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Capítulo 04: Uñas largas, malhumor; colmillos no se asomen, por favor

—SoMin —canturreó JiWoo quien se enganchaba a ella—, ¿qué pasó ayer? ¿Por qué de pronto cancelaste nuestra cita?

No se habían visto en toda la mañana debido a que su director los había puesto hacer otras actividades como castigo.

—He pensado en lo que hicieron y no puedo quedarme de brazos cruzados —dijo el hombre tras haber citado a los cuatro—. La profesora Park está demasiado molesta e indignada, por esa misma razón no puedo permitir que se salgan con las suyas, aunque tengan mucha influencia por sus padres.

» Quedan expulsados por tres días, pero deben venir aquí para cumplir con los quehaceres que se les asigne como parte del castigo.

Eso había dicho el hombre justo antes de sonar el primer timbre. JiWoo se mostraba un tanto recelosa, SoMin indiferentes y los chicos... Traviesos. No les importaba, sobre todo a Matthew porque haciendo lo que le pidieran se liberaría de muchas horas de aburrimiento. Le sentaba bien aquello.

Para su suerte —o desgracia, tal vez— ya estaban acabando las clases.

—Mamá me mandó a ordenar que no saliera ayer —respondió—. Fue un día horrible. No vi ni a mamá o a papá desde que me levanté en el hospital hasta que me acosté en mi casa.

La expresión de SoMin llamaba la atención. Se notaba estresada y molesta, pero no quería desahogarse con sus amigos. Acarició el cabello de JiWoo con mucha ternura.

—No exageres, SoMin. Sabes que tus padres están muy ocupados —intervino Matthew.

La mencionada detuvo su paso en seco y lo miró con la ceja enarcada.

—¿Dices que exagero?

SoMin se cruzó de brazos ante él, mirándolo.

—Despertaste a la fiera —Le murmuró J.Seph al robusto sobre el hombro. La castaña le dedicó la misma mirada al otro chico—. Eh, sí. Me tengo que ir... ¡al baño! Sí, al baño. JiWoo, acompáñame.

—¡¿Qué?! ¡No! ¿Estás loco? —Se negó la joven echándose hacia atrás. Tae cerró los ojos por unos instantes con la mandíbula apretada y una sonrisa forzada—. Ah, sí. Voy, voy.

Tras eso salieron corriendo.

—Malditos cobardes —masculló B.M, retrocediendo lentamente—. Yo... Mira, lo siento. No fue mi intención, en serio. Yo... SoMin, por favor discúlpame.

SoMin negó con la cabeza y entró al lugar que le asignaron para la tarea de castigo. Por suerte no le tocaría en la misma que él.

—Está loca —farfulló.

***

Las clases terminaron por ese día. Y, como todo el tiempo, los cuatro acordaron reunirse en la salida.

—Pregúntale si sigue molesta conmigo —Le pidió Matthew a JiWoo. Y antes que ésta lo intentara, SoMin se adelantó.

—No, no lo estoy —Cuando lo aseguró B.M relajó los hombros y los otros dos rieron bajo—. Vayamos a comer el cerdo que no pudimos ayer gracias a mi madre.

Una chica pasó por al lado del grupo, le guiñó un ojo a JiWoo y saludó con la mano y una sonrisa tímida a los demás.

—Sin duda, ¿vamos en el auto de mi hermano que en realidad ni es de él? —inquirió J.Seph a la vez que agitaba las llaves del auto en sus dedos. No le había importado lo anterior, ya bastante acostumbrados estaban.

Sonrieron, emocionados.

Salieron corriendo y subieron a la camioneta negra aparcada en el estacionamiento del instituto.

—¿Qué me asegura que te lo hayan prestado? —interrogó SoMin con duda a la vez que se abrochaba el cinturón del copiloto.

—¿Tener las llaves no te dice nada?

—No, nada de nada —respondió ella—, pero ya lo tienes y de igual forma debes manejarlo hasta tu casa. ¡Vayamos a comer!

Los demás exclamaron igualmente.

TaeHyung puso en marcha el automóvil y al llegar se estacionó para luego encaminarse con sus amigos al sitio donde asarían su propio cochino mientras charlaban un rato.

—Um. Tae, ¿le dirás a tu padre que fuiste suspendido pero que deber seguir yendo para cumplir tareas? —indagó Matt.

Negó.

—No puedo, si lo hago me matará —confesó. Llevó un poco de carne a su boca—. ¿Y ustedes?

—Mi madre vive ocupada, no podré decirle, aunque quiera —admitió SoMin—. ¿Y tú, JiWoo?

—No lo sé, tal vez me lleve esto a la tumba. ¿Y tú, Matt?

—¿Debería? Mi papá nunca está en casa y no le interesa lo que hago —respondió B.M, se hincó de hombros—. Supongo que ya saben lo poco que me interesa la universidad.

—¿Entonces qué harás después de graduarte? —JiWoo colocó los codos sobre la mesa enlazando sus dedos.

—No lo sé. Tal vez viva de putas. tengo dinero, ¿lo recuerdan? —levantó las cejas.

—Te recuerdo que es de tu padre y de seguro no le dará su dinero a una persona que de seguro lo mal gastará en putas y viajes —enunció SoMin.

Un muchacho alto y de ojos fieros cuán gato se acercó a la mesa. Dejó la carne que habían pedido una vez más rato atrás. Sonrió y se retiró sin intercambiar miradas.

Por alguna razón le pareció intimidante cada uno de ellos. Incluso su uniforme —que indicaba su alta clase y educación— lo hacía sentir incómodo, como a muchos de su alrededor.

¿Por qué, chicos de tan buen porte estaban allí, en un sitio tan común y clase media como ese? No lo entendía y no quería hacerlo tampoco.

—Entonces, ¿ya tienes las cámaras? —preguntó SoMin a Tae a la vez que volteaba su pieza. Éste asintió.

—Sin duda. Espero impaciente para colarme e instalarlos —afirmó.

—Antes que me preguntes: sí. Ya tengo a la persona contactada y apartada. Es más, anda muy pendiente —garantizó Matthew seguro de sí mismo. Agregó en voz baja:—. Creo que le hace falta el dinero.

Soltó una risotada junto con sus amigos, llamando la atención de los demás.

—Ya que yo estaré con Tae, ¿qué harás tú, SoMin? —indagó JiWoo.

—Seré la que hará que el chico encargado del audiovisual se distraiga. Haré que se enamore de mí, para luego hacer que salga antes que Tae entre en acción y distraerlo —comentó, pícara. Tomó un poco de la bebida que había pedido.

—Pero, SoMin, acabas de salir de una relación, ¿estás segura de querer hacer esto?

—Obvio que sí. Además —metió la carne en su boca—, igual no estábamos en una relación formal. De todas formas, lo iba hacer.

—¿Entonces no vas "a cerrar ciclos" cortándote el cabello? —inquirió sarcástico Tae haciendo énfasis con los dedos colocando entre comillas lo de cerrar ciclos. Tras eso Matthew soltó una risotada.

Los chicos se sorprendieron al ver a SoMin reír por un comentario de Tae.

—No, J.Seph, no voy a fingir cerrar un ciclo cortando mi cabello —admitió entre risas.

Matthew sonrió al verla tan alegre, le gustaba verla así, de igual manera a JiWoo. Las chicas estaban frente a los chicos, de vez en cuando se intercambiaban miradas fugaces.

—Pero he de admitir que sí, quiero cambiar mi look —masticó y tragó—. Me vendría bien un nuevo color de cabello.

Los chicos asintieron de acuerdo con ello. JiWoo notó que ya había oscurecido y les hizo seña a sus amigos. Pagaron y salieron del local.

—Esperaré al chofer —dijo SoMin esperando a que éste le contestara la llamada—. Vayan ustedes a casa.

—Cuídate —Se despidió Tae quien le dio un beso en la mejilla. Tras él se despidió JiWoo quien se iría con él.

JiWoo y J.Seph se subieron al auto y desaparecieron de la vista de SoMin y Matthew.

La castaña empezó a tiritar por el frío que calaba sus huesos. Salir con el uniforme fue un error, más porque llevaba falda y había dejado su suéter en casa por error. B.M se percató del frío que su amiga estaba teniendo y se quitó su chaqueta (el cual forma parte del uniforme masculino) y se lo colocó sobre los hombros.

—Pareces que vas a morir de frío —comentó con ternura. Sonrió hasta que sus ojos se convirtieron una línea.

SoMin sonrió de igual manera. Le había parecido tierno aquello y recordó lo detallista, delicado y muy cursi que llegaba a ser su amigo.

—Eres un idiota —masculló.

—Pero me amas así, ¿verdad? —inquirió el chico alzando las cejas a cada momento.

SoMin bufó, divertida. Luego comenzó a negar lentamente, y desde lejos divisó el auto que la recogería.

—Ya me vinieron a buscar —avisó—. ¿Quieres que te lleve?

—Estoy bien, gracias. Puedo ir caminando —Se despidió dándole un tierno beso en la frente. SoMin sonrió discretamente.

Subió al auto y se despidió de su amigo.

La calle estaba sorprendentemente activa para ser un martes. Apenas iba a ser las ocho de la noche, cosa que se dio cuenta al ver el reloj de su celular. Miró por la ventana del coche, sin encontrar nada interesante, solo gente caminando de un lado a otro, lo normal.

La castaña tomó su celular al notar que tenía un mensaje. Era su madre.

"SoMin, te amo." Miró extrañada aquel mensaje, pero a la vez se sintió muy bien. Eran pocas las veces que su madre le dedicaba aquellas palabras y apreciaba cada vez que pasaba.

—¿Sabe algo de mi padre? —Se dirigió al conductor, éste negó con la cabeza.

Soltó un suspiro. Sabía que el matrimonio de sus padres no tendría reparación alguna. Son cosas que pasan en los matrimonios, SoMin. En algunos el amor muere después de algunos años. Muchas veces se debe al agotamiento. SoMin to podía dejar de repetirse aquello mentalmente y a medida que lo hacía se prometió no casarse, al menos no joven.

Al llegar a su gran hogar, bajó del automóvil. Se detuvo un momento para apreciar la construcción de la casa donde creció. Recordó cuando corría por toda la casa, subiendo y bajando los pisos sin cesar.

Entró y lo primero que vio fue el gran salón con colores claros decorado con accesorios dorados. Sonrió al ver su piano blanco al final de la sala, junto a un gran ventanal que deja entrar toda la luz posible.

—¡Mamá, ya llegué! —exclamó a la vez que dejaba a un lado su mochila. No esperó ninguna respuesta, nunca la tenía.

Acarició las teclas del piano, el tacto le causó un escalofrío. Se sentó y empezó a tocar una melodía que ella misma había creado, inundando el lugar de un hermoso sonido.

Se había relajado tanto que no se había percatado que ya eran las diez y que tenía varias llamadas perdidas de Matthew y uno que otro mensaje pidiéndole que la llame apenas pueda.

Le marcó sin pensarlo dos veces.

—Al fin me llamas. Pensé que te habías quedado dormida —pronunció el chico al otro lado de la línea.

—Lo siento —Se disculpó—. Había dejado el celular lejos de mí. Pero dime a qué se debe tu repentina llamada.

Mi papá me dejó una nota diciendo que tuvo que salir de emergencia al extranjero con su esposa —SoMin escuchó sonidos de tráfico por lo que imaginó que estaría en la calle—. Ya sabes, trabajo. Estar en casa solo es una idea para nada agradable, así que me preguntaba si podía dormir en la tuya hoy.

—No seas idiota. Puedes ir a La Guarida —propuso sin darle importancia a la voz decaída del chico.

SoMin, no seas mala. Déjame dormir contigo hoy.

La castaña empezó a subir las escaleras para entrar a su habitación, permaneciendo en silencio durante todo el trayecto. Tiró su mochila a un sillón de su habitación cerca de un gran librero lleno de muchos textos de distintos género y procedencia.

—Tampoco quiero dormir sola hoy —dijo al fin tirándose a la cama—. Ven, te espero.

Estaré allá en menos de diez minutos. ¡Muchas gracias, preciosa!

El robusto salió corriendo hasta la casa de la chica, estaba a unas calles y por eso decidió no gastar dinero en un taxi, aunque podría hacerlo hasta para ir a la esquina porque el dinero es lo que le sobra. Nacido en cuna de oro, forrado de dinero gracias a sus padres y abuelos. ¿Qué más podía pedir ese chico? Logró estudiar en diversos institutos de gran renombre porque podía y sus padres querían. Era la vida que merecía.

Al llegar se detuvo frente a la gran puerta para recuperar el aliento perdido tras haber corrido por puro impulso.

—Debo dejar de ser tan infantil —Se dijo a sí mismo al darse cuenta que aquello fue extremadamente estúpido. Siquiera sabía por qué le dio por salir corriendo.

Cuando entró saludó a una que otra empleada que veía, evitando a las metiches que decían que él tenía relaciones con SoMin y lo miraban mal. Lástima para ellas que lo vean solo cuando llega en la noche y se va en la mañana. Igual nadie le debe explicaciones a nadie y al menos una de sus fantasías existía al menos en la cabeza de otras personas a parte de la suya. Le gustaba, eso era todo.

Dio dos toques suaves a la puerta de la habitación de SoMin para entrar sin esperar respuesta, igual ella nunca le decía que no entrara, aunque se estuviera cambiando.

Para su desgracia, ya estaba saliendo del baño tras haberse desmaquillado.

—Pasaron once minutos. No eres bueno midiendo el tiempo o eres demasiado lento —enunció la castaña.

—Gracias por dejarme quedar aquí. No sabes lo bien que me siento al estar en este lugar —estiró su cuerpo después de tirar al suelo su mochila con todo lo necesario para el día siguiente—. Siento este lugar muy pacífico y relajado —Se lanzó al sofá montando los pies en el reposabrazos.

—Irónico —masculló—. Yo siento este lugar tan pesado y tóxico.

Matthew sonrió. Observó cómo su compañera se paseaba de un lado a otro. Se había bañado hace poco porque cargaba una toalla en la cabeza, escurriendo su cabello mojado.

—¿Te han dicho que eres hermosa?

SoMin asintió.

—Miles de veces —informó—. Desde pequeños niños hasta adultos en su lecho de muerte. Hombres, mujeres; heterosexuales, homosexuales y más —rió a la vez que secaba su cabello—. Y no es necesario que me lo digan, ya sé que lo soy, pero supongo que eso retroalimenta mi imagen y presencia.

SoMin se tiró a la cama.

El fornido se levantó de su sitio negando con la cabeza, divertido. Se recostó la zona inferior de la cama.

—SoMin...

—¿Qué? —respondió ella viéndolo a los ojos desde su posición. Tenía la cabeza apoyada sobre su mano y los pies fuera de la cama, pues B.M. tenía la cabeza donde se suponía que pondría sus pies.

—SoMin... —La mencionada respondió tal cual como antes—. ¿Puedes decirme qué pasó con ese chico?

—Dijeron que no preguntarían para no incomodarme —atacó.

—Sabes que JiWoo tiende hablar por su cuenta. Nunca acordamos eso —recalcó—. Yo no tengo pena en preguntarte las cosas si quiero saber, así que tu deber en contarme lo que te ocurre.

La chica soltó un suspiro, preparándose para contarle todo. Y lo hizo, hasta le confesó que por un momento le estaba empezando a gustar el chico.

—¡SoMin! ¡Eres una maldita ilusa! —dijo entre risas. La chica respondió lanzándole una almohada a la cara—. No pareces ser tú. La chica dura que no se enamora ni cree en el amor además del propio. La inalcanzable, deseada por todos y rompecorazones —aludió mirando al techo con las manos en el aire y a la altura de su rostro.

SoMin se cruzó de brazos, molesta y sin ganas de seguir contando la parte restante de su cuento. Sin embargo, tras la insistencia del chico prosiguió.

—...pero de todo esto, lo que más me molesta es que tenga la poca decencia de acercarse a mí y escupir idioteces con tal de humillarme.

—Creo que lo logró —respondió. Ahora estaban acostados uno al lado del otro horizontalmente y mirando al techo.

—Por eso estoy planeando devolverle la jugada —giró su rostro para mirar directamente a Matthew—, estoy planeando algo y siento que será el mejor plan que se haya llevado a cabo.

B.M. arrugó la frente y se acomodó para verla mejor.

—Ah, ¿sí? ¿Qué es? —dijo enarcando una ceja.

—Eso no te lo diré todavía, pero sólo te diré será grande. Le daré de beber de su propia bebida, pero no le dará ni tiempo de llegar al baño más cercano —sonrió.

***

—Gracias por traerme y no decir cosas estúpidas —dijo JiWoo al bajarse del auto prestado de J.Seph.

—No llegues tarde a casa —pidió. JiWoo cerró la puerta del copiloto, dispuesta a irse, hasta que el chico la detiene—. Oye, JiWoo.

La mencionada se giró. Al hacerlo se encontró con TaeHyung dando la espalda mientras se manoseaba y decía cosas que no entendía porque entre palabras hacía sonidos de besos.

—Eres un maldito idiota, Tae —masculló. El chico se giró nuevamente hacia ella y rió con sorna.

—¡Dime que me amas! —gritó cuando ella ya estaba entrando al estudio de baile.

Había ido a ver a su maldito profesor y eso le molestaba. ¿Qué tenía él? ¿Por qué ella lo veía diferente?

¡Maldita sea, tiene hijos y esposa!

—Es una maldita loca.             


N/A 

¡Hola! No soy de hacer notas en los capítulos, pero no está mal de vez en cuando, ¿no? En sí me gustaría saber qué les parece. Así que si no les molesta amaría que respondieran las preguntas uwu

¿Qué les parece?

¿Les gusta el ritmo que lleva o lo sienten muy rápido/lento?

Los personajes, ¿les gusta esta imagen de los chicos?

De los shipps, ¿cuál les gusta más? ¿De qué team son? ¿Qué shipps les gustaría? ¿Desean que alguno tenga más fuerza que otro? 

Si quieren comentar algo más adelante. Igual, si ven errores a lo largo de la obra me gustaría un aviso para tenerlo en cuenta. No como gente, así que espero que se animen a comentar, lo aprecio demasiado.

En fin, espero que guste. Gracias por leer.

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