
13. Miedo por ti
📆 A LA MAÑANA SIGUIENTE
Bebo de mi botella de agua concentrado en las tablas de datos que hay frente a mi. Muevo mi cabeza de un lado a otro repasando de nuevo las curvas del circuito. Esta noche he dormido bastante bien. Descansado. Y solo. Aunque tengo que admitir que cuando duermo con Thalía, duermo mucho mejor. Hasta eso echo de menos en ella, joder.
En cuanto termine la carrera, voy a ir a hablar con ella, y soltárselo todo. Y que pase lo que tenga que pasar.
-¿Qué le has hecho? -Charlie me da una colleja en la nuca haciéndome un poco de daño, gesto el cual yo le protesto airadamente.
-Sé más específico, por favor -le pido aún sabiendo a quien se refiere.
-A Thalía. Está de un humor de perros esta mañana. Y es por ti, eso está claro -levanto mi mirada buscándola. Está junto a uno de los ingenieros de motor, aquel que contrataron para sustituir a Valeria y que no deja de ser objeto de todas sus quejas. Aprieto mis dientes pues es cierto que su actitud y sus gestos, son de una persona que está realmente enfadada.
-Digamos que ayer le insinúe que se acostaba con James y que tuviera cuidado por si pillaba una ETS... -no termino de hablar cuando Charlie de nuevo me golpea en la nuca, siendo esto ya bastante molesto. Voy a protestarle, cuando él me agarra del brazo sacándome del box para llevarme a no sé donde.
-¡Puto niñato! -él abre la puerta de una de las salas de descanso que tenemos. Dentro, hay dos mecánicos que en cuanto nos ven entrar, nos sonríen, pero Charlie no está para devolverles la sonrisa- ¿seríais tan amables de largaros? ahora.
Los dos chicos ni se lo piensan. Recogen sus bebidas y salen de la habitación casi sin mirarnos, sobre todo a Charlie, que más parece el diablo personificado que un piloto. En cuanto nos quedamos solos, él me empuja suavemente hasta hacer que me siente, permaneciendo de pie en una situación privilegiada sobre mi.
-Mira, Norris. Yo ya he vivido esto. El que el piloto y la Jefa de Ingenieros no se hablen por la puta tensión sexual que hay entre ellos y que son tan gilipollas de no admitir lo que sienten el uno por el otro... Algún día te contaré lo que pasó en Australia con Carlos y Valeria.
-Eh... Thalía no es jef...
-¡Qué te calles que están hablando los mayores! -pego un respingo después del grito que me ha pegado, echando mi cabeza hacia atrás, pues, Charlie cuando está cabreado es para temerle. Y mucho.
-Eso de los folla amigos es una gilipollez. En la vida lo he sido yo de una tía.
-¿Ni de tu mujer? -le pregunto recordando algunos de los acontecimientos de su vida sentimental. A punto está Charlie de darme de nuevo un pescozón, cuando alzo mis manos para evitarlo.
-De ella menos. Porque yo vi a Diana. Me gustó y fui a por ella. No fue fácil, pero lo hice. Yo también estuve un tiempo de folla amigos. ¡Dos semanas me duró!, ¿y sabes porqué? -niego con mi cabeza sin ser capaz de contestarle pues temo que diga lo que diga, a él no le va a gustar- porque yo no la quería para eso, yo la quería para estar con ella el puto resto de mi vida. Así que, cuando termine la carrera, vas a ir y hablar con ella. Te vas a arrastrar y le vas a decir lo que sientes y que de una puta vez, quieres ir en serio con Thalía. Estoy harto de vuestros dramas. Sois los últimos de la Season's Love y quiero un final feliz, ¿me has entendido o te hago un esquema para subnormales?
Asiento con mi cabeza a sus palabras, pues su discurso, se me ha quedado grabado en la cabeza, confirmándome lo que pensaba, que tengo que hablar con ella cuanto antes.
-Bien. Perfecto -Charlie agita su cabeza y resopla por su boca con fastidio segundos después- soy lo suficientemente rico como para financiar a otro niño más. Así que, mueve el culo, Norris o Ingrid seguirá llevándose toda mi pasta.
Charlie sale de la habitación antes de que se me ocurra contestarle. Me quedo sentado pensando en todo lo que me ha dicho y en hacerle caso, porque para eso, él es mayor y más sabio. Salgo de la habitación para volver al box, donde me encuentro a mi equipo esperando para prepararme. Son minutos en los cuales les dejo hacer y recibo las últimas instrucciones, las cuales ya hemos repasado ochenta veces.
Me ajusto bien los auriculares y espero que me pasen el casco para dirigirme hacia mi coche. No puedo evitar estar nervioso. Deseo ganar una carrera, o por lo menos hacer podium. Mi posición en la parrilla de salida me favorece para ello.
-Ten cuidado con la primera curva, sueles escorarte un poco a la derecha -su voz hace que le preste toda mi atención. Asiento a sus palabras fijándome en el azul de sus ojos, ese que tan apagado está mientras me mira. Me permito tomar su mano, procurando que nadie nos vea, aunque ella la aparta rápidamente.
-Me gustaría hablar contigo cuand...
-No es el momento, Norris. Céntrate en la carrera y nada más -el tono frío y neutro de su voz es algo que me deja un poco descolocado, pero, decido hacerle caso y olvidar todo lo que nos rodea a ambos.
Dejo que me ayuden a ponerme el casco y las protecciones, y me dirijo hacia mi coche. Estos minutos siempre son algo tensos pues es hora de repasar que todo esté bien y perfecto. Charlie es el primero en salir, y cuando me dan la orden a mi, hago lo mismo dirigiéndome hacia mi cuarto lugar en la parrilla de salida.
Odio esta espera. El mirar el semáforo y decidir si acelerar o frenar. Si adelantar o dejar pasar. Son minutos que detesto. El color verde me hace darlo todo en la salida. George está tercero y en una maniobra algo arriesgada por mi parte, lo sobrepaso antes de esa primera curva que Thalía mencionó.
-¡Mantén la posición, Lando! -.me grita ella a través de los auriculares, siendo su voz la calma que necesito ahora mismo para afrontar estas vueltas.
Durante los primeros tramos del circuito, mantengo el tercer lugar, cerrándole a George para que no me sobrepase. Tengo espacio y estoy muy cómodo en el coche, pero, al tomar una de las curvas cerradas, siento un chasquido en el motor y como me cuesta frenar. Intento darle al pedal pero este no responde.
-¡No tengo frenos! -grito por el intercomunicador.
-¡Joder! Lando, intenta buscar...
No escucho las últimas instrucciones de Thalía porque siento como alguien me embiste por detrás, arroyándome hasta desplazarme varios metros. El coche da varias vueltas de campana, en los cuales, mi cabeza no puede pensar en nada más.
Solo sé que voy a morir y no le he dicho que la quiero.
Intento mantener la calma, pero me es muy difícil cuando en la pantalla no dejan de emitir imágenes del coche de Lando volcado. Las asistencias están llegando, resultándome lentas e ineficaces. Aprieto mis puños conteniendo el aliento y las ganas de salir corriendo, dejándolo todo para ir tras él. Sudores fríos se apoderan de todo mi cuerpo pensando en la posibilidad de que le pase algo. Rezo lo que sé, lo que me enseñaron las monjitas del orfanato intentando centrar mi atención y no dejarme llevar por las emociones.
-¡Mierda! ¡Joder! -la voz de James quitándose los cascos y arrojándolos a un lado me hace desviar la mirada de la pantalla para centrarme en él- quiero que llevéis el coche al box de reserva. Todo el equipo de Lando a revisarlo en cuanto esté disponible.
Asiento a las palabras del pelirrojo cuando él me mira, pues cuanto antes sepamos que ha ocurrido, antes podremos prevenirlo. Todos estamos preocupados por lo que acabamos de ver. Nadie me pasa datos todavía para poder hacernos una idea de que ha ocurrido, pero como sea por culpa del puto alerón, que le prometí que estaba bien, juro que mataré a alguien.
-¡Thili! ¡Thili! ¿Qué le ha pasado a Lando? -la voz de Charlie me llega a través de los auriculares. Parpadeo un par de veces hasta que consigo enfocar mi vista en la telemetría del monegasco. Tenemos un piloto fuera, pero, aún nos queda otro dentro.
-Su coche ha hecho un extraño al entrar en la curva. Ha volcado. No sabemos nada, Charlie -le respondo intentando no estar pendiente del frenético movimiento que hay a mi alrededor.
-¡Me cago en la puta! .-son las exclamaciones e improperios que salen de la boca del monegasco- De acuerdo, pero dime algo cuando lo sepas.
-Tú céntrate, Charlie. Tenemos a George en la segunda posición y Max viene detrás pegando fuerte -le ordeno para cortar la comunicación un segundo después.
Me llevo las manos a la cara y un murmullo llama mi atención. Bianca está chillando el nombre de Lando en una de las esquinas del box mientras intentan calmarla. Si de verdad no la conociera, hasta me lo creería, pero, en su rostro puedo ver como está haciendo el papel de su vida.
-¡Lando, no! ¡Lando, no! ¡mi amor! -ruedo mis ojos al ver como ella derrama lágrimas, de cocodrilo, claro, y también porque me jode que diga eso de él. Me rompe el puto corazón escucharla nombrar a Lando. A mi Lando.
-André -llamo la atención de uno de los encargados de la seguridad en el garaje, quien se acerca a mi en cuanto se lo pido- por favor, llevaos a Bianca, no nos hace ningún bien tenerla aquí. Está desconcentrando al equipo. Y averigua todo lo que puedas sobre el estado de Lando. Manda a Fiorella, que no se mueva de su lado, vaya donde vaya.
-Oído, jefa.
André asiente con su cabeza y discretamente, va hacia donde está ella. No sé lo que le dice, pero, minutos después consiguen llevársela del box para mi alivio, pues suficientes preocupaciones tengo ya como para tener que lidiar con su drama.
-¡Chicos! no estamos ni al 20% de la carrera. Ahí fuera tenemos un piloto que nos necesita a todos. Hagámoslo campeón y que Charlie pueda dedicarle la victoria a Lando, ¡¿Oído?! -alzo mi voz más de lo normal de forma enérgica y para que todos me escuchen bien. No quiero otro piloto tirado en el asfalto.
-¡Oído!
Todos asienten a mis palabras y se dedican exclusivamente a Charlie. Hoy necesito que gane, porque eso tiene que distraerme de mi verdadera preocupación.
Porque si a Lando le pasa algo, creo que me muero.
📍Shanghai Huashan Hospital
He tenido que esquivar a los periodistas que me preguntaban por el estado de Lando. Lo único que sabemos es que está en observación a la espera del parte médico sobre el alcance de sus lesiones.
-Estará bien -Charlie se agarra a uno de mis brazos, apretando sus dientes mientras me habla en susurros. Ambos estamos en una esquina de la sala de espera, en la cual, aparte de nosotros, está Bianca, el representante de Lando y varios miembros de su equipo- es fuerte. Lando no ha venido a Ferrari para estar dos días.
-Estoy asustada, Charlie. ¿Y si le pasa algo? ¿Y si resulta que es peor de lo que creemos? -me aferro a su brazo dejando que él niegue con su cabeza. Agradezco que esté a mi lado en estos momentos o seguramente, ya me habría derrumbado.
Las respuestas a mis preguntas, son silenciadas por él dándome un par de besos en la mejilla y acercándome más a su cuerpo.
-Lando es fuerte, y lo sabes. Tengamos fe -me pide él intentando darme toda esa calma que tanto necesito.
-Tengo que decirle tantas cosas -le confieso a Charlie con la voz rota por el silencioso dolor que estoy sufriendo.
-Empezad por dejar de ser folla amigos, y salid en serio. Sois los últimos de la Season's Love y los que estáis dando más por culo.
Acabo riéndome discretamente con las palabras de mi amigo y en un murmullo, le prometo que lo haré. Rezando por poder decírselo a Lando en un futuro muy cercano.
-Leclerc, deberías estar compareciendo ante la prensa y no aquí. Eres el ganador de la carrera y tienes que dar entrevistas -ambos ladeamos nuestra cabeza para ver a Bianca dirigiéndose a nosotros y hablándole a Charlie como si ella fuera la que mandara.
-¿Tú oyes algo, Thili? parece que llueve -le responde él ignorándola deliberadamente, lo que causa que Bianca luzca bastante molesta.
-Está todo hablado con la FIA y no ha problemas, Bianca -le contesto yo para que deje de preguntarnos y si, de ser tan pesada.
-Eso lo dirás tú.
-Si, lo digo yo, que para eso soy la jefa de equipo y me encargo de estas cosas -le contesto con la misma dureza que ella.
-Y no tú que ni eres una becaria. Joder, hasta en eso te han rechazado -Charlie. Como siempre. El que le gusta hurgar en la herida, y más en la de la italiana que se cree la heredera de Ferrari.
Está por contestarle a mi amigo, cuando un par de médicos entran en la sala. Como un resorte, nos acercamos a ellos, sorprendiéndome ver a Bianca ponerse en primera fila.
-¿Familiares de Lando Norris? -pregunta uno de los médicos mirando a todos los allí congregados.
-¡Yo! ¡Yo soy su novia!
Contengo un jadeo al escuchar a Bianca llamarse de esa manera, cuando todos sabemos que no es así. La morena arrogante, se pone enfrente de los médicos impidiéndoles a Rafe, el representante de Lando, estar más cerca de los facultativos.
-Será hija de puta -exclamó al ver como le piden a Bianca que los acompañe para poder explicarle el estado de Lando.
-Ah, no, por aquí no paso -Charlie se deshace de mi agarre y camina con paso decisivo hacia donde está Bianca.
Consigue interceptarla, agarrándola del brazo e impidiéndole salir detrás de los médicos ante su desconcertada mirada.
-Es su ex-novia -les cuenta Charlie a los dos médicos- y Lando no quiere verla ni en pintura. Él es su representante y su persona más allegada.
Charlie le hace un gesto a Rafe para que se adelante mientras él aparta a Bianca, la cual se revuelve en sus brazos, profiriendo toda clase de insultos en italiano. Cuando por fin consigue que los médicos se alejan con el representante de Lando, es cuando mi amigo la suelta.
-¡Qué coño haces, Leclerc! -le grita ella mirándolo furiosa.
-El papel de viuda afligida no te va, Bianca. Anda, lárgate y no te pongas más en ridículo. Tú y yo sabemos que Lando no quiere saber nada de ti. No sé porqué cojones dices que eres su novia cuando no lo eres -las palabras de Charlie, me dan hasta ganas de aplaudirle, sobre todo al ver la cara de mi odiada Bianca, tras escucharlo.
-Él ha cometido un error dejándome. Y pronto se dará cuenta de que...
-¡Ay, por dios, joder! ¡Que te largues de una puta vez! Que Lando pasa de tu culo. Y ya se ha dado cuenta de que eres una arpía. Hazte un favor a ti misma y vete -Bianca aprieta sus puños a ambos lados de sus costados, dándome hasta miedo cuando lo hace.
-No eres nadie, Leclerc.
-Si lo soy. El puto piloto estrella de la escudería de tu abuelo y de tú tío, no tuya. Tú si que no eres nada. Solo una niñata rica que está enfadada porque su juguete no quiere jugar con ella. Lárgate, Bianca -Charlie mantiene el mismo tono de dureza con Bianca, la cual, segundos después de darle una airada mirada, abandona la sala de espera para nuestro alivio.
Charles viene hacia donde estoy, abriendo sus brazos para rodearme con ellos. Puedo sentir como de agitado está su corazón a través de la tela de su chándal, dejando que me abrace todo el tiempo que necesite.
-Me has dado miedo, Charlie -le confieso una vez que nos hemos separado.
-Yo también. Pero, estoy hasta los huevos de la niñata. Pienso decirle a Agnelli que no la quiero más en el box. Me importa una puta mierda que sea una Ferrari.
-De segundo apellido, y que yo sepa, menos en España y los países latinoamericanos, nadie lleva sus dos apellidos.
-Pues mejor que mejor -contesta él luciendo algo más calmado que hace unos segundos- así puedo pedirles a mi equipo que dejen de llamarla señorita Ferrari.
Charlie me agarra de la mano, llevándome hasta los sillones que hay en la sala de espera. Contestamos ambos a los mensajes que nos envían, sobre todo a Valeria, quien está atacada de los nervios pensando que algo le pase a su niño. Pasa un largo cuarto de hora cuando Rafe aparece con el rostro serio y cansado.
Y aquí es, donde yo me asusto todavía más.
📆 AL DÍA SIGUIENTE
Debería estar en un vuelo de regreso a Maranello, pero en cambio, aquí estoy delante de la cama de Lando viendo como dormita. Me muerdo los labios intentando ahogar un gemido y si, conteniendo mis lágrimas con tal de no llorar. Me da un miedo terrible verlo así, pensando en que no se despierte.
-Uy, ¿hola? -me limpio el par de lágrimas que he derramado y me giro para recibir a la persona que acaba de entrar. Una señora de unos cincuenta y tantos años, camina dentro de la habitación con un café en su mano, mirándome bastante curiosa.
-Hola. Llamé y no había nadie, así que entré a verlo -me disculpo con esta mujer, deseando saber quien es.
-Oh, si, de acuerdo. ¿Eres amiga de mi Lando?
-Algo así. Soy su jefa. Thalía DiAngelo -tiendo mi mano para saludar a la señora, quien, en cuanto pronuncio mi nombre, deja escapar una pequeña sonrisa que me desconcierta.
-Thalía. Encantada. Soy Cisca, la madre de Lando -recibo un cariñoso apretón de manos por su parte, y si, una encantadora y nueva sonrisa. Me fijo en ella, y tiene los mismos preciosos ojos de Lando, unos que quiero ver pronto otra vez- siéntate, por favor.
Acepto su ofrecimiento y ambas nos sentamos en el sofá que hay frente a su cama. Durante segundos ninguna de las dos dice nada, teniendo toda nuestra atención en la cama donde duerme Lando.
-Dicen que nos lo podremos llevar mañana a casa. Han venido los médicos de la escudería, y nos han asegurado lo mismo que el personal de aquí, que solo tiene algunas contusiones y un golpe en la rodilla -ladeo mi cabeza para mirar a ésta mujer y agradecerle que me informe de algo que ya sé, pero que no le digo.
Soy de las primeras a las que informan cuando hay alguna novedad sobre Lando y suelen pasarme un reporte cada dos o tres horas aproximadamente.
-Conociéndolo, sólo querrá estar unos días de reposo -Cisca me sonríe confirmando mis palabras, pues, seguramente, en cuanto se recupere, querrá volver a competir.
-Estaba tan nervioso por la oferta de Ferrari. Lo pensó miles de veces, pues mi niño pensaba que no estaba a la altura de la escudería, y bueno, aún lo sigue estando -me confiesa ella con mucha ternura mientras ambas volvemos a centrar nuestra mirada en Lando.
-Es muy bueno. Lo que le pasa es que tiene que creérselo, pero bueno, aquí estoy yo para recordárselo.
La madre de Lando se muerde los labios y deja escapar un suspiro de su boca. Fija su mirada en mi, poniéndome hasta algo nerviosa.
-¿Mi hijo y tú sois muy cercanos? -me pregunta ella dejándome bastante desconcertada pues no tengo ni idea de como responderle.
-Bueno... soy su jefa, si eso cuenta como ser cercanos -es lo que se me ocurre decirle sin querer delatar el estado de nervios que me causa su pregunta.
-¿Y porqué entonces mi hijo ha preguntado por ti nada más despertarse?
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