❝Último Titán❞

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Última pelea
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「PENULTIMO CAPITULO」

Stella Miracle codeaba de forma suave el brazo de Tobías Domzalski, queriendo llamar la atención del de complexión robusta con aquella acción, estaba tan emocionada que mordía su labio para evitar gritar.

Una vez que el rubio la miró, ella se atrevió a hablar con todo el orgullo del mundo.

—Ése es mi novio.— dijo provocando  una sonrisa en su rubio acompañante.

Ay 'Ella, espero todo termine bien

—Ya no creo que el destino sea caprichoso.— admitió la de mirada zafiro llamando la atención de los demás.

—El destino es un regalo.— oh sin duda el querer impresionar a Stella le estaba saliendo a la perfección.

Como cuando él hizo su primer pose heorica frente a ella y buscaba su aprobación cuando le dijeron que él era el primer Cazatroles humano.

—Nunca olviden que el miedo...— Blinky, miró com orgullo a sus 4 pequeños guerreros. Cierto, ya eran mayor de edad, pero conocerlos cuando tenían 16 y ver cuanto han cambiado era digno.

Ni hablar de su pequeña Milagro, a pesar de tener aquella apariencia de muñequita frágil, sin duda era una guerrera hecha y derecha.

—Solo precursor del valor.— apoyó Aaarrrgghh viendo a su mejor amigo y copitolo.

—Y que luchar y triunfar frente al miedo...— Toby sonrió.

Hasta que fueron interrumpidos.

—¡No me digan, no me digan!.— Krel agitó sus brazos, causando vergüenza en Varvatos Vex por haber interrumpido un glorioso discurso.— ¿Están haciendo el discurso del héroe? ¡Amo el discurso del héroe!

Es lo que significa ser un héroe

—No piensen, ¡Seanlo!.— se escuchó al unísono, en un perfecto coro lleno de esperanza y fortaleza.

En cuento los pasos del Titán de Bellroc resonaron más cerca de la zona en la que estaban, miraron en dirección de donde ella vendría.

Lucharían juntos.

—Bien, Eli llévate a Steve.— ordenó Aja en cuanto escuchó a Steve empezar el labor de parto, no quería que su querido rubio sufriera más sustos.

—Suban al camión.— Stella tomó las riendas de la situación en cuanto Aja se fue a despedir de Steve y a responderle algunas dudas.— debemos ir más al centro.

Todos corrieron al famoso camión de tacos de Stuart para partir, pero la travesía se vio detenida cuando una queja llamó la atención.

—¡Por un demonio, sabía que no debía ir al baño!.— Stuart estaba ofendido consigo mismo, se perdió de ver a Jim sacar la espada, se perdió el discurso del héroe y probablemente se habrá perdido la pose heroica del final.

Jim sacó la esmeralda de la espada, la gema mágica era la única solución para que su Amuleto volviera a reaccionar.
Caminó hacia el quejista hombre de bata de baño y cabello castaño despeinado, dándole la gema.

—Ve a Camelot.— dijo refiriéndose al Castillo flotante.— ponla en el Amuleto, es nuestra última oportunidad.

—A la orden, jefe.

—Jim.— la suave y melódica voz de su novia lo llamó.— debemos irnos.

Llegó la hora final

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Sujetó a Stella con fuerza de la cintura, no quería soltarla mientras iban siendo perseguidos por Bellroc en su Titán. Todos iban en la parte superior del camión y Blinky conducía a toda velocidad.

—¡Cuanto extrañé conducir!

Todos rieron por las palabras de Blinkous Galadrigal, y aunque Jim no lo notara, la curiosa pelirroja solo lo miraba a él, todo era mejor cuando Jim recuperaba su confianza, sin necesidad de auto hundirse en la miseria.
Definitivamente haría todo por ver a ese azabache reír genuinamente y que estuviera feliz.

Y todo, es todo

—¿Cuál es el plan?.— Krel rompió aquella burbuja que había creado Stella Miracle, ¿Fue intencional? Probablemente.

Pero de igual forma se debía de explicar un plan mientras seguían de camino.

—Todos contra ella.— respondió Jim, mirando a cada uno con confianza.— todos somos una novena configuración, todos podemos contra ella.

No sé si eso sea cierto, Jim

—Doux, ya sabes qué hacer.— Stella le guiñó el ojo con seguridad.

En menos de tres segundos y gracias a sus nuevos poderes, todos estaban siendo sujetos al camión de sus manos y pies, ya no necesitaban fuerza para mantenerse estables. Por lo que subieron al techo.

—¡Varvatos Vex aprueba esto!.

—¿Lista, estrella?.— la suave mano izquierda de Jim tomó la de la chica, ellos estaban al frente de todos, y saltarian juntos. Ambos sabían de sobra de dónde provino el nombre estrella.

—Sabes que sí, obra de arte.— sonrió.— cuando todo termine, recibirás clases de español.

—Tu mandas.

Stella golpeó dos veces el techo a puño cerrado, para hacerle saber a Blinky que una instrucción se le daría:—Retrocede un poco, Blinky. Vamos a subir.

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Saltar de la mano de Jim hacia un Titán en movimiento fue algo que Stella Miracle jamás planeó, es más, la palabra Titán nunca había sido parte de su vocabulario.
Sin embargo, ahí estaba, con sus poderes se hizo su espada, con Jim iban adelante de todos, de vez dn cuando la espada desaparecía y era transformada en portales.
Bellroc era de roca y lava ardiente, por lo que cualquier pizca de lava que cayera debía ser esquivado.

Y Stella eliminaba todo rastro de su perímetro.

Aja tomó su patín flotante y subió para ver en qué podía ganar tiempo, pero Bellroc parecía ser más poderosa que antes y casi le daba una muerte segura.

—Es más fuerte.— murmuró con asombro el azabache, casi llegando hacia la superficie estable de la mano de su chica.

—El Titán hace eso en ella.— respondió su acompañante.

Cuando estuvieron de espaldas a ella, sacaron sus espadas y esperaron  a que todo el equipo estuviera junto a ellos para atacar.

Ambos adolescentes suspiraron sin dejar de ver a Bellroc, una pequeña mirada entre ellos y su sincronización estaba como antes.

—Por Arcadia.

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Stella luchaba mano a mano con Bellroc, ella ya sabía que estaba más fuerte pero jamás creyó que tanto. Aja y Varvatos fueron los primeros en caer y ser rescatados a tiempo, Jim casi caía de la superficie, y Claire había ido a salvar a Krel.

Estaba orgullosa de todo el equipo, todos lucharon con lo que podían, pero lastimosamente Claire no pudo sola con sus poderes y terminó agotada, Krel aunque usaba su serreta mejorada, se la destruyeron; Aja siendo más fuerte que su hermano, logró distraer para que los demás atacaran.
Pero si nisiquiera el espíritu de gloria de Varvatos Vex fue suficiente para aquella batalla.

Era Bellroc contra Stella y Douxie.

—¡Ahora 'Ella!

Con rapidez, ambos hechiceros invocaron su máximo poder y lo lanzaron con todo lo que tenían hacia Bellroc que estaba al centro y los miraba con una sonrisa de autosuficiencia.

¿Cómo se sentía? Del horror. Así se sentía, mientras que los demás prefirieron quedarse en tierra firme luego de ser golpeados por Bellroc, Stella y Douxie intentaban llegar a la altura de tal poder y así derribarla.
Y su angustia por no saber en dónde demonios estaba Jim, comenzaba a carcomerle el alma.

Sus brazos ardían, como si aquel poder quemara sus venas, aunque probablemente era por la temperatura alta del lugar, también debía ser por las quemaduras que había obtenido.
Sentía sus piernas flaquear, podía ceder en cualquier momento y Bellroc ganaría.

Resiste un poco más... Hazlo por Jim, hazlo por Jim

—Ambos son débiles.— Bellroc hablaba con naturalidad, ella ni siquiera se veía afectada ante el poder que le lanzaban. Es más, hasta parecía aburrise por la pérdida de tiempo.— haré esto más interesante.

—¿De qué.-

—¡Douxie, no!.— Stella dejó de atacar cuando su compañero de mechones azules fue lanzado lejos.

Ella corrió detrás de él, haciendo un portal para que el semi inconsciente Douxie Casperan lo atravesara y estuviera con los demás a salvo.
Una vez que estuvo en la orilla, luego de haber salvado a Douxie, tapó su boca con horror y se tiró al suelo rápidamente.

Jim estaba escalando para llegar a la superficie plana, se sintió mejor cuando vio las lastimadas manos de Stella colgar tratando de alcanzarlo.
Todavía no tenía armadura.

—Juntos hasta el fin.— recordó ella tomando las manos de él luego de haberle quitado la espada.

—Juntos hasta el fin.

Su pelirroja miró hacia un costado, cambiando su rostro a terror del más fuerte. Parecía que todo se movía en cámara lenta, pero Bellroc había lanzado un enorme rayo, quizás del triple tamaño que Jim hacia el azabache.

—¡Cuidado!

Empujó al azabache lejos de donde estaban, siendo ella quien recibiera el rayo. Lanzandola lejos de donde cualquiera podía verlo.

Stella había sido lanzada a la Piedracorazón por la fuerza y el poder que impacto en ella.

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Podía lastimarlo a él todo lo que quisiese, podía asesinarlo, incluso esclavizarlo; pero nunca, jamás se perdonaría que lastimaran a su chica de mirada zafiro de aquella manera.
Furioso, frustrado y cansado eran 3 conceptos que los definían muy bien.

No llevaba la cuenta de las veces que la golpeó en la cara, pero él no estaba satisfecho. Y ver que Stella no reaccionaba y no regresaba a su lado a pelear, era un enorme detonante para seguir golpeando.

Tal enojo y adrenalina tenía que ni siquiera sentía dolor en su costilla que fue lastimada un día anterior.

—Vamos debilucho, levantate.— ordenó Bellroc cuando Jim cayó al suelo.

Soltó un quejido porque su vendaje s destruyó y su piel quemada dio directamente contra la roca caliente del Titán.

—Aunque debo decirte que tu muerte será más interesante que la de la tonta hija de Amelia.

Jim miró detrás de Bellroc, sonriendo con malicia. Claramente escondiendo la emoción y las ganas de gritar que sentía en aquellos momentos.

—¿Estás segura de eso?

Bellroc miró detrás suyo, la sonrisa que tenía el azabache en sus labios era diferente a lo que esperaba ver, esperaba ver terror ante su posible muerte.

Y un enorme grito proveniente de Tobías Domzalski desde el asfalto, afirmó todo.

—¡STELLA TIENE UN TITÁN!

***

Se nos viene el finaaaaal *cries*