Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15. La presentación del cómic.

     Un mes exactamente ha transcurrido desde que descubrimos que Vince tenía un dispositivo que lo haría tener una muerte instantánea.

     Sabía que dejarlo en un orfanato no era nada sencillo, pues si moría estando ahí podrían empezar las investigaciones y eso significaba poner en riesgo nuestra identidad.

     Preferí dejarlo a mi lado, tratando de no encariñarme demasiado con él. Tal vez eso me haría sentir mejor conmigo mismo por no poder hacer nada más por él.

     Vince dormía en mi recámara y yo estaba ayudando a papá con sus ejercicios de respiración y él me asesoraba con algunas cosas de la constructora.

     —Eres muy rápido para aprender, Ronald, no te mortifiques por hacerlo perfecto.

     Fruncí el ceño y seguí leyendo.

     —No quiero cometer errores.

     Eso sonó tanto a cuando era un niño de siete años. Estudiando y matándome por no tener ninguna tacha en mi examen con tal de no ser castigado.

     —Lo haces bien, has estudiado y cuando empieces la práctica será más sencillo con ayuda de Gregory.

     Solo asentí.

     —Recuerda que esta será tu constructora y futura herencia para la familia que vayas a formar. Así que tendrás que esforzarte para sacarla adelante.

     Un escalofrío recorrió mi columna involuntariamente.

     — ¿Familia?

     —Cuando decidas formarla, claro.

     Ese momento se miraba muy incierto y demasiado lejano con toda la mierda que estaba sucediendo.

     —Supongo.

     —Ese niño Vince les tiene mucho cariño ¿Acaso va a quedarse con ustedes?

     Me removí en el sillón.

     —No. no he tenido tiempo de ver los orfanatos, yo no puedo hacerme cargo de él.

     Mentí, Vince no tenía futuro por ese maldito chip que tenía en el cuerpo.

     —Por un momento creí que lo adoptarían.

     —No, papá. Ni Aurora ni yo estamos listos para algo así.

     Mi padre solo asintió pero su mirada escéptica me daba la impresión de que no estaba de acuerdo en lo que dije.

     — ¿Qué? —exigí saber.

     Se encogió de hombros y sonrió.

     —Nada, hijo. Solo me doy cuenta que eres el hombre que yo hubiese querido ser y que no fui por mi egoísmo.

     Me quedé de piedra ante su comentario, me costaba parpadear y apenas pude respirar.

     —Agradezco tener un hijo como tú, aunque lo reconozca demasiado tarde.

     Suspiré y dejé los papeles a un lado.

     —No hablemos del tiempo que nos queda juntos, solo... disfrutémoslo.

     Papá sonrió de esa forma que tanto anhelé ver en él, desde niño. Una mirada amorosa y paternal que me hiciera sentir querido y protegido. Ahora era demasiado tarde pero la sensación de tenerlo así, conmigo, fue reconfortante. Mi padre si me quería.

     Sacó el modelo a escala de un F4 Phantom—un avión militar de combate—y continuamos armándolo. Siempre quise compartir algo así con él pero nunca tuve la oportunidad hasta ahora.

     Él tomaba té y yo una cerveza mientras íbamos construyendo poco a poco el avión militar.

════════⚔️════════

La presentación del cómic de Rachel estaba siendo un éxito. Tenía un sin fin de lectores que la esperaban y gritaron al ver que todo este tiempo se trataba de una mujer. Se mantuvo anónima hasta el día de hoy y todos aplaudieron para ella.

Vince se encontraba sentado sobre mis hombros y aplaudía como si conociera a la perfección a la señora del terror animado.

Rachel se miraba feliz, incrédula y hasta parecía querer derramar lágrimas por ver a su cómic cobrar forma física. Yo ya tenía mi copia a la mano y estaba emocionado por leer el contenido extra.

Trevor no dejaba de tomarle fotos, por lo que me contó Aurora, ellos estaban acercándose aún más y todo iba viento en popa.

— ¿Me leerás ese cómic?

La voz de Vince me sacudió mentalmente y levanté la vista para verlo.

—No es para niños de tu edad.

—Oh, vamos, Ronald, yo puedo aguantar.

Puse los ojos en blanco y le mostré el símbolo de más dieciocho en la portada.

— ¿Ves esto? Significaba que las personas menores de dieciocho años no deben leer esto y tú no tienes ni la mitad de esos años. Así que no.

—Por favor, por favor...

Empezó a hacer pucheros y yo lo ignoré, no iba a consentir tal cosa.

—No seré el responsable de mi falta de sueño por estar escuchando tus quejidos en las noches.

Aurora llegó a nuestro lado con su copia en manos y le sonreí.

— ¡Aurora! Ronald no quiere leerme el cómic.

Abrí la boca indignado por la traición, y en mi cara. Alguien tenía que enseñarle el código de hombres.

Lo fulminé con la mirada.

—Chivato, y eso que yo te alimento.

Mi novia se le iluminó el rostro con una sonrisa preciosa y yo casi pierdo el equilibrio de solo verla.

—Cariño, esta no es lectura para ti, pero puedo buscar libros interesantes que te gusten y que sean adecuados para tu edad.

Lo que me faltaba, consentidora.

—Pero este tiene dibujos.

—Dibujos que los mayores pueden ver, tú eres aun muy pequeño. Pero cuando crezcas podrás leer lo que quieras.

Mierda, ojalá no hubiera dicho eso.

—Pero...

—Ya te lo dijo Aurora, te conseguiré libros. Es más, aquí hay un montón, iremos a verlos en cuanto acabe la presentación de Rachel.

Vince frunció sus delgadas cejas negras y apoyó su mentón sobre mi cabello, derrotado. Miré a Aurora y ella me sonreía de una forma extraña, como si lo que acabara de escuchar de mí fuera lo más maravilloso del mundo

No dije nada, apreté mis labios y miré al frente donde Rachel estaba dando unas palabras de aliento y agradecimiento a su público.

════════⚔️════════

Adam y Lena llegaron a hacernos compañía. Incluso ya conocían al pequeño Vince. Adam era otro consentidor y lo quitó de mis hombros para darme un respiro.

No me molestaba cargarlo pero en ocasiones me sentía bien teniendo algo de apoyo.

La mano de Aurora y la mía se encontraron y las entrelazamos para después dedicarnos una mirada de complicidad.

—Quiero... hablar contigo sobre Vince.

Moví mis ojos hacia Aurora y después mi cabeza. Se miraba muy seria ante ese tema y yo intenté no mostrarme angustiado por el futuro de Vince.

— ¿De qué se trata?

— ¿Qué pasará con él? ¿Dónde vivirá de aquí en adelante? ¿Quién cuidará de él?

Ya se me hacía raro que no me cuestionara por eso.

—Yo me encargaré de que tenga un hogar —mentí muy bien para su tranquilidad.

Pero como de costumbre, ella me miraba con recelo. No me estaba creyendo y yo hice lo único que funcionaba para convencerla, sonreír.

—No te preocupes por eso.

—Es que... ya ha pasado un mes, Ronald. Un mes es tiempo suficiente para buscar un orfanato.

Aparté la mirada. Tenía que hablar con ella sobre ese tema.

Sujeté firme su mano y fui abriéndonos paso entre el mar de gente. Necesitaba llevarla a un lugar seguro y cerrado para evitar exponerla tanto a que nos vieran juntos.

Con Dagger cerca, no quería correr riesgos. La librería era de tres niveles y subimos las escaleras hasta el tercer piso. Nos dejamos caer en unos sofás y aparentemente estábamos solos porque toda la gente estaba con Rachel.

No sabía cómo empezar y su mirada azul me presionaba.

—Vince... —me costaba decirlo—. Vince no va a vivir por mucho tiempo, Aurora.

Fue difícil, su expresión poco a poco fue convirtiéndose de terror, parecía que no entendía mis palabras, como si le hubiese hablado en un idioma indescifrable. Me miró desconcertada y abrió ligeramente la boca sin aún emitir algún sonido.

—El mes pasado se desvaneció —proseguí—, intuí que no era nada bueno y lo llevé al cuartel. Chad descubrió en su sangre algo anormal y todo apuntó a que se trataba de un chip incrustado en alguna parte de su cuerpo que lo matará en cuanto explote.

Seguía en shock, sus ojos se abrieron como platos y no dejaba de verme de una manera que me partía el corazón.

Parecía rogarme porque le dijera la verdad y dejará de bromear, pero mi expresión taciturna la fue apagando.

—Pero... ¿No pueden hacer nada?

—La vez que vi algo así fue en Italia. Los protectores intentaron quitarle el chip a un niño y terminaron detonando la bomba. Todos murieron.

—Dios —susurró y llevó sus manos a su boca, conmocionada.

—No quiero dejarlo en un orfanato porque si él muere podrían empezar a investigar, sobre todo quién lo dejó ahí. Sé que te has encariñado mucho con él, lo lamento tanto —acuné su cabeza en mis manos—. Lo siento tanto, princesa.

—No es justo.

—No lo es, para nada. Las bestias no tienen piedad, mucho menos cuando se trata de su alimento y lo único que me queda hacer por ese niño es cuidarlo hasta que suceda lo inevitable.

Me miró patidifusa.

— ¿Y si lo adoptamos?

Me petrifiqué, por un momento casi sentí que el corazón se me paró.

— ¿Adoptarlo?

—Sí, podremos criarlo como nuestro.

Fruncí el ceño y me alejé de ella.

—Aurora, no podemos hacer eso.

—Claro que sí, le daríamos una familia, por el tiempo que le quede.

Su mirada de súplica me mataba, no podía verla de esa forma porque terminaría cediendo.

—No podemos adoptarlo —dije tajante y evité su mirada.

—Bueno, tal vez ya no es necesario porque prácticamente lo hemos estado cuidado, tú, yo, e incluso los demás.

Arqueé una ceja al escucharla.

—Es... diferente.

— ¿Por qué? ¿Por qué es diferente? Veo como lo cuidas y lo educas. Le pones límites y le enseñas como si de verdad te importara. Tratas de verte frío e indiferente con él pero no lo eres.

Agaché la mirada, culpable de haber creado un vínculo con Vince. Una conexión que no debí permitir.

—Serías un buen ejemplo y un padre espectacular.

Me quedé mudo, hice mis manos puño por la impotencia de no poder hacer nada al respecto.

—Ronald...

Las delicadas y suaves manos de Aurora alcanzaron mi antebrazo y apretaron con dulzura.

—No tienes que decidir nada, comprendo —susurró y acarició mi mejilla para obligarme a verla a los ojos—. Seguiremos como estamos entonces. Cuidando de Vince hasta que... eso pase.

Gracias al universo, al cielo, a Dios o lo que fuera, que entendió.

════════⚔️════════

Después del evento de Rachel—que fue todo un éxito—la familia Blake decidió celebrar a la animadora de terror. El señor Blake estaba orgulloso del logro de su hija pero abrumado por la imaginación que tenía para causar terror.

Fue una celebración íntima en el departamento de Rachel. Amigos, contactos importantes y familia estábamos ahí.

La hermana mediana de los Blake se acercó a mí con una sonrisa.

— ¿Te firmó el cómic?

—Me ofendería si no lo hicieras.

Ella se carcajeó y le di mi copia para que lo autografiara.

—Felicidades, Rachel, Psiquiátrico es mi favorito.

— ¿Adoras a los adolescentes psicópatas?

Sonreí.

—Solo en las historias de ficción.

Rachel sonrió muy contenta y me entregó el cómic con una dedicatoria:

Para mi cuñado favorito, disfruta perdiendo la cabeza con Psiquiátrico.

Entrecerré los ojos al verla.

—Soy tu único cuñado ¿O Aurora me oculta algo?

Rachel soltó otra risa.

—Eres el único, te lo aseguro y por eso eres mi cuñado favorito. Disfrútala la lectura.

—Te daré mi lista de preguntas.

Asintió muy contenta y siguió atendiendo a sus invitados.

Miré a la gente a mi alrededor, a los Blake, a los amigos de Aurora, incluso a Vince que convivía con ellos como uno más.

Por un segundo me sentí en completa paz, sin preocupaciones, solo disfrutando de un momento casual y normal. Era agradable.

Aurora llevaba un precioso vestido rojo que le hacía una silueta espectacular, su trasero y sus piernas destacaban como nunca. Me incitaba a subirle el borde del vestido y ver qué ropa interior llevaba.

Joder, le di un sorbo al vino para apartar esos pensamientos de depredador pervertido y me concentré en otra cosa. Pero mis ojos se iban directo al culo de mi novia. Por Dios.

Uno de los conocidos de Rachel se acercó a ellos, en especial a Aurora. Ella lo saludó y en cuanto vi como le colocaba la mano en la cintura me encaminé. Aurora se apartó discretamente, él intentó dar un paso y me coloqué entre ellos.

Rodeé la cintura de mi novia y miré al cuatro ojos.

—Oh, disculpa, no te vi —dije en un tono que ocultó mi sarcasmo—. Soy Ronald, novio de Aurora..

Alcé mi mano por cortesía y él la tomó.

—Jordan, amigo de los hermanos Blake.

El chico tenía un aura familiar, era como si lo hubiese visto antes. Estábamos de la misma altura, su cabello castaño y ojos marrones me recordaban a alguien.

Llevaba unos lentes con armazón negro y se los quitó. No tenía sentido lo que percibía, no era desconfianza, ni mucho menos amenaza. Era... calidez.

—Soy quien diseñó la portada del cómic.

Asentí para una explicación que no pedí.

—Ya veo.

—Ronald, ven conmigo. Un gusto verte de nuevo, Jordan.

Aurora me sacó de ahí pero le di un último vistazo a ese tal Jordan. ¿Por qué tenía la sensación de que no sería la última vez que lo vería?

Ya estamos a nada de terminar este tomo, atentos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro