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Noche de lluvia 2.

Ya había pasado un mes desde que lo rescate bajo la lluvia, todo era tan tranquilo y alegre entre nosotros, nos hacíamos bromas y reíamos mucho, nos volvimos muy cercanos, solo había una cosa que no sabía de él y era por qué caminaba sin rumbo bajo la lluvia, pero prefería no preguntar porque sabía que le hacía daño y desde ese día me prometí que nunca jamás, dejaría que algo se atrevería a dañarle de nuevo. Abríamos juntos la heladería y juntos la cerrábamos, prácticamente, todo mi día estaba entorno a Xiumin y ya no me imaginaba mi vida sin él. Cierto día, sucedió lo que más temía.

– ¡¿Te iras?!

– S-solo será un día... – intentaba calmarme. – Iré con mis padres para decirles donde he estado todo este tiempo y lo que he hecho, siempre me llaman pidiendo que regrese y yo los rechazo, creo que ya es hora de explicarles el porque me aleje de ellos y... – parecía dudar –, también contarte porque estaba esa noche tan deprimido.

– ¿Te iras todo el día? –Aun no aceptaba que se iría de mi lado, así fuera un solo segundo, no quería que se marchara.

– Sí. – Xiumin se veía triste y un poco inseguro, a lo cual me hizo tranquilizarme, no quería molestarlo más.

– ¿Cuándo? –Pregunté después de soltar un suspiro, esto sería difícil.

– Mañana... pero solo será un día... – trataba de darme ánimos. –. Te juro que solo será un día, Chen.

– Entiendo... ¿Quieres hacer algo? Es sábado y no quiero abrir la tienda, ¡¿Qué tal si vemos películas?! –Intente fingir buen estado de ánimo, pareció notarlo pero prefirió seguirme la corriente.

– ¡Claro! Pero yo busco la película. –Me sonrió, aunque lo note un poco triste, fue suficiente para mí.

– Sí, si...

La sala de estar se convirtió en sala de cine, nos sentamos en el sofá más grande y cerramos cortinas. El resto del día se volvió de películas y comida chatarra, con algunas reíamos y con otras, Xiumin lloró (no lo quiso aceptar cuando le vi secándose una lágrima), yo, en la segunda película, me acomodé a un lado de Minnoe con almohadas y le abracé. Noté que él al principio se tensó, pero poco a poco se fue relajando, yo solo quería tenerlo cerca y disfrutar de su compañía, sentía mis párpados pesados y la calidez de su cuerpo me adormeció.

Ambos nos dormimos y en la sala solo se escuchaba el eco de las voces que provenían del televisor.

.

.

.

A la mañana siguiente, me despertó la alarma de mi celular, todavía nos encontrábamos en la sala de estar. Me levanté como pude para no despertarlo y revisé la hora, 7:30 am, aún temprano.

Aprovechando que estaba dormido, apreciaba a Xiumin dormir. Se encontraba tan pacífico y adorable, me perdí en sus labios rosas y note como en sueños comenzó a sonreír, ¿me pregunto si yo estaré en su sueño?

Tome mi celular y lo puse en silencio, active la cámara y le tomé una foto (si no te tendré todo el día, me conformaré con verte todo el tiempo en la pantalla de mi celular). Recordé que iría a ver a sus padres para hablar con ellos, así que le moví levemente para despertarlo, él se fue removiendo hasta despertarse.

– ¿Chen? ¿Qué hora es? –Me pregunto mientras estiraba el brazo izquierdo y con su mano derecha se tallaba los ojos.

– Las 7:30, ¿iras con tus padres? –Traté de sonar indiferente.

– Siiii... – bostezó –, solo me cambio y salgo... – soltó otro bostezo Y se levantó del sofá para estirarse mejor.
Subió para cambiarse y a los veinte minutos bajó, tomo una chamarra y las llaves del departamento (Sí, ya le había dado una copia), pero antes de salir se despidió.

– Ya me voy... te veo luego... – parecía que no quería irse.

– Ve con cuidado y no hables con extraños. – Le dije con una sonrisa fingida, él se rió ante mi comentario y salió del departamento.

Ahora que no estaba, el departamento parecía más grande, sentía que algo le faltaba... no... era a mí al que algo le hacía falta.



Decidí abrir la heladería más temprano, tal vez trabajar haría que pensara en otras cosas que no sean Xiumin pero era inevitable. A pesar de que habían personas a mi alrededor, me sentía solo en el local y todo me recordaba a él, necesitaba despejar mi mente y rápido antes de que me volviera completamente loco.

Agarre mi celular para llamar a alguien y este me recibió con la imagen de mi baozi durmiendo (con los ojos cerrados y levemente sonriendo), a lo cual no pude evitar escapar una risa seguida de un suspiro.

Contemple la pantalla por unos segundos.

Buscaba entre mis contactos a alguien con el que pueda salir, aún eran las 3 de la tarde y me sentía aburrido. Cuando al fin encontré el número que estaba buscando, marqué y después de dos timbres, contestaron.

>>– ¿Bueno?

– ¿Suho?

>>– ¡Chen! ¡Que milagro! Hace tanto que no sé de ti, ¿Qué cuentas?

– ¿Estas ocupado?

>>– ¿Hoy? No, no, no, claro que no, ¿quieres hacer algo?, ya tiene tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿Qué te parece si nos ponemos al corriente?

–Me parece bien, ¿te molesta si voy a tu casa?

>>– ¡Por supuesto que no! Ven cuando gustes.

–Solo cierro el local y voy, ¿seguro que está bien?

>>– ¡Claro! Aquí te espero.

Colgó. Acomode las sillas, limpie el piso, las mesas y los trastos, cerré el local y me dirigí a la casa de Suho, realmente esperaba que su compañía hiciera que no me preocupara por Xiumin. Su casa se encontraba como a diez cuadras del local, en dirección opuesta a mi departamento, cuando llegue, toque el timbre y un segundo después, Suho me abría la puerta para que pasara.

– ¡Chen! Hasta que te dignas a saludar a viejos amigos. –Me recibió con un abrazo al cual yo correspondí.

– Nada en especial, tan solo no tenía nada que hacer y heme aquí. – *En realidad, la persona que amo se encuentra lejos de mí, por lo que decidí llenar el enorme vacío que tengo con conversaciones que no tendrán mi interés* Pero no puedo decir lo que realmente pienso.

– Pues me alegra tenerte aquí, pasa, estaba a punto de almorzar, ¿quieres algo? –Se dio la vuelta y nos dirigimos hacia el comedor.

La casa de Suho era muy grande y elegante, tenía cuadros en las paredes y una que otra figurilla de colección en los pasillos o repisas. Su familia era una de las más ricas de la zona y desde que era pequeño, a Suho no le hizo falta nada, cuando les dijo a sus padres que quería independizarse, estos le regalaron una casa para que viviera como a él se le antojara y recibe dinero de ellos que le depositan en una cuenta de varios miles (vaya forma de independizarse). Aunque es un niño rico y de buena posición, nunca fue engreído ni presuntuoso, siempre fue atento y muy buen amigo.

– Pues llegue a buena hora. –Intente bromear, pero no estaba de ánimos – ¿Se podría saber que almorzaremos?

– Ni yo tengo la más mínima idea, cuando me hablaste estaba saliendo del trabajo. –Me contestó apenado.

– Bueno, conociéndote, será algo de la realeza. –Hice sonar una risa.

– ¡Exageras! –Se rió conmigo. Suho era capaz de soportar me y entenderme, que agradecida el hecho que estuviera conmigo.

Cuando llegamos a su comedor, luego de tomar asiento, dos sirvientas se encargaron de servir la mesa (el hecho de que Suho tuviera sirvientas no me sorprende en nada). El platillo era simple pero aun así tenía un aspecto lujoso.

Platicamos durante toda la comida, cosas que hicimos, recordando cuando estábamos juntos en la preparatoria, donde trabajamos y trivialidades como esas. Había adoptado una nueva manía y Suho se dio cuenta.

– ¿Por qué miras tanto tu celular? –Cuestionó interesado por ver lo que escondía.

– Bueno... es que... solo revisaba la hora. –Le respondí lo más normal que pude.

– ¿Ya necesitas irte? –Su tono se volvió triste y casi me parte el corazón. Jamás podía resistirme a los pucheros de este sujeto.

– No, no, no, no... no es eso... –No podía decirle que en realidad lo que veo es a la persona que tengo de fondo de pantalla. – En realidad estoy esperando que alguien se acuerde de mí...

– ¿Alguien? ¿Tu novia? –Pregunto mientras levantaba las cejas.

– No exactamente... – ¡Claro! A pesar de que no quieres pensar en ello, al parecer es inevitable.

– Si no quieres, no necesitas hablar de ello. –Las dos sirvientas regresaron para recoger los platos y llevárselos, nos levantamos y fuimos hasta la sala de estar (la cual era prácticamente tres veces la mía), ahí nos acomodamos en los sillones y seguimos platicando. Reíamos al recordar años pasados por tantas bromas que hicimos (en realidad eran mis bromas y Suho me regañaba por ellas), de pronto, el tono de mensaje de mi celular capto toda mi atención y en un segundo, ya me encontraba leyéndolo. Era de Xiumin.

>>DE: Baozi

Chen, perdón por no haberte enviarte texto antes, sucedieron tantas cosas en tan poco tiempo, mis padres estaban eufóricos e histéricos cuando me vieron llegar (no sé cuál de las dos cosas sea peor ), no había tenido tiempo para avisarte y decirte que estoy bien, estaré en casa como a las 10 pm.

PD: ¿Sabes? Me es raro no pasar un día contigo... creo que te extraño... Hahahahahaha, ¡Es broma! ¡Hasta la noche! (/nwn)/

El mensaje hizo que mis latidos se intensificarán y una sonrisa estúpida apareciera en mi rostro, inconscientemente me comencé a reír por su broma, pero era como yo me sentía, lo extrañaba y mucho. Revisé la hora y eran las 8, faltaba poco para que regresara, así que tenía que ir al departamento para recibirlo.

– Lo lamento, Suho, tengo que irme, un día de estos llámame para que nos volvamos a ver... ¡Bye! –Grite lo último y salí chitando de su casa. Decidí regresar caminando para hacer tiempo y no esperar sentando. Solo había avanzado un par de cuadras cuando un sonido llamo mi atención. Al parecer era un maullido. Lo seguí para averiguar de dónde provenía y me encontré con una caja cerrada, de ahí salían los sonidos. Al abrirla, en su interior se encontraba un gatito, como de un mes de edad, envuelto en una tela. Sus dulces maullidos me encogieron el corazón y no pude evitar cargarlo.

– Al parecer estas solo... – le dije al pequeñito mientras lo acomodaba en mi pecho –. Bueno, no eres la primera criatura adorable que rescato. –El minino me contesto con un maullido chillón – Aaaay, Dios... Xiumin me va a matar.

Acomodé al pequeño gatito de la forma de que mis brazos pudieran acunarlo, estaba temblando por el frío de la noche, pero después de unos minutos, se calmó, cerro sus ojitos y comenzó a ronronear.

Ya había avanzado otras tres cuadras cuando de repente, una lluvia torrencial comenzó a caer. Me quite la chaqueta de cuero que llevaba puesta, con ella envolví al gatito (es muy pequeño, se podría enfermar), y comencé una carrera hasta mi departamento. La lluvia era fría y pesada, me costaba correr por las calles y evitar resbalarme. El gatito maullaba, de seguro estaba asustado por tanto movimiento, pero se encontraba seco y caliente dentro de mi chaqueta, así que continuaría protegiéndolo.

Una vez que llegue al departamento, me cambie la ropa mojada por una seca, le improvise al gatito una cama con unas cuantas ropas viejas y en un plato le serví un poco de leche. El minino se la bebió toda deprisa, su pancita quedo regordeta por tanto que tomó (de seguro tenía días sin comer), se acomodó en su "cama" y en unos segundos después, comenzó a ronronear y se durmió.

Tenía que pensar en un nombre para ponerle, viéndolo bien, es un gatito muy bonito: tenía el pelaje suave y abundante, su color era blanco y con rayas negras en sus patas y cuerpo; sus orejas eran negras al igual que su cola, pero esta contaba con rayas blancas, sus ojitos eran azules con un lindo delineado negro y su nariz rosada, parecía un pequeño (muy pequeño) tigre blanco, algún nombre se me ocurrirá luego.

Me sentía muy cansado, correr casi quince cuadras bajo la lluvia helada me dejo agotado. Me metí a mi cama y poco a poco, el sueño me fue venciendo.

.

.

.

Me desperté muy agitado y pegajoso, cuando intente sentarme, la cabeza pareció darme vueltas y algo cayo de mi frente. Era un pañuelo.

– No deberías levantarte, tienes 42° de fiebre. – Esa voz yo la conozco... ¡es Xiumin!

– ¿Qué hora es? –Mi boca estaba seca.

– Las 2 de la madrugada. –Me respondió sereno.

– ¡¿Las 2?! ¡Aaaay, que idiota! Se supone que debía recibirte cuando llegaras... – la cabeza me estaba matando.

– Eso es lo de menos, Chen, deberías acostarte, estas muy enfermo. –Su voz parecía preocupada.

– ¿A qué hora llegaste?

– Como a las 12, y debo admitir que me sorprendió mucho llegar y encontrarme con tu camino de agua, ¿se podría saber cómo es que te mojaste? –Xiumin se rió un poco, lo cual me hizo sonreír.

– Regresaba de la casa de un amigo y comenzó a llover muy fuerte, tenía que protegerlo y por eso me quite la chamarra... – hablar se me dificultaba por lo seca de mi boca y el dolor de cabeza, Xiumin acerco un popote a mis labios y comencé a beber de su contenido, agua. – ¿Por qué llegaste tan tarde?

– Mis padres no me querían dejar ir, me costó trabajo poder deshacerme de ellos y regresar... y cuando vuelvo, te encuentro muriendo con 45°, ya he logrado bajar un poco de tu fiebre. – Me explico – Espera... ¿Proteger a quién? –Cuestionó intrigado.

– A mi tigre blanco.

– Chen, creo que la fiebre alta te hace tener alucinaciones. –Me dijo preocupado.

– No estoy alucinando... rescate a un tigre blanco de una caja de cartón que dejaron abandonada en la calle.

– Chen, no hay ningún... – un maullido chillón se escuchó por toda mi habitación – ¡Un gato! – Gritó nada masculinamente Xiumin.

– No es un gato, es un tigre blanco. –Le intentaba calmar.

– ¡Chen, sabes que no me gustan los gatos!

– Oh, vamos Minnie, lo dejaron abandonado en la calle a su suerte, no lo podía dejar solo... tan solo míralo... ¿No es adorable? –Le pregunte mientras subía al pequeño minino a la cama, cuando le comencé a acariciar, este comenzó a ronronear.

– Supongo que lo es... –Xiumin parecía más calmado pero aún dudoso.

– ¿Ves? No te hará nada malo si se queda con nosotros. –Me sentía muy cansado, sentía como mis párpados se cerraban poco a poco.

– Estás cansado, Chen, duerme un poco, luego hablaremos sobre el "tigre blanco" – note como rodaba los ojos.

– Está bien...

Me acomode nuevamente dentro de las sábanas, Xiumin se puso a lado mío, yo me di la vuelta para tenerlo más cerca, al parecer se encontraba sentado y su espalda se apoyaba en la cabecera de la cama por lo que abrace su cintura y él comenzó a acariciar mi cabello, lo cual me adormecía. Aún no me encontraba completamente dormido cuando escuche que comenzó a cantar.

Nací para amarte~

Yo te daría lo que quieras~

Mi corazón, mi vida entera~

Tu pide que yo te voy a complacer~

Quiero recordarte~

Que yo soy tuyo cuando quieras~

Que yo te amo a mil maneras~

Y aunque eres mi amigo, sueño con algo más~



Podría ser que en verdad estoy alucinando y por eso escucho a alguien cantar, no creo que sea Xiumin, aunque podría jurar que era su voz... no lo creo... y si es así... ¿Es una confesión?

El sueño me ganó y quede profundamente dormido.

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