta y que se merece más que el castigo que le dieron-

-En eso concuerdo contigo, pero fue decisión del Consejo, por el momento no se le está dando ni agua ni comida y lo tenemos confinado en una de las celdas del sol. Espero que su piel se achicharre- la imagen de cuando vio por primera vez a Lukyan y el estado en que estaba le hacía hervir la sangre -Bien hecho cachorro- le sonrió levemente -¿Te sientes mejor?

Matías pestañeó confundido.

-¿No me va a castigar? -la pregunta descolocó al alfa.

-¿Porque lo haría?-

-Yo sabía que la muerte de mi madre era mentira, que estaba confinado y lo que mi padre le hacía. Y aun así no hice nada para detenerlo-

-Tú mismo lo dijiste, ¿qué haría yo si estuviera en tu lugar? Y yo solo puedo responderte que actuaría igual que tú, no voy a mentir, pero no soy nadie para juzgar, tú no tuviste la culpa-

-Pero...-

-¿Quieres seguir con el asunto? Soy del tipo de lobo que me gusta concluir los temas cuando yo lo decido-

Matías se corrió hacia atrás sin comprender todavía porque no era castigado. Había hecho algo malo, había hecho mucho daño y no recibir castigo era algo que lo tenía fuera de lugar. Así no era como le habían enseñado que las cosas funcionaban. Este lugar era realmente diferente a todo lo que conocía.

-¿Entonces está bien que olvide esto?-

-No lo olvides- le ordenó el alfa llamando su atención- Tenlo en tu corazón y hazte más fuerte-

Los ojos de Matías por primera vez en años se llenaron de lágrimas.  

-Acaso puedo ser perdonado tan fácil. Mis hermanos y mi madre no me aceptarán una vez sepan lo que hice ¿Podrías ocultarlo de ellos?-

-No puedo- su respuesta paralizó al menor -Si se oculta de las principales víctimas serás tú el que no estará cómodo. Déjamelo a mí, tengo mis formas de hacer las cosas-

Matías dudó, pero al final accedió con la cabeza.

-Tengo una pregunta que hacerte-

-Dígame alfa- después de aquella intensa conversación donde había dejado caer todas sus murallas se sentía increíblemente más ligero aunque todavía nervioso.

-Tus hermanos me contaron que cuando se disponían a escapar para informarme de la situación te encontraron y dicen que enviaste soldados detrás de ellos-

Matías hizo una leve mueca en su rostro confundido.

-¿Por qué lo haría? Recuerdo que me dijeron que habían descubierto donde estaba nuestra madre, pero no quise seguir hablando con ellos para que no me inmiscuyeran. Si alguien los descubría y los castigaban, de seguro los golpearían, pero a mí me condenarían a la muerte si nuestro padre se enteraba que yo también sabía el secreto. Pero yo no mandé a nadie detrás de ello. Son mis hermanos. También me tomó de sorpresa saber que habían escapado-

Dante era ahora el confuso. 

-¿Entonces quién pudo haber sido?-

-Lo siento alfa. No tengo idea-

***

Dante dejo que el lobo se fuera para que reflexionara sobre estos últimos minutos, mientras él se quedaba pensativo. Eso último que habían hablado parecía algo simple y sin importancia, pero su instinto le decía que no debía pasarlo por alto. 

Suspiró y miró los papeles sobre la mesa. Su beta había hecho un muy buen trabajo aligerando el trabajo, aun así, había un pequeño bulto que necesitaba si atención. Quería dormir un poco, pero había cosas que no debía dejar para después. Terminaría con eso mientras pensaba como abordaría el tema entre manos con su futura familia.

***

Dante caminó por el pasillo después que el reloj le indicaba la hora de la cena, el bullicio normal de la mansión se concentraba en un solo punto, el comedor y supo que toda la manada estaba reunida haciendo fiesta y él no había sido avisado del hecho. No era que le molestara, le gustaba comer en compañía. 

Estaba seguro que Bastian era el promotor de aquello, acostumbraba a hacer esos banquetes porque sabía que él se sentiría a gusto. Lo que no encajaba muy bien era el intenso olor a alcohol que llegó a su nariz. Vio como un lobo joven pasó por su lado con un inmenso barril que se balanceaba entre sus manos.

Se detuvo girándose al darse cuenta quien era.

-Alfa, bienvenido -el chico de muchas pecas hizo una reverencia en lo posible con una sonrisa.

Dante enarcó una ceja al ver el sonrojo en sus mejillas.

-Veo que están abusando de la despensa-

El chico, contento, sacudió la cabeza.

-El beta Falco permitió que hoy podamos tomar, dijo que podíamos pasarla bien porque usted está de regreso. Se nota que está de buen humor-

Y mira de que buen humor. Pensó para sí Dante. Falco no era consumidor de alcohol y era igual de estricto con los que lo rodeaban. Afirmaba que eso los volvía más indomables de lo que ya eran. En cambio, Bastian era otra historia, tenía una resistencia innata para no emborracharse, tomara lo que tomara y como que su esposo le gustaba darle el gusto.

-Está bien, por hoy está bien, hace tiempo que ese vino está almacenado y es tiempo se darle buen eso-

-Si alfa, gracias, pero venga rápido al comedor, o se perderá el mejor duelo de toda la manada-

-¿Duelo? ¿Duelo de qué?-

-Por supuesto de a ver quién puede tomar más. Nunca pensamos que alguien tan joven fuera capaz de estar ganándole al Comandante Dmitri aparte de Bastian-

Dante sintió como su cuerpo se tensaba, no podía imaginar que algunos de los cachorros de Lukyan estuviera bebiendo, solo los dos mayores tenían edad de hacerlo con supervisión. Pasó por al lado del chico y caminó rápido hacia el comedor. Pero buena fue su sorpresa cuando entró y lo que vio no fue lo que se esperaba, todo lo contrario, y la impresión fue aún más grande.

Su futuro esposo estaba con una jarra de vino que bebía casi hasta el fondo, con la misma rapidez como si fuera agua, y al lado estaba su gemelo casi a la misma par, eso sin contar las al menos cinco jarras vacías en la mesa, tres en el lado del lobo.

Lo mejor de todo aquello es que el resto de la manada incluyendo a su beta, su protegido y los cachorros solo incitaban con gritos y jaleo el duelo.

¿Qué demonios había pasado en las horas que estuvo ausente?

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