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3

 Es domingo de caminar por la ciudad, en un día nublado. Todo el día y noche anterior han sido gastados en la cápsula contenedora para sanar, ahora puede ir a donde de verdad quiere.

 Sobre las pantallas planas de más alta definición y algunos hologramas públicos, se ven siempre los comerciales de varias marcas y productos, resaltando los de las Ace company©, y su fundador Matthew Wallace . Un genio salido de la nada, que transformo sus ideas sobre la mecanica y la transportación de la memoria, a un producto tan famoso como lo son los androides, de mente humana. En uno da una entrevista de su proyecto más ambicioso: La Unidad Arca de Contención contra Guerras Nucleares (UACGN). Dwain no tendría porque aprenderse todas estas cosas, sino fueran parte de su trabajo en la 51. 

En una de las calles, dobla a un callejón.  Ahí, bien escondida, hay una pequeña iglesia. El lugar está desolado, salvo por dos personas, una mujer, algo joven, pequeña más que nada, que se arrodilla fervientemente ante un altar, al fondo.

- ¿Rezando por los pecados del mundo?- Le pregunta el chico.

- Si no lo hago yo, nadie más lo hará- Dijo estando en la misma posiciónión. Lentamente sale de su postura encorvada y parada en sus rodillas se gira al muchacho. Es una chica de sonrisa encantadora, con un pelo blanco cortito y unos ojos peculiarmente rojos, posiblemente lentes de contacto. - Me alegra verte, Dwain-.

- Igualmente, Emilia-.

- Me alegra que vengas cada domingo. Muchos se asustan del solo hecho de ver este lugar-.

- y por esa está escondida ¿no?-  Se acercó caminando hasta ella.

- Lamentable...por eso me alegra tanto verte. Hoy en día todos le tienen tanto miedo al estado del mundo, a su destrucción. Intentan encontrar la forma de sobrevivir a una catástrofe o guerra inminente mediante la tecnología y la política, cuando la respuesta a sus problemas está justo ante sus narices, en el rezo.

- hmph... - Se arrodilla ante la figura de cristo. - Creen que no lo necesitan, que es anticuado.  A parte les da miedo las miradas ajenas y el ser discriminados-.

- Cierto... Pero por eso me sorprende más tus visitas aquí, tu fe inquebrantable. Alguien quien trabaja en un puente entre mundos, debería haber abandonado su fe por completo y desde hace mucho si se ha visto lo que se guarda entre esos muros- Dice volviendo a juntar las manos.

-  La verdad, eso que hay allí me perturba. Si dios no creó a su imagen y semejanza...esa cosa, fue creado en imagen al diablo. Y como dios, que dio su costilla para crear a Adán, el hombre sacó algo del monstruo y me lo dio a mi-.

- Ya me lo has contado. Piensas que estás maldito por el demonio, y buscas el perdón divino por vender tu alma-.

- Si...Bueno, en realidad es eso y por costumbre- Dice con poca seriedad. - Mi familia me obligaba a ir desde pequeño así que...- Nota algo entre las butacas. Se tira encima de la chica para evitar el disparo.

Dos personas, había dos personas en la iglesia antes que Dwain, esta es la segunda, escondida esperando para matarlos a ambos. Entonces la chica saca de su tobillo una pequeña pistola. Se para rapidamente.

- ¡Come el cuerpo de cristo, pecador!- Dispara con ferocidad. el hombre se mueve veloz entre los asientos.

El joven se fija saca la suya.

- ¡Maldición! solo me quedan 3 balas-. Mira fijamente a la chica antes de salir corriendo, saltando entre las butacas. En las contrarias se encuentra el agresor, un calvo musculoso con dos armas. Las apunta a Dwain parándose, pero este exclama fuerte y contundentemente las palabra "ahora" y Emilia da un disparo preciso que lo desarma.

 El chico ahora apunta victorioso, pero el hombre oprime un botón de su chaqueta y del cuello salen dos punteros láser de defensa propia. Se tapa los ojos con el brazo, mas es tan potente que termina incendiando su chaqueta negra. 

Se la saca rápido y ve como el calvo se arrastra hacia a sus armas; Lo intercepta con un rápido baleó a la rodilla. Ya no las alcanzara.

Suspira calmado. Se dirige a la chica.

- ¿El director te enseño a disparar así?-.

- Mi padre no tuvo nada que ver. Lo aprendí de mi profesor de defensa personal- Responde.

- Debe ser un buen profesor- Dice sacando su teléfono, marcando al redial.





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