23. La última de tus amenazas
📆FINALES DE NOVIEMBRE
📆DOS MESES DESPUÉS
📍GRAN PREMIO DE LAS VEGAS
Mis dedos repiquetean en la mesa en la cual estoy apoyada, pendiente de lo que sucede frente a mi. Aprieto mis labios mirando de nuevo mi reloj, pues la demora de lo que sucede, me tiene bastante inquieta.
-Todo está bien, no tienes porqué preocuparte -me asegura James saliendo de debajo del coche de Lando, ofreciéndome una calmada sonrisa.
-Eso me dijiste la última vez y nuestro piloto acabó estrellándose -le recuerdo forzando una irónica mueca que le hace al pelirrojo rodar sus ojos.
-Thalía, lo hemos repasado todo. Primero yo, después Luca y otra vez yo -James pone sus manos sobre mis hombros, intentando de esta manera convencerme de algo que tanto temo- todo saldrá bien, tranquila.
Acabo devolviéndole la sonrisa y dejando que él me de un pequeño abrazo. Nos separamos para volver cada uno a nuestros puestos, girándome yo para ir a por una botella de agua. Mi novio, apoyado en una de las paredes del fondo, con sus auriculares puestos, me devuelve una molesta mirada en cuanto nuestros ojos se encuentran.
Ruedo los míos y después de abrir mi botella, me acerca hasta Lando intentando mantener la calma, pues hoy estoy bastante inquieta y no quiero pagarlo con él.
-James dice que está todo perfecto -le cuento a Lando, apoyando mi espalda en la misma pared que él, intentando rozar mis dedos con los suyos.
-¿Tiene que tocarte tanto? -el tono de dureza de su pregunta, me sorprende, pues nunca se ha mostrado excesivamente celoso conmigo, excepto cuando se trata de James.
-Solo me ha puesto las manos en los hombros para tranquilizarme.
-Aquí el que te tranquiliza soy yo, no ese pelirrojo metrosexual -alzo una de mis cejas al escuchar como salen de su boca unos reclamos innecesarios, pero, que me divierten, pues el Lando celoso es bastante mono.
Aprieto mis labios uno contra el otro, mirando a mi alrededor antes de acortar aún más la distancia que nos separa. Mi boca, cerca de su oído. Sus labios tan apetecibles como siempre.
-¿Y cómo me vas a tranquilizar, Lando? -él ladea su cabeza hasta casi tener nuestras miradas una contra la otra. Por fin una media sonrisa arrebatadora sale de sus labios para responderme, y si, alterar todo mi cuerpo a causa de sus palabras.
-Ya lo sabes, Lía, con tus piernas alrededor de mi cintura y yo empujando bien duro dentro de ti.
Un intenso calor me sube desde las pantorrillas hasta las pestañas. No son sus palabras. No es es tono como me las dice, es su mirada, intensa, lujuriosa y exigente, mostrándome que podría hacerlo ahora, tomarme aquí mismo tal y como me dice.
-Señor Norris, cuide su lenguaje o me veré obligada a tomar medidas disciplinarias contra usted -mojo mis labios uno contra el otro, provocándolo de esta manera, pues en sus ojos puedo ver como le gustaría besarme. Lando acerca su boca hasta mi oído para hablarme de nuevo lejos de oídos indiscretos.
-Jefa, si usted piensa que me tiene que castigar, acataré ese castigo con mucho gusto.
📆MÁS TARDE
Le doy un sorbo a mi refresco energético disfrutando de estos momentos de soledad antes de que todo se vuelva caótico ahí dentro. Los puntos de hoy son cruciales, pues Charlie está a un paso de convertirse por primera vez en su vida, en campeón de Fórmula Uno, algo que tanto deseo y ansío. Nos lo estamos tomando con calma. Sin desesperarnos, pero, con la mente centrada en que mañana Charlie lo consiga.
-Te buscaba -levanto mi cabeza para ver con desagrado como Bianca se sienta frente a mi. No tenía ni idea de que rondaba por aquí, pues desde la muerte de su abuelo, no se ha prodigado mucho por los circuitos, algo que agradezco.
-Tengo que irme. Trabajo, ¿no sé si sabes lo que es eso? -le pregunto antes de levantarme para dejarla sola, pues lo que sea que quiera decirme, no es algo que me interese.
-Si sabes lo que te conviene, te sentarás otra vez, Thalía, o en dos segundos todo el mundo se enterará que te estás follando a uno de tus pilotos.
Intento que sus palabras no me afecten sin mostrar la sorpresa que me produce lo que me ha dicho. Termino claudicando y sentándome, con el corazón latiéndome a velocidades vertiginosas, y todo por culpa de esta niñata consentida.
-Iré al grano -dice ella mostrándome una falsa sonrisa- tengo fotos tuyas saliendo de casa de Lando. Paseando. Dándoos besos cuando creíais que nadie os veías. Fotos muy comprometedoras.
-¿Nos has estado vigilando? -le pregunto con estupor y si, algo asustada por lo que ella sea capaz de hacer.
- Si. Si no como crees que tengo esas fotos -odio su sonrisa, esa de niña buena cuando en realidad es un puto demonio.
-Pues deberías informarte mejor, ya que te dedicas a espiarnos a mi novio y a mi, no salía de su casa, sino de nuestra casa, ya que vivimos juntos. -asisto con satisfacción como la expresión de su rostro se vuelve lívida y casi blanquecina tras mi confesión-
-¿Juntos? -me pregunta ella con el tono de voz muy ahogado.
-Si, así es, y ya me puedes decir que es lo que quieres, porque para eso te has sentado frente a mi a contarme algo que es delito y por el que puedo denunciarte, ¿o acaso eso no lo habías pensado? pero claro, si dejaste tu "brillante" carrera de derecho a la mitad para hacerte influencer, es normal que el día que daban ese tema, no estuvieras en clase -suelto todas mis palabras del tirón pues, sé que viene a chantajearme de alguna manera, pero, voy a presentarle toda la guerra del mundo. No tengo bajo mis órdenes a casi cien personas para que me acojone una niñata malcriada.
-Tienes dos opciones, Thalía. O dejas a Lando. O dejas la escudería.
-¿O?
-O todas las fotos que tengo estarán en las redes sociales, periódicos, noticias... y aunque creas que no te importa, te importará. Verte expuesta de esta manera. Avergonzando el nombre de la escudería de mi abuelo por cuatro revolcones que te das con uno de sus pilotos. ¡Que poco profesional! ¿no crees? -Bianca sonríe de forma maliciosa, provocando de esta manera que tenga ganas de alzar mi mano para estrellarla contra su mejilla.
-¿Porqué, Bianca? ¿porqué te empeñas en alguien que no quiere estar contigo? ¿porqué no te gusta que sea feliz?
-O conmigo o sin mi -responde ella de forma bastante dura.
-Eso solo lo dicen gente tóxica que tienen un grave problema mental. Muchas personas han sido asesinadas por alguien que una vez pensó eso. Deberías buscar ayuda, la necesitas.
Me pongo en pie intentando disimular el temblor y el desasosiego que sus palabras me han causado, pues sé que ella será capaz de llevar a cabo sus amenazas, y es lo que más temo.
-Mañana, después, de la carrera, te buscaré para que me des tu respuesta, si no haces alguna de las dos cosas que te pido, todo el mundo sabrá la clase de zorra que eres. Y cuidadito con decirle algo a mi tío o ni esperar tu contestación haré.
Le doy la espalda caminando fuera de la cafetería intentando mantener una calma que no puedo. La garganta se me ha quedado seca y apenas soy capaz de tragar. Un sudor frío se ha apoderado de todo mi cuerpo, y aunque estoy intentando que esto no me afecte, no es así, y las palabras de Bianca han causado el efecto que ella pretendía, que tenga miedo.
Así que, saco mi móvil del bolsillo y llamo a la única persona que sé que puede ayudarme, porque tiene la cabeza muy fría para estas cosas. Marco su número y por suerte me responde a los pocos segundos, agradeciendo también que ésta vez se encuentre en el circuito.
-Lenna, soy Thalía. Te necesito.
📆MÁS TARDE
Lenna chasquea su lengua un par de veces, paseando con su bebé mientras resopla fastidiada. Mis dedos repiquetean nerviosos en el borde del sillón donde estoy sentada, esperando que ella me dé una solución, la cual veo muy difícil.
He estado haciendo de tripas corazón durante toda la qualy para que nadie se percatara de que me pasaba algo, y en cuanto esta terminó, me he reunido con mi amiga, exponiéndole todo lo que me ha pasado, tras el encuentro con Bianca.
-Nunca me cayó bien, Bianca. Tenía algo que no me gustaba, y no me he equivocado. Jodida, perra -exclama ella sin quitar ese gesto disgustado que lleva acompañándola desde que le conté todo.
-Lo hará. A pesar de lo que le he dicho, difundirá las fotos si no cumplo sus amenazas.
-Deberías haberla grabado, así tendríamos algo con la que amenazarla nosotros -Lenna acaba poniendo a su hijo en el carro al percatarse de que está dormido. Lo arropa, y se gira hasta caminar y sentarme a mi lado.
-Me pilló desprevenida -intento excusarme con algo que es cierto, pues no vi venir a Bianca ni sus intenciones.
-Conmigo tenía que dar esa zorra. En fin. Tal y como yo lo veo, solo hay dos opciones.
-Son muy pocas -me quejo amargamente pues no veo ninguna salida a todo este lío.
-O dejas que ella cumpla sus amenazas y saque esas fotos a la luz, y después yo me encargo de denunciarla y dejar en la ruina...
-¿O?
-O dejas que lo vuestro salga a la luz y le jodes a Bianca el plan -las palabras de Lenna me causan cierto desasosiego porque ni una ni la otra quiero que sucedan. Pero está claro que no tengo más remedio que hacer algo, o me expongo a que mañana, y antes de la carrera, todo el puto mundo sepa que Lando y yo estamos juntos.
-¿Y si...? -Lenna alza una de sus manos, agitándola frente a mi rostro para callar el resto de mi pregunta.
-Dejar a Lando o hacer que lo dejas no es una opción. Y mucho menos dejar el equipo. Nadie va a chantajearte por algo por lo que tanto has luchado. Sé que es una putada. Sé que es una puta mierda y que le darías de hostias a esa niñata, pero, no vamos a mentir por algo que estoy segura, de que en algún momento vais a contar.
Sopeso las palabras de Lenna y durante unos buenos minutos, ella se dedica a hacer una estrategia con las dos opciones que tenemos. Conforme ella me lo cuenta, crece mi ansiedad pues no le veo ninguna salida que nos favorezca a Lando y a mi.
-No sé, Lenna. Ahora mismo estoy más asustada que enfadada, y no sé que hacer -le confieso llevándome las manos al rostro para masajearlo un par de segundos.
-Háblalo con Lando y me decís -me propone ella, a la vez que mi novio abre la puerta de la sala donde ambas nos hemos reunido, mirándonos algo confundido.
-Te estaba buscando, Thali -me dice él entrando en la habitación.
-Bueno, yo me voy. George me está esperando para volver al hotel -Lenna se pone en pie no sin antes darme un dulce beso en mi mejilla, esbozando una amplia sonrisa antes de separarse de mi lado- cualquier cosa, me decís. Tendré mi teléfono cerca para lo que necesitéis.
Lenna pasa al lado de Lando, sonriéndole de la misma forma que a mi. Después de cerciorarse de que su hijo está bien, sale de la habitación con él en el carro, dejándonos solos a mi novio y a mi. En cuanto lo estamos, él se acerca con evidentes gestos de preocupación, pues esboza una mueca antes de sentarse y tomar mi mano entre las suyas.
-¿Qué pasa, Thali? estabas rara durante la qualy -no puedo evitar forzar una sonrisa, pues es cierto que a Lando no puedo ocultarle nada. Cojo aire antes de contarle todo, sabiendo lo mucho que Lando se va a enfadar.
-Tenemos que hablar.
📆 ESA MISMA NOCHE
Restriego mi mano una junto a la otra consciente del frío que hace. Las luces de la ciudad no dejan de brillar, dándole un aspecto cosmopolita a la par que exótico. Escucho unos tacones que golpean el suelo y sin darme la vuelta, sé que es ella.
-Lando.
Odio que pronuncie mi nombre, con ese tono meloso con el que paladea cada sílaba. Odio que tuviera tanto poder sobre mi y que casi besara el suelo por donde ella pisaba. Y lo que más odio es no haber conocido a Thali antes, y darme cuenta de que amor, es lo que tengo con ella, no le que me dio la odiosa persona que tengo frente a mi.
-Es de rastreras lo que has hecho, Bianca -me giro lentamente para hablarle, no deseando alargar más la conversación con ella, pues, tengo muy claro lo que le voy a decir.
-Vaya, ya te ha ido con el cuento tu zorra -su rostro me muestra la rabia y la irritación que le provocan mis palabras, algo que estoy disfrutando y que aún lo haré más.
-Cuidado como la llamas, Bianca, que aquí la única hija de puta que hay eres tú -la indignación que me muestra es algo que ignoro, pues, he venido con un objetivo y me da igual los gestos que me muestre.
-Parece mentira que me hables así, con todo lo que compartimos, Lando.
-Parece mentira que quieras aferrarte a mi, cuando sabes lo mucho que te odio.
Un jadeo sale de su boca tras mis tensas palabras. Bianca quiere acortar la distancia que nos separa, pero, pongo una de mis manos delante de su rostro, para dejarle claro cuales son mis intenciones.
-Supongo que si estás aquí es porque ya habéis decidido -sus palabras salen de su boca como si fueran un veneno. Cree que nos tiene a Thalia y a mi donde quiere, pero, se va a llevar la sorpresa de su vida.
-Lo hemos hecho -le respondo con total tranquilidad sin alterarme lo más mínimo- ni vamos a romper nuestra relación por una celosa de mierda, ni mi novia va a dejar su trabajo.
Curvo mi boca en una irónica sonrisa, esperando la reacción de Bianca. Sus fosas nasales se agitan moviendo su nariz de un lado a otro mientras aprieta sus manos a ambos lados de sus caderas.
-Pues ateneos a las consecuencias -me contesta ella, manteniendo yo la misma calmada postura.
-No, atente tú, Bianca. Y ahora soy yo el que te voy a dar algo que elegir. Si una sola puta foto mía y de Thalia sale a la luz en cualquier medio, automáticamente, varias agencias de prensa y ciertas asociaciones para las que colaboras, tan desinteresadamente, recibirán documentación contrastada de que todo el dinero de las donaciones que ha recibido la asociación que habéis creado tú y tu madre, lo has usado en tu propio beneficio. Robar, creo que lo llaman.
El rostro de Bianca enmudece tras mis palabras, produciéndome una enorme satisfacción verla así. Apenas es capaz de hablarme, afectada por mi amenaza. Una que llevaré a cabo sin dudarlo ni un solo segundo si vuelve a acercarse a Thalía.
-No tienes pruebas -es lo único que se atreve a decirme, pero, se equivoca tanto.
-Si tengo, y muchas. Ay, Bianca, estas cosas te pasan por echar a tus empleados sin un motivo justificado y debiéndoles dinero, porque luego, resulta, que buscan como vengarse de ti.
-Lando...
-¿Te imaginas lo que pensará la gente cuando se entere que la nieta de Piero Ferrari es una vulgar ladrona? que mal, Bianca, que mal.
Chasqueo mi lengua de un lado a otro y decido dar por terminada la conversación, pues estoy seguro de que ella ha entendido bastante bien mis intenciones.
-No quiero que te acerques ni a Thalia ni a mi. Esto termina aquí. Ya hiciste la última de tus amenazas contra nosotros. Y métetelo en esa alocada cabeza tuya, no volvería contigo ni aunque fueras la última mujer en la tierra. Adiós, Bianca, espero no tener que volver a verte en la vida.
Me doy la vuelta y respiro aliviado, como si me hubiera quitado un gran peso de encima. Incluso sonrío porque al final he sido capaz de ponerle freno a alguien que tanto daño me hizo.
-Yo te quiero, Lando -sus sollozos entrecortados no producen nada en mi. Ningún sentimiento ni bueno ni malo.
Ignoro sus palabras y camino tranquilamente hasta el coche que me esperaba. No he querido involucrar a nadie de mis amigos en este encuentro y simplemente le pedí a uno de los chofers que me trajera. Una vez dentro y de camino al hotel, le envío un mensaje a Lenna poniéndole al día de toda la conversación. Las copias de la documentación a la que he aludido a Bianca, las tiene Lenna, mi representante, y Valeria, las personas que más confío en el mundo.
Miro a través de la ventana las luces de la ciudad, mientras mi cabeza no deja de pensar, y maquinar, pero, lo dejo todo a un lado cuando al fin entro en mi habitación, en la que Thalía me espera, sentada en la cama con evidentes signos de nerviosismo. Solo tengo que sonreírle para que sepa que todo está bien.
-¿Estás bien? -me pregunta Thalía, mientras me despojo de mi camiseta, acercándome hacia ella.
-Estoy contigo, nada podría ir mal, mi amor.
La mirada que Thalía me da es de alivio. Y no me apetece que piense más en el tema de Bianca. Quiero que se relaje y que piense en otra cosa. En mi. En nosotros.
Me deshago del cinturón, desabrochándome los pantalones al quitármelo. Los arrojo a un lado, justo al lado de mi camiseta. La mirada de mi novia sobre mi, ha cambiado hasta convertirse en deseo, y en desesperada anticipación.
Thalía se mueve hasta colocarse en el centro del colchón, mientras me subo a la cama. Mis manos se deslizan por sus desnudos muslos, esos que apenas cubren la camiseta que lleva puesta. Alcanzo el elástico de sus bragas, quitándoselas hasta lanzarlas a un lado. Sus piernas temblequean a causa de mi cercanía. Le abro los muslos, posicionándome entre ellos, acortando la distancia que me separa de ella. Me agarro el pene con la mano, y lo llevo hasta rozar su clítoris, gesto este que hace que un gemido roto se escape de su boca, esa que tanto voy a besar.
-Te voy a follar tanto -mi pene se mueve sobre ella, empapándose bien de su humedad, porque ella lo está. Mojada y caliente. Siempre dispuesta para mi.
Empujo mis caderas hasta hacer que mi pene la penetre de una sola embestida. Thalía arquea su espalda tras tenerme bien dentro de ella. Un fuerte suspiro sale de su garganta cuando nuestros cuerpos están unidos. Intento contenerme y no moverme excesivamente rápido, queriendo disfrutar de la sensación de su vagina envolviendo mi pene, pero, ella es tan jodidamente exquisita que mi cuerpo me traiciona, moviéndome hasta golpear sus caderas.
-Lando por dios, si sigues así no voy a tardar nada en correrme -me reclama ella con gemidos entrecortados que salen de su preciosa boca.
-Esa es la idea.
Siento sus manos en mis brazos. Sus piernas alzadas envolviendo mi cintura. Sus labios abiertos, dejando escapar suspiros y gemidos que envuelven mi pene, haciendo que este crezca más dentro de ella. Mis profundas penetraciones, llegan más allá, rozando sus paredes, dejándome envolver por su cálido interior.
-Oh, por favor, más. Quiero más -su voz. Su voz me hace moverme con desesperación y de forma marcada y rotunda. Mis caderas están pegadas a las de ella, golpeándola de forma frenética, llevando un endiablado ritmo, adecuado para los dos.
-Quítate la camiseta. Nunca te la pongas cuando estoy jodidamente dentro de ti. Tus tetas tienen que estar en mi boca.
Su boca se curva en una fascinante sonrisa, mientras hace lo que le pido. Sus manos abandonan mis brazos, quitándose la camiseta que tanto me molesta. Sus duros pezones me reclaman, y mi boca los recibe, bajándola hasta apresar uno de esos en mis labios. Su sabor dulce y embriagador, me hacen succionarlos a la vez, que me muevo dentro de ella con embistes certeros y rotundos, llegando hasta lo más profundo, hasta que mi pene es apretado por sus paredes de una forma implacable.
Su vagina me comprime el pene, mientras todo su cuerpo temblequea. Thalia cierra los ojos, apretando sus labios y tensando su espalda.
-¿Vas a correrte ya? -mi voz se vuelve arrogante y juguetona con ella. No tiene ni que contestarme, sé que lo está haciendo, por como todo su interior temblequea. Como de húmeda está dejándome que mis profundos embistes, se deslicen más fácilmente en ella.
-Oh, por dios, Lando. No puedo más. Maldito.
Sonrío con suficiencia cuando ella abre los ojos. Sus uñas clavándose en mis brazo. Sus gemidos adueñándose de la habitación. Tomo uno de sus muslos, aquel que rodea mi cintura, hundiendo mis dedos en el, ayudándome a penetrarla más deprisa. Porque quiero tomar todo de ella. Quiero marcarla y saciar esta sed, que por desgracia, me deja aún con más ganas de ella. Mi pene pulsa por liberarse. Por estallar en mi preciosa novia.
Bajo mis manos hasta alzarle el trasero, dejando que mis testículos choquen con la parte baja de este. Mi endiablado ritmo es acompañado por sus gemidos. Bajo mi mirada para ver sus pechos bamboleándose al ritmo de mis embestidas. De como morderlos se ha convertido en una adicción.
Todo mi cuerpo se tensa preparado para recibir mi orgasmo. Siento cada parte de mi estallando, como una explosión que me libera, inundándola a ella, logrando lo que quiero. Marcarla con cada parte de mi. Abro mis ojos para ver su mirada anhelante y como su boca se curva en una dulce y arrebatadora sonrisa. Intento recuperar yo también la respiración, abrumado por lo que veo en sus ojos.
-Por ti quemaría el puto mundo, Thalía. Te quiero y que nadie te toque o me lo cargo.
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