No eres hermoso
Lukyan se removió pesadamente entre las sábanas reconociendo dos cosas. Primero que no era su cama, o al menos no la de la habitación que le habían asignado. Segundo, que aquella misma cama tenía impregnado el olor de Dante por todas partes y que ahora se filtraba por la piel de él.
Con dificultad abrió los ojos pestañeando solo para recibir una fuerte pulsada en su cabeza llevándose la mano a la frente. Los recuerdos del día anterior vinieron. Solo quedándose hasta la segunda jarra de vino. De ahí en adelante no tenía conciencia de lo que había ocurrido.
Incorporó la cabeza y revisó verificando que su ropa estaba puesta, y suspiró de alivio. Su cuello tampoco dolía y no sentía que nada hubiera cambiado. Sabía por poca experiencia que el alcohol afectaba a los omegas en más de un sentido, quitándole su parte de raciocinio y solo quedando el instinto para lo que habían sido traídos al mundo, procrear, y muchos lobos se aprovechaban de ese hecho para atarlos a ellos.
Dante no lo había hecho, no se había sobrepasado. Al menos no hasta al final porque estaba seguro que algo había ocurrido o sus labios no estarían levemente hinchados. Pero por lo demás podía decir que él se ganaba otro punto de confianza con él.
Se giró hacia un costado y se incorporó sobre un codo, al escuchar la ducha detenerse detrás de una de las puertas de la habitación. A diferentes de la habitación de él y de la de sus hijos aquel lugar duplicaba el tamaño, lo suficiente para aquella cama enorme de dosel, un escritorio como para cinco personas en una esquina delante de un ventanal cubierto por gruesas cortinas, un juego de mueble que debían costar una fortuna y una pared completa cubierta de libros se arriba a abajo. La combinación de madera y de paredes de color marfil claro daban un aspecto igual de acogedor como clásico, era extraño pero tuvo un sentimiento acogedor allí dentro.
La puerta se abrió y dejó ver al lobo después de una larga ducha y él no pudo evitar tragar. Ahora que veía nítidamente y él con solo con una toalla a la altura de la cadera, podía apreciar los músculos cincelados, el ligero vello en su pecho que bajaba en una línea recta hasta perderse más allá de su abdomen, la estrecha cintura y sus largas y torneadas piernas.
Él sonrió de lado.
-No eres hermoso-
La voz suave lo hizo girarse y al verlo tan tranquilo en su cama como si perteneciera allí se sintió gratificante.
-¿Que no soy hermoso? –Dante enarcó una ceja, si había algo que el bien sabía era que más de una docena de lobas estaría a sus pies si el solo lo deseara, estaba en su genética de alfa sobresalir por encima de los demás, tanto en carácter como en físico.
-Recuerdo que esas fueron de tus primeras palabras hacia mí ¿O tienes mala memoria?-
Dante sonrió y se dirigió al closet, dándole la espalda, abriéndolo y cogiendo un pantalón y una camisa negra.
-Lo recuerdo muy bien y me arrepiento de esas palabras-
-¿El gran alfa de una manada arrepintiéndose de algo?-
-Veo que te levantaste de buen humor- él ladeo la cabeza, y se retiró la toalla dándolo una buena vista de su espalda y sus nalgas, la cuales Lukyan no negó que estaba perfecta para enterrar las uñas. Dante terminó de vestirse haciéndolo algo más lento de lo normal, dejando la camisa abierta sabiendo que Lukyan lo recorría con sus orbes.
-Puede que un poco de alcohol esté aun en mi sistema- levantó la comisura de sus labios y Dante supo que él solo lo estaba provocando.
Se acercó a la cama y se sentó a la altura de su cadera.
-¿Ya no te molesta? -acarició el borde de su cintura con un dedo.
Duda cruzó el rostro de Lukyan.
-Mi olor. Recuerdo también que en ese momento casi haces que pase al otro mundo con aquella mordida solo porque estaba cerca de ti-
Lukyan se detuvo unos segundos antes de responder.
-Me estoy acostumbrando, no es tan malo después de un tiempo, además se supone que tendré que pasar bastante tiempo aquí por lo que hacerle rechazo no me hará ningún bien-
-Me he dado cuenta que eres bastante receptivo a los cambios y a las situaciones-
Él ladeó la cabeza.
-Cuando eres un omega, no importa el rango que tengas siempre serás visto como inferior, por lo que adaptarnos a nuestro entorno, y pasar desapercibidos es lo que nos ha mantenido vivos por tantos años- había un deje de dolor en sus palabras.
-Aquí no tienes que ocultarte- Dante acarició su mejilla hasta su labio inferior, ese que ya conocía casi si sabor de memoria -Tú eres un líder y así es como te tratarán, además- sonrió agitando los hombros -Después del espectáculo de ayer, creo que los miembros de mi manada te adoran, hiciste caer a Dmitri, algo que solo Bastian ha podido lograr-
Lukyan abrió los ojos con sorpresa.
-Lo que más disfruté fue la forma en que me atacabas cada vez que tenías una oportunidad. Ya sé que te gusta besar- también le recordó.
-Recuérdame no volver a tomar -y se tocó la cabeza cuando un latido de dolor lo azotó nuevamente.
El lobo se levantó y volvió con una taza en sus manos.
-Toma esto, lo mandé a buscar mientras dormías, Cesar me dijo que podías tener una ligera resaca al ser tan joven. Te dará sueño-
-¿Volveré a dormir?-
-Mientras termines de recuperarte, todo lo necesario-
-Pero ya Lucian se encargó de ello- oyó un gruñido por parte de él y supo que no era buena idea volver a mencionarlo así que por momento solo se dejaría mimar. Tomo el último sorbo de la amarga bebida y se la entregó.
-¿Mejor?- le apartó un mechón del rostro mientras él se acostaba boca arriba y asentía con la cabeza.
-Lukyan, ahora que tengo algo de tiempo quería decirte algunas cosas-
Él lo atendió.
-Hablé con Matías y me contó algunos detalles de su vida, creo que pude comprender porque es así. Contaminaron su mente desde muy cachorro- se detuvo unos segundos sin saber cómo decir lo próximo- Incluso él sabía que estabas vivo y donde estabas cautivo-
-Lo sé- la voz de Lukyan lo interrumpió y esta vez fue él el que lo miró con sorpresa.
-¿Lo sabías? ¿Qué? ¿Qué Matías tenía conocimiento que estabas vivo?-
Él asintió otra vez.
-Lo olí un día cuando aún llevaba la cuenta de los años que llevaba encerrado, no debía tener más de 12 años- una expresión de nostalgia cubrió su rostro- Era solo un cachorro. Me siento responsable por no haber estado a su lado y no haber podido evitar que hoy fuera así-
Dante tomó su mano y la besó.
-No es tu culpa Lukyan, tú no pudiste hacer nada para evitarlo-
-Te equivocas Dante. Yo soy la madre de todos esos cachorros y no fui lo suficientemente fuerte para evitar que Rudoc me los quitara uno tras otro. Y eso es algo que llevaré por el resto de mi vida. No digo que no sea feliz ahora, pero si pudiera retroceder en el tiempo intentaría hacer las cosas de otra manera-
El alfa no pudo hacer otra cosa que apretar los labios. Como una sola persona había hecho tanto daño a una familia, destrozando aquellos lazos que ahora están intentando unificar. Aprovechó y le contó los detalles de su crianza que había logrado sacar de Matías y en un punto una lágrima se escapó de los ojos del lobo, secada después por Dante que se inclinó sobre su cuerpo dejando que las hebras de cabello húmedo tocaran su piel.
-Gracias, en serio, gracias por lo que haces por mis cachorros, eso es algo que siempre tendré en deuda contigo y no podré pagarte-
-No necesitas pagarme nada, ya es suficiente con que estés aquí- se inclinó aún más para besarlo pero sus labios quedaron sobre la palma de él.
-¿A dónde crees que vas, estamos hablando de cosas serias?- lo vio enarcar una ceja.
-¿Acaso tu puedes besarme todo lo que quieras con o sin mi consentimiento y yo no puedo hacer lo mismo? No eres nada romántico cuando estás sobrio- Dante fingió indignación.
-Si soy más agradable así puedes buscarte a alguien borracho- le respondió en un susurro desafiante, le empezaba a gustar aquel juego de poder.
-No quiero a otro- y tomó su mano apartándola teniendo libre acceso a sus labios que no dudo en abrirlos e invadir toda su boca sin esfuerzo -Ya ni siquiera pones resistencia cuando te beso- soltó Dante en un jadeo después de lamer el labio inferior
-Me voy a casar dentro de poco contigo ¿valdría de algo?-
-Lo sigo diciendo, borracho eras más sincero- no lo sentía molesto, su olor le indicaba confusión, él estaba yendo un poco rápido y le estaba costando llevar el ritmo.
Lukyan iba a protestar, pero la puerta sonó haciendo que ambos se separaran lentamente.
-Sacha está del otro lado- Lukyan reconoció el olor de su hijo.
-Ya me extrañaba a mí que se estuvieran demorando mucho-
Caminó hacia la puerta y la abrió dejando ver al joven que alzó la cabeza con las manos agarradas al frente.
-Alfa Dante, ma-
Dante le sonrió indicándole que pasara. Sobre la cama Lukyan abrió los brazos y el chico corrió y saltó hacia ellos quedando acostado sobre el pecho del omega. Besó la coronilla de su cabeza, el sueño empezaba a hacerse presente y con su hijo en sus brazos se encontró especialmente cómodo.
-Ma, ayer fue muy intenso-
Él asintió con los ojos casi cerrándoseles de pronto, no tener a Dante sobre él había hecho que sus nervios se calmaran, agotándolo.
-¿Ma, tienes sueño?-
-Tomó un medicamento para el dolor de cabeza, dormirá por algunas horas más-
-Alfa-el cachorro lo miro con ojos imploradores y abrazando con fuerza el cuello del lobo -¿Puedo quedarme con mi madre? Sé que es su cuarto y no es adecuado, pero hace tiempo que quiero hacerlo-
-Sacha, no importunes al alfa-
-No hay problema Lukyan, el será mi hijo oficial dentro de poco, además me gusta los cachorros por toda la casa- y no mentía, mientras más mejor.
El chico sonrió y poniéndose de lado dejó que su progenitor lo abrazara mientras besaba su mejilla y cerraba sus ojos.
-Ahora si mis hermanos estarán celosos de verdad, pude dormir solo con ma-
-No pongas celosos a tus hermanos- él le regañó con voz pastosa para luego su respiración volverse estable.
Dante sonrió ante la imagen. Los lobos normalmente eras afables al contacto sobre todos con aquellos que llevaban su misma sangre y esos chicos dejaban que el instinto los dominara para estar con aquel que les había dado a luz.
-Sacha- llamó al cachorro antes que este cerrara sus ojos -¿Qué crees de Matías?-
Tomarlo con la guardia en bajo le abriría el abanico de respuestas.
-Mi hermano... es mi hermano, no nos entendemos bien por la forma que fue criado. Nosotros tuvimos a Fallen que no permitía que los consejeros se acercaran a nosotros. No tengo ningún problema con él. Más bien él es el que tiene problemas con nosotros. Pero no lo odio. Solo creo que necesita un buen puñetazo en el rostro. Y estoy seguro que Fallen estará encantado hacerlo-
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