20. Quédate conmigo.
Cierro los ojos cuando ya siento que el sueño esta por ganarme. Hace ya más de una hora que apague la lámpara y estoy tratando de sumirme en el sueño.
Nickie había decidido irse a casa de su madre, pasaría la noche allá, y yo tendría la habitación sola, para dormir plácidamente todo lo que quiera. Me remuevo en mi cama, siento los ojos pesados y un silencio total, cierro mis párpados dejándome llevar por el sueño, pero entonces oigo un ruido que me hace despertar completamente.
¡Maldición!
Tanteo con mis manos, sin encender la luz tratando de buscar mi teléfono.
¡Carajos dónde esta!
Me veo obligada a moverme un poco, me estiro hasta mi lámpara de noche y la enciendo, y entonces veo mi teléfono envuelto en un calcetín. No se como termino así. Lo tomo entre mis manos y silencio la llamada entrante. Sin embargo apenas me acuesto este vuelve a sonar otra vez. Vuelvo a tomar el teléfono y veo que es un número deconocido ¡Genial! No estoy acostumbrada a agarrar llamadas de números desconocidos, pero algo me dice que lo haga.
—¿Quién carajos llama a estas horas?—grito a el teléfono para que quien sea que me llame le quede claro que no me gusta, aunque de hecho, no es tan tarde, son las 11:00pm según mi reloj.
Espero unos segundos la respuesta en el teléfono pero no escucho nada, solo el ligero ruido de unos autos al pasar. ¿Será acaso una llamada de broma? ¡Porque es de muy mal gusto!
Y cuando estoy por colgar entonces lo escucho, es su voz, aunque se escucha distorsionada.
— Kaelie— escucho su voz seguido de un par de quejidos, me quito la sábana de encima y me levanto.
—¿Liam?— todo lo que escucho son ruidos, murmullos y a alguien toser aparatosamente, y no se porque creo que se trata de el— Liam, ¿qué esta pasando?
—Necesito que vengas por mi— dice él, a través de teléfono, habla tan bajito que penas y se entiende, escucho a través de la llamada su respiración agitada y eso me preocupa un poco.
—¿Cómo que buscarte Liam, qué pasa?
— El favor— su voz se ve interrumpida por una crisis de tos que me angustia porque no se que carajos pasa— Necesito que me devuelvas el favor— termina de hablar y recuerdo lo que me dijo ayer.
— Kaelie, presta atención, necesito que vengas por mi a un lugar— su voz es agitada y cansada—Te voy a enviar la dirección a mi teléfono, pero apúrate por favor— y cuelga antes que pueda pedirle alguna explicación.
Sin embargo una angustia y un extraño temblor se apodera de mi, él estaba en la calle, lo sé por los ruidos de los autos al pasar, pero también se oía agitado y cansado.
Tal como me dijo la dirección llega a mi móvil exactamente unos segundos después. Tomo un el primer sweater que veo y me coloco de prisa, me calzo una converse, y me coloco unos pantalones de mezclilla, por suerte Nickie no estaba, se iba a ver muy raro que me fuera así nada más. Tomo las llaves y meto todo lo que necesito en mi pequeño bolso, una vez fuera en la plaza del college comienzo a avanzar mientras espero que el taxi que llame venga a recojerme. Unos 5 minutos después este llega y me embarco.
Le doy la dirección y le digo que marche a toda prisa hacia el lugar, intento marcarle nuevamente a Liam pero no contesta. No se porque pero la preocupación comienza a asentarse en mi y no me gusta, las manos me sudan y potente cosquilleo en las manos me recorre, siempre me pasa cuando estoy un poco nerviosa.
Unos 30 minutos después el taxi finalmente llega, pago y me bajo del carro. Trato de enfocar a Liam en mi vista, pero miro a todos lados y no lo encuentro. Avanzo entre la gente y entonces mis ojos ven a alguien acostado en una silla del parque.
¡Es Liam!
Rápidamente corro hacia allá, me acerco y cuando estoy frente de el, me doy cuenta que si, efectivamente es Liam. Sus manos estaban apoyadas en su pecho como si tratarán de calmar su dolor, y su frente esta bañada en sudor y pareciera que esta temblando.
— Liam— mi voz lo saca de su trance y alza un poco la vista para verme.
— Si viniste— esboza una pequeña sonrisa que luego es reemplazada por un ataque de tos.
— Liam ¿Qué te pasa? ¡Vámonos de aquí!— pido y él asiente, como puede se levanta de la butaca y se apoya un poco en mi, sus manos estan heladas. Nos empezamos a alejar del parque y sinceramente no se a donde nos dirigimos— ¿A dónde?— le pregunto, pero el solo me guía un poco más allá hasta que diviso su jeep.
— Las llaves están en mi bolsillo, conduce tu por favor— pide casi en susurro.
Como puedo abro la puerta y lo acomodo en el asiento del copiloto. Voy a la puerta del piloto y la abro, a penas me monto, me acerco con cuidado a el, y me aseguro de colocarle el cinturon de seguridad, estando frente a el veo que esta más pálido de lo normal, sus labios están perdiendo un poco el color. Instintivamente acero mi mano a su mejilla y la acaricio con cuidado, el se estremece un poco ante el toque pero sus ojos no me dicen que me aparte. Sus mejillas están tan frías que siento escalofríos con solo tocarlo. Cierro los ojos y aprieto los labios. Me devuelvo a mi asiento, y arranco el auto.
Pero en realidad sigo sin saber a donde voy.
—¿A dónde vamos Liam? ¿Al hospital?— pregunto pero niega rotundamente.
— A esta dirección— dice, pasandome su móvil y veo la dirección, no reconozco el lugar, pero para eso esta el GPS.
Activo el GPS y este me va indicando hacia donde debo girar, me sorprendo al darme cuenta que el lugar no estaba tan lejos del parque. A penas llegamos me doy cuenta que es una zona bastante lujosa. Estaciono el auto justo cuando el GPS indica que ya he llegado a mi destino. Esto dice que estamos es Ewing. Al bajarme del auto veo un edificio de piedras, elegante y sobrio.
No dejo que la imagen me distraiga y abro la puerta para sacar a Liam de allí. Este no esta muy dispuesto a cooperar y no voy a cargar a nadie
— ¡Vamos Liam!— lo empujo un poco y este aprovecha para recostarse totalmente sobre mi y hundir su cara en mi cuello, su respiración caliente sobre mi cuello empieza a ocasionarme cosquillas y me sacudo y lo aparto un poco.
Este se logra poner de pie, y me arrastra hacia el vestíbulo, una vez dentro veo que el edificio es bastante sofisticado.
— En mi bolsillo esta la tarjeta— me indica.
Un poco incómoda meto las manos en sus bolsillo delanteros pero no tiene ahí nada, y entonces volteo a su trasero.
Tenía uno muy lindo por cierto.
Pero no debemos fijarnos en eso,
¡Ahí estaba la tarjeta de acceso!
Cuidadosamente y un poco incómoda meto mis manos en su bolsillo trasero, genial, nunca me imagine tener contacto con su trasero así.
¡De que hablo nunca imagine contacto con su trasero!
— Tercer piso, departamento 54— susrra el mi oído y asiento.
Decido tomar el ascensor porque sera un suplicio subir las escaleras con el. Cuando pasamos nadie entra con nosotros por suerte. Liam recuesta su cabeza de la pared y veo como tiembla, sus dientes no paran de castañear y entonces toco su cuello y noto que esta ardiendo en fiebre, sus ojos parecer querer cerrarse entonces improviso y le doy una bofetada.
Aunque eso no era exactamente lo que quería hacer, solo quería darle un toquecito.
— ¿Qué te pasa?— hace un mohin y se soba ahí donde lo golpee, eso lo hizo reaccionar un poco.
Finalmente llegamos al tercer piso y lo saco del ascensor, comienzo a buscar el número de departamente y entonces lo hallo. Introduzco la tarjeta de acceso y la puerta se abre inmediatamente.
Me encuentro con un departamente bastante limpio la verdad, salvó por unas pequeñas cositas tiradas en los muebles, pero la verdad no me imagine que fuera así, ni tampoco me creí que conocería este lugar con Liam en este estado.
Pasamos y este esta tan mal que apenas entra se abalanza sobre mi y por suerte caemos sobre un sofá
— ¡Auch!— protesto cuando siento todo su peso caer sobre mi. Liam parece como si estuviera muerto, sus labios están prácticamente blancos y sus mirada se ver perdida.
— Liam necesito que te quites de encima— le suplico pero el no hace más que asentir y no se quita, siento como su piel comienza a temblar y sus labios también. No sé que hacer, todo esto me rebasa, ni siquiera se que le esta pasando y me asusta, se ve terriblemente mal, y no quiere que lo lleve a un hospital. Por instinto vuelvo a colocar mis manos en sus mejillas, estas están ahora un poco más calientes, de hecho pareciera que esta hirviendo, palmeo unas cuantas veces su rostro pero no vueve en si y me angustia.
—Liam por favor— le pido, pero nada— ¡Liam!— chillo y esta vez si me nota, sus ojos me miran inquietos y como puede se levanta un poco.
Me levanto y sacudo mis manos en el pantalón para calmarme.
—¿Dónde duermes?— le pregunto, y me señala la primera puerta del pasillo. Con cuidado lo llevo hasta donde me dice, abro la puerta y esta habitación esta aún más impecable que la anterior, salvo por una bufanda que estaba tirada en medio de la habitación.
Dejo a Liam con cuidado en la cama y este cae rendido, su cuerpo no deja de temblar y me asusta.
— Liam, estas muy mal, creo que debemos llamar a un hospital— le digo tomando mi teléfono y marcando a emergencias, pero entonces se levanta y me arrebata el teléfono antes que pueda llamar.
—No, un hospital no, solo tengo fiebre y ya, es algo nnoono-normal— sus dientes castañean y no le dejan terminar de hablar bien— Es algo común ya se me pasara, tranquila— dice y de verdad no lo entiendo.
— ¿Es algo común que te de fiebre y parezca que te vas a morir?
— No Kaelie, hablaba de que la fiebre es algo común en las personas—
Ah claro, se refería a eso. Cierra los ojos y toma la manta que esta a su lado, se arropa por completo mientras lo veo temblar bajo la sábana
Definitivamente este Liam no me gusta, prefiero al que se mete o se burla de mi, antes que verlo así enfermo, como si estuviera moribundo. No puedo dejar que se duerma.
— Liam.. ¿Qué hago?— le pregunto y me señala algo que asumo es el baño.
Entro y veo el espejo frente a mi, lo abro y detrás de este hay muchísimos medicamentos guardados ¡De todo tipo! No sabía que Liam fuera tan cuidadoso como para tener todo tipo de medicinas aquí. Rápidamente tomo lo que es acetaminofén y saco dos pastillas.
Voy a la cocina por un vaso de agua, llego a la nevera y esta esta totalmente repleta de verduras, viveres, y comida. Saco un vaso de agua y lo sirvo, cuando llego hacia Liam este pareciera que esta casi dormido.
— ¡Vamos Liam! debes tomar esto— lo llamo y se voltea un poco se tomas las pastillas y se traga toda el agua.
— Más—murmura y voy a la cocina por otro vaso.
En cuanto se lo doy lo bebe todo con prisas, le pregunto si quiere otro, pero niega, lo toco otra vez y noto que está aún más caliente, debe tener fiebre muy alta.
— Liam creo que debes cambiarte— lo muevo y se queja, pero termina sentando se en la cama y entonces no hace más que mirarme, cuando estoy por voltearme para darle su privacidad, toma mi muñeca con fuerza.
— No te vayas, quédate por favor— me ruega, aún su piel esta temblanddo y todavía se ve mal, y aunque sé porque lo dijo esas palabras causan cierto efecto en mi que no puedo describir bien, creo que son palabras que a cualquiera conmueven.
Quédate por favor.
Asiento a su petición y entonces me suela la muñeca, otra vez estoy por girarme para que este más cómodo pero me vuelve a agarrar y me atrae hacia si.
— Hoy serás mi enfermera—ronronea, pero le da una crisis de tos, y me veo en la obligación de dar unas palmaditas en la espalda, y deja de toser.
—¿Mejor?
Asiente.
— Debes quitarme la camisa Kaelie—susurra y entonces cierra los ojos y su cabeza se viene contra mi estómago.
De verdad Liam ahorita no tiene conciencia de si mismo. Con mis dedos temblorosos y un poco nerviosa, decido sacarle la camiseta
— Brazos arriba— le ordeno y lo hace.
Saco su camiseta y su torso desnudo queda frente a mi, si cuando lo ví en el baño me parecía que tenía un cuerpo esbelto y espectacular, en persona cualquier descripción queda corta, siento que babeo ante la imagen. Por suerte no esta en sus 5 sentidos para burlarse.
Trague saliva y contemplo al pedazo de hombre frente a mi. Sus músculos marcados ahora sin camisa se veían mucho mejor, se ve que debe dedicarse mucho al ejercicio, un cuerpo así no se tiene solo y ya. Sus hombros son anchos, su espalda musculosa y es de estrecha cintura, miro involuntariamente hacia la V que se marca en la parte inferior de su abdomen y tengo que morder mis labios para contenerme. Me acerco un poco y coloco mis manos en sus hombros, el no dice nada, así que aprovecho recorrrer la tinta de sus tatuajes, puedo notar como el se estremece ante el toque, pero no me detiene, mis manos llegan a la parte superior de su pecho, justo donde esta el tatuaje de la flecha, y cuando paso mis dedos por ahí, percibo algo que no me imagine, es una cicatriz, y entonces Liam se aparta bruscamente y vuelve a la cama.
Me sorprendo un poco ante su enojo ¿Qué tiene de malo una cicatriz? Aunque pensándolo bien, debió de ser muy peligroso cuando se la hizo, ¿Cómo acabo con una cicatriz ahí? cualquier corte en esa zona es peligroso.
Decido ignorrar mis preguntas, no es tiempo para eso, voy por unos compresas y se las coloco en la frente y debajo de sus brazos. Eso debe mejorar un poco así.
No se bien que hacer, así que tomo asiento en uno de los muebles que hay en la habitacion, tomo mi celular y consulto la hora: son las 11:00pm
Liam esta mal, y tendré que quedarme, eso me daba escalofríos no se si sería una muy buena idea; pero se lo debía. Una vez sentada aprovecho para escanear la habitación, esta es enorme, y tiene un pequeño balcón con vista hacia fuera. Hay varios cuadros aquí adentro, creo que después de todo si le gusta el dibujo. La habitación es bastante simple pero a la vez se ve lujosa, tenía un Play Station al lado del SmartTv que había en medio de la habitación. Pero lo que más me impresionaba y me gustaba de esta era que tenía una estante lleno de libros.
En cuestión de segundos un libro yace en mis manos, los libros se veían algo cubiertos de polvo, por lo que asumo que no son nuevos, osea que le gusta la literatura desde hace un tiempo. Había una edicion especial de 50 sombras de Grey y Priest. No quiero ni pensar que hara Liam con ese tipo de libros.
Como si tu no los leyeras eso— me reprende mi subconciente.
Sigo revisando y encuentro libros muy buenos, pero me sorprende un poco encontrar Cumbres Borroscosas en su estante, no es la historia preferida de muchos, aún así la agarro y me doy cuenta que también en una primera edición, debe ser viejisimo. Este libro tiene una historia bastante controversial por cierto, pero es un clásico la historia de Catherine y Heathcliff.
—El pensar en él llena toda mi vida. Si el mundo desapareciera y él se salvara, yo seguiría viviendo, pero si desapareciera él y lo demás continuara igual, yo no podría vivir—leo en voz alta recitando un fragmento del libro.
Amaba esa frase con toda mi alma.
Cierro el libro, y lo coloco en su estante, creo que tal vez debería intentar descansar ya un poco. Me acomodo en la parte libre de la cama como puedo. Definitivamente esto va a ser incómodo porque nunca pense que terminaría durmiendo en el mismo espacio que Liam.
— Debes cambiarte de ropa—escucho como Liam susurra a mi lado, volteo a verlo y se ve mucho mejor que hace media hora, el color de su piel ya esta volviendo y ya no esta temblando tanto.
— No tengo ropa para cambiarme, ni siquiera sabía que iba a quedarme.
El se voltea un poco hasta mirarme completamente y brillo malicioso surge en sus ojos.
— Puedes quedarte en bragas y sujetador si quieres, total no es nada que no haya visto ya— murmura y me enrojezco.
¡Es un idiota!
Le lanzo una almohada que estaba a mi lado y escucho un quejido de su parte, bien se lo merece.
— No me voy a dormir
—¿Ah, no? ¿Y entonces que vas a hacer?
— Voy a ver algo— digo tomando el control.
Tomo el control remoto, y al encenderlo busco algo que ver en el SmatTv, busco y termino encontrandome con una de mis series favoritas.
Stranger Things.
Pulso en botón de reproducir, y pongo el primer capítulo, voy a maratonear para así no dormirme.
El capítulo uno empieza, abriendo paso a la historia con la desaparición de Will Byers. Veo a Liam a mi lado removerse una y otra vez.
— ¿No hay nada mejor que ver?— bufa con fastidio.
— Pues no, esto es lo que eleji y lo que veremos.
— No me gusta.
— ¿Y a mi que me importa si te gusta la serie o no?
Nuestra pelea es totalmente absurda y está loco si cree que lo voy a dejar hacerse con el control.
— Es mi TV y yo decido.
— Si, pero YO soy la que te esta cuidando, así que YO pongo las reglas— le aclaro y hace una mueca de desagrado con su boca pero no dice más nada.
Quito el botón de pausa y dejo que la serie ruede, el capítulo termina y pongo el segundo, luego el tercero, y ya para cuando voy al cuarto siento que el sueño empieza a vencerme, siento los párpados pesados, solo quiero dormirme y ya, pero cada que me muevo se me hace incómoda por el blue jean que llevo puesto. Echo un pequeño vistazo hacia donde esta Liam, parece que esta durmiendo, cuando termine el segundo capítulo lo note.
Debato en mi mente si sería bueno meterme a la cama con Liam tan solo en bragas y sujetador
¿Pero ya te vio no?
¡Si! pero no estaba plenamente conciente, así que eso no cuenta.
Decido finalmente cambiarme. Cuidadosamente tratando de no hacer ruido me saco las sábanas de encima de encima para ponderme en pie, de puntitas camino hasta llegar a la mesita, pero en el acto tropiezo con una lámpara de Liam que estaba ahí, esta cae en el suelo haciendo bastante ruido, pero Liam creo que no lo nota, se sigue viendo profundamente dormido.
Con cuidado llevo mis dedos para desabrochar mi pantalón, este cae en el suelo inmediatamente dejándome en mis braguitas moradas, mala elección de bragas para dormir con alguien así. Termino pensando si debería o no quedarme en sujetador.
No Kaelie eso ya es demasiado para tu cuerpesito.
Decido sacarme el sujetador, pero me quedare en blusa. Sin embargo sacarme el sujetador por debajo de la blusa no es nada fácil, y menos cuando siento que mis brazos se atoran.
Ay por Dios
Decido desistir de mi tonta idea. ¡Por que estoy tan nerviosa? Lo hago a la forma tradicional, me saco primero mi blusa y luego el sujetador, una vez lista vuelvo a colocarme mi blusa, llego hasta a la cama y me recuesto en mi lado.
Esto es tan extraño
Cierro los ojos dejándome llevar por el sueño otra vez pero nada, es como si el sueño se hubiera esfumado al cambiarme. Decido volverme un poco para mirar a Liam. Este esta durmiendo, se encontraba recostado sobre su costado izquierdo en dirección a mí, sus labios entre abiertos susuraban pausadamente, tan perfectos y gruesos, seduciendome sin darme oportunidad de resistirme a ello, me inclino un poco más para poder observarlo un poco.
De verdad desde que regrese no había tenido la oportunidad de verle tan de cerca, salvo cuando lo bese, pero ahí estaba todo oscuro, ahorita había dejado encendida la lamparita de noche, que me permitia poder examinar mejor sus rasgos.
Nunca había podido mirarlo tan tranquilo, con su semblante relajado se veía mucho más guapo, hasta un poco tierno, podría decir. De verdad que Liam era todo lo que cualquier chica podia desear. Decir que era guapo se quedaba corto. Liam era puto angel. Pero no uno de esos Angeles buenos que te tratan con amabilidad y que te muestran lo mejor del mundo. Sino uno de esos Angeles Caídos que son expulsados de la tierra por rebelde y que inevitablemente te hacen pecar, eso es Liam, estoy segura.
El era jodidamente guapo y pecaminoso.
Suspiro pesadamente detallandolo mejor, su rostro parecía haber sido cincelado centímetro a centímetro cuidadosamente, desde aquí podía verle unas cuantas pecas que resaltaban a los lados de su nariz. Una tupidas pestañas surcaban sus ojos negros, profundos e intimidantes como la noche. Sus pómulos eran altos y perfectos, de una nariz recta, y cejas gruesas y pobladas, y que decir de sus labios, creo que eran su mejor atributo, tiene labios carnosos y rojos, y por un momento cierro los ojos recordando como se sentía probarlos; se sentía jodidamente bien sentir sus labios sobre los míos.
Todo de el gritaba Perfeccion, lujuria, pecado.
¿A quién no le gustaria Liam?
Su cabello era oscuro y sedoso y brillante, me moría por acariciar su piel que se veía tan bien cuidada que casi parecía porcelana, me moría por tocarlo.
Sonreí y recorrí con mis dedos el contorno de su rostro sin tocarlo, de hecho, quería hacerlo pero...
¿Podía?¿Hasta dónde pretendo llegar?
— Puedes hacerlo—escucho la voz de Liam y me sobresalto.
—Tu- tuu-tu—titubeo
— ¿Qué si te vi? ¿A eso te refieres? pues si, si lo hice, no eres la más silenciosa que digamos—suelta y de pronto siento que estoy hiperventilando.
Me hecho un poco para atras en la cama y lo observo nerviosa.
— Yo...
— Vamos Kaelie, ya te he había visto y no iba a privarme de la vista— dice el, y me sonrojo, no se bien como reaccionar a su respuesta.
El toma mi mano y la coloca ahí en su mejilla justo donde iba a tocarlo, la distancia entre nosotros era más pequeña ahora, estaba justo frente a su cara, mientras mi mano acariciaba su mejilla. Luego mi mano desciende un poco hasta su mandíbula y recorro su piel ahí. Cada roce, cada toque estaba cargado de una corriente pura que me impulsa a ir un poco más alla. Me tomo el atrevimiento de acercarme un poco más hasta que nuestras respiraciones casi se juntaban. Sus ojos estaban puestos en mi en todo momento, en mis labios específicamente, mi mano recorría su piel, hasta que decido aventurar con sus labios, justo como el hizo ayer conmigo.
El no parece sorprendido por lo que hago, dejo que mi pulgar recorra su labio inferior mientras mi dedo índice juega con el superior, en un movimiento rápido el abre un poco la boca, y mi dedo medio se desliza dentro de ella, el no aparta mi dedo, al contrario lo tomo entre sus diente y lo chupa con fuerza. De pronto siento la humedad en mis bragas y tenso mis piernas en un acto voluntario, el tira con más fuerza de mi dedo y jadeo con veo el movimiento de sus gruesos labios chupar mi dedo. Es algo tan simple pero verlo hacerlo me pone cachonda.
Saco mi dedo y un quejido sale de su parte, no puedo seguir con esto porque no se a donde vamos a parar y el no esta en condiciones de nada.
Se mantiene en silencio inexpresivo, dejo que mi dedo siga bajando por su cuello y se estremece cuando lo toco ahí, pero no me quedo mucho tiempo, porque no es ahí a donde quiero llegar. Recorro su piel hasta que la punta de mis dedos llegan hasta el tatuaje en forma de flecha y detiene mi mano ahí, justo como sabía que lo haría.
No retira mi mano, pero si la toma con fuerza, su expresión se endureció un poco, pero aún así decido saciar mi curiosidad.
—¿Por qué tienes esa cicatriz?—pregunto en voz baja, no se cual sea su reacción pero no me voy a quedar con las ganas de preguntar.
—Es una larga historia Kaelie— gruñe.
—Tengo tiempo— le respondo acomodandome en la almohada.
El rueda los ojos y se aparta un poco, pero creo que he ganado, me va a contar su historia.
—No es una historia bonita ni agradable, y si quieres ahorrartela sería mucho mejor para ti, te lo aseguro.
—Mmmm no, quiero seguir adelante.
—Esta bien—murmura resignado— Todo comenzo cuando...
Nota:
¿Qué tal el capitulo?
¿Se esperaban que le pasara algo a Liam y Kaelie lo ayudara?
¡Por fin sabremos realmente algo de el!
Si ya se que de seguro deben querre escuhar la historia de Liam. Pero decidí no hacerlo ahora, quedaba muy largo el capítulo.
Se viene cosas buenas 🔥
Besitos
K. Rojas
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