El no corresponde el abrazo pero tampoco intenta apartarme. Me quedo así, aferrada a su chaqueta e inhalando ese perfume característico que aún no había descifrado que era. Sus músculos anchos y esbeltos me rodeaban, sus brazos se sentían cálidos, como una protección; y poco a poco siento que mi respiración toma su ritmo normal.
De seguro estaba más desconcertado que yo por mi atrevimiento. Dejo escapar un sonido gutural; ladeó la cabeza y me retiro lo suficientemente para observarlo; y percato que la escena está llamando mucho la atención, así que me alejo más para secar mis mejillas húmedas.
El chico a su lado se ve algo incómodo y opta por irse.
—Los dejo hablar—anuncia el chico, y se va.
Liam no dice nada, solo me aparta y me lleva a la parte trasera de un árbol, pues supongo que no quiere que nos vean. Estoy preparada para sus gritos, para que me diga que no debí lanzármele como si fuera un Koala, espero y espero; pero hace todo lo contrario. Me mira con expresión turbada y en silencio; y luego acuna mi cara entre sus manos. El gesto me sorprende y ladeo un poco la cabeza pero aún así el no se aparta.
Sus manos son grandes y están frías, pero aún así se sentían cálidas para mí. Y no sé porque, pero de alguna forma me sentía segura con él.
Se quedó unos cuantos segundos así, supongo que eso ya era habitual entre él y yo, pero termina apartándose cuando ve que mi respiración se calma.
—¿Qué pasó Kaelie?
Cuando estoy por responder escucho una voz; y me volteo encontrándome a Wyatt y a sus amigos.
—Vaya, vaya el famosísimo Liam Olsen—se mofa Wyatt y le hace una reverencia en burla a Liam, quien ni se inmuta ante su comentario—¿A qué debemos tu presencia por aquí Olsen?—pregunta Wyatt, pero en vez de mirarlo a él, solo se centra en mi.
Sentí como todos mis músculos se tensan y instantáneamente clavo mis uñas en mis manos hasta que siento como se abre la herida de hoy en la mañana.
Las personas alrededor estaban viendo todo; e inclusive los que estaban dentro de la piscina habían salido a ver qué pasa.
—Vine a ver si tus caprichos con los de primero seguían siendo igual de patéticos—suelta Liam, cruzándose de brazos.
Wyatt soltó una carcajada tan estrepitosa y horrible que la escena se estaba volviendo bochornosa.
—Sabes Olsen, es curioso que hables de novatadas; porque justo tienes algo que nos pertenece atrás tuyo—agrega señalándome, lo que hace que se dispare una furia en mi interior.
—¡No soy tuya idiota!. Me lanzo hacia Wyatt con la esperanza de que la fuerza del impacto lo pille por sorpresa y lo derribe. Sin embargo, antes de poder causar algún daño, unas manos frías me agarran por la cintura y veo a Liam fruncir el ceño antes de colocarme detrás de él.
—¿Vino a esta fiesta por voluntad propia?—pregunta él, y Wyatt asiente instantáneamente.
¡¿Y qué carajos importa si vine o no por cuenta propia?!
—Sabes que de aquí nadie sale sin lo suyo—agrega Wyatt encogiéndose de hombros.
—Pues entonces debe su novatada ¿no?—responde Liam y se aparta dejándome al descubierto y siento que el alma se me cae a los pies.
Aprieto los dedos y solo oigo a todos murmurar, dejo escapar un ruido, no es ni sollozo, ni grito, sino un graznido, un gemido chirriante que suena a lo lejos, como si saliera de otra persona. Liam no me ayudaría, me dejaría así.
Los 3 chicos sonríen y Wyatt se acerca y me toma del brazo; pero entonces Liam lo interrumpe y separa su muñeca de mi brazo; y sin soltarla la sostiene con fuerza a un lado de mi. Veo a Wyatt apretar los labios ante el agarre de Liam ya que este no hace más retorcer su muñeca.
—Hay un pequeño fallo en el plan Foley. Kaelie Eviesson viene conmigo. Y lo que es mío no lo toca nadie okay—gruñe Liam soltando el brazo de Wyatt y le da una palmadita en el hombro con un poco más de fuerza de lo normal, lo que lo manda por inercia al suelo.
Esto parecía un espectáculo de cine, la gente que estaba mirando no se lo creía y yo tampoco, todos estaban desconcertados y asombrados. Los amigos de Wyatt lo ayudaron a levantarse y nos fulminaron con la mirada a ambos, pero a diferencia de mi, Liam se veía relajado, tranquilo.
— ¡Vámonos!—me ordena Liam, me ofrece su mano y la acepto, pero cuando intenta apartarme del lugar, alguien se acerca y a Liam y lo jala de la parte trasera de su chaqueta y cuando se voltea le asestan un fuerte golpe en las costillas que lo manda al suelo y lo deja sin aire.
De repente escucho como la música se apaga, y en cuestión de segundos se forma un círculo alrededor. El lugar estaba abarrotado y no veía absolutamente nada, solo escuchaba los gritos y los murmullos de la gente:
—FOLEY FOLEY FOLEY!!!
—OLSEN OLSEN OLSEN!!!
Trato de abrirme paso para detener esto pero una mano pesada me toma por el pecho.
—¿Ves lo que ocasionas rubia?—espeta el chico de jersey rojo, quien me toma del pelo y abre paso entre la gente para que vea bien la contienda—. Mira bien, mira.
El escenario frente a mi era horrible. La pelea no era nada equitativa, pero aún así Liam llevaba la delantera. No quiero mirar, pero el agarre sobre mi pelo me obliga.
Veo a Liam dar un paso atrás y con un movimiento rápido baja la cremallera de la chaqueta de chándal dejándola caer. Se lleva las manos a la altura de la cara, dobla los codos, y hace lo mismo con las rodillas; y lo veo tensar los músculos del bíceps y el tórax. Se mueve constantemente ya que son tres contra uno, y debe protegerse. Liam golpea con los pies la cara de Wyatt y oyó con claridad el sonido del cartílago de la nariz romperse.
El chico de Jersey rojo permanece a mi lado, pero me olvido del agarre, porque estoy demasiado concentrada en la pelea.
Liam se mueve rápidamente y el chico bajito de los piercings cobra vida de pronto y entra en acción; se lanza y pone sus fuerzas en un puñetazo que falla porque Liam se agacha y le da en el estómago. Mientras el chico de jersey azul se acerca y golpea a Liam en la ceja haciéndolo sangrar; pero Liam no da tregua al descanso y en dos segundos usa al chico de los piercings como escudo y evita un golpe del de jersey azul.
El desespero me invade, la gente grita eufórica alrededor y yo solo veo sangre por todos lados. Wyatt aun yace herido en el suelo quejandose del dolor en su nariz.
Mientras el chico de los piercings mueve el brazo y le da un puño a Liam en la mandíbula, y el movimiento lo hace tambalear; y a su vez el de camisa azul derirba a Liam y lo sujeta en el suelo. Noto a Liam protestar pero estos no le dan tregua nada y empiezan a darle golpes en la cara sin parar. Sin pensar me aferro al brazo del chico de jersey rojo pero me aparto instintivamente.
Liam está siendo totalmente golpeado y en mi interior se que todo esto es mi maldita culpa. Hay en todos lados sangre, y yo solo veo a Liam jadear en el suelo.
—¡Paren!—grito tratando de zafarme pero el chico mantiene su agarre en mí, no importaba el dolor, solo quería que dejaran a Liam en paz; este yacía en el suelo y se volteo y su mirada conecto con la mía en segundos.
Wyatt ríe y Liam aprieta los dietes para aguantar el dolor, y entonces el chico que sujeta a Liam lo suelta y veo a este arrastrarse por el césped escupiendo sangre.
El chico moreno me suelta y Wyatt sonríe con satisfacción, tiene dos golpes feos en la ceja y la nariz le chorrea sangre, cuando esta por acercarse a mi Liam se levanta y agarra Wyatt del cuello y lo levanta en el aire con una mano y pone el pulgar bajo su barbilla.
No sé de donde asaca Liam tanta fuerza pero todos miran horrorizados. ¿Acaso lo va a matar?
—¡Liam para!—le suplico y sus ojos vuelven a mirarme y deja caer a Wyatt al suelo. Los amigos de Wyatt corren a socorrerlo y ni se atreven a mirar a nuestra dirección.
Liam se detiene frente a mí, me agarra del brazo y me aleja del lugar, me hace daño, pero no soy lo bastante fuerte como para soltarme. Salimos de la casa, cruzamos la calle, y debo de correr para seguirle el paso. Caminamos unas 2 cuadras pasando frente a un grupo de personas quienes nos miran horrorizados; pues de seguro creen que hemos salido del club de la pelea. La imagen que damos es la del asesino a sueldo que viste de negro con cortes, moretones y sangre goteando de sus nudillos; y yo la de la novia cómplice.
Aunque pensándolo bien ¿Quién creería que somos novios?
Seguimos avanzando entre las frías calles y cruzamos por un parque que nunca antes había visto. Liam dejaba un rastro de sangre a nuestro paso, estaba molesto, lo se, podía notar los músculos de sus antebrazos tensos y no paraba de apretar el agarre en mis manos. Estaba lastimándome y sentía que la herida de la mañana
—Suéltame—pido débilmente.
Me suelta y se endereza. Parte de la presión que siento en el pecho disminuye cuando ya no siento sus manos. Me mira inexpresivo y sé que todo esto es mi culpa.
—Lo siento okay, se que estás molesto porque acabaste así por mi culpa, porque interrumpí tu conversación y...
—¡¿Enserio crees que estoy molesto porque interrumpirte mi conversación?! ¡¿Cómo se te ocurre venir a esa fiesta, estás loca?!
Enserio me estaba diciendo esto ¡¿De verdad creía que había venido por gusto propio?! Menudo idiota.
—¡¿Enserio crees que yo sabía de qué iba todo esto?! ¡¿Piensas que yo quería esto?!—Le espeto furiosa, y lo veo pasarse las manos por el cabello frustrado.
—No lo sé Eviesson. Solo sé que yo no voy a una fiesta sino me invitan, no voy obligado; Y MUCHO MENOS VOY SINO SE DE QUE TRATA —. Finaliza en medio de gritos.
—¡Discúlpeme Don Perfecto! Por equivocarme en la vida y ser la inútil fracasada que dices que soy—le grito pero en vez de replicarme se acerca más y me toma de la barbilla con los dedos obligándome a mirarlo directo a los ojos, a esos oscuros ojos que tanto me encantan.
—Lo que realmente me molesta es lo irresponsable que eres, porque no haces más que comportarte como una cría Eviesson—espeta furioso—. Y sabes que, a la próxima no te vas a encontrar a alguien que se muela a palos a otro por ti—finaliza colocando un dedo en mi pecho, y da la espalda y se va.
No entendía a qué tanto enojo acaso... ¿Estaba preocupado por mi?
Lo ví alejarse, y lo único que pensaba era en que tenía razón. Siento que debo decir algo, pero estoy demasiado aturdida y no se me ocurre nada, solo sé que sus palabras me habían hecho quedar como una tonta, me habían disgustado, pero eran ciertas; así que no podía dejarlo ir.
— ¡Liam espera!—Le grité y vi como se detuvo apretando las manos a sus costados.
Corrí hacia su dirección y me le detuve en frente. Estaba todo golpeado y se veía muy cansado.
—Lo siento, tienes razón, yo...—hablo, pero me tiembla el labio inferior.
—Vamos Kaelie—fue lo que dijo y entrelazo sus dedos con los míos.
No sé a dónde me llevaba, pero caminamos así, en silencio unas cuadras más. No sé porque la sensación de sus manos sobre las mías me gustaba tanto. Sus manos eran grandes y frías, y las mías eran un poco más pequeñas; pero aún así, se sentían como si estuviesen hechas simétricamente la una con la otra.
Nos detuvimos frente a un Jeep Comander negro y me abrió la puerta.
¿A caso era suyo?
— ¿No estarás robándote este auto verdad?—pregunto arqueando una ceja.
—¿Me ves cara de ladrón?—responde con otra pregunta.
—No, pero ¿No tenías una moto?
—Así es Kaelie, tengo una moto, un jepp y un hamster. Y ahora ¡Súbete! ¿O esperas a que yo lo haga?—gruñe antes de irse a la puerta del conductor.
El interior del auto es negro con detalles azul oscuro que hace un contraste distinguido. El auto se ve por dentro se ve mejor que por fuera, era un auto nuevo, último modelo; el lujo se veía por todos lados y me encontraba pasando mi dedo por los asientos. Me acomodo el cinturon de seguridad mientras Liam se sienta tras el volante, pero no enciende el auto. Solo se limita a abrir la guantera donde tenía un montón de cosas. Habían unos guantes, una linterna, unos condones, lo que no me extraño en absoluto ya que el gritaba: "Tengo una vida sexual activa" también había una botella de alcohol y algodón; y por último alcance a ver un frasco con pastillas que debían de ser analgésicos , pero cuando sugerí que tomara uno cerró la guantera bruscamente y di un respingo.
Me revolví en mi asiento y me concentre en mirar a través de la ventana la luz de la luna. Por el rabillo del ojo veo que Liam presiona su mandíbula, disimulando el dolor que le provoca pasar el algodón por la zona herida. Hago sonar los dedos sobre mis rodillas mientras veo que se estaba curando mal; así solo conseguiría hacerse más daño.
¿Debía decírselo?
—Te estás curando mal sabes—comento, cruzada de brazos fingiendo no verlo, pero noto como gruñe ante mí respuesta y se inclina un poco en su asiento para mirarme.
—¿Ahora vas a decirme cómo debo curarme?
—Sí, si lo estás haciendo mal si—respondo, inclinándome para verlo.
Por un momento vi en su mirar una expresión que no pude descifrar; y entonces hizo algo que nunca pensé.
—Pues hazlo tú sí sabes—suelta, y coloca el algodón y la botella en mis manos.
Dudo unos segundos con el algodón en mis manos. ¿Realmente me dejaría que lo hiciera? No dice nada, solo se queda ahí mirándome mientras espera mi respuesta.
¿Qué carajos estaba esperando?
Vacilo un poco, pero termino impregnando el algodón de alcohol.
Me muevo un poco más y acerco la mano con el algodón para tocarle la mejilla, pero me detengo y me queda la mano en el aire.
Hay algo en el que me pone nerviosa y no sé que es; y solo pienso ¿Y si lo lastimo más?
Tonta claro que no.
Termino pasando el algodón. Liam ni se inmuta ante el roce, pero veo que si le duele, solo que trata de ocultarlo. La posición en la que estaba era demasiado incómoda para curarlo y el también lo estaba notando.
—Y si...—empieza a hablar pero luego se calla, me ve unos segundos, y de repente siento como toma mis caderas con fuerza y me levanta del asiento llevándome a su hacia su cuerpo; y el movimiento me obliga a sentarme a horcajadas sobre su regazo.
Me quedo asombrada, no dice nada y yo tampoco, tenerlo en frente ocasiona toda una explosión de emociones en mi.
Siento el calor en mis mejillas y muerdo mi labio para recuperar la compostura. Se inclina un poco y entre cierra los ojos para examinarme; pero paso el algodón por su ojo antes que diga algo que me incomode.
Limpio con cuidado sus mejillas, y de vez en cuando suelta un bufido cuando frotó el algodón con fuerza.
Limpio el corte de su ceja con cuidado a la vez que permito mirarlo. Sus ojos se ven más negros en esta penumbra y su base es una línea dura.
Me llega su aliento a regaliz y veo como mi pecho sube y baja sin parar. Comienzo a ponerme nerviosa y siento como me sudan las manos. No deja de mirarme en ningún momento, y yo solo procuro respirar con normalidad.
—¿Nerviosa Kaelie?—susurra, tocando la parte inferior de mi espalda y me acerca más a él—. Que yo me acuerde dijiste que no estarías conmigo ni porque te pagarán ¿o cambiaste de opinión?—dice esbozando una sonrisa pícara que me deja ver el hoyuelo que tiene en la mejilla izquierda.
Este tonto solo estaba provocando y yo como una tonta dejándome llevar por las hormonas.
—No, no he cambiado de opinión—respondo, procurando ser firme y con la esperanza de que la mentira resulte convincente.
Aunque se que es la peor mentira que puedo decir.
El no vuelve a decir nada más, y solo trato de concentrarme en limpiar su herida en la mandíbula, pero no ayuda el que esté tan cerca y tenga los labios entreabiertos, además de que no hace más que verme. Solo se muerde el labio y sonríe.
¡¿De qué se reía?!
Sus manos comienzan a trazar círculos sobre mi piel y siento como se ponen de punta los bellos de mi pálida piel. Sabía lo que estaba haciendo, pero esto se juega de a dos. Me acerco más a él, no por una razón práctica, sino porque quiero saber que se siente estar tan cerca, solo por qué quiero hacerlo.
Me inclino más para presionar un poco más la herida en su labio, mientras sus dedos se mantienen en mi piel. Solo presiono y quitó los restos de sangre de sus labios, mientras el acaricia con aire ausente un mechón de mi pelo.
Tengo la boca seca, e intento no hacer caso a la electricidad nerviosa que me recorre el cuerpo cada vez que sigue tocándome, pero entonces él hace una pregunta que me descoloca.
—¿Tu cabello siempre siguió igual de rebelde?—pregunta con los labios pegados a mis dedos.
Su pregunta me desconcierta ¿En serio el recordaba eso? Mordí el interior de mi mejilla para evitar sonreír, porque tan solo me había hecho una simple pregunta ¿No? Pero era más que eso. Porque a pesar de que ya no seamos los mismos, me alegra que haya momentos en los que puedo ver al Liam que conozco.
—Sí, siempre siguió igual de rebelde—sonrio y dejo el algodón a un lado; y solo me centro en mirarlo, no sé porque no me bajo, solo sé que deje de pensar con claridad en el momento en que acepte esto.
Nos quedamos así, el sentado con sus manos en mi cintura y yo sobre su regazo. Nos miramos en silencio, sus ojos son oscuros y vidriosos, y hay algo en ellos que simplemente no se puede explicar, y es que no me canso de verlos; y estoy tan cerca que alcanzo a detallar unas cuantas pecas en su nariz. El empieza a trazar círculos con sus dedos sobre mi piel, roza mi mandíbula, el cuello; baja las manos a los hombros, a la clavícula y sus dedos acarician el borde de la tela.
—¿Puedo ver tu tatuaje?—pregunta vacilante.
Lo sabía, él sabía que tenía un tatuaje. La incógnita se formo en mí y tuve ganas de hacer un millón de preguntas, pero sé que no las respondería, y no quiero arruinar el momento. Asiento con la cabeza, a pesar del nudo que tengo en la garganta. Era consciente de lo que estaba haciendo. Era consciente de que estaba tan cerca que su respiración se ve volvió la mía. Finalmente me bajo la manga y dejo el hombro al aire. Liam se queda mirando mi clavícula durante unos segundo antes de recorrer con sus fríos dedos el inicio de la tinta, siento como traza círculos alrededor y coloca su dedo sobre mi cicatriz, me estremezco un poco, no quería que preguntara, pero tampoco lo hace. Solo se quedó detenidamente viendo. Cuando me toca, noto un escalofrío en el estómago, y de repente me da miedo su cercanía; porque Liam Chase me interesaba más de lo que me gustase admitir.
—El sol y la luna, nunca coinciden porque son totalmente opuestos, no hay uno sin el otro—murmura concentrado en mi tatuaje y su expresión me descoloca, es como si estuviera hablando de algo que ya conoce—. Dicen que la luna es solo oscuridad, y que el sol es solo la luz que necesitamos, perlo que la gente no ve es que lo mejor del sol es la luz de la luna, ya que esta es quien realmente ve tu alma—concluye en voz baja y con sus dedos sobre mi piel.
El conocía el significado de mi tatuaje, lo que no me sorprendió, pero si deja una gran pregunta en mi. Estaba clara que él había visto la oscuridad, lo veía en sus ojos. Pero ¿Había luz en él? Eso quería creer.
Las nubes dejaron de tapar la luna y un rayito de luz se cola por la ventana y me encuentro hipnotizada por su figura. No sé en qué momento me inclinó tanto, pero tengo mis manos sobre sus hombros y su nariz casi roza la mía.
Siento que una corriente eléctrica aflora entre los dos y me encuentro en una encrucijada entre lo que debo hacer y lo que no.
Sus manos me echan hacía atrás y mi expresión cambia por completo.
¿Iba a hacerlo?
—Creo...creo que debemos arrancar—balbucea y su semblante cambia por completo.
Noto el calor en mis mejillas, y me bajo inmediatamente de su regazo, y limpio el sudor de mis manos con el pantalón. Este enciende el auto. En todo el trayecto el silencio gira en torno a nosotros. Mantengo la vista fija en los edificios que van pasando al otro lado de la ventanilla. La música heavy que tanto le gusta suena de fondo. Lo pillo mirándome unas cuantas veces, pero no digo nada.
¿Yo... Iba a besarlo? No, claro que no.
Apoyo la cabeza contra el cristal en un intento por crear todo el espacio posible entre nosotros. Cuando Llegamos al campus llevo mis manos a la manija de la puerta, pero me detengo antes de abrir y me vuelvo hacia él.
—Yo... Lamento mucho lo de hoy, de verdad—murmuro bajándome del carro; y me alejo rápido del lugar.
—Kaelie—lo oigo llamarme y me doy la vuelta, me inclino para mirarlo por la ventanilla del acompañante, y entonces él baja el cristal
—Aunque no te hubieses lanzado como oso pardo sobre mí, igual no hubiese dejado que te hicieran nada—dice, y me deja observarlo una última vez, y luego arranca el auto, dejándome anonadada con su respuesta.
Liam Chase no hacía más que confundirme pero aún así no dejaba de sentir algo en mi. Doy la espalda y me meto en college con la esperanza de dormir y olvidar todo.
Aunque... ¿Quería olvidar exactamente todo de esta noche? No lo sé.
Solo sé que tengo una sonrisa tonta, de esas que no cualquiera puede sacar.
Nota:
Quiero aclarar algo por si surge alguna duda, las actitudes de el/la protagonista pueden variar dependiendo de los acontecimientos que se desarrollen. Por ahora vemos que Liam es muy temperamental y le vale todo, pero el nunca permitiria que ninguna chica pase por una situacion. Pero apartando esto...
¿Creen que Kaelie lo hubiera besado si el no hubiese interrumpido el momento?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro