Me amas?
Nervioso. Tal vez era la palabra adecuada para Dante.
Todos que lo veían pensaban que estaba bien, normal, su alfa como siempre, serio, elegante, hermoso, inalcanzable, inmaculado, seguro de sí mismo, amable, justo, pero nadie se podía imaginar el caos que era su interior. La razón. Su boda sería mañana. Bajo la luna.
No podía estar más feliz por ese hecho. A pesar de tener algunos problemas que resolver todo se estaba desenvolviendo con pasos positivos. Había logrado en los últimos días que Matías no se confiscara más en su cuarto y al menos los acompañara a la hora del almuerzo y de la cena sin querer levantarse lo antes posible, incluso aceptaba una caricia en la cabeza por parte de Lukyan de vez en cuando.
Por su parte, las cosas con la cachorra no mejoraban ni empeoraban, estaba en un pare total. No daba el brazo a torcer. Se negaba a pedir perdón a Lukyan por llevarlo a un lugar tan peligroso cuando él estaba en celo o a aceptar el hecho que él no sería la reina.
Había tenido que usar toda la paciencia que tenía y la que no tenía para tratar con ella y no hacer algo de lo que se arrepentiría después. Al no ser todavía el esposo de Lukyan no podía castigarla con los métodos que su lenguaje, acciones y falta de respeto a sus mayores, merecía.
No es que estuviera a favor de la violencia, pero una buena nalgada de vez en cuando encaminaba a los cachorros más rebeldes. No le había quedado más remedio que confinarla en su cuarto hasta que cediera. Tal vez fuera la princesita de sus hermanos mayores, pero había sido demasiado malcriada por Sylas, ahora mismo no parecía otra cosa que un monstruo intentando destruir la felicidad y estabilidad que tanto les estaba costando.
En cuanto a su omega no tenía una sola queja. Después de haber tenido breves momentos algo intensos, la atmósfera entre ellos era algo como más relajada, por ironía de la vida.
Ya no se erizaba cada vez que lo sentía cerca o su olor era muy potente, algo que controlaba al estar a su alrededor. Podía robarle besos cada vez que podía, le encantaba el ceño fruncido que él hacía aunque no se negaba ni replicaba. Simplemente era el lobo perfecto en su vida. Quizás no fuera el más hermoso pero tenía que reconocer que se estaba enamorado de él, o no pensaría en tenerlo en sus brazos a cada rato. Ahora la pregunta que lo atormentaba y que de esa noche no pasaba.
-Escuché que fuiste a ver a Catalina ¿Cómo te fue?-
-Si hubiera sacado alguna cualidad mía creo que nos entenderíamos mejor, pero es la viva imagen de su padre cuando joven- suspiró Lukyan- Ni siquiera llegamos a la segunda palabra cuando tuve que gruñirle imponiéndome, está muy acostumbrada a salirse con la suya-
Últimamente se estaba volviendo una costumbre, ya que él no iba a su cuarto, Dante ir al de él y sentarse en su cama mientras lo veía recoger cosas de aquí para allá, limpiaba o simplemente se recostaba al borde de la cómoda Como ahora, mientras comía algo, en esta ocasión pasas que llevaba desde su mano hasta su boca, y todavía tenía un tazón lleno a su lado.
A Dante no le gustaban, pensaba que eran demasiado dulces y él no era amante a la azúcar, no era nada buena para su metabolismo, si fuera carne la cosa fuera diferente.
-¿Crees que sea adecuado que asista a la boda? Puede hacer un escándalo- Dante se mostró preocupado.
-No sé, eres el alfa, decídelo tú- el omega siguió masticando como si lo que hablaran fuera una conversación casual pero Dante notó la tensión en sus hombros.
-¿Estás nervioso por lo de mañana?- le sonrió
Él no le respondió, se había dado cuenta que no hablaba cuando quería evitar un comentario donde casi siempre la respuesta era positiva.
-No te preocupes, todo va a salir bien, los miembros de la manada te han aceptado bien y han acogido a los de la tuya. Bastian se está encargando de todo y su esposo no dejará que se le vaya ningún detalle. Además mañana llegan los miembros de las otras manadas con algunos invitados así que tendrás bastantes regalos-
-¿Lucian va a venir?- la pregunta lo hizo gruñir pero afirmó con la cabeza -¿Celoso?- lo provocó otra vez poniendo otra pasa en su boca.
Dante suspiró y levantándose se puso delante de él que solo levantó la mirada lentamente.
-Prométeme que estarás lejos de él-
-Eso es como que te haga prometer que no dejarás que ningún lobo se te acerque- le respondió él con voz grave- Lucian es un amigo y le debo estar recuperado ahora, no deberías pelearte con él-
-¿Lo vas a defender?- Hade se acercó más a él hasta que pudo sentir su aliento -¿Vas a defender a otro lobo delante del que va a ser tu compañero por el resto de tu vida?-
Lukyan no se movió, apenas si masticó la recién pasa en su boca que todavía estaba en su lengua.
-Tu eres el que ve cosas donde no hay- le dijo bajo -Si te pones celoso de que esté con Lucian o con cualquiera, significa que no confías en lo fiel que puedo ser- pestañeó lentamente y con su mano agarró el cuello de la camisa de él apretándola haciendo que por reflejo sus cuerpos se pegaran- Soy fiel a mi compañero, no me tomes por un cualquiera-
Dante no oyó molestia en su voz pero sabía bien que el tono de sus palabras le indicaba que no se pasase de la raya. Si él era un alfa, él era un omega con tantos secretos que podría matarlo. Seres con los que no se debía jugar.
Se quedaron mirando por unos segundos, un reto de fuerzas, dos bestias que podían ser dominantes a su manera. Al lobo no le gustó el ambiente y soltó un largo respiro para tocar con sus labios los de él. Lukyan simplemente lo dejó. Fue un leve toque, apenas una caricia, pero tan sensual como íntima.
-Yo seré tu compañero, y te seré fiel por el resto de mis días- Dante dijo casi en un susurro.
El omega reconocía las palabras, aquellas que se decían bajo juramento cuando se celebraba una ceremonia de boda, solo destinada para aquellos de alto estatus.
-Yo seré tu compañero, y te seré fiel por el resto de mis días- él le siguió.
Dante sonrió complacido e intensificó el beso. En ningún momento sus brazos se tocaron, los del menor permanecían estirados mientas los de él se recostaban en el borde de la cómoda a cada lado de Lukyan permitiendo que sus rostros quedaran a la misma altura.
-¿Lukyan, estás enamorado de mí?- le soltó lo cual lo tomó con las defensas bajas.
Se quedó esperando respuesta, pero el otro lobo bajó la cabeza dubitativo.
-No me piensas responder- Dante afirmó algo decepcionado.
Esta era una de las pocas excepciones donde el omega se quedaba callado y la respuesta no era clara. Aún era muy pronto para que un sentimiento así estuviera dentro de él. Tendría que trabajar más para lograr algo más que su confianza.
Apartando esos pensamientos Dante besó aquel labio inferior que tanto le gustaba. Él le respondía suavemente, como teniendo dudas aún de la intimidad que ellos debían compartir. Forzó su entrada e introdujo su lengua con ansias haciendo que él echara su cabeza hacia atrás sintiendo el sabor dulzón que aún se mantenía en su boca, hasta que este se volvió más intenso al morder algo con sus dientes. Se separó y se llevó una mano hasta ellos.
Lukyan alzó una ceja mientras cogía un bulto de pasas del recipiente al lado de él y volvía a comer, inocentemente. Tenía un talento especial para romper el ambiente que a veces lo irritaba y lo calentaba a la vez. Dante saboreó, con el ceño fruncido, hasta que el sabor desapareció y lo miró no muy conforme.
-Las pasas son buenas para la salud ¿No te gustan?-
-Puede ser muy poco romántico cuando te conviene- dijo gruñendo, el lobo.
-Si te dejó aprovecharás para hacer lo que quieras, y esta noche quiero dormir, no sé cuándo lo vuelva hacer de nuevo-
-No es mi culpa que últimamente huelas más dulce y que la química de nuestro cuerpo sea intensa- le dijo rozando sus labios en la pálida mejilla, para besarlo y volver a su cavidad cuando la puerta fue abierta de golpe.
-Tú, afuera- Bastian estaba parado en la puerta con las manos en la cintura -El novio tiene que descansar antes del enlace, que ustedes los machos grandes se pasan en esos momentos y él necesita energía. ¿Qué se creen que nosotros podemos con tantas rondas? Malditos insaciables-
Lukyan logró escabullirse por debajo del brazo de Dante para poner distancia aprovechando que lo había tomado de sorpresa. Ambos oyeron al alfa suspirar.
-Solo porque es hoy me iré, pero mañana no tendrás escapatoria- y con esas palabras salió por al lado de Bastian gruñéndole, pero él solo le sacó la lengua.
-¿Interrumpo algo?- Bastian entró a la habitación con el pelo hecho un desastre.
Lukyan se sentó en la cama con el tazón sin parar de comer.
-Que dices- sonrió levemente- Me has salvado de la bestia-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro