Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13

Casi había olvidado lo que se sentía y quizás por eso fue que dolió más que nunca. Pero aun así volvía a erguirse con una leve sonrisa en su rostro antes que llegara otro golpe. Pensando en su madre, en que ella ya no sería testigo de tanta crueldad. En que se fue pensando que ya eso había quedado en el pasado por siempre. Que su hijo estaría bien. Escuchó a su padre dar las ordenes. "Llévenlo a la clínica... Que nadie se entere de lo sucedido". Luego solo recuerda despertar en una habitación de hospital con Namjoon a su lado con el rostro más triste que podía existir.

—Me das mi teléfono, por favor— le dijo sin mantenerle la mirada.

Namjoon se lo entregó y luego le preguntó: —¿Por qué no se aleja de su padre?

—No preguntes estupideces.

—Mire como lo dejó. Desde que iba a la escuela que no lo mandaba al hospital.

—Está bien, Namjoon. No se salió con la suya.

—Lo pudo haber matado...

—QUE ME MATE ENTONCES— se incorporó en el grito haciendo que los dolores volvieran.

—Cuidado, joven— decía acomodándole la almohada detrás de su cabeza, quedándose en él, con ese cariño muy parecido al paternal. —Piénselo. Yo lo ayudaría en todo.

—Gracias, Namjoon, pero no dejaré a mi padre.

El mayor suspiró rendido. —Está bien. Lo apoyaré en lo que sea que decida. Ahora, con su permiso— salió del cuarto dejando a un golpeado Seokjin perdido en sus pensamientos. Luego volvió a su teléfono y de un segundo a otro había abierto el chat que tenía con Bora. Sus dedos jugaron unos minutos. Hasta que un "hola" fue enviado. Cinco minutos después tuvo la respuesta.

|Primera vez que me saludas con un "hola".
¿Pasa algo?|

Eran apenas las 4 de la tarde, nunca habían conversado mientras el sol seguía alumbrando.

|Nada|

Se quedó pensando sobre qué más podría decirle, porque en su ingenuidad había deseado tener una conversación normal con alguien pero al advertir el nombre de a quien le hablaba, se había quedado sin palabras. Su conversación jamás podría ser amigable. Entonces solo ignoró su teléfono y se quedó en la profundidad del techo. Mas Bora, tenía cosas que decirle.

|Solo dime si mi madre está bien|

|Mi mensaje no tenía nada que ver con tu madre|

|Eso me tranquiliza|

Respondió ella mientras buscaba algo de privacidad en el balcón para seguir con su mensajeo. Pero se quedó escribiendo y borrando por un largo tiempo.

|¿Me quieres decir algo? Solo dilo, no hay insulto que no me hayas dicho ya.|

|Sí... Quería darte mis condolencias por lo de tu madre. Sé que he sido muy dura contigo pero apenas lo supe no dejé de empatizar con tu dolor.|

Seokjin se quedó conmovido tan solo por recibir un mensaje sincero, de alguien lejano pero que no fingía interés como todo su alrededor. Sin embargo, su mente era más rápida que su corazón.

|Creí que estarías celebrando mis penas|

Apenas recibió ese mensaje, Bora rodó los ojos, algo cabreada, dejando su teléfono boca abajo intentando no responderle algo impulsivo. Sin embargo, recibió otro mensaje que sintió extraño.

|Gracias, Bora. Eso debería haber dicho ¿No?|

Leer cómo él cedía, le dejó más claro lo vulnerable que podía estar. Ella respondió.

|No importa. ¿Cómo estás ahora?|

|¿Ahora? Te encantaría saber cómo estoy ahora.|

|¿Otra vez? Tengo un buen corazón, Seokjin.|

El aludido sonrió al leer su dulce respuesta y quiso confesar algo que quizás le daría pie para muchas más verdades que le ahogaban a diario.

|Bora, te diré algo que nadie sabe. Mi madre no murió ayer. Eso pasó hace un mes.|

|¡¿Qué?! ¡¿Cómo mienten con algo así?! O sea...|

|Mi padre quiso que fuera así|

|Ese padre tuyo es lo peor que he conocido en mi vida. Yo ya lo habría mandado a la mierda por inservible y ególatra.|

|Basta. No es necesario. Yo ya he usado todas esas palabras en él.|

Aunque solo fueron letras, Bora sintió ese pesar en ellas. Y supo que Seokjin era muy consciente de todo, pero no entendía porqué seguía siendo parte de todo. ¿Debería preguntarle? Mientras se decidía, Seokjin le envió otro mensaje.

|Me tengo que ir. Nos vemos pronto.|

Apagó su teléfono y lo escondió debajo de su almohada. Namjoon ya le había hecho una seña advirtiéndole que venía su padre. Ahora, seguramente, haría como si nada hubiera pasado o lo culparía por incitarlo a hacer aquello. Un cuento ya contado. Algo que sabía de memoria.

Por otro lado Bora volvía dentro de la casa, caminando por el pasillo, desconcentrada de todo. Pero con un Jungkook muy chismoso a la siga. Pasó el brazo sobre su espalda y le sonrió con picardía.

—¿Con quien hablabas? — le elevó las cejas.

—Con nadie.

—A ver— intentó quitarle el teléfono pero la chica fue más rápida.

—NO~ Jungkook, no te pongas metiche— fue a la despensa buscando algo para picar.

—Dame algo de material, Bul, la vida está muy aburrida últimamente— el chico la seguía, hostigándola, sentándose junto a ella donde le robó una papa de su bolsa. —¿No me vas a decir? — se escuchó indignado. —Así comienzan a romperse las relaciones... cuando ya no confían en ti y te ocultan todo... yo que te fui a rescatar...

—No empieces, Jungkook, porque me voy a enojar en serio... Y no hables de ocultar, porque no creo en absoluto cuando dicen que van a la terraza con Jimin... Nadie les cree, en verdad.

Jungkook frunció el ceño. —Eso quiere decir que no me vas a contar.

—AY JUNGKOOK~ Qué molesto~~ si tanto quieres saber... — rodó los ojos para al fin hablar, — veía fotos de tu hermano... esas que me mandaba cuando estaba algo "prendido" ¿me entiendes? — lo molestó, inventándolo todo solo para hacerlo sentir incomodo. —Quizás volvemos y te toca escucharnos por las noches, porque con este encierro, con lo caliente que es Yoongi no creo que aguante— mientras se lo decía Yujun aparecía por el pasillo oyendo todo, y luego Yoongi también alcanzando a escuchar algo.

—¡¿Yo qué?! — reaccionó el mayor de la casa afirmándose en el sofá. Yujun se quedó en la cocina, siguiendo a lo que iba, también a buscar alguna golosina a la despensa.

—Nada, Yoongi, tú hermano que no deja de molestar.

El mayor despeinó al pelinegro y dijo: —Oye, ¿No tenías que ir a limpiar los baños?

—Ah~ hyung~ — se quejó de inmediato.

—El azar es el azar. Cumple con las normas, Jungkook, o sino te tocará hacer el aseo de toda la casa.

—Está bien mamá— dijo retirándose hacia la habitación de Yoongi sin muchas ganas al caminar.

En el mismo momento, Yoongi se había sentado en el sofá, al costado de Bora. La miró por unos segundos y ambos rieron.

—No vamos a volver— habló Yoongi con un tono gracioso.

—No estaría tan seguro si fuera tú— Bora le picó la mejilla, diciéndole todo con la coqueta mirada que le dio, haciéndole recordar el par de veces que se encontraron después de haber terminado.

Pero este tomó su mano para devolverla a su lugar. —Ahora las cosas son distintas, Bul.

—¿Por qué? ¿Por fin lograste olvidarme?

Y Yoongi le hubiera respondido si no hubiera sido por el asustadizo grito que soltó Yujun haciendo que ambos se pusieran alerta y miraran a su dirección.

—Lo siento, lo siento mucho— dijo antes de agacharse a recoger el pocillo roto junto a la leche y el cereal regados en el piso.

Yoongi se aproximó de inmediato. —No toques nada, yo lo limpio— buscó la pala y la escoba recogiendo la losa quebrada pero viendo a Yujun a cada momento, notándola distraída y con las manos temblorosas.

—¿No te hiciste daño? — le preguntó Bora.

—Estoy bien, sí... mis manos se volvieron torpes de repente— y comentó mientras apretaba una contra la otra ya que no dejaban de hormiguear.

—Bien— entonces respondió Bora, yendo a buscar un trapero para quitar el liquido derramado, dejando a los otros dos solos en la sala.

Sin embargo, Yujun tan solo al notar la mirada del mayor sobre ella, se dispuso a ir a su cuarto.

—Yu, ¿De verdad te sientes bien? — esta vez fue Yoongi quien preguntó. Ella de inmediato cambió su expresión a una más arisca.

—No. Claro que no me siento bien— dijo recordando de inmediato el beso de la noche anterior.

—Ven, hablemos— dijo tomando su muñeca intentando llevarla por el pasillo.

Pero ella se soltó del agarre. —Puedo ir yo sola—. Entraron a la habitación y Yujun no se cayó.

—Lo de la otra noche...

—¿Qué? ¿No lo pensaste? Porque parece que siempre que se trata de Bora tu cerebro se apaga.

—No es eso Yu, yo... solo estaba jugando... Estamos solteros ¿no?

Sus ojos se llenaron de lagrimas por la impotencia al entender lo poco que a él le importaba lo que sentía. —Si piensas así no hay nada de qué hablar.

—Yu...

—No, Yoongi, tu quieres "hablar conmigo" solo porque quieres estar bien contigo mismo.

—Yo quiero estar bien contigo, Yu, pero no me quieres escuchar.

—Porque tus actos me demuestran más que todas tus palabras— dijo limpiándose las lagrimas que se escapaban de sus ojos, aunque estas eran de rabia más que de la pena con la convivía su corazón. —Así que, por favor, déjame sola.

—Otra vez lo dejaremos así. Vamos a tener que seguir tratándonos como desconocidos— habló con insistencia.

—¡Vete, Yoongi! — gritó pero este hizo lo contrario.

—No me iré hasta que hablemos.

—Entonces me iré yo— dijo haciéndose camino. Hasta que abrió la puerta y Yoongi no resistió su continua apatía.

La detuvo desde la muñeca y muy cerca a ella le dijo: —En dos semana cumples los dieciocho, ya deberías saber cómo se resuelven los problemas.

Las palabras de Yujun se apagaron cuando apareció Bora por el pasillo y vio cómo quitaba la mano de Yoongi sobre ella y decía: —Qué te pasa, porqué la agarras así— y luego se puso entre los dos. —Q-qué está pasando Yoongi— lo enfrentó al ver a la menor aguantando lo más que podía el llanto.

—N-nada, solo hablábamos...

—Por favor, Yu, estás llorando.

—Que no es nada, Bora— el corazón de la chica se aceleró de inmediato delatando su nerviosismo. Su pecho se llenó de manchas rojas y sus ojos buscaban ayuda.

—Ya sé que mientes— insistió Bora.

—Es una tontería— la desesperada menor solo quería escapar de ahí.

—Bora, si no me dices cual es el problema no podremos solucionar nada.

Y fue su miedo el que habló luego. —PORQUÉ SIEMPRE TÚ... PORQUE TIENES QUE SER TÚ LA QUE VA A SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS... SABES QUÉ, TÚ ERES EL PROBLEMA DE TODO.

—QUÉ... Qué te sucede, Yu — su voz se llenó de tristeza. —Yo solo quiero ayudar.

Y como si recién estuviera descubriendo lo fuerte de sus palabras, su mirada se lleno de culpa frente a su amiga. —¿A-ah? Y-yo... lo siento, no quise... — y luego paseó la vista por los demás, porque de repente estaban todos. Callados. Todos sobresaltados con la situación.

—¿Hace cuanto piensas así? — preguntó Bora bajando la mirada frente a ella.

—No pienso así, Bora, fue... fue...

—Por el bien de nuestra amistad haré como que no dijiste nada...

—No, Bora, espera— fue detrás de ella cuando la vio moverse.

Pero la colorina le hizo el quite y la apuntó con el dedo. —Te estás desquitando con la persona incorrecta, Yujun... Espero que podamos hablar sobre esto.

Jungkook se acercó de inmediato a la menor intentando tranquilizarla. Lo mismo hizo Jimin con Bora, mientras que Yoongi salió a la terraza, prendiendo un cigarro, mirando las calles vacías. Fueron unos minutos que reinó la paz, hasta que el teléfono que conectaba con la recepción no dejó de sonar. Venían a visitarlo directo del ministerio de salud. Las malas noticias comenzarían a llegar como lluvia en invierno.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro