Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11. La maldición de Dagger.

Tuve que dejar de ir a Best Buy en definitiva. Esa parte no me dejaba tiempo para estar con los protectores y ya estaba de más en mi trabajo. Otto lo entendió y me dejó ir sin problema. Mi padre y yo seguíamos fortaleciendo la relación y tenía un poco más de tiempo ya que Aurora me animaba.

Era viernes y decidí llevar a mi novia a cenar de sus pastas favoritas en la ciudad.

—Rachel está tan estresada por las ediciones de su comic que estuvo por lanzarse por la ventana.

Íbamos de regreso al estacionamiento y sonreí. Rachel estaba trabajando duro para que su primer comic saliera en físico. Muchos de sus seguidores esperaban con ansias la publicación de Psiquiátrico y por lo que me comentó, tenía más detalles que el comic en digital y como buen fan que soy de ese comic, tenía que adquirirlo en cuanto saliera.

—Releerlo será todo un placer.

—Yo los estoy leyendo pero me dan terror. Todo este tiempo dormí con una psicópata.

Esta vez me carcajeé. Abrí la puerta del copiloto y en eso se activó mi olfato.

Estaba oscuro pero podía olerlo, ese repulsivo aroma a putrefacción que solo yo distinguía de un civil. Los localicé. Eran dos tipos que estaban acercándose entre la oscuridad del aparcamiento.

Aurora se colocó detrás de mí y yo la cubrí. Era momento de actuar.

—Sube al auto —ordené en un susurro—. Si es necesario, usa el arma que tengo en la guantera para defenderte.

Ella obedeció y yo saqué mi cinta afilada. En sus manos no había ningún tipo de objeto que me preocupara pero no iba a confiarme. Me separé del auto y ellos se dejaron venir. Pateé al primero y al segundo le enredé mi cinta para cortar su cabeza al instante.

Pero de pronto ya no eran dos. Había otro que logró abrir una puerta del auto y lanzó algo en su interior. Aurora disparó y noté por una fracción de segundo como la bestia aulló mientras escapaba. Usé mi cinta para destrozar la garganta de la segunda bestia y corrí directo al auto. Aurora apenas pudo salir y yo rodeé por el cofre para alcanzar a la bestia. Saqué uno de mis cuchillos y lo lancé con toda mi fuerza hasta clavarlo en la cabeza de la bestia que se desplomó en el suelo.

Regresé con Aurora, tosía y la levanté del suelo.

—Aurora, Aurora, ¿Puedes escucharme?

Sus ojos estaban inyectados de sangre y me miró.

—Mis ojos arden, me duelen.

Miré al auto para darme cuenta que se trataba de una cortina de humo, y no de cualquier humo, era veneno. Abrí las puertas para despejar lo que quedaba del ataque, cubrí mi vista para deshacerme del humo y proteger a Aurora.

—Estarás bien, voy a llevarte a que saquen el veneno.

—Me duele, Ronald.

Podía verlo en sus ojos, su piel estaba tornándose a un tenue rojo y esa era una mala señal. Encendí el auto y acomodé a Aurora en el asiento para llevármela. Fui por mi cuchillo y dejé que los cadáveres terminaran de pudrirse. Con suerte, la gente pensaría que serían animales muertos.

     Llamé a Chad.

     —As.

     —Te necesito, Aurora ha sido envenenada.

     —Carajo, tráela al laboratorio, yo me encargo.

     A pesar de que era un grandulón irritante tenía un cerebro privilegiado para la ciencia, sobre todo en el área médica.

     Pisé el acelerador a fondo, mirando de reojo que a Aurora le costaba respirar con normalidad.

     —Estarás bien, Aurora. Lo resolveré.

     —Mi garganta... se está... cerrando.

     Mierda. El veneno actuaba rápido.

════════⚔️════════

Llegué al cuartel con Aurora en brazos. Algunos de los protectores de mi clan observaban atónitos a mi protegida. Abrí de una patada la puerta del laboratorio donde Chad ya tenía todo listo.

—Colócala en la plancha.

—Apresúrate, Chad, su garganta está cerrándose.

—Ya tengo el antídoto.

La jeringa con el líquido rosa fue inyectada en la pierna de Aurora. Mi novia se quejó por un momento hasta que el antídoto empezó hacer efecto. La piel roja que estaba apoderándose de Aurora disminuía y su respiración volvía a ser regular.

Chad revisó su frecuencia cardíaca y asentía satisfecho.

Me miró.

—Todo está en orden, capitán. Se pondrá bien. En cuanto despierte el véneto habrá desaparecido.

Me desinflé como globo por el alivio y miré a Aurora dormida sobre esa plancha de metal. Acaricié el dorso de su mano y tragué saliva con dificultad.

—Volvieron a usar las bombas de humo con veneno. Como cuando estuvimos en Rusia.

—No me sorprende con Dagger de regreso. Ahora son más astutos y peligrosos.

—No vamos a quedarnos atrás. Encontrando a ese hijo de perra esto se acabará.

—As. Aurora tardará por lo menos una hora en recobrar la conciencia y tenemos que hablar de algo... bastante delicado.

Fruncí el ceño y dirigí mi mirada a él.

— ¿Qué pasa?

—Joey viene en camino para contarte las nuevas —enarcó las cejas con una expresión cansina y suspiró—. Si es que así podemos decirles.

No pasaron ni cinco segundos cuando la puerta del laboratorio volvió a abrirse, Joey apareció. Observó a Aurora con una mirada impasible y luego a nosotros.

—Espero que tengamos suficientes antídotos todavía.

Me crucé de brazos un poco hastiado y noté como Joey se encogía de hombros. Seguía comportándose como siempre.

—Sabes que siempre tengo de reserva, así que descuida, tu preocupación no es necesaria —aclaró Chad.

Los tres nos sentamos en una esquina del laboratorio. Desde este ángulo podía cuidar de Aurora mientras Chad y Joey me ponían al día.

—Esas bestias tardaron en hablar, pero al final nos dijeron algo perturbador sobre Dagger.

Fruncí el ceño y miré a ambos protectores.

—Hablen de una vez, ¿A qué clase de bestia nos estamos enfrentando?

—Dagger tiene más de trecientos años —comentó Joey muy serio y directo—. Y por lo que esas bestias nos contaron, él fue convertido en una bestia cuando fue mordido por la mascota de una bruja en Massachusetts.

— ¿Bruja?

—Hasta a mí se me erizó todo cuando escuché la historia —confesó Chad mientras se removía en el asiento.

A estas alturas ya no podía sorprenderme, pero admito que esto me estaba causando un escalofrío helado. Cuando era un niño muchas veces sentí miedo. Después todas mis emociones fueron congeladas en el ejército. El tiempo transcurrió y volví a sentir cuando conocí a Aurora. Anhelo. Deseo. Amor. Preocupación. Cariño. Y hasta el miedo regresaron.

Pero justo ahora, con lo que estaba por descubrir de Dagger, el miedo era poco. Realmente me sentía aterrado por no ser capaz de proteger a quien amo, porque mis habilidades, mi experiencia y mi entrenamiento sean nulos.

—Dietrich Dagger, su nombre completo. Fue un cazador en aquellos años —empezó a narrar Chad—. Él era uno de los mejores en la cacería y en muchas ocasiones se adentraba en los bosques donde se decía que habitaba una bruja. En una noche cualquiera, Dagger andaba en busca de sus trampas cuando escuchó algo extraño, no tuvo tiempo de reaccionar cuando esa cosa lo atacó y mordió.

Cosa...

—Estaba vivo todavía cuando la bruja lo encontró e increíblemente lo ayudó, claro que por algo a cambio pero no volvería hacer el mismo. Lo único que podía mantenerlo con vida era alimentándose de sangre y no de cualquiera...

—El Ab negativo —añadí.

—La misma de la que se alimentaba la mascota de la bruja. Él le pidió que lo salvara y lo hizo, hasta consiguió ciertas... habilidades como las que poseía la bruja. Y cambio de salvarle la vida él tenía que venderle su alma, olvidándose por completo de su vida humana y su familia. Lo obligó a acabar con el pueblo en el que vivía para que la bruja expandiera su poder.

De pronto me sentí mareado.

—Entonces... —presioné el puente de mi nariz—. No estamos enfrentándonos a una simple bestia, sino a un maldito brujo.

Chad y Joey me miraban con el ceño fruncido.

—Una mezcla de ambos, puede hacer cosa juegos mentales, creación de vida pero tiene sus límites, no es del todo brujo.

Resoplé.

—No bastará con cortarle la cabeza.

Chad sacudió la cabeza en negación.

—Eso no funcionará con alguien como él. Lo único sería...

Lo entendí, la forma para acabar con una bruja.

—Quemándolo —susurré.

—Es difícil dar con él porque se mueve con su magia y ha creado más bestias —comentó Joey—. La manera en que los creas es repulsiva.

Miré directamente al moreno.

—Tengo una idea pero confírmamela.

—Cortando sus extremidades, sobre todo los dedos —dilucidó—. Así es como ha ido creando su ejército.

Esto parecía sacado de un maldito libro de terror, me estaba sofocado por la presión que cargaba en mis hombros.

En eso, escuchamos como Aurora empezó a moverse sobre la plancha y me levanté de inmediato para acercarme a ella. Sus ojos azules tenían ese brillo al verme y le sonreí.

—Hola —susurré cerca de ella.

Parpadeó y me devolvió una ligera sonrisa.

—Hola, ¿Qué me ha pasado?

—Aspiraste un veneno pero ya estás fuera de peligro —acaricié su cabello y agarré su mano—. Te traje a tiempo para sacarlo de tu cuerpo.

Chad y Joey se acercaron y Aurora los notó.

—Que gusto verte despierta, nena.

El saludo descarado de Chad no faltaba. Joey se limitó a mostrar una mirada altiva y mordaz.

—Es mejor que te la lleves, As. No debe de estar en este lugar. Me retiro, que tengo trabajo pendiente.

De tres zancadas salió del laboratorio y preferí hacer a un lado mi irritación por la actitud de Joey.

—Yo los dejo, pero Joey tiene razón. Será mejor que Aurora regrese a su casa.

Chad nos dejó solos y la ayudé para levantarla de la plancha. La rodeé con mis brazos, su corazón latía a un ritmo regular y dejé escapar un suspiro de agradecimiento.

—Sigo viva.

—Así tiene que ser.

Ahora que acabé de actualizar mi otra novela ¿qué les parece si aumentamos las actualizaciones de frenesí? Lunes, miércoles y viernes. Ustedes háganmelo saber en comentarios.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro