Ancestro y conocimiento (2)
El capitán se marchó dejando que el silencio solo fuera sustituido por el apacible sonido del agua impactando contra el casco.
Sa tenía miedo. No sabía que le harían o qué intenciones tenía el capitán, pero al desaparecer de cubierta tan solo lo arrojaron de mala gana el irritados a la celda. Parecía que en realidad todos querían matarlo... Pasó sin comer todo el día y durante el anochecer el joven fue visitado por el capitán que tenía las manos a la espalda y lo miraba fijamente desde la oscuridad. No llevaba su sombrero, tal vez lo había dejado en el camarote.
- ¿Eras parte de una tripulación contratada por el rey de Inglaterra, verdad?
- Sí.
- Han muerto todos patéticamente. No estabais bien armados.
- Excedentes de ron entre los recursos.
- Litros y litros de ron que fueron desperdiciados...- suspiró con cierto tono sarcástico.- ¿Cómo accediste a esa tripulación?
- Mi padre. Y él accedió por su padre... Taika Shita.
- ...- hizo silencio y se lo quedó mirando con cierto asombro.- ¿Cómo fue que un pirata tan astuto y lujurioso se redimió por sus pecados con un grupo a favor de la corona?
- No fue un pirata.- entrecerró los ojos.- Mi familia son honorables hombres del re. . .
- Taika Shita, el hombre podrido por dentro por ron y muerto por exceso de sexo, conocido por todo el archipiélago de tortuga por ser aquel que llegó a acostarse con tantas personas como buques derribó.- sonrió con sorna ante la expresión de horror del joven.- ¿Quieres que hagamos una parada y preguntemos por tu abuelo?
- Ese no puede ser mi abuelo...- negó con la cabeza lentamente.
- Oh, si supieras...- se carcajeó.- Tienes más sangre de pirata que de británico.
- No soy británico.- negó con la cabeza arrugando su expresión.
- ...- giró los ojos hacia él.- Tienes un acento británico excelente y provocativo, joven; no me mientas...- amenazó.
- Nipón.- lo miró.- Mi padre me dijo que nuestra familia viene de tierras niponas y que nuestros rasgos son rechazados, por ello debemos mezclarnos. Adapté mi acento para disimular mis raíces.
Hubo un breve silencio.
- ¿Quién sois vos exactamente?
Sonrió provocativo.
- Nativo americano. Sir Francisco McStone White.- se acercó a la celda paseando su mirada y acariciando un mechón que acomodó delicadamente detrás de su oreja.- Solo Francis.- acortó.
- ¿No sois una mujer?- preguntó con extrañeza por las proporciones de su cuerpo.
- ¿Acaso quieres verlo?- sonrió provocativamente.
- N-No.- negó.
Otro breve silencio.
- Bien, Sa...- susurró en bajo.- Volveremos a tener una de estas emocionantes charlas matutinas mientras viajamos a tortuga, si estás vivo, claro; porque los irresponsables de mis hombres deseosos de sangre no parecen haberte dado nada de comer.- bufó con irritación.- Nos vemos...- movió su mano y se alejó hacia la oscuridad para desaparecer finalmente.
Al paso de varios días, la presencia del capitán en la zona de celdas era, cuanto menos, bastante habitual. El capitán del barco, Francis, se había convertido prácticamente en aquel que lo guiaba por el desconocimiento de una celda apestosa, quien le explicaba el rumbo y su destino, quien le daba de comer en su mayoría porque la tripulación no parecía estar muy conforme con que estuviera vivo.
La confianza que fue ganando con el capitán le indujo sin control a creer en las palabras y las historias que se contaban sobre su abuelo Taika Shita. En especial cuando llegaron al Archipiélago de Tortuga y se encontró con la realidad estampada en la cara.
Taika Shita, su abuelo, fue un pirata que se impulsaba por la lujuria, por el ron, por las mujeres y los varones de buen gusto. Un hombre que podía entrar a un salón nocturno y salir mucho después del amanecer del día siguiente después de pasarse por los bajos a todos los que estuvieron dentro. Un valiente y conocido pirata que esquivaba a la justicia con trapicheos con los jóvenes novatos que caían a sus pies rendidos; un picaflor que tenía una mujer en cada puerto y un varón en cada velero que derribaba o en cada buque que abordaba. Un hombre encantador que se paseaba sin miedo ante la muerte y gozaba de extraordinarios planes que siempre lo llevaban a la victoria.
El sexo no era más que algo que adoraba, pero que desde luego no lo despistaba de su meta.
Taika Shita desapareció del archipiélago de Tortuga. Muchos asumieron que su vida de lujuria lo llevó a la perdición, pero la información que había conseguido de Sa, le indicaba que había abandonado la vida de pirata por una mujer que lo sintió morir en su lecho de muerte, en una casa apacible, dejando a la joven mujer sola después de derribar miles de barcos en su nombre y por su honor.
- Tienes sangre de pirata en tus venas, chico. Y tienes buena mano. Sabes lo que haces... Por tus venas corre la herencia de Taika, lo más seguro es que seas tan bueno en la cama como él.
- Lamento decir que seguramente no.- se negó cruzado de brazos.
- Lo que me extraña es que un hombre tan escuchimizado haya podido acabar dando en herencia a algo como tú, muchacho...- un hombre que los escuchaba desde su puestecito de afilador de espadas les comentó aquellas palabras.- Taika Shita era muy bajo, tal vez alcanzaría media cabeza vuestra, Sir Francis...
Los dos se acercaron, pero manteniendo la suficiente distancia para estar cómodos hablando.
- ¿Usted estuvo aquí cuando Taika Shita vivía?
- Tenía más o menos su edad cuando estuvo por aquí la última vez... Y sí, era muy bajo, débil físicamente y puedo confirmar que su salud no era la mejor... pero lo solucionaba con un trago de ron en la mayoría de veces.
- ¿Qué más sabe?
- No tenía problemas en matar a aquel con quién se había acostado la noche anterior. No tenía ningún impedimento, ni lazos, ni ataduras con nadie... Sanguinario...- sonrió perdido en los recuerdos.- Enfermizo y débil físicamente... Pero muy bueno en lo que hacía.
- No hacen falta detalles.- susurró Sa.
- Eres literalmente la primera y única persona que conozco que le incomoda hablar de sexo.- mencionó Francis con cierta sorpresa e ironía en su voz.
- Es mi abuelo y estáis hablando de él como si fuera su reencarnación.
- Ojalá...- susurró el de cabellos naranjas.
Sa miró fijamente a Francis.
- Bueno...- susurró el afilador.- si tenemos en cuenta que eres prácticamente idéntico a él... pero más alto, más fuerte y más joven... Podría decirse que en parte si eres su reencarnación. Al menos una parte...
Sa no dijo nada, solo desvió los ojos
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Ahora que conocemos a los protagonistas, es hora de girar la visión del protagonista y descubrirle que todo ese tiempo su familia había sido una mentira.
Sa proviene de una familia de piratas en realidad... :0
Aquí las opiniones -------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1150 Palabras]
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