Bumi.

Pensé que saldríamos de Seúl, pero tuvo el valor de venir aquí, sigue siendo un hombre que no comprendo, entre recibiendo reverencias de todas las personas y empleados que se topaban en mi camino, cuando llegue al comedor ahí estaban, mis dos hermanos mayores y mi padre.

—Cachorrita.

Me sente ignorando el apodo, ninguno fue para felicitarme en mi cumpleaños y ahora aquí están como si nada pasara.

—¿Qué necesitas?

—Esa no es manera de hablarle a tu padre, tienes unos modales horribles hermanita —Taeyon me abrazo por el hombro.

—Con ese rostro puede ser como ella quiera —Taehyung me pellizco las mejillas.

—Déjenla par de cretinos, salgan de aquí quiero hablar con ella a solas.

Mis hermanos me dieron un beso en la mejilla cada uno y salieron del comedor.

—¿Cómo va tu pastelería?

—Bien.

—Me entere que te pedían cuota de seguridad, ¿Por qué no me llamaste?

—No me interesa el tener la atención de la mafia de corea y los Yakuzas, ¿Qué no lo entiendes?

—Lo entendí cuando te fuiste con tu madre, para vivir como hija del gobernador, ¿y como resulto eso? Vives sola, sin protección.

—¡ESTOY BIEN PAPÁ! LO ESTOY DESDE HACE TRES AÑOS —no pude evitar el llorar, mi garganta se seco.

—Tu padrastro.

—No empecemos —me limpie las lagrimas.

—Ese que le dices papá, ese tipo, ¿te comprometido?

Es otro tema que no deseaba tocar, aunque se que Satoshi Kido es mi padre genético, no me crie con él, si no con Kang Judo, el actual gobernador, mi madre se caso de nuevo con él cuando yo tenia ocho años, me llevo con ella porque mis hermanos se negaron a dejar a mi padre, a pesar de lo que él sea el jefe de los yakuza, jamás me obligo a nada, ni a mi madre, por lo que mi crecimiento fue en la política, con las cámaras centradas en las acciones de mi padre.

Pero hace tres años, le dije que no deseaba seguir estudiando lo que él me propuso, que amaba la repostería y lo decepciono, no me apoyo en nada, incluso hizo planes para que me casara con un inversionista que lo ayudaría para su campaña presidencial. Hui de ahí, contacte a mis hermanos y les dije lo que deseaba hacer, solo les Conte la parte de la repostería, así que con la inversión de mi padre Kido abrí mi pequeño local, pero siempre sin mencionar nada de esto a sus colegas.

—No acepte.

—Tu no tienes porque tolerar nada de eso, tienes un hogar, una familia, ven conmigo a Japón.

—No, solo quiero estar tranquila papá, por favor, no me llamaron en mi cumpleaños y lo entiendo.

—¿Qué dices? Tu fuiste la que no contesto, tus hermanos y yo estuvimos apunto de ir a buscarte, pero tu madre nos detuvo, dijo que si no les contestaba es porque no querías saber de nosotros, ella nos dio tu numero desde que lo cambiaste.

—¿Qué numero les dio? —se levanto y me paso su teléfono —necesito hablar con mamá.

—Cachorrita, sabes que no me costaría nada conseguir las cosas, pero no pretendo invadirte ni abrumarte, al menos deja que Jk se quede contigo, así estaré mas tranquilo.

—Te daré mi nuevo numero papá, pero no voy a tener a uno de tus matones en cercas de mi.

—¿Por qué golpeo a tu novio? Debo de conocerlo...

—Para ahí, él no tiene porque estar en esto también, te visitare mas seguido si dejas el tema en paz.

—Es un trato.

—Por cierto ¿Qué hacen en Seúl?