Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Me gusta tu contacto

Dante se llevó la muñeca a la boca y lamió la sangre de su propia mordida que ya estaba cerrando. Sonrió ante la sensación que recorría cada fibra muscular. El pequeño cuerpo que se ajustaba perfectamente a él, bebiendo de su ser, directamente de la vena que latía frenética era más de lo que se imaginó.

Recorrió la espalda blanca masajeando cada uno de los nudos que encontró, así como pequeñas cicatrices que aún se negaban a desaparecer. Con la otra acarició su rodilla y subió a lo largo del muslo hasta dejarla sobre la suave piel de su glúteo y lo apretó más contra él, en un intento de aliviar el deseo crudo que empezaba a emanar.

Lo oyó gruñir ante el acto, aunque el lobo no le hizo el menor caso. Abandonando la caricia a su espalda mantuvo presionando su rostro hacia abajo, cuando este se disponía a separarse. Aun debía tomar un poco más sangre.

Lukyan se estremeció y jadeó. Su cabeza era un lío y ahora que se sentía más fuerte quería apartarse, pero la mano en su nuca se lo impedía mientras la otra se tomaba ciertas atribuciones en su cadera y más allá, con las que no estaba de acuerdo. Volvió a gruñir y Dante otra vez le ignoró.

El omega frunció el ceño, sacó sus colmillos lentamente, y mordió duro sobre la herida.

Dante cerró los ojos ante el dolor que lo recorrió y apretó los labios para no soltar una palabrota de esas que solo su beta tenía permitido decir. Dejó el agarre de la cabeza de Lukyan, que en cuanto pudo se incorporó secándose la sangre de su boca con el dorso de la mano.

-Por lo que veo te gusta morderme el cuello. Esta no sería la primera vez y por menos que eso podría castigarte- la plata fundida de los ojos del alfa se volvió más intensa, morder era algo demasiado peligroso para él en ese momento, sobre todo porque lo provocaba en más de un sentido.

El alfa recorrió con la mirada los rastros de sangre que adornaban sus labios y se inclinó recogiéndolas con la lengua. Lo sintió echarse para atrás huyendo de su tacto, solo le rodó la cintura y lo mantuvo en su lugar. Sabía bien que estaba siendo apresurado y que él necesitaba su espacio, pero la cordura era algo que solía salir de su mente de vez en vez, muy de vez en vez.

-No te resistas- susurró contra la mejilla temblante- No te forzaré a nada, aunque deberías acostumbrarte a esto, después de todo me perteneces y he descubierto que me gusta tu contacto- algo por lo que hasta él mismo estaba sorprendido.

Lukyan otra vez no le respondió. Desvío la mirada, apretando los puños sobre el pecho masculino e intentando mantener el equilibrio, algo prácticamente imposible cuando sus ojos comenzaban a cerrarse poco a poco inesperadamente.

De momento su cuerpo se fue cayendo hacia un lado y el lobo tuvo que sostenerlo, atrayéndolo hacia su pecho y tirando de su cintura para mantenerlo en su lugar. La poca rabia que había acumulado mezclado con el deseo se fue esfumando al sentir los miembros frágiles de él quedar como trapos sueltos.

-¿Qué me hiciste?- al fin le dirigió la palabra con un hilo de voz.

-Tu cuerpo se está recuperando, es normal que tengas sueño- aun con el dolor punzante no podía ignorar el lobo débil en sus brazos. Instinto tan antiguo de su especie.

-No quiero dormir más, tengo cosas que hacer- Lukyan hizo su mejor esfuerzo para incorporarse, pero sus músculos fallaban y su conciencia estaba esfumando contra sus deseos. No se sentía seguro estando tan indefenso.

Dante esperó a que su respiración fuera constante. El color le estaba regresando de nuevo y las heridas de sus tobillos ya se volvían solo arañazos.

-Te traje rop...-Bastian entró al cuarto de baño. Se detuvo de golpe al encontrar a su alfa con el lobo desnudo sobre él y ambos cuerpos húmedos, y no solo de agua.

-Déjala sobre la cama, al igual que las vendas, yo me encargó del resto- ordenó sin dejar de mirar a Lukyan.

-Si señor- Bastian bajó la cabeza y salió rápido con un ligero rubor y una sonrisa pícara, que no pasó desapercibida por su magnate. A él era el único que le permitía esas atribuciones. Tal vez había malcriado mucho a su protegido.

Para Bastian era la primera vez que veía a su alfa tan íntimo con alguien y el aroma a su alrededor podría atraer a cualquier hembra y eso que lo conocía hacía varios años. Amaba a su esposo, más bien estaba loco por él, pero los lobos con gen alfa, habían sido diseñados por la naturaleza para que cualquier lobo cayera a sus pies y quisiera llevar a sus cachorros.

Necesita a su esposo cerca, ahora.

Bastian caminó por el pasillo siguiendo el rastro de Falco. ¿Dónde demonios se había metido? Su aroma se volvía más intenso de momento y después se desvanecía.

-¡Rayos!- maldijo. Algo raro en él. Cada vez que lo necesitaba, nunca estaba, tendría una conversación seria con su pareja cuando lo viera.

-¿Amor qué pasa?-una voz sorprendida interrumpió los sobrios pensamientos.

Bastian soltó una amplia sonrisa y se giró saltando sobre el recién llegado, enredando sus piernas alrededor de la cintura. Falco por un reflejo acostumbrado, lo sostuvo por los muslos sin comprender el ataque de su lobo cuando este se apoderó de sus labios.

-Cariño, vamos a nuestra alcoba- le pidió

-¿Acaso, no tenía qué sorprenderte?- parecía confundido.

Bueno en algunas cosas, retrasado para otras. Era de aquellos que no tomaba la iniciativa.

-Mira que eres lento- se desenrollo de él y lo comenzó a jalar de la mano -Olvídate de lo que te dije. Sorpréndeme como lo sabes hacer mejor- sonrió pícaramente y el beta enseguida supo a qué se refería.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro