Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 29: Rudeza y fragilidad

—¿Cómo sigues?

—Estoy mejor. El doctor dice que debería dejar de automedicarme de esa manera —rió. Su voz era carrasposa y cansada, pero no dejaba de ser la SoMin que conocía.

—¿Cómo sigue tu madre?

—Mejor que ayer, peor que mañana. Lo bueno es que me puedo quedar con ella. Mañana la envían a casa, así que será más fácil para ambas. Su doctor es muy amable, apuesto que te habrías enamorado de él de inmediato —bromeó—. Es muy guapo, no lo niego. Pero no es mi tipo.

—A ti te gusta puro tóxico que te trata mal y te cela.

—Eso no es cierto. SooBong es otro caso, pero igual era solo una aventura.

—Al parecer te gustaba esa aventura —rió. Se estaba dando su descanso antes de volver a clases. SoMin le había dicho que regresaría pronto a sus estudios, pero dependería de su progreso. Ya había pasado un mes desde lo sucedido con su padre, pero su madre seguía en recuperación—. ¿Y Matthew?

—¿Qué? ¿Matthew? Él… él no es mi tipo, qué dices.

—¿Qué dices tú? Solo te pregunto por él, si sabes algo de su vida. No he podido estar al tanto de mis amistades, la universidad me consume. 

—Ah, eso —rió, notoriamente nerviosa—. Creo que se fue de viaje con su padre, ya sabes, intentan amigarse y eso. Él es un cascarrabias, dudo que por su parte queden del todo bien.

JiWoo asintió. Solo le quedaba esperar por la cuenta para irse de vuelta a clases. Aunque le resultaba fatal dejar de hacer tantas cosas que le gustaba, estaba satisfecha. Por primera vez se sentía completa y con ganas de esforzarse en sus calificaciones, al final era algo que amaba y se destacaba por su talento. 

—No sé si sepas o te interese, pero Tae está en el hospital cuidando a su tía —mencionó. No le quedaba mucho tiempo para llegar y terminar su conversación. Si bien sabía que la relación de TaeHyung y SoMin era más competitiva que amistosa, sintió que debía saber de él. Al fin y al cabo, conviven y los hacen amigos, ¿no? Deben interesarse en ellos, ¿no? —. No te había preguntado, ¿cómo va todo con lo de tu padre?

—¿Qué? —La pregunta le pareció sacar de lugar—. Oh, disculpa, me tengo que ir. ¿Hablamos luego? 

No le dio tiempo ni de despedirse, pues ya le había colgado el celular antes de siquiera procesar sus palabras. Aunque de todas maneras no le iba a dar tiempo de seguir conversando con ella.

JiWoo seguía teniendo la imagen de chica mala, a algunos les molestaba y a otros les agradaba. Para ella, aquellos que la deseaban solo por dar esa imagen le parecía patéticos en todo sentido, mas no podía negarse y aprovechar esa popularidad. En sus inicios como universitaria todavía se negaba a dejar de salir con sus amigos —los nuevos—, jugar o estar en casa componiendo hasta tarde, por eso acudía a los de último año que más le pedía salir.

—Tengo que hacer esto —dijo. Tendió una pila de papeles. Vio el chico asustado y confundido, no sabía qué hacer. Pegó de vuelta los papeles a su pecho y cambió su expresión a cansancio—. ¿Sabes que si estoy ocupada el fin de semana no podré ir de cita contigo?

—¿En serio?

—Sí —canturreó con un puchero—. En casa tengo que cuidar de mi abuela porque mi padre casi nunca está, es una pesadilla hacerlo y tener deberes pendientes.

—¿Quieres que te ayude? Te hago la mitad para que tengas menos cosas que hacer y así puedas estar libre para nuestra cita el sábado, ¿te parece? 

JiWoo miró al chico de cabello castaños. Su altura era increíble a comparación suya, incluso su mano era grande. Le parecía atractivo, su cabello siempre alborotado, buen cuerpo con cabeza pequeña, cuello largo y espalda ancha. Estaba ejercitado, sin ser mucho o poco. No recordaba siquiera su nombre porque para ella siempre fue el jefe de último año, de paso inteligente y el mejor de todo.

Sonrió, pícara.

—Perfecto. Este sábado nos vemos. 

Para ella todos eran unos ilusionados. Le parecía gracioso que la mayoría actuara como unos adolescentes hormonados estando ya en la universidad, en especial aquellos de años mayores que se volvían locos por las de nuevo ingreso y muy guapas.

JiWoo no solo encajaba en ese grupo —como todas las demás a su parecer, pero esos chicos tenían unos cánones de belleza estrictos para ser tan promedio—, sino que también su “estilo” de chica mala era una fantasía de muchos, atrayéndolos aún más. En menos de una semana ya diez chicos le habían invitado a salir, cosa que rechazó gustosa y que terminó atrayéndolos aún más.

—Están locos. ¿No entienden que no quiero salir con ellos?

—Les gusta las chicas difíciles de conseguir. 

—No soy un objeto, ¿sabes?

—Eso no lo entienden. No piensan con la cabeza que controla al cuerpo.

A veces solía usar sus encantos para que incluso los de preparatoria le hicieran sus deberes. Para ella eso era lo único bueno de tener a tantas personas tras ella, las chicas a veces la miraban, no sabía con qué sentido, pero le gustaba.

—Pero apenas voy a la prepa, ni siquiera tomaré esa carrera.

—Eso lo dan en todas, créeme. Además, te va ayudar a prepararte.

—¿Por qué no la haces tú?

—Porque vamos a salir tú y yo a comer helado este sábado. Me haré pasar por tu novia universitaria para sorprender a tus amigos. 

El chico, todavía con algo de acné en su rostro, repensó la propuesta, la cual no le parecía nada mala. JiWoo le gustaba, quizá más de lo que debería —estaba demasiado seguro de ello—, le encantaba su aura de chica mala y por eso accedió sin pensarlo dos veces. Quienes habían caído antes y se dieron cuenta a tiempo —nadie—, estaría diciéndole al joven que había hecho un pacto con el Diablo con rostro de mujer, una maravillosa, hermosa y muy buena.

JiWoo sonrió como siempre lo hacía.

Sin embargo, al tiempo empezó a dejarse de esas jugadas, de todas maneras, le parecía que era la mejor manera de despejar su mente —salvo cuando compone, allí sí deja todo atrás—. No chicos, no KARD por un largo rato dada a la situación que cada uno presentó con el tiempo —y porque tres de cuatro estaban en universidades distintas, razones suficientes como para aislarse y verse poco. 

—¿Ese es un tatuaje?

—Sí, es temporal. Combina con mis medias de dragones al estilo del arte chino —JiWoo mostró sus medias. Había visto un estilo que le encantó y por ello se animó a usar faltas y lucir el tatuaje de dragón a lo largo de su pierna.

—Te queda genial, ¿pero no estás muy grande para esa ropa de niña de prepa?

—Esta ropa de niña de prepa vale más que tu casa. 

Pero al final se rindió, pues si bien era un estilo que le gustaba, no iba con su yo actual. Le habría gustado haber visto ese estilo en su etapa adolescente, cuando iba tras aquellos que no le agradaba. Solía encerrarlos en los baños, escondía sus cosas cuán duende en casa grande y hasta los tropezaba para que cayeran. Incluso, sin querer tiró de una niña por las escaleras, para la suerte de la niña solo habían sido dos escalones y no le había pasado tanto como había hecho ver.

—Eres una exagerada —masculló.

—Todos te vieron metiendo tu mano por la rejilla cuando estaba bajando.

—No es mi culpa que no veas por donde caminas.

—¡Señorita Jeon!

Era su época de oro, según ella. Siempre le gustó hacer travesuras, pero cuando las hacía sola eran mil veces peores que las que hacía con sus amigos. Una vez había competido con TaeHyung para saber quién hacía más travesuras en una semana y el que fuese castigado perdía.

Sin embargo, lo planearon antes que empezaran las vacaciones, por lo que cuando volvieron nunca recodaron aquello que dejaron inconcluso en el colegio.

—¡Un día de estos vas a matar a alguien!

—Llevo la corona también. 

Todos los adultos —y sus víctimas—, estaban hartos de ella. Sus travesuras llegaban sobrepasar límites que nadie conocía, siempre estaba molestando a alguien y mandando a diestra y siniestra. Pero, aunque no mató a nadie, el peor momento de su vida fue cuando la descubrieron hablando de otros.

—No te puedo mentir, HanSeol tiende a parecer una persona muy buena, pero en realidad no es así. La he visto salir de los baños con chicos y arreglando su falda. ¿Crees que es normal que alguien tan tonto saque tan buenas notas? Al menos yo admito que no hago mis deberes y no lloro si salgo mal.

—¿Por qué HooYeong me dice que no afronto los problemas si es él que ni aparece en clase cuando toca algo importante? Luego llora.

Sus comentarios solían ser muy duros para otros. A algunos apenas les importaba que hablara de otros a sus espaldas porque era normal. Sin embargo, esa vez comentó algo delante de alguien que apenas conocía, una persona insegura que estaba más que convencida que, así como hablaba de otros en su cara, hablaba mal de ella con otros a sus espaldas.

Fue entonces cuando sucedió.

—Siempre digo la verdad. Si quieres saberla dime porque no me quedo callada. 

—Estás admitiendo que hablas de otros a sus espaldas.

—¿No lo has hecho? —mordió de su emparedado.

—Sí, pero…

—Entonces no hay nada más. Soy un cofre abierto, quien quiera verdades de sí mismo que me diga.

HanSeol se volvió en el blanco único de JiWoo por varios meses, hasta que finalmente acabó el año escolar y la cambiaron de colegio. Tanto era que le pegaba chicles al cabello que pronto pasó a ser corto por encima de las orejas, le empujaba las mesas hasta hacerle moretones, le rayaba el pupitre con cosas hirientes. Su odio hacia ella era evidente y nadie, siquiera el director, quería intervenir. 

Pero había madurado. Ya no se metía con nadie —aunque no dejaba de ser agresiva— y procuraba enfocarse en lo que quería. No podía predicar paz porque así no era ella, pero al menos su yo bully había sido enterrada y esperaba que se quedara allí hasta incluso después de su muerte. No se arrepentía de ello porque para ella cada uno tenía razones para ser tratado de esa manera. 

Llegó a casa, pero se tuvo que bajar del taxi un poco lejos de ella. Solo había un montón de gente —protestantes, le pareció— frente a su hogar gritando cosas que no podía entender. Un mensaje la hizo sacar su celular y dejar de avanzar a paso lento.

“No vayas a casa. Hay un montón de personas allí.”

—No me había dado cuenta, papá. 

“¿A dónde se supone que debo ir? ¿Durará mucho tiempo? ¿Qué pasa?”

“Luego hablamos, JiWoo. Ya te mando la dirección.”

Para su sorpresa y desgracia, antes de darse media vuelta para tomar un taxi e ir a la dirección que le llegó de parte de su padre, fue acorralada por aquellos reporteros que lograron reconocerla, cosa difícil, pues poco lo acompañaba.

Ahora necesitaba encarar a su padre dada la información que recibió de aquellos cuando no tenía ni idea de lo que sucedía.

—¡Jeon SiWon! —exclamó entrando a la habitación del hotel.

—¿Por qué me gritas? Soy tu padre, más respeto, señorita.

—Mira quién pide respeto.  ¿Es cierto lo que dicen? Ya salieron publicaciones sobre eso. Te dije que salieras con alguien, pero tampoco esperaba que me lo ocultaras.

—¿De qué hablas, JiWoo? ¿Estás loca? 

—En dónde está la abuela —masculló, muy molesta.

—Durmiendo. ¿Qué sucede, JiWoo?

—No lo sé, eso pregunto. Iré a salir.

Solo decidió salir con el único disponible, pues había regresado del viaje antes de lo estimado y no dudó en hacerle compañía. Matthew y ella solo pasearon por el parque, comieron y estuvieron charlando un poco, nada fuera de lo normal para ella, pero para él…

—¿Segura que estás bien? No me estás tratando como siempre.

—¿Te gusta que te trate mal?

—¿Qué? No. Digo que estás rara y esa no es la actitud de JiWoo la ácida —hizo la referencia de la preparatoria, cosa que les hizo reír.

—No es nada, solo peleé con mi padre.

—¿Todo bien?

—No lo sé, también pregunto lo mismo y no tengo respuestas. 

Matthew insistió tanto en acompañarla que no pudo seguir negándose a su petición. Estaba bien, pero él quería asegurarse de que llegara a salvo a su destino. 

—Supongo que nos vamos a ver un día de éstos.

—Claro —contestó—. Espera, ¿qué es eso?

—Mierda. Ya se enteraron.

—¿Qué sucede, JiWoo?

—¡Te dije que no lo sé! No… no estoy segura. Hay un montón de rumores sobre mi padre y no me quiere decir nada.

—Ven a dormir a mi casa, no puedes entrar así. ¿Te reconocen? No importa, yo le escribo para que no se preocupe.

—No puedo hacer eso, Matthew —llevó la mano a su cabello para echarlo hacia atrás, desesperada—. Que seas un maldito con tu padre no significa que yo también tenga que serlo. No sólo es él, también está mi abuela. Tengo que ir…

Matthew la tomó del brazo para detenerla. Justo en ese momento alguien parecía salir y para la desgracia de ambos, era SiWon quien pronto empezó a ser acorralado por los reporteros mientras por otro lado le lanzaban cosas que manchaban su americana.

—Matthew, tengo que ir con él. Por favor.

—No lo hagas, saldrás herida.

—No puedo… yo —empezó a llorar, tirando para zafarse sin darle importancia a su piel rojiza.

—Se estima que el reconocido compositor y letrista SiWon fue visto de cita hace unas noches. Según las cámaras no se trataba de una mujer, sino de un hombre.

—Pero qué nos asegura que haya sido una cita, querida Yang.

—Pues nada más ni nada menos que la imagen de ellos besándose. Al parecer se escondían, pero no les ha funcionado. No se percataron de esta cámara que los pilló.

—Corea sigue teniendo muchos problemas con las parejas de figuras conocidas, esto es otro nivel, pues nunca antes se ha visto a ninguno de ellos proclamándose abiertamente homosexual, ¿no es así, Yang?

—Así es, Lee. Sin embargo, SiWon no se ha proclamado para admitir o desmentir los rumores. Su casa está rodeada por protestantes y recientemente hallaron el hotel donde se hospedaba y se le vio salir solo. ¿Habrá estado con su amante?

—Sin embargo, señorita Yang, no solo es esto. Más bien, no es esta la razón por la cual hay tanto escándalo, pues se le ha acusado al compositor y letrista Jeon SiWon de haber plagiado varias de sus presuntas creaciones. No solo lo acusa una persona, sino también empresas y artistas extranjeros. ¿Será este el final de la carrera del célebre compositor? 

—Todo estará bien, confía en mí.

—No… no puedo dejarlo allí… así.

Matthew solo se limitó abrazarla y pegarla a su pecho. Todo iba mal.

N/A
Hola, actualizo de una vez
porque soy impaciente y
no sé cómo me irá hoy en
mi batalla contra el internet.

Espero que hayan disfrutado
el cap porque solo queda el
siguiente y el epílogo. Haré
ronda de preguntas, así que
recomiendo pensar en las
propias. Byebye

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro