EPÍLOGO
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EPÍLOGO
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Steve sentía como la rabia y el rencor recorría cada célula de su ser. Intentó controlarse, si era consumido por sus sentimientos no pensaría razonablemente y no podría ser el ancla de un equipo mentalmente deshecho.
Todos habían alcanzado el límite.
Al llegar el anochecer y después de horas de mucho trabajo, tenían una lista de todas las personas que habían desaparecido tras ese chasquido y éste no dejaba de aumentar.
Enterarse que T'Challa, Sam y Wanda habían desaparecido de la misma manera que Bucky y Jessica, estaba a nada de consumir su cordura. Incluso Fury y Maria Hill habían desaparecido y quién sabe cuantas otras personas.
Tenía que estar bien no sólo por el equipo, su hija la necesitaba más que nunca. Ver su expresión triste le rompía más el corazón, su pequeña tan animosa y habladora se había ido por el momento. Dejando atrás a una niña silenciosa, desganada y con el miedo constante en sus ojos. Habían pasado un par de días desde lo sucedido y Sarah no se había animado a preguntar por su madre.
Steve se sentía como un maldito cobarde al estar aliviado por eso. Aún no era capaz de decir en voz alta que Jessica, su esposa y madre de su hija, estaba muerta como la mitad de la población. Hablar de eso con su hija, sólo le haría romperse en pedazos. No tenía idea de cuánto más podría aguantar sin explotar del dolor.
Un suspiro salió de sus labios y prosiguió a respirar lentamente. Tomó la manito de Sarah entre sus manos y las llevó a sus labios para besarla.
—¿Steve?
El leve tono de voz de Trish lo hizo girarse. La novia de Stark estaba igual que los demás, con el ánimo por los suelos y las esperanzas rotas.
—Por fin se durmió —respondió en voz baja, mirando el rostro tenso de su niña al dormir.
Su princesa debía tener nada más que sueños hermosos, era doloroso ver que ella no podía estar tranquila en sus propios sueños.
No pudo evitar sentirse incómodo cuando la mano de Trish se posó en su hombro. Sabía que ella sólo trataba de ayudar pero que le trataran con lastima no lo ayudaba.
—Si necesitas comer yo...
—Estoy bien —se apresuró a cortarla.
La hermana de Jessica soltó un suspiro y se sentó delicadamente en la cama que ocupaba la pequeña.
—Eres un super soldado, no intentes matarte de hambre —lo regañó con tono preocupado—. Entiendo que es doloroso, lo sé. Yo aún no puedo creer que se haya ido. Pero si quieres que ella también lo haga —dirigió su mano hacia el rostro de Sarah para quitarle aquel mechón que parecía molestarle en sueños—, tal vez deberías empezar por darle el ejemplo.
Trish estaba en lo cierto.
Sarah no podía dormir debido a las pesadillas y tenía falta de apetito, considerando que era la hija de un super soldado eso no debería ser posible.
—¿Puedes quedarte con ella por esta noche? —preguntó.
La rubia asintió—. Tómate tu tiempo.
Steve se levantó de la silla, dejándole el lugar a Trish y dio unos pasos hacia la salida.
—Trish —la llamó.
Ella se giró a verlo.
—Tony volverá —aseguró antes de salir de la habitación.
Luego de un pesado suspiro, ella sólo pudo asentir y desviar su mirada hacia la luz de la luna que se colaba por las cortinas.
Miró las estrellas y deseó con todas sus fuerzas que así fuera.
Ella no podía evitar pensar lo peor pues Thanos había obtenido la gema de Strange, eso significaba que Tony había sido derrotado. Aunque por otro lado, su propio corazón le decía que él estaba por algún lugar de la galaxia.
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Dentro de las oficinas del complejo, Natasha y Steve veían como el número de muertos seguía incrementando. Cada día que pasaba, los gobiernos de todos los países del mundo, registraban más víctimas del chasquido.
—Esto es una pesadilla —soltó Steve con pesar.
—He tenido mejores pesadillas —Natasha respondió con los ojos nublados de lágrimas.
—Oigan —avisó Rhodes—. Esa cosa de allá, ya terminó de hacer lo que fuera que estuviera haciendo.
Steve y Natasha intercambiaron miradas, para luego caminar hacia la otra habitación en dónde se encontrada el doctor Banner con el dispositivo que había dejado Fury antes de desaparecer.
—¿Qué pasó?
—La señal que estaba enviando al fin se apagó —informó Bruce.
—¿No modificamos la batería? —preguntó Steve.
—Así es, todavía está conectado. No hay nada —explicó James.
—Envía la señal otra vez —ordenó Steve con determinación.
—No sabemos ni siquiera qué es —señaló el doctor con aspecto cansado.
—Fury sí. Por favor, hazlo—replicó Natasha—. Avísame en cuanto recibas una señal. Quiero saber quién está del otro lado.
Natasha se giró con intenciones de salir de la habitación, pero alguien se había interpuesto en su camino.
—¿Dónde está Fury?
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AGRADECIMIENTOS
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¡Y así terminamos!
Final satisfactorio, ¿o no?
Espero verlos en el próximo (creo que último) libro
Los amooooo, gracias por llegar hasta aquí y no abandonarme: NaerysSnow, gingerjb21, liberixngxrl, chiquiturriboo, DXMNBXE.
Lamento no poder mencionarlos a todos, pero les mando mi cariño a los que están leyendo esto.
Pongan aquí su predicción para el próximo libro:
Sin nada más que decir
¡Nos leemos pronto!
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