Capitulo 3
Día 3
Habían pasado 3 días desde que Bill había recibido su sentencia. Durante esos días había estado pegado a Dipper como lapa. Algo que a Dipper no le molestaba en realidad pero no era algo habitual en su novio. Bill era cariñoso pero a Dipper se le hacía raro que siempre estuviera al lado. No importaba dónde estuviera él, Bill nunca estaba tan lejos. Hasta en las madrugadas si Dipper quería ir al baño o tomar agua Bill se despertaba y lo acompañaba, y así por 3 días seguidos. Dipper no sabía si preguntar o solo dejarlo así como estaba, hasta llegó a pensar que Bill se estaba sintiendo amenazado de alguna forma, que estaba celoso para ser exactos.
El día que estaban todos en la cabaña momentos después Wendy había llegado. Ella había sido el interés amoroso de Dipper a sus 12 años, ella se había ido a trabajar a Canadá por unos años y había vuelto recientemente a Gravity Falls. Ese día estuvo hablando tanto con Dipper como con Mabel sobre todo lo que habían hecho en el rato que no los había visto. Tal vez era por eso, tal vez Dipper había pasado un tiempo considerable con ella y no con Bill, y seguramente había sentido celos.
Por lo general cuando eso pasaba Bill solía ser un tanto más cariñoso y sobreprotector con su novio, pero no al punto de querer estar con él en cualquier momento del día.
Por otro lado, Bill sentía que realmente exageraba la situación. Era verdad que no quería dejar solo a Dipper para no perder ni un segundo pero creía que lo estaba llevando demasiado lejos. Pero la paranoia lo consumía. ¿Qué pasa si Dipper sale un momento y los 3 grandes demonios decidían matarlo en ese instante que su novio no estaba con él?
Había pasado muy poco tiempo pero Bill sentía que ya lo estaba perdiendo todo.
Sabía que Dipper no era tonto, podía ser inocente e ignorar una que otra cosa pero sabía que él iba a empezar a sospechar de su actitud tan dependiente. Igual sabía que Dipper no le diría nada porque sabía que a su pareja le daba miedo lastimarlo pero en algún punto querría hablar sobre eso y entonces, ¿Qué debería decirle? ¿La verdad? No.
Aún no era el momento, tal vez jamás llegue ese momento y si Dipper sigue sin saberlo sería mejor. Pero Bill ya no podía con tal cosa él solo, necesitaba a alguien con quién hablar al respecto y se moría porque esa persona fuera su novio, hablar con Dipper siempre lo hacía sentir mejor pero ahora Dipper no era una opción. Necesitaba ayuda.
Will podría ser pero era demasiado llorón y Bill solía desesperarse demasiado. No. Necesitaba alguien que fuera mesurado.
—¿Bill? —llamó Dipper—¿Todo bien?
Bill parpadeó 3 veces para encontrar la mirada de preocupación de Dipper. Estaban sentados en el sofá y la cabeza de Bill estaba en las piernas de Dipper mientras este acariciaba su cabello. Bill le sonrió con ternura, que Dipper se preocupara por él lo hacía realmente feliz.
—Si, todo está bien. No te preocupes —respondió y cerró sus ojos.
Dipper suspiró y dejó de tocar el cabello de su novio.
—Bill, tenemos que hablar. —Ante estás palabras Bill abrió sus ojos y se incorporó rápidamente en el sillón para mirar fijamente al castaño.
—¿Vas a terminar conmigo? —preguntó Bill asustado.
—¿Qué? —Dipper tomó sus manos— ¡No! No, no... tranquilo.
—Tal vez ahora no pero, ¿mañana?
—Hey, no voy ni quiero terminar contigo, ¿Está bien? —dijo Dipper con un tono suave para tranquilizarlo—. Solo quiero hablar contigo.
—Ah... —Bill suspiró aliviado—. Entonces, dime. ¿Que pasa?
—Eso quiero preguntarte yo a ti. ¿Qué pasa? Haz estado muy raro desde que volvimos de la Cabaña. —Dipper rascó su nuca—. Escucha, si es porque estaba ahí Wendy...no es nada. Tú sabes que...bueno, eso.
Bill estaba sorprendido, ¿Dipper pensó todo este tiempo que él estaba celoso? Era algo lindo, la verdad es que si, a veces cuando se mencionaba a Wendy lo ponía un tanto molesto. Bill tomó el rostro de Dipper entre sus manos y lo miró a los ojos, sabía que a Dipper se le hacía difícil expresar cierto tipo de cosas y sentimientos.
—Sé perfectamente que no es eso. Si, a veces Wendy me hace sentir inseguro pero confío en ti. —Se acercó a dar un corto beso en sus labios—. Jamás te prohibiría que seas su amigo o que hables con ella.
—Sabes que solo me interesas tú. Pero Bill, en serio, no solo es por eso...sabes que puedes confiar en mí y contarme todo... ¿Hay algo que quieras decirme?
Y ahí estaba, Dipper realmente sabía que algo pasaba. A Bill le dolía mentirle pero sabía que algún día lo perdonaría por eso.
—No. Si era eso, me sentía celoso. Lamento haber actuado así. Seguramente te asusté, ¿no?
Dipper negó con sus cabeza y puso sus manos sobre las de Bill que seguían en su rostro.
—Solo se me hizo algo extraño. Cuando estás celoso sueles ser empalagoso pero no tanto. —Dipper le sonrió—. No me asustaste, pero ya sabes que cada que te sientas así puedes decírmelo, ¿Bueno?
—Eso haré. Lo prometo.
Ambos se sonrieron y por un momento solo se miraron a los ojos. Era de esos momentos mágicos que ambos tenían. Era de esos momentos dónde estaban a punto de decir dos palabras importantes.
—Bueno... —Dipper se apartó nervioso—. Voy a ordenar pizza, ¿Qué te parece?
—Me parece bien. —Dipper se levantó del sofá y caminó hacia el teléfono, Bill lo miró por un momento—. Hey, Dipper... —el mencionado lo miró—. Te...
¿Cómo decirlo? ¿Era el momento?
—Eh, ¿puedes pedirla con queso extra? Sabes que adoro el queso. —completó Bill. Dipper rió divertido y le prometió que eso haría y comenzó a ordenar la pizza. —¿Es que soy imbécil?
Dipper y Bill tenían una buena relación, muy linda, sana, ambos siempre poniendo de su parte para que funcione. Pero el gran problema era que durante el tiempo que llevaban saliendo jamás se habían dicho "Te amo".
Decirle eso a alguien no es sencillo, no es algo que se tome a la ligera, eran palabras fuertes con un significado sentimental enorme. Bill sentía eso por Dipper y quería decírselo pero cada vez que tenía la intención de hacerlo notaba que Dipper tenía cierto miedo en su mirada y se detenía a expresarlo. Era algo que quería discutir con Dipper, preguntarle si se sentía cómodo con él diciendo eso pero le asustaba recibir una respuesta cómo: "Es que no me siento igual". Y era una tontería, porque por algo estaba con Bill. Lo que Bill no sabía era que Dipper también tenía ganas de decírselo todo el tiempo y todos los días, tenía tantas ganas de explotar de amor pero sentía que sería demasiado y reservarse era mejor que ser "intenso". Tal vez Bill no quería que Dipper se lo dijera porque él no sentía algo tan fuerte.
Los dos tenían ideas erróneas y por más veces que se dijeran que podían hablar con el otro de lo que sea eso era un tema de conversación que ninguno de ellos quería sacar.
Afortunadamente las acciones de ambos chicos le hacían sentir al otro que si se amaban y que decirlo tal vez no era necesario. Pero siempre quedaban esas ganas de hacerlo, aunque sea una vez.
Día 6
Bill había estado controlando el impulso de estar pegado a Dipper. Ya no podía usar la excusa de los celos, su novio pensaría que quería ser alguien posesivo y controlador. Y así solía ser el rubio, pero es verdad que todos podemos cambiar para bien y para que nuestras malas actitudes no dañen a quienes amamos.
Ahora Bill era alguien que sabía controlar de una manera más racional sus emociones y no quería perder todo ese avance. Aún así, los días pasaban y Bill lo sentía como una verdadera tortura e intentaba no pensar tanto en el asunto y solo disfrutar con Dipper como dijo que lo haría. Pero en lugar de disfrutar solo pensaba en su sentencia, en cuántos días le quedaban y que sería de su novio una vez que él haya muerto y eso lo consumía poco a poco y a pesar de ser un demonio la falta de concentración hacía que la falta de sueño le afectara, se empezaba a sentir débil.
Definitivamente necesitaba ayuda. Y fué entonces cuando pensó en la única persona que podría escucharlo: Ford.
Había pensando en él ayer, su viejo amigo Stanford podría ser la ayuda que el necesitaba. Tal vez Ford no tenía la solución o alguna forma de librar a Bill de semejante destino pero sería un consuelo que alguien más lo sepa, igual si se lo comparte a alguien más ese peso sea más ligero.
Afortunadamente para él, Stanley los había invitado a comer a la Cabaña. Algo más familiar y Bill era parte de la familia ahora. Creyó que era conveniente para poder hablar con Ford y sentirse un tanto mejor.
Dipper y Bill salieron hacía la Cabaña del Misterio, al llegar los recibió Stanley y los llevó a la cocina dónde estaban los demás terminando de poner la mesa.
La comida era deliciosa, y claro, la había preparado Mabel quien había perfeccionado su habilidad con el tiempo. Todos reían y estaban felices en familia, a Bill eso le encantaba. Siempre se sentía en casa, y cada vez que se sentía feliz recordaba el poco tiempo que le quedaba y lo mucho que le dolería irse.
La reunión seguía yendo de maravilla, Dipper estaba feliz, después de todo, su familia aceptaba a Bill. Independientemente si sabían que era o no un demonio, su familia lo quería. A Dipper le hubiera encantado conocer a la familia de Bill y fué una sorpresa saber que solo tenía un hermano. A veces se sentía mal de que Bill supiera más de su mundo que él del suyo, sentía que no le daba lo mismo que Bill le ofrecía y le parecía injusto y quería hacer más mucho más por él pero pedirle a Bill que lo llevara a conocer su mundo sabía que era una tarea imposible.
Por otro lado Bill estaba pensando él cómo podría abordar a Ford y contarle sobre lo que estaba pasando sin que los demás pudieran escuchar. Bajar a su estudio personal sería una buena opción pero los demás notarían la ausencia y sería demasiado sospechoso. Tal vez lo estaba pensando demasiado y solo tenía que decirle que necesitaba hablar con él.
Ford se encontraba recogiendo los platos junto con Mabel, mientras que Dipper y Stan estaban en la sala discutiendo sobre que película verían, la discusión no era en serio pero a veces Dipper y Stan solían exagerar y fué ahí cuando Mabel fué a poner orden entre su tío y su hermano. Bill pensó que esa sería su oportunidad perfecta.
—Fordsy. —llamó Bill.
—Billy. —respondió Ford.
—No me llames así por lo que más quieras en todos los multi-universos. —Ford rió ante la reacción de su amigo.
—De acuerdo, de acuerdo. ¿Necesitas algo?
—Algo así... Necesito hablar contigo urgentemente. Es algo serio. —Ford dejó de acomodar los platos para mirar a Bill—. Es algo privado y no quisiera que nos oyeran, así que seré breve. —Bill aclaró su garganta—. Estoy muriendo.
Ford se quedó en silencio un buen rato. Bill no sabía que significaba ese silencio. Al tener su forma física leer la mente ya no era una opción a menos que se lo permitieran y en ese preciso momento no tenía ni idea de lo que pasaba en la mente de Ford. Empezó a tener miedo de que Ford lo tomara mal, tal vez no tan mal como lo tomaría Dipper pero que armaría un escándalo.
Después de unos minutos Ford solo se limitó a reír.
—Es muy buena broma, Bill. Lo dijiste tan serio que casi lo creo. —continuó acomodando.
—Ford, escúchame. No es una broma. —Bill suspiró—. Moriré.
—Pero... —Ford rió incómodo—. Eres... prácticamente inmortal, eso no es posible.
—Lo es si la Élite de demonios así lo decide.
—¿Qué! —Ford alzó la voz, Bill le hizo la seña que hablara más bajo—. Bill, vas a contarme todo.
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ACLARACIONES:
🌸 Voy a poner los días salteados para que no se vaya a ver tan tedioso y para que yo no me quede sin ideas gggg.
🌸 No habrá nada de WenDip y por si las dudas tampoco FordBill
🌸 Will no está sentenciado porque no tiene una relación cercana con Dipper, a pesar de que lo conoce no ha estado el tiempo suficiente con humanos.
Gracias por leer, espero les guste el capítulo. No olviden votar, comentar y agregar a sus bibliotecas para que les avise cuando actualice ✨
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