Existe una frase que dice: me flechó Cupido y fue exactamente lo que creyó Lukyan al oír a Dante. Giró el rostro hacia el otro lado con un leve sonroso. Aquello la había tomado de sorpresa y con las defensas bajas.

-Lukyan- lo llamó al notar su cambio de comportamiento.

-Nada- él agitó la mano para quitarle importancia, pero el sonrojo no cedía y si él lo noto, no dijo nada. Pensaba que solo la aceptaría a él y a sus hijos, pero que consintiera adoptarlos era totalmente diferente.

-¿Puedo hacerte yo a ti algunas preguntas?- esta vez fue el lobo el que quería hacer el interrogatorio.

-Acaso no era yo el que las podía hacer- el tono burlón, raro en él lo llenó de goce.  

-¿Quisiste a Sylas?- la idea de asesinarlo estaba fuera de discusión, solo que si él se lo pidiera, él cedería, le había hecho hasta lo inimaginable, pero seguía siendo el lobo que alguna vez ocupó su lado.

El semblante de Lukyan se mantuvo relajado, aunque su voz salió apretada.

-No porque estés casado con una persona y sea el padre de tus hijos quiere decir que lo haya querido. Lo nuestro fue más un matrimonio por conveniencia de nuestros padres que por afecto.  Lo conocí desde muy cachorro y estuvo a mi lado muchos años, pero gustar y amor no entraban en la fórmula-fue honesto con ambos.

Dante asintió aliviado, quitándose un peso de encima. Ahora podía arrancarle el pescuezo sin remordimiento alguno.

-¿Te trato bien durante... ya sabes, el sexo? Sé que saliste embarazado muy rápido de tu primogénito y que el resto fue concebido en tu celda -era un tema difícil, pero necesitaba saber a qué atenerse en ese sentido. 

Lukyan se tomó algunos segundos en responder buscando que decir exactamente.

-Si me pidieras que te describiera como fue nuestra relación íntima, algo que no haré, te pudiera decir que no lo recuerdo. No encuentro agradable la parte del sexo en una relación-

Dante se detuvo en el lugar. No lo podía creer. Aquell lobo había tenido todo el poder que quiso, poseía a cinco cachorros, había estado casado durante años y la palabra placer no estaba dentro de su vocabulario.

-Querido- se acercó y puso una mano sobre su hombro acercándose a su oreja- Yo te puedo garantizar que esa parte de la relación es la más deliciosa, por no decir la mejor- 

Lukyan se separó con un paso atrás. 

-Paso de eso- 

Y siguió su camino. Dante no se conformaría con ser rechazado. Sabía que cuando él abriera la caja de pandora no sería capaz de cerrarla y el sería lo que estuviese dentro.

-La manada se ha adaptado bien- empezó el alfa a decir cosas al azar, su mente ya estaba maquinando un plan.

-Eso es bueno- 

-Los machos ya se encontraron con sus familias y tengo dos o tres que se enredaron con algunos de las lobas solteras-

Él asintió levemente.

-¿Te gustaría ir a verlos cuando regresemos?-

Él afirmó.

-¿Quieres que preparemos un buen banquete?-

-Eso estaría perfecto-

-¿E invitamos también a tus hijos?-

-A ellos le encantaría-

-¿Que te hizo Lucian?-

-El me bes... – la s la arrastró y se sobresaltó al ver la intención inicial del alfa al haber cambiado totalmente de tema.

-Así que ese desgraciado. Lo sabía- dio media vuelta molesto y caminó con pasos fuertes, las garras comenzaban a picar.

-Y me vas a dejar en medio del bosque- Lukyan le gritó, tenía las manos sobre la cintura y parecía indignado. La verdad fingía. Sabía el problema que ocasionaría si no lo detenía. 

-Estás en mis terrenos- él le respondió deteniéndose y apretando los dientes que comenzaban a cambiar.

-Terrenos que no conozco. Perfecto, déjame solo, no te importa que me pueda perder- se giró y caminó alzando los brazos de manera trágica aumentando el dramatismo de la situación- Pues vamos a perdernos-

Al escucharlo seguirlo sabía que había ganado.

-Mátalo cuando te visite de nuevo- lo consoló aunque respiró con alivio.

 Después decía Lucian que el intensa era él, aunque se había dado cuenta de algo más, Dante era fácilmente manipulable por él, eso lo apuntaría para el futuro, uno tenía que tener cartas bajo la manga, y más él con lo precavido que era.

-¿Por qué lo dejaste besarte?-

-Lucian tiene una habilidad para curar y como que ese fue el método más recatado-

-Acaso no tenía otro.

-Pues sí, me lo dijo cuando terminó de hacer su trabajo- hizo seña de comilla con los dedos.

-¿Y porque no fueron por ese entonces?- Dante fruncía el ceño mas no levantaba la voz.

-Bueno, si quieres yo soy la que doy media vuelta y le abro las piernas para que vaya por el método más adecuado- 

Dante gruñó ante esto.

-Por favor, solo fue un beso y no tiene un significado alguno. Tus celos no tienen sentido-

-Fue un maldito beso Lukyan, al prometido de un alfa-

Él suspiró agotándose. De verdad lo extenuaban tanta testosterona que cuando querían solo le dejaban la parte de abajo funcionando. Ya entendía porque un alfa necesitaba una reina, no era precisamente para que le diera cachorros.

El omega se detuvo y lo sorprendió cuando lo agarró del cuello de la camisa y lo atrajo rudamente mientras sus labios eran fundidos en un... beso.

Dante abrió la boca después de la primera impresión por la acción del lobo, para dejarle más acceso y al darse cuenta que él no daría el primer paso, lo hizo él, enredando su lengua devorándola mientras sus labios se movían friccionándose cálidamente uno con otro.

Al separarse por parte de él, el omega se paró firme delante de él.

-Aquello fue un beso para recuperar mi fuerza y vista, pero ya que no lo quieres ver de esa forma, puedes utilizar el concepto que tienen ustedes de que un beso borra otro como conciencia para dejar ir tus celos-

Lukyan había intentado apalancar la situación. Pero no había contado con un pequeño detalle. Los ojos de Dante ahora estaban demasiado plateados a pesar de estar entrecerrados. 

Había cometido un gran error

En vez de calmarlo, había despertado a la bestia