PRÓLOGO
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PRÓLOGO
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El olor a café recién hecho inundo la cocina, Jessica sirvió en dos tazas y salió de la casa. En el recibidor, Steve esperaba sentado en una silla mirando a Natasha y Sarah en medio del jardín.
La pequeña rubia levantó su pierna dos veces, siendo detenida por el bastón de Natasha, hizo una patada giratoria de 180 siendo detenida una vez más. Esquivó un par de golpes de la espía, detuvo un bastón e hizo el ademán de querer dar un puñetazo pero Natasha pateó una de sus piernas y la derribó al suelo húmedo.
—¿No crees que es demasiado dura? —preguntó Steve, recibiendo la taza de café.
—Más dura que tú, seguro —se burló, sentándose a su lado y apoyó su cabeza en el hombro de sus esposo—. Sé que Becky es tu princesa, pero debe aprender a defenderse.
Steve asintió antes de presionar sus labios en los de Jessica.
Ella rió—. Tu barba sexy me pica.
—Creí que ya te había acostumbrado —se rió antes de sorber el café de su taza—. ¿Ya estás lista para volver al equipo?
Jessica hizo una mueca apoyándose en el cuerpo de Steve—. No lo sé, no me he separado de ella desde que nació.
—Nadie va a obligarte, Jess —afirmó Steve abrazándola—. Puedes seguir investigando desde aquí.
Aunque no fuera una combatiente activa, ayudaba al equipo con investigación y rastreo.
Steve como padre podía entender que era difícil desapegarse de un bebé, lo había hecho semanas después del nacimiento de Sarah, y en el caso de una madre posiblemente el sentimiento era mucho más fuerte. Aunque técnicamente Sarah ya no era una bebé que necesitaba a su madre las 24 horas del día.
Después del cumpleaños de Sarah, habían dejado que explorara un poco más el mundo exterior, habían ido a Italia, Francia y algunos pueblos aledaños, pasando como una familia normal. Aún tenían pendiente el tema de la escuela, hasta que Sarah no dejara de crecer de forma acelerada no podían dejar que fuera a una. La escuela en casa fue la mejor opción.
—Tu fuerza no servirá de nada si no puedes golpearme —sentenció Natasha antes de derribar a Sarah una vez más—. Suficiente por hoy.
—No... yo, puedo...—la niña suspiró dejando caer su cabeza hacia atrás, sintiendo la tierra húmeda manchar sus pantalones—. No, ya terminé, ya terminé.
La rusa rió divertida y le tendió la mano. Sarah rió y se dejó levantar.
Aunque no fuera algo normal para las niñas de su edad, Sarah sin duda disfrutaba aprender de su tía Natasha. Aunque a su padre le pareciera peligroso y se molestaba cada vez que conseguía una nueva herida o algún moretón.
—Ve a darte un baño, pareces un cerdito —se burló Jessica al ver a su hija con su ropa y cabello manchados de barro.
—¿Podemos tener sándwich de queso asado para la cena?
—Si no te veo limpia en veinte...—antes de que Steve pudiera terminar, Sarah había corrido dentro de la casa.
Jessica rió negando con la cabeza.
—Crece muy rápido, ¿no crees? —dijo Natasha acercándose.
—Sólo hasta que alcance la madurez, espero no sea pronto. No creo estar listo para dejarla ir —respondió Steve, sonriendo nostálgico. Jessica le sonrió y besó su mejilla, antes de entrar a a la casa.
—Cálmate, anciano. Tu hija seguirá aquí mañana —aseguró Natasha palmeando su hombro.
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La pequeña Becky pasó la página de su libro de astronomía que su padre había traído la semana pasada. Hasta que alguien tocó su puerta.
—La cena ya está, ¿qué pasa? —preguntó Jessica desde el marco de la puerta.
—Nada —la niña cerró su libro y se miró al espejo que había en su tocador. Se había vestido con un pijama de pantalón y camisa rosa, su cabello aún estaba húmedo por el baño.
—¿Quieres que te peine? —preguntó su madre acercándose.
Ella se dejó hacer, era algo que su madre siempre hacía. Se paraba detrás de ella y la peinaba hasta que estuviera perfecta.
—Tu cabello ha crecido mucho, deberíamos cortarlo —señaló la mitad de su espalda.
—Me gusta mi cabello —respondió encogiéndose de hombros.
—Y a mi me gusta ver tu rostro.
Sarah sonrió con las mejillas sonrojadas y recibió un beso en cada mejilla.
—Mami —llamó, haciendo que Jessica detuviera su camino a la puerta—. Sí papá es un héroe tan grande, ¿por qué no podemos decírselo a todos?
Jessica se acercó a ella, poniendo sus manos sobre los hombros de su hija y se agachó a su altura.
—No es tan sencillo, Sarah. Tienes que confiar en mi, lo siento —Sarah bajó la mirada, sin replicar—. ¿Qué tal si mañana me acompañas al pueblo a comprar unas cosas? Sé que quieres unos nuevos lápices de colores.
—Bueno —asintió sin mucha gana, aferrando su libro al pecho.
—¿Qué estás leyendo? —preguntó Jessica.
—Las estrellas —respondió mostrando la portada llena de estrellas y un telescopio.
—¿Sí?
La niña asintió—. Son como los humanos. Nacen y mueren. Cuando la estrella muere se desprende en capas, su centro se convierte en una enana blanca y cuando se acaba su energía, para de brillar y se convierte en una enana negra.
—¿Una estrella negra?
—Una estrella muerta.
—Suena mejor una estrella negra —afirmó Jessica, sentándose a lado de su hija para envolverla en un abrazo—. Papá y yo saldremos de misión por unos días, ¿te gustaría ir a casa de Wanda?
Jessica sintió un calor en el pecho cuando los ojos de su hija brillaron como un par de estrellas.
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Aquí la nave de refugiados asgardiana, Statesman, nos están atacado. Repito: nos están atacando. Los motores no sirven, perdemos soporte vital. Solicitamos ayuda de cualquier nave cercana. Estamos a 22 saltos de Asgard. La tripulación se compone de familias asgardianas, tenemos muy pocos soldados. ¡Esta no es una nave de guerra! ¡Repito! ¡No es una nave de guerra!
—Escúchenme... y regocíjense —se escuchó la voz dentro de la nave asgardiana, la cual estaba destruida y ardiendo en llamas—. Han tenido el privilegio de ser salvados por el gran titán. ¿Podrían considerarlo sufrimiento? No. Esta es su salvación, la balanza universal se esta equilibrando gracias a su sacrificio. Sonrían, ya que incluso en su muerte, se han convertido en hijos de Thanos...
Loki miró a su alrededor, en el suelo de la nave habían cadáveres de muchos asgardianos. Frente a él, se alzaba la figura del gran titán, a quién sirvió años atrás, con su hermano Thor a sus pies. El rey de Asgard no tenía fuerzas, su cuerpo y rostro dolían debido a los golpes recibidos.
—Yo se lo que se siente perder —mencionó con tono calmado—. Sentir en lo más hondo que tienes razón y fallar de todos modos —se agachó para tomar con su mano izquierda el cuerpo moribundo de Thor. —Es aterrador, tus piernas se hacen cómo jalea. Pero les pregunto, ¿con qué fin?. Témanle, huyan de él, al final el destino siempre llega. Y ahora, ya está aquí —se acercó a Loki, rodeado por la Orden Oscura—. O debo decir: que ya vine.
Thanos levantó su mano enfundada en el guantelete con la gema del poder, mientras con la otra sostenía la cabeza del dios del trueno.
—Hablas demasiado —balbuceó Thor con la boca llena de sangre.
—El teseracto o la cabeza de tu hermano —amenazó, pero Loki ni se inmutó—. Veo que tienes preferencias
—Oh, sí la tengo —afirmó—. Acaba con él.
Thanos acercó el guantelete a la cabeza de Thor para infundir dolor a través de la gema del poder. Loki trató de mantenerse firme, pero los gritos de Thor lo hicieron flaquear.
—¡Ya déjalo en paz!
Thanos se detuvo.
—No tenemos el teseracto... fue destruido en Asgard —habló Thor con mucha dificultad. Loki bajó la mirada para luego mostrar aquel cubo en una de sus manos, provocando la sonrisa del titán—. Tú, eres el peor hermano.
Loki avanzó dando unos pasos hacia adelante.
—Te aseguro hermano, que el sol va a volver a salir.
—Tu optimismo está fuera de lugar, asgardiano.
—Para empezar, no soy asgardiano... Y además, tenemos un Hulk —dijo apartándose a tiempo para empujar a su hermano, cuando el nombrado monstruo verde fue en contra de Thanos.
Hulk lo golpeó con todas sus fuerzas hasta empujarlo contra una de las paredes. Black Dawrf hizo el ademán de intervenir, pero Ebony Maw levantó la mano para detenerlo.
—Que se divierta un poco.
Thanos se quitó las manos de Hulk con a penas esfuerzo y empezó a golpearlo, el hombre verde se mostró claramente sorprendido ante eso e intentó defenderse sin éxito. El titán lo levantó sobre su cabeza y lo dejó caer en un golpe seco.
Thor intervino golpeando a Thanos con un pedazo de la nave y volvió a ser golpeado fácilmente. Ebony Maw lo envolvió con los restos de la nave para evitar que se moviera.
Contra los escombros, Heimdall miró lo ocurrido y aún con sus heridas de gravedad. Agarró con fuerza su espada y levantó su mano hacia un moribundo Hulk.
—Padres de todo, que la magia oscura fluya en mi una ultima vez.
Invocó el poder del bifrost una última vez y sacó al hombre verde de la nave.
—Eso fue estúpido —Thanos tomó el cetro de Corvus y atravesó el pecho de Heimdall con él.
—¡No! —gritó Thor, presenciando la muerte de su gran amigo—. ¡Te vas a morir por eso!
Ebony lo hizo callar tapando su boca. Para después tomar el teseracto del suelo y tendérselo al titán en una reverencia.
—Mi humilde persona... se inclina ante su grandeza —habló mientras Thanos comenzaba a quitarse su armadura—. Ningún otro ser ha tenido la fuerza, no, la nobleza para portar no una, si no dos gemas del infinito... El universo se extiende ante sus pies.
Thanos tomó el teseracto para destrozarlo con una mano hasta mostrar la gema del espacio, lo puso en el guantelete y sintió aquel poder correr por sus venas.
—Hay dos gemas más en la tierra. Mis hijos, vayan por ellas y llévenlas a Titán —ordenó.
—Padre, no te vamos a fallar —los miembros de la Orden se arrodillaron frente a él.
—Si me permiten opinar —Loki los interrumpió—. Si van a ir a la tierra, puedo ser su guía. Tengo un poco de experiencia en ese terreno —alardeó.
—Claro, si consideras el fracaso como experiencia —dijo Thanos.
—Considero que la experiencia, es experiencia. Oh poderoso Thanos. Yo, Loki, príncipe de Asgard, hijo de Odín —miró hacia su hermano y empezó a acercarse lentamente hacia el titán—. Legítimo rey de Jotunheim, Dios de las mentiras, te ofrezco solemnemente mi eterna lealtad.
Antes de arrodillarse, levantó su daga hacia la cabeza de Thanos pero fue detenido por el poder de la gema del espacio.
—¿Eterna? —preguntó sarcástico y tomó el brazo del dios—. Escoge tus últimas palabras con cuidado —lo hizo soltar su daga y lo tomó por el cuello con su mano del guantelete.
Loki se movió violentamente, tratando de soltarse mientras se sentía ahogarse. Thor observó todo con angustia.
—Tú... no vas a ser nunca...un Dios —habló sin aliento y luego de un crujido, la vida lo abandonó.
Thor gritó debajo de sus ataduras.
Thanos se volteó a verlo y dejó el cuerpo sin vida de Loki frente a él.
—Sin resurrecciones esta vez.
Abrió un portal con la gema del espacio y con la gema del poder destruyó lo que quedaba de la nave Asgardiana.
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—¿Es en serio? —preguntó Stephen Strange a Wong, mientras bajaban las escaleras del santuario—. ¿No tienes nada de dinero?
—Apegarse a lo material, es desapegarse de lo espiritual —declaró sabiamente.
—Eso les diré en el Deli, tal vez ofrezcan un sándwich metafísico de jamón —respondió con sarcasmo.
—Espera, espera, creo que aquí tengo cien —dijo rebuscándose los bolsillos.
—¿Dólares?
—Rupias.
—¿Y equivale a?
—A uno cincuenta —respondió no muy seguro.
Strange suspiró—. ¿Qué se te antoja?.
—No le diré que no a uno de atún con queso.
Cuando terminaban los últimos escalones, algo se estrelló, rompiendo el techo del santuario y las escaleras. La capa de levitación de Strange llegó con él y Wong se armó con magia en sus manos. Al mirar por el agujero de la escalera, encontraron a Bruce Banner, dejando poco a poco su apariencia verde.
—Thanos ya viene —dijo con temor—. Ya viene.
Stephen y Wong se miraron entre sí.
—¿Quién?
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NOTA
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Un prólogo algo largo pero creo que estuvo muy bien.
Entonces: ¿Qué les pareció?
Espero que les haya gustado como a mi.
No tengo nada más que decir.
besitos besitos chau chau
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