En un pequeño y mugriento bar de mala muerte, hogar de los más nobles  miserables, se encuentra un jovenzuelo. Tiene los ojos entrecerrados debido a la radiante luz de un cartel de neón cerca de el, siendo este la única iluminación fuerte del lugar. Tiene el vaso medio vació, aun así pide que se lo llenen. El viejo mesero de la barra cumple con el pedido, pero cuando termina de servir mira preocupado al joven. Este le devuelve la mirada. 

- Joven, siempre me he preguntado...¿Por qué vienes aquí?- Le pregunta. Este se encoge de hombros.

- Es...agradable, lindo-.

- ¿Cómo puede decir eso? Vea bien: Aquí solo vienen los hombres marginados, no es hogar para alguien como tu. Tú todavía tienes la chispa de la esperanza- Se apoya en la barra y señala con el pulgar a la puerta de entrada - ¿Por que no vas al bar de enfrente? Es más moderno, para gente de tu edad. Te lo pasarías mejor...-.

- Nah, no se me da bien bailar. Además la música a todo volumen y las personas expulsando calor en espacios cerrados es una pésima combinación- Agarra el vaso y se lo lleva a la boca. Cuando lo vuelve a dejar, le sonríe. - También: Ningún cantinero joven con la mitad del pelo rapado va a tener tanto carisma como tu, Julio- .

 El viejo sonríe a la vez que tose un poco. - Solo dices eso para darle un poco de cariño a mi viejo corazón-.

- Tal vez, tal vez- Vuelve a beber.

De pronto un hombre entre por la puerta. Un hombre gordo, calvo, con bigote y en un sobretodo marrón. Ve al joven sentado allí, su rostro denota furia. Camina directamente hacia el.

- ¿¡Qué haces aquí, jovencito!? ¿¡Sabes lo preocupada que dejaste a tu madre!?- Le grita

- ¿Tu padre?- Le pregunta Julio, asintiendo con la cabeza.

- Ven, volvamos a casa- El chico se paró y caminó con él hasta la puerta, pidiéndole al viejo que cargara la bebida a su cuenta - ¡Cuando lleguemos verás el castigo que te espera! -  Entona el padre en voz alta antes de salir. 

Al estar los dos a fuera, en el calle nocturna, el gordo suspira aliviado. - *ah*¿Cómo estuve?-.

- De once, director - Le responde el joven, iniciando una caminata con este.

- Ya eres grande, no tendrá que venir a buscarte. Sabes bien que te tienes que quedar en el cuartel los días de semana-.

- Si, perdón. Hasta que usted entró por la puerta, yo creía que hoy era sábado- Confiesa.

- ¿Saba... ¡Tienes un calendario en tu cuarto!- Reprocho.

- Si fuera por ese calendario, seguiríamos en el primero de enero de este maldito 2030-.

- Hablando del maldito rey de Roma, te ha surgido otra misión-.

- Oh. ¿La hago ahora?-.

- Si-.

- ¿Tengo acompañante?-.

- Si, Sherry. Está en el auto- Cerca de allí se encuentran el anterior mencionado, Completamente negro, con vidrios polarizados. 

Al abrir la puerta trasera, muestra un interior iluminado por luces de neón rojas y a Sherry sentada de piernas cruzadas. Los dos jóvenes se saludan y entra también el director, poniendo en marcha el auto. 

- Tardaré poco en llevarlos a su destino...¿Pongo música?-.

- Si/No- Dicen los dos al mismo tiempo.

- Al menos pónganlo bajo- Pide la chica.

- Vale, vale-Entonces, pulsa el botón de la radio.

Si gusta, para más realismo, pulse el vídeo de abajo. El viaje será corto. Disfrute mientras dure.

https://youtu.be/dPuCUz2xEj4