Bumi.

No podía abrir la puerta del maldito auto, Jungkook no dejaba de atacar a Hoseok, por mas que golpeaba el vidrio ninguno me escuchaba, tenia miedo de que Jk lo lastimara, pero extrañamente eso no pasaba.

Los golpes que ambos se daban eran demasiado iguales, incluso Hoseok parecía un poco mas hábil con las artes marciales, como si se contuviera por alguna razón, pero ¿Cómo es que él sabría algo así?

La impotencia me comenzaba a invadir, el aire cada vez se hacia mas pesado, creo que tendría un ataque te pánico, mi pecho subía y bajaba mientras la vista se me nublaba, mire a los dos chicos que se abalanzaron a abrirme la puerta, Hoseok me saco y dio ligeras palmadas en mi rostro.

—Te voy a tapar la nariz —lo hizo haciendo que respirara por la boca, después cubrió mi boca —solo un segundo.

Me soltó y volví a respirar con normalidad, mi vista lo enfoco mejor y tome su rostro para verle el labio partido, parece que había dejado que Jk lo golpeara para sacarme del auto.

—Señorita Bumi, su padre en verdad la espera.

Si no voy esto será mucho peor.

—Esta bien —Hobi me ayudo a levantarme —estaré bien.

—No iras sola.

—Hobi, tu sabes quien es mi padre, por favor, no quiero que te haga daño, solo esperame para mañana estaré aquí.

—Pastelito, no me pidas cosas que no puedo cumplirte, no me interesa quien es tu padre.

—Si no me estoy en la mañana, tienes mi permiso para buscarme.

—Sabes que averiguare donde estas ¿verdad?

Asentí, le di un beso en la mejilla y me metí al auto con Jk, en cuanto nos alejamos sentí la mirada de Jungkook por el espejo retrovisor.

—¿Tienes alguna idea de quien es ese sujeto?

—Hoseok y es el sol hecho hombre.

—Eres muy ingenua, ese tipo...

—No me interesa, él me lo dira, no importa quien sea, solo lo quiero a él.

—A tu padre no le gustara nada.

No dije nada solo espero tener la paciencia para tratar con esto.