7
Se habían vestido con ropa cómoda y de casa. No sabía en qué momento había aceptado ir con Yoongi a comprar, pero todos habían apostado por su buen criterio en la calidad de los productos y en Yoongi como el carga bolsas.
Iban en la moto, con los cascos bien puestos en sus cabezas y en un nervioso silencio.
Se escuchó un corto grito. —¿Qué pasa? ¿Estás bien?
—¿Puedes ir más despacio?
Pero Yoongi se acercó a una orilla donde estacionó por unos minutos. —Solo tienes que cruzar tus manos así— dijo mientras tomaba las manos de ella para cruzarlas por su cintura.
—Bien. Pero de todos modos, ve más despacio... Por favor.
Yoongi aceptó sin querer rebatirle nada porque esta era una buena oportunidad para hablar un poco luego de tantos meses. Así llegaron sin largas conversaciones más que monosílabos desinteresados por parte de la chica. Pasaron el control de identidad con éxito y ya llevando el carrito, comenzaron con la compra.
Yujun iba comprobando la lista, juiciosa y sin distracciones.
—¿Quieres esto? — decía mostrándole uno de los chocolates del mostrador.
—Ah~ no, gracias.
—¿Ya no es tu favorito? — se vio intrigado.
Su rostro se notó apagado apenas los recuerdos vinieron. —No, ya no.
Siguieron caminando por los pasillos hasta que Yoongi volvió a sacar una caja de leche saborizada que ella había pasado por alto.
—Mira, capuchino.
—Oh— ahora si se vio atrapada. Porque deseaba mucho tomar su leche favorita con tres hielos, sentada en la terraza, viendo el lindo cielo. Pero eso no estaba en el presupuesto. Tampoco era como si tuvieran mucho dinero. Apenas eran estudiantes. —Nadie toma leche, Yoongi...
—¿Cuántas quieres?
Sus ojos brillaron, dejándose llevar un poco. —Mmm...
—Con tres tienes hasta el otro domingo ¿no? — él ya sabía el calculo, así que ya había echado dos al carrito, y la tercera esperaba en sus manos. —¿Está bien? O ¿Una más?
—Ah~ nono, está bien... gracias— respondió con timidez pero sin contener la pequeña felicidad que le dio aquello.
Siguieron las compras interactuando mas a gusto, charlando como dueños de casa, separando lo que iría primero y lo que iría después. Estuvieron tan concentrados en eso que no advirtieron los ojos en ellos. Seguían envueltos en su mundo hasta que la mirada de uno de los guardias se cruzó con la de Yujun. Bajó la mirada de inmediato, empaquetando muy rápido sus artículos.
—Yoongi ¿ya? — lo apresuró.
—Sí, vamos— tomó las bolsas con cuidado, pero el nerviosismo de Yu hacía que todo avanzara en cámara lenta.
—¿Podemos ir más rápido?
El chico no entendió esa petición hasta que vio lo palidecido del rostro de ella. —Yu ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?
—Solo camina, por favor— dijo notablemente tensa.
El chico no dejó de observarla, viendo como perdía el color de su piel en cada tramo. Pero la razón venía a la siga de ellos y Yujun solo quería correr y que el guardia se diera por vencido. Sin embargo, eso fue imposible.
—Jovenes, un momento, por favor— habló el oficial.
Ambos se detuvieron. Él instintivamente tomó la mano de Yujun. —¿Sí? ¿Qué se le ofrece, oficial?
—Síganme, por favor. Necesito hacerle unas preguntas.
Yoongi asintió, preocupado por la situación, pero más por el fuerte apretón que recibía de parte ella, el sudor y lo fría de su mano.
Quedaron a un costado del supermercado cuando el uniformado volvió a hablar.
—Yo sé que esto está muy fuera del protocolo— comenzó a hablar, cambiando su semblante a uno más amigable, —pero tu eres Agust D ¿no es cierto?
—Ah~ sí, el mismo.
—Sabes que mi hija es muy fan tuyo y con estos tiempos de colera, me encantaría llevarle algo que le saque una sonrisa. ¿Podríamos tomarnos una foto? Ya sabes, manteniendo la distancia y todo lo demás.
—Oh, por supuesto— dijo posando de inmediato, quedando el registro en el teléfono del contrario.
—Muchas gracias. Que tengan una buena tarde muchachos.
Apenas él se fue hacia su dirección, los otros caminaron hacia la moto, Yujun adelante.
—Oye~— llegó a ella dejando las bolsas en el piso. —¿Por qué te pones así? ¿Conoces a ese hombre? ¿Te hizo algo? — decía preocupado al verla a punto de llorar.
—No~ n-no es eso— empezó a hacer respiraciones profundas, esforzándose mucho por controlarse a si misma. Pero la presión en su pecho comenzaba a ahogarla. —Pensé... Creí que venía por mi...
—¿Por el rescate? — ella asintió, —No, bebé, ni siquiera tienen tu rostro en ningún sitio, es imposible. Tú lo hiciste muy bien— intentó tranquilizarla, inclinándose a su altura, mirándola con ternura.
Ella inhalaba y exhalada mientras las lagrimas comenzaban a caer sin aviso.
—Pueden haber hablado.
—Yu. Ni siquiera deben estar pendientes. Son unos niños que hicieron lo que muchos querían hacer... son unos valientes para muchos.
Y ella lo miró con honestidad, necesitaba sacarlo, necesitaba que alguien le dijera que todo estaría bien. —Yoongi... n-no te dijimos todo lo que pasó... e-esa arma no era de utilería, yo... yo le disparé a alguien...
Este arrugó su frente y murmuró mientras buscaba las palabras correctas. —Y... esa persona...
—L-le disparé muy cerca del corazón... pero sé que está bien...
—¿Sabes? ¿Cómo sabes? — estaba impactado. Intentaba actuar tranquilo pero de todas formas desconocía a Yujun.
—Porque... — su mentón temblaba, —porque es el hijo del ministro.
—Mierda— se le soltó, peinando su cabello hacia atrás. —Bien eh~— y la envolvió en sus brazos de forma contenedora. —No pasa nada, Yu. Estas a salvo, nadie te está buscando y tampoco lo va a hacer ¿De acuerdo? — ella sorbió su nariz asintiendo.
—Morí de miedo, Yoongi.
—Me lo imagino, bebé. Pero salvaste a Bora, la salvaron...
—Sí— dijo ella conforme con eso. —Gracias ... Yoongi... ¿Podemos irnos?
•••
Algunos ya habían subido a la azotea para empezar con la noche. Yoongi preparaba la carne para la parrillada y Jungkook se encontraba preparando algunos cocteles. Yujun hacia algunas ensaladas mientras Bora con Jimin aún permanecían en el departamento.
—¿Vamos? — escuchó de repente cuando, sentada en el escritorio, se mensajeaba con algunos familiares.
—¿Ah? No~ ve tu, yo iré en unos minutos.
Pero, para Jimin fue como si le hubiera dicho lo contrario, así que se acercó a ella.
—¿Estás bien? Te he visto algo distraída— se apoyó en el mueble.
—Estoy buscando a mi madre.
—Ah~ verdad que ella también estaba internada.
—Sí. Pero nadie de mi familia sabe donde. Mi tía me dijo que había estado en el Hospital Del Sol, pero que luego la trasladaron y ya perdió todo contacto.
—Eso es raro.
—Sí— respondió aunque ella ya sabía el por qué. Y ahí se quedó, en ese espacio de su mente donde recordaba esa escena de Seokjin diciendo que la había encontrado. Pensando en el momento donde la iría a encontrar y pasaría por encima de cualquiera para conseguirlo. Estaba empecinada, ignorando a Jimin que seguía hablándole a su lado.
—Te ayudaré a buscarla ¿si? — dijo tomándole la mano como si con eso diera su palabra.
—Gracias, Jimin... — le respondió viendo luego como el rubio le asentía y la dejaba en la habitación. "Te espero arriba" dijo por último, Bora muy agradecida por obtener ese tiempo a solas que necesitaba. Porque apenas escuchó la puerta cerrarse, buscó ese número que la había contactado el día anterior y le escribió.
|Si me llevas con mi madre, haré todo lo que quieras.|
Y no tuvo que esperar mucho por la respuesta. Había cerrado la puerta cuando recibió el mensaje en el pasillo.
|Hecho. Te llamaré para cuando te necesite.|
Pero Bora sintió algo de enojó con lo que leyó.
|No me llames. Las condiciones las pondré yo. Hablaremos solo por mensajes y nos vemos en la madrugada. A mi madre la veré en unas horas o se rompe el trato.|
Mientras subía por el ascensor llegó la respuesta.
|Bueno. Entonces no verás a tu madre.|
Bora se llenó de frustración al verse sin respuesta para aquello. Se ofuscó tanto que su blanca piel se tornó colorada.
|Vete a la mierda.|
Guardó su teléfono en su bolsillo, pegando un sobresalto apenas subió la mirada y vio a Yoongi frente a ella.
—Ya iba a buscarte. ¿Pasa algo? ¿Peleaste con Jimin?
—¿Ah? ¿Con Jimin? ¿Por qué? No~ no pasa nada... ¿Ya está lista la carne? Tengo hambre.
—Hey, para— el pálido la agarró de la muñeca haciendo que sus pasos se detuvieran, —¿Segura que estás bien? Conozco esa cara y está más roja de lo que piensas. ¿Por qué estás enojada? Dime.
—Tengo hambre, eso es lo que me pasa, así que si no me dejas ir me verás evolucionar de Charmander a Charizard y no quieres eso ¿no, Min Yoongi?— habló la pelirroja mientras lo fulminaba con la mirada. Ambos sonrieron luego, despejando cualquier tensión que haya existido, caminando hacia donde estaban los demás.
— ¡Bora! — la voz de jimin hizo que sus paso se adelantaran hacia el rubio que la estaba esperando con un puesto vacío a un lado de él.
Pasaron un par de minutos donde todos terminaron sentados alrededor de una redonda mesa, con la carne hecha, lechugas y varios vegetales y raíces para acompañar.
—Oye Bul, ¿Me pasas la bebida? — habló el tatuado mientras apuntaba al otro extremo de la mesa.
—Y si tragas antes de hablar ¿ah? Te recuerdo que tenemos un invitado— respondió ella mientras lo miraba con cara de asco, haciendo que Jimin riera mientras cambiaba su mirada entre la colorina y el tatuado.
—¿Bul? — y preguntó confundido y curioso a la vez.
—Fuego, rubio. Mira su cabello, y su rostro es rojo cuando la hacen enojar... no y sus orejas...
—Ya cállate Ian, ya sabemos que quieres llamar la atención— los restantes se miraron entre ellos aguantando la risa por el conocimiento de esa insinuación.
—¿Ah? ¿Por qué querría llamar la atención, morada?
—No lo sé— lo miró con esa mirada pícara. —Solo que dobles las mangas de tu camisa y uses una camisa blanca para solo comer carne en la azotea me deja pensando...
—Y el gel en el pelo— agregó Yujun disfrutando de lo tímido que se iba poniendo su amigo.
—Claro. Peinadito y perfumado. ¿Qué dices, Jimin? ¿No será mucho? — terminó por decir Bora, completamente complacida por su maliciosa jugada.
—Creo que si fuera tan guapo como él, también me hubiera arreglado... — dijo con inocencia.
—¿Es en serio? Eres evidentemente más apuesto que yo.
—Gracias, pero no— respondió mirando sus manos, completamente tímido.
—Bueno— Yoongi alzó la voz luego del silencio, —perdón por interrumpir su cita pero la carne se enfría. Aquí tienen— dejó unas largas bandejas con las tiras de carne y cerdo. Los vio sacar con mucho apetito. —Espera, Yu. Este es tuyo— pero interrumpió a la menor antes que ella se sirviera y le entregó un pocillo con la carne ya picada. —Así te ahorras tiempo y alcanzas a sacar verduras.
—¿Oh? Gracias— dijo casi en silencio ella, sabiendo que todos la estaban mirando en ese momento.
—Oye ¿Por qué no nos cortas la carne a todos? — se pronunció Bora al notar aquel detalle. —Es una buena técnica para conquistar a Yujun...
—No~ Bora~ — respondió Yujun algo incómoda.
—Que sepa ese detalle de ti, significa muchas cosas, amiga— seguía hablando ella mientras reía y miraba a todos en la mesa.
—Bora, que no~ — ella le dio una mirada a Yoongi, pidiendo implícitamente ayuda.
—Es que juntos se ven tan lindos que...
—Bora, ya. Si quieres también puedo cortar la tuya, pero ya no molestes— y al fin dijo el mayor, recibiendo la mirada desaprobadora de ella.
Un silencio incómodo se tomó la mesa y la vibración de un celular los hizo volver a todos. La colorina volvió a ese semblante perdido apenas notó aquella terminación de números.
—Lo siento, tengo que contestar— Bora se puso de pie lo más rápido que pudo alejándose de todos.
—Te dije que sin llamadas. No quiero que mis amigos se enteren. Idiota.
—Necesito verte. Ahora.
—¿Me llevarás con mi madre?
—No. Es algo mucho más import...
—Entonces, adiós.
La llamada fue cortada sin esperar respuesta del contrario, volviendo a la mesa sin poder ocultar su molesta expresión.
—¿Quién era?— le habló Yu con confidencia.
—Mi tía... Nada importante— los vio a todos muy atentos a sus palabras. —¿Qué me ven? ¿Les quité la comida? O ¿Quieren que se las pique o algo? — esa vez miró a Yoongi elevando las cejas.
—Yo sí— aprovechó Jungkook, siendo rechazado con risas de los espectadores, haciendo que la noche siguiera, grata y relajante. Algo que todos necesitaban desde que todo esto había empezado.
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