Romance y demostración (6) [FIN]
Después de aquella noche, no fue extraño que el nipón saliera de los camarotes y se colara en el del capitán alguna que otra noche.
- Desvergonzado...- sonrió.- Cualquier día te daré una patada si te cuelas así en mi cama.
- El desvergonzado eres tú que dejas que me meta en tu cama...
Francis se giró para mirarlo fijamente, lo agarró del cuello de la camiseta y tiró de él para tirarlo al colchón, después rodó y se sentó en sus bajos, encima suyo, mirándolo desde arriba y atrapando sus muñecas a los lados de su cara.
- ¿Cómo te atreves a llamarme así?- Sa se rio un poco de la sonrisa juguetona del pelinaranja.
- ¿Hmph...? Por el brillo que tienes en tus ojos ahora mismo... Estabas deseando tenerme en esta posición.
Le resultó exageradamente enternecedor que sus mejillas se enrojecieran ligeramente.
- No te esperaba de esa calaña.- ronroneó.
- No me esperaba que fueras tan adorable con las mejillas rojas.
- No están rojas por ti, es el frío del ambiente...- desvió los ojos.
- Uh, sí... Sobre todo cuando no podemos dormir por el calor que hace...
- E-Es del calor...
Sa aguantó la risa.
- Me gusta verte desde este ángulo...- Francis desvió los ojos hacia él y se inclinó ligeramente hacia delante para recostarse en su pecho con los brazos cruzados.- ¿Sois un hombre, verdad?
Francis vaciló antes de responder, sonrió.
- Eso mismo me preguntaste el día que nos conocimos...- retrocedió para volver a quedar sentado sobre su tripa con las piernas a cada lado del cuerpo de Sa.- Y yo vuelvo a responder: "¿Quieres comprobarlo?
- La situación de aquel momento en esta son completamente diferentes...
- ¿Ah, sí? ¿Qué tiene de diferente?- preguntó ladeando la cabeza hacia un lado.- Además de la localización y la posición en la que estamos.
- Que ahora te quiero.- las mejillas del pelinaranja explotaron.- Y antes apenas éramos unos extraños uno delante del otro y yo estaba encarcelado.
- Saimon...- susurró entre dientes sonriendo enternecido.- ¿Y... eso significa que sí quieres?
- No tengo la necesidad de calificar tu cuerpo para medir el amor que te tengo...- Francis sonrió un poco.- Adoro tu cara y tu cabello, adoro tu carácter aunque a veces me saques de quicio...- le sonrió.- Me gustas, Sir Francis...
Este tomó sus mejillas y se inclinó para besarlo exageradamente pasional.
- También te quiero, Sa Remashita...- ambos juntaron la nariz y se dieron otro beso.
Aquellos días de bochorno y humedad por el mar caribeño en el cual se movían para impedir que los españoles llevarán oro a la corona hacía que las noches fueran tormentosas y largas. Aquellas noches, Sa dormía con el capitán y a pesar del calor y la humedad pegajosa, Francis dormía cómodamente en el pecho del nipón y este miraba el techo del camarote y giraba los ojos hacia Francis, sonriendo enternecido.
Los marineros hacían oídos sordos a los rumores de Sa y Francis, pero rápidamente se extendieron hacia Tortuga, ganándose rápidamente el mote de: "valiente Taika" al menos en modo bromista por el horrible carácter que todos decían que Francis poseía y que él no había notado en ningún momento.
Solo esperaba que el carácter de Francis no se volviera la bestia que todos afirmaban que era una vez tuvieran la suficiente confianza. Aunque si no lo era ya después de dormir juntos, podía asumir que no lo sería con él.
- Sa...- llamó cuando regresaron del precipicio después de que Francis pasara por la tumba de su familia.- Esta noche ven a mi camarote...
- Siempre voy...- susurró sonriendo de lado.
- ... Shhh... y ven.
Sa sonrió.
- De acuerdo... iré...
Aquel día, desde que salieron del puerto de las islas tortuga al medio día, hasta que anocheció en alta mar, estuvieron derribando repetidos buques españoles e ingleses durante todo el día en una enredada. Ambos buques estuvieron peleándose, y se metieron en medio arrollando a ambos barcos y derrotándolos a ambos. Aquella noche, los marineros dormirían como unos bebés al haber acabado con dos barcos enemigos prácticamente al mismo tiempo. Aquello era verdaderamente satisfactorio para la tripulación, así que, aún cuando lo único que se oía durante la noche era el mar y las olas golpeando el cascos del barco, pequeños pasos hicieron crujir la madera hacia el camarote del capitán.
- Saimon...- sonrió al verlo entrar.
- Tal y como le pediste...- hizo una reverencia provocando que el otro sonriera.- como un buen caballero...
- Pffffft...- se rió.
- ¿Qué querías de mí para llamarme con tanta antelación y asegurar que viniera sí o sí a verte?
- Esta mañana era porque cuando estuve hablando con mis familiares, estuve reflexionando, especialmente lo mucho que quiero.- era una forma figurada de decir que estuvo pensando en voz alta.- Pero ahora tiene doble dualidad por todo lo que ha pasado hoy... Quiero amanecer desnudo junto a ti...
Una bella manera de decir que quería tener relaciones sexuales con él, la verdad...
- Fran...- ladeó la cabeza hacia un lado y sonrió un poco.- No tenemos porque hace. . .
- Quiero hacerlo.
El de ojos verdes oscuros asintió con la cabeza lentamente y se inclinó con suavidad para juntar sus labios con los del pelinaranja. Evidentemente este no lo rechazó y tomó sus mejillas.
- Está bien...- susurró.
Francis sonrió ladeado y se quitó el sombrero y la larga chaqueta. Volvió a lanzarse a los labios del marinero, pasando los brazos por su cuello y juntando su cuerpo con el suyo. Sa lo abrazó y guió hacia el colchón, donde acabaron como más de una vez: con el parcialmente japonés tumbado en el colchón y el pelinaranja sobre su cuerpo a horcajadas, sin cortar el ritmo de los besos.
- Fran...- le sonrió entre dientes.- ¿No te molesta que descubra si eres mujer u hombre?
- Lo llevas deseando desde que me conociste, bobo...- ronroneó contra sus labios.- Aunque ya deberías intuirlo después de tanto frotarme contra ti...
- Lamentablemente, aún tengo dudas... Porque por más que tengo confirmado una parte, la otra me hace extrañarme y cuestionarme si realmente estoy en lo cierto...
- ¿Hmph? ¿A qué te refieres?
- La primera vez que te vi, te confundí con una mujer vestida de hombre. Cuando te presentaste, entendí que eras hombre pero simplemente tenías un cuerpo curvilíneo... Con el tiempo... Cada vez lo entiendo menos... Cadera femenina, pecho marcado y entrepierna, y nombre masculino...- acomodó un mechón de sus cabellos detrás de su oreja y acarició su mejilla con cariño.- Costumbres y trato de hombre, gentileza y astucia femenina...- suspiró profundo pero le sonrió de forma encantadora.- Y cada día me confundes más... Porque cada día me enamoro más de ti...
- Saimon...- sonrió enternecido.
Se enderezó para quedar sentado sobre su pelvis y empezó a desabotonar su propia camisa.
- Ojalá yo tuviera respuesta...- confesó y suspiró profundamente.- Pero no la hay.- Retiró el pantalón del parcialmente japonés y también retiró el suyo.- ... No sé si esto te va a decepcionar...- deslizó la camisa por sus hombros una vez se deshizo de todos los botones, quedando en completa desnudez sobre el cuerpo del ex corsario.- No soy hombre. Tampoco mujer.- los ojos verdes oscuros de Sa admiraron el cuerpo contrario de arriba a abajo, paseando sus ojos por cicatrices, pecas o granos, deseando acariciar hasta el último centímetro de su piel.- Soy ambos al mismo tiempo... Soy una abominación relativamente aceptable y deseable por cualquier hombre borracho y lujurioso...
- Dudo mucho que te consideres eso con el hermoso cuerpo que tienes...- se sentó en el colchón para quedar frente a frente con el pelinaranja, sentado sobre su pelvis y ambos rozando el cuerpo de forma sinuosa y estimulante.- No hubieras tenido tantos amantes en tu cama, ni siquiera bromearías con mostrar tu cuerpo a un extraño. Sabes que eres hermoso...
- Alimentas demasiado mi ego.
- Te lo mereces.- ronroneó.- En especial si consideras que eres una abominación...
- Técnicamente...- suspiró.- ¿Alguna vez viste un cuerpo así?- preguntó- Soy hombre, pero no puedo embarazar a una mujer; soy mujer, pero no puedo engendrar un hijo... ¿Qué es lo que se supone que puedo hacer si no puedo hacer nada?
- Ser el pirata formidable y astuto que eres. Que has sido hasta ahora y que seguirás siendo hasta el día que fallezcamos...
Francis lo abrazó con fuerza pasando los brazos por debajo de sus axilas.
- Eres de una familia de piratas... No vas a romper los lazos para ser parte de una cadena estúpida como la sociedad de las coronas colonizadoras, ¿o si...?
- Habla y el antiguo corsario británico que no sabía que tenía sangre de pirata y se negaba a creerlo.
- Y ahora me voy a follar a uno...
Las mejillas del pelinaranja explotaron con violencia por la vergüenza de lo que había dicho con tanto descaro. No estaba acostumbrado a que Sa le hablara así. Pero le había gustado demasiado...
- S-Saimon... No seas lengua sucia.
- Disculpe su majestad...- los dos se rieron.- Permita que me arrodille ante usted.
Francis se rió entre dientes y volvió a besarlo.
- Podemos jugar dos al juego de la lengua sucia...- ronroneó contra sus labios.
- ¿Hmph, sí?- lo retó sabiendo que Francis caía fácil en aquellas provocaciones.
- Metemela hasta atravesarme o romperme las caderas si eres lo suficientemente valiente...
Sa lo miró con ironía alzando una ceja y sonrió torcido: aceptaba el reto.
- 私が望んだように, 私の主 (como deseé, mi señor).- ronroneó en un idioma ajeno al ojiverde, con un suave y provocativo acento en su oído.
No se hizo de rogar, pues poco después de eso, y de provocar que se estremeciera de pies a cabeza, además de avergonzarlo más de lo que ya estaba, rodó en el colchón y lo depositó suavemente sobre la tela, para después volver el ambiente más apasionado con un beso que provocó miles de destellos como estrellas en el firmamento y hacer aquella noche inolvidable, dejándose llevar por la pasión, por la intuición, por los roces y sobre todo, por el amor que sentía hacia el capitán Sir Francisco McStone White.
FIN
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Hemos llegado al final de la historia.
Como en cada historia que he escrito y que no pertenecen al canon de mis historias, siempre tengo la responsabilidad de ofrecer la posibilidad de pasaros por mi perfil y echarle un vistazo a la lista de lectura "Historias canónicas" en la cual encontraran la verdadera historia de Francis y Sa, la historia canon, la cual se llama: "Secret".
Si bien, esta es una historia fuera del canon, pero es totalmente posible disfrutar de ella sin ningún tipo de necesidad de haber leído otras historias antes, no es como en el caso de las historias canon que necesariamente se tienen que leer algunas en concreto para entender otras.
Lo bueno de esta historia es que le dediqué ciertos detalles con cariño, y como en otras muchas historias no canónicas tienen detalles que se referencian y que se comprenden en su totalidad cuando se leé la historia canon.
En otros casos, también sucede que la historia canon y la historia fuera del canon no tienen absolutamente nada que ver más allá de usar los personajes y su carácter.
Este no es el caso uwu
Aquí las opiniones ------------>
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo one-short o en la próxima historia
Bye~
By Silvia Line
[1884 Palabras]
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