En un momento dado, mientras miraba por la ventana, escucha como la música se apaga.

- Ya casi llegamos. - Dice el director. - La misión es en un galpón que dicen es un club de fútbol de ligas menores, pero en realidad es una cocina de drogas-.

- ¿Y? ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?-.

- Hacen esteroides y otras cosas, pero son distintas. De una muestra, detectamos sustancias químicas y hormonas no identificadas en ninguna parte del planeta-.

- Ahí sí nos concierne- Dice Sherry uniéndose a la conversación.

- Neutralizar o matar da lo mismo. Lo importante es que ni  la información. ni la droga salga de ese lugar ¿entendieron?- Asienten con la cabeza. - Bien- Frenó el auto. - Esta es la parte de atrás. No tiene puerta pero por arriba hay un extractor viejo que pueden usar...suerte-.

Bajan del auto y lo ven partir. No demoran ni un segundo en lograr subir al techo, con una serie de piruetas, saltos y balanceos muy complicados para siquiera describir. Sacan el extracto con cuidado, entrando en un cuarto de mantenimiento. Rápidamente encuentra la caja de las luces, arriba de una plataforma de metal expandida.

- ¿Hacemos la de siempre? - Le pregunta el joven.

- Claro- Dice alejándose de allí yendo a la puerta del lugar principal - Recuerda darme la señal para prepararme - Sale con bastante sigilo de allí, escondiéndose tras unos estantes con cajas.

Ve varias mesas, todas con equipo químico y sustancias extrañas. Hay hombres trabajando, otros que hacen de guardia, armados no con mucho: Algunos pistolas y hay otro con una escopeta. De pronto una de las luces en una mesa comienza a titilar incesantemente, antes de volver a la normalidad.

- ¿Qué fue eso?-.

- Debe haber algún problema con la luz-.

- No es el único problema que tienen- Sale de su escondite confiada.

- eh ¿¡quien dejo entrar a esta niña!?-

Se saca sus gafas negras dramáticamente, dejando al expuesto sus escleróticas de color esmeralda brillante. Entonces la luz se corta. Nadie ve lo que pasa, solo se escuchan los golpes, patadas, destrozos, disparos, los gritos sin aliento y de más cosas provocadas por una chica con ojos forjados para la oscuridad. 

 El joven esperando en el otro cuarto, es sorprendido por la luz de una linterna pegada a un arma. Se dispara varias veces.  Aun con el débil luminar,  Se puede decir que este  joven no es normal: Ninguna bala lo toca, esquiva todas. Con un fuerte agarre, lanza la pistola de las manos del hombre con traje, dándole una patada desnucadora. 

 Creyó que hasta ahí llegaría, pero no. Se paró de rodillas, sacando algo de su traje: Una aguja cargada. Este se la inyecta rápidamente en el brazo y acto seguido realiza una chapa de costa. Con veloces movimientos de capoeira, el hombre fanfarronea sus habilidades aumentadas. 

- ¡Ahora vas a ver, hijo de puta! ¡Con esta droga rindo el doble de lo normal!- Lanza una potente patada con todo lo que tiene. El chico la agarra en el aire.

- ¿De veras? - Estruja la pierna - Pues yo rindo el triple de lo común sin droga, así que...- Lo trae hacia él y le da un puñetazo extremadamente fuerte. 

Volo destrozando la pared metálica, cayendo encima de una de las mesas con equipo de vidrio. Al poco tiempo la luz volvió. Se podía ver a todos los soldados inconscientes, golpeados, algunos a lo mejor muertos, y todo muestra asegurada. 

El joven salió por el hoyo para encontrarse con una Sherry que se vuelve a poner las gafas, teniendo una escopeta en sus manos. Están por llamarlo una misión cumplida, hasta que notan al hombre que había quebrado la mesa: No estaba. Escuchan el cerrar de una puerta al fondo. Corren para abrirla pero está cerrado. Los dos se ponen de acuerdo y contando hasta tres, ambos pateas la puerta, rompiéndola. 

 Al entrar, aparece ante ellos una gran masa metálica, con ojos de luz amarilla y extremidades.

- ¿Acaso eso no es?- Sherry no cree lo que tiene ante sus ojos.

- ¡Si! ¡Una Metalum Armis modelo 0.30! - Dice por un parlante. - Robada directamente de Aces Corp. ¡Ninguna bala puede traspasar esto! ¡Ninguna! - Extiende su brazo hacia ellos, abriéndose un compartimiento con un misil largo. - ¡Espero que ardan, engendros del demonio! ¡Porque este misil es un...!-  Aburriendose, el joven saca su excéntrico revólver y dispara al misil, explotando.

 Cachos de metal y carne salen volando, a la par de un fuego pequeño.  Entonces, la chica tira la escopeta al piso y el joven observa su revólver. Se enfada.

- Diablos, solo me quedan cuatro- Lo guarda y se dirige a Sherry- Haz la llamada, por favor. Me quiero ir-.

- ¿No quieres ir a tomar algo?- Le pregunta sacando el teléfono.

- No, voy al cuartel a dormir-.

- ¿Dormir? a penas son las ocho-.

- No importa estoy cansado- Se da la vuelta, bostezando.

- *Tch* Jamas te entenderé, Dwain- Dice marcando al redial.