Capítulo 10
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CAPÍTULO 10
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WAKANDA
Jessica intentó regular su respiración, cada intento por respirar le causaba dolor en sus costillas. Con mucho esfuerzo recuperó la consciencia, su visión estaba nublada y todo le daba vueltas. No entendía lo que ocurría a su al rededor, solo podía reconocer el color marrón de la tierra bajo su mejilla. Los huesos le tronaron cuando se dio la vuelta y chocó contra el cuerpo de Steve, casi se alarmó hasta que pudo notar el movimiento ligero bajo su cuerpo, lo cual significaba que estaba respirando.
La morena se reincorporó con mucho trabajo, pues se sentía agotada como nunca antes, ni HYDRA, Ultron o La Mano, le había producido aquel sentir. Thanos con todas las gemas sería increíblemente poderoso e invencible.
Al pensar en eso, de inmediato levantó la vista para mirar a su al rededor. Steve a su lado empezaba a recuperar la consciencia, ambos se miraron con extremada preocupación, el primer pensamiento de ambos fue con su hija. Se ayudaron mutuamente para levantarse juntos del suelo y miraron el espacio.
El repentino silencio se les hizo preocupante. No había forma de que la pelea hubiese acabado, Thanos no había recibido ni un rasguño a pesar que todos trataron de atacarlo con todo lo que tenían.
Fue entonces cuando notaron que el único que estaba de pie en el campo era Thor, se acercaron y vieron que tenía una expresión de desconcierto, tal vez en un aparente estado de shock.
La stormbreaker había caído al suelo después de que un herido Thanos desapareciera por un portal.
—¿A dónde fue? —preguntó Steve con la respiración agitada, sosteniéndose su costado herido.
Thor no respondió a la pregunta de Steve.
—¿Thor? —musitó Jessica en voz baja, casi con un tono suplicante.
Desde los arbustos, Sarah se asomó después de escuchar la voz fuerte de su padre. Se había asustado cuando el ambiente había quedado en silencio después de la explosión de luz. Escuchar la voz de su padre la tranquilizó, así que salió de su escondite, vio con alivio que sus padres estaban bien y el monstruo morado se había ido, así que dio unos pasos hacía adelante con un pequeño toque de duda.
—Steve...—todos los presentes escucharon a Bucky, antes de presenciar algo imposible.
Bucky se desintegró hasta convertirse en nada más que polvo. Jessica observó impactada como Steve se movía y arrodillaba ante las cenizas de su mejor amigo.
—¡Mami! —gritó Sarah asustada por lo que había visto y corrió asustada a esconderse en los brazos de su madre, quien la aferró fuertemente contra su pecho. Ella tembló y mientras lloraba de forma incontrolable sintió falta aire, tenía miedo y una extraña sensación en su pecho que le impedía respirar.
Jessica la empujó para mirarla con un poco de temor, su hija estaba teniendo un ataque de ansiedad, había que actuar rápido y tranquilizarla.
—Becky, mírame, ¡mírame! —la tomó de las mejillas para obligar a mirarla y con la voz más dulce que pudo encontrar en aquel horrible momento dijo:—. No te va a pasar nada, hija. Estoy con...—una sensación recorrió desde sus entrañas hasta el resto de su cuerpo y cayó al suelo cuando sus pies dejaron de sostenerla.
A pesar de las lágrimas, Sarah abrió los ojos demasiado y sin parpadear, pudo ver el mismo terror en los ojos de su madre.
—¿Jessica?
Jessica levantó la mirada y pudo ver a Steve correr en su dirección.
—Steve...
Quería verlos aunque sea una última vez.
No quería morirse, no quería dejarlos. Ni en sus peores temores había imaginado tal situación, era lo peor que le había pasado. Cuando cerró los ojos, lo lamentó pues todo fue oscuridad.
Steve cayó de rodillas cuando todo lo que pudo tomar fueron restos de polvo. Sarah se tambaleó a su lado y antes de que cayera al suelo, la sostuvo con el miedo de poder perderle a ella también. Ni si quiera pudo respirar tranquilo cuando notó que solo había caído desmayada, se aferró a su pequeño cuerpo y rompió en llanto como un niño inconsolable.
Thanos lo había conseguido.
En el campo exterior, varios de los soldados wakandianos se desintegraban frente a la mirada de sus compañeros.
Okoye observó como su rey se desvanecía frente a sus ojos, Sam se desvaneció mientras Rocket veía a Groot desaparecer una vez más, esta vez sin dejar ningún rastro que pudiera hacerlo renacer.
Wanda sostuvo el cuerpo inerte de Vision, con la mirada perdida y la mente en blanco, sintió a la muerte venir y la recibió con tranquilidad pues ya no tenía nada por lo que luchar.
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TITAN
Peter ayudó a Tony a levantarse, mientras los guardianes se ayudaban entre sí. Mantis ayudaba a Star-Lord a sostenerse, cuando sintió una extraña sensación.
—Algo muy raro está pasando —musitó antes de hacerse polvo ante la mirada atónita de los demás.
Drax miró su mano ante el cosquilleo, le estaba pasando a él también.
—Quill...—susurró.
Star-Lord miró hacia Stark en busca de alguna explicación.
—Tranquilo, Quill —atinó a decir Tony.
—¿Qué? ¿Qué pasa?
Tony vió al otro hombre convertirse en polvo.
Tony miró hacia Strange—. No había otra manera —respondió vagamente el hechicero y se desvaneció.
Peter se tensó al sentir aquel característico cosquilleo extenderse por todo su cuerpo, causándole mucho dolor. Se miró las manos, esperando ver algún rastro como había sucedido con los demás pero fue muy leve.
—¿Señor Stark? No, no sé que está pasando...
La voz temblorosa de Peter hizo que Stark se volteara, sintiendo el pánico como un pesado ladrillo en el pecho—. Tranquilo, no, no... —intentó decir y lo sostuvo cuando tropezó contra su cuerpo.
—No me quiero ir, señor, por favor. No me quiero ir, no me quiero ir —suplicó. Se sintió doloroso, como si alguien arrancara cada parte de su cuerpo y éste se resistiera hasta no poder más—. Lo siento...
Antes de que Tony pudiera tocar el rostro del niño una vez más, Peter desapareció en restos de polvo.
Había perdido al niño.
Tony esperó sufrir aquel mismo destino, pero no sucedió. Se quedó ahí sin poder hacer nada.
—Lo hizo —sentenció Nebula.
Habían perdido y él estaba solo.
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Trish se sostuvo la cabeza debido al dolor y sintió como toda la extensión de su piel se erizaba. A penas se dio cuenta cuando Natasha la sacudió repetidas veces. Al estar consciente, aceptó su ayuda y se levantó. Ambas se apoyaron y caminaron hacia el resto.
Todos se mantenían en silencio, aún sin caer en la idea de que habían perdido no sólo la batalla sino a varios del equipo.
Rhodey y Bruce observaron el cuerpo muerto de Vision.
—¿Qué es esto? —habló Rhodey.
Steve cayó al suelo rendido.
—¿Qué pasó? —preguntó Trish, hincándose al lado de Steve para mirar a la niña en brazos. Afortunadamente con su oído agudo pudo escuchar el rápido latir del pequeño corazón—. ¿Dónde están los demás?
Miró a los lados pero ninguno se animó a dar una respuesta.
—No es cierto —la voz de Steve se quebró.
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FINAL DE LIBRO 4
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OH SHEEEEEeeeeeEEEeEeeEeEeT
Un abrazo y mucho amor a todos los que llegaron hasta aquí.
Ha sido un largo camino que afortunadamente sigue.
Aun falta el epílogo,
y pronto verán el quinto (último, espero) libro.
¡NOS LEEMOS PRONTO!
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